Wortenia Senki (NL)

Volumen 10

Capítulo 1: Akimitsu Kuze

Parte 3

Cuando el ritual fracasó y su deseo se dispersó como polvo en el viento, a Kuze sólo le quedó enemistad y odio por este mundo. La pregunta que quedaba era dónde dirigiría esas emociones negativas.

Koichiro tenía algo que tenía que decirle a Akimitsu Kuze, un deber que tenía que cumplir en virtud de ser el único miembro en regresar a Japón, incluso si no lo hizo intencionalmente.

“Debo reunirme con Kuze, tan pronto como sea posible,” dijo Koichiro. Se puede arreglar eso?”

“Deseas ver al Maestro Kuze?” le preguntó Zheng, sorprendido. Koichiro asintió gravemente, pero para su sorpresa, Zheng simplemente agitó la cabeza.

“Por qué no?” preguntó Koichiro. “Las facciones radicales y moderadas pueden estar en desacuerdo, pero todavía son parte de la misma Organización. El nombre de Liu seguramente sería suficiente para organizar una reunión. También puede utilizar mi nombre, si es necesario”.

“Es cierto que, a pesar de nuestros desacuerdos, todos seguimos formando parte de la Organización. Existe la posibilidad de que pueda enviar correspondencia a través de cartas. Pero solicitar una reunión directa entre ustedes dos podrían resultar difícil…”

” Incluso si es urgente?”

“Lord Kuze rara vez sale públicamente”.

“El anciano que lidera la facción radical de la Organización se niega a aparecer públicamente?” Preguntó dudosamente Koichiro.

” Sí,” dijo Zheng, asintiendo solemnemente. “Quizás teme por su vida, o quizás está lisiado por la enfermedad. No lo sé. Pero cada vez que da órdenes a sus subordinados, hace que su ayudante, Kikukawa, actúe como su representante.”

“Así que se niega a aparecer en público.” Koichiro inclinó la cabeza. “Eso es curioso. Mm, Kikukawa… Dónde he oído ese nombre antes?” Koichiro cerró los ojos y se sumergió en sus recuerdos.

Kikukawa.. Sí, recuerdo a alguien con ese nombre. Shinya Kikukawa. Pero incluso si sigue vivo, no estaría trabajando como ayudante de Kuze. Su rango dentro de la Organización no lo permitiría, y sus personalidades simplemente no coinciden. Pasó algo o cambiaron sus posiciones en los últimos cincuenta años?

Kikukawa sirvió como uno de los miembros de alto rango de la Organización en el momento en que Koichiro, Liu y Kuze sirvieron juntos. Su fuerza como guerrero estaba garantizada, y era el más talentoso defensor de la taumaturgia marcial en la Organización en ese momento.

Pero Kikukawa era aún mayor que Koichiro. La Organización era una meritocracia y no se basaba en la antigüedad, pero todavía no tenía sentido que alguien como Kikukawa se redujera a servir como ayudante de Kuze.

Debería estar en la misma posición que Liu. No, incluso más alto. Koichiro normalmente se enorgullecía de su memoria. No se había desvanecido en su vejez, pero ahora parecía fallarle. No podía ser culpado por esto, sin embargo. En aquel entonces, la edad de uno no importaba mucho.

La única vez que podrían mencionar sus edades era contar historias pintorescas en los pocos respiros tuvieron en una vida de batalla casi constante.

Pero incluso entonces, la edad de Kikukawa no importaba cuando se trataba de esto. Era mayor que Koichiro, pero ciertamente no demasiado viejo para servir. No debería estar trabajando como ayudante de Kuze.

“Zheng, cuando hablas de Kikukawa, te refieres a Shinya Kikukawa?”

El joven negó con la cabeza. “Mis disculpas, debería haberlo aclarado. El Señor Shinya Kikukawa falleció hace veinte años. De la persona que hablé es de su hijo, Atsuya Kikukawa.”

En el momento en que escuchó esas palabras, Koichiro se dio cuenta del verdadero peso del tiempo que había pasado desde que regresó a casa. Lanzó un largo y abatido suspiro.

“Ah, de eso se trata todo esto…”

Medio siglo. Cincuenta años. Tiempo suficiente para que uno tenga hijos y para que esos hijos tengan hijos propios. Era casi antinatural que esto no se le ocurriera inmediatamente a Koichiro.

Yo estaba listo para esto hasta que lo conocí…

Encontrarse con un viejo amigo en Liu Zhong Jian hizo que Koichiro olvidara esto, pero sabía de antemano que era muy poco probable que todos sus viejos amigos aún vivieran.

Mi reunión con él fue tan edificante que olvidé algo tan simple..

“Así que el liderazgo de la familia de Kikukawa cayó en manos de su hijo?” Preguntó Koichiro, resolviendo mover las cosas.

“Actualmente está en la capital del Imperio O’ltormea, trabajando oficialmente como presidente de una firma comercial dirigida por el gremio. Su verdadero papel, sin embargo, es consolidar por sí solo toda la información y la inteligencia reunida de todo el imperio.”

La ceja derecha de Koichiro se parpadeó. Eso fue una sorpresa para él. “Oh. Así que el hijo de Kikukawa maneja la información”, dijo con una pizca de desconcierto.

El Shinya Kikukawa que recordaba era uno de los más grandes guerreros de la Organización. La palabra “beligerante” no le hizo justicia; felizmente cargó al frente.

Al igual que sus hachas duales en batalla. Agitaba el campo de batalla con los personajes de Water Margin, Li Kui el Torbellino Negro, blandiendo gritos de guerra mientras atravesaba las líneas enemigas. Su rostro mientras luchaba era la imagen misma de un demonio desenfrenado.

Por supuesto, Shinya Kikukawa no era del todo como Li Kui. No era tan descuidado como para estrangular a niños hasta la muerte. De hecho, tenía la claridad y la sabiduría para servir como general en unas pocas batallas, y condujo a sus hombres a la victoria gloriosa. Se quejó de que sus dedos picaban para agarrar sus adoradas hachas, sin embargo.

Pero cuando se le permitió correr salvaje, Shinya Kikukawa era como una máquina trituradora con voluntad propia. De cualquier manera, su personalidad no era adecuada para trabajar entre bastidores y tratar con inteligencia.

Supongo que un niño no tiene por qué imitar a sus padres.

Aún así, su hijo es un administrador de inteligencia… A menudo se creía que la fisiología y el carácter de un niño se basaban en cierta medida en su madre y su padre, pero las personas que demostraban ser lo opuesto a sus padres no eran desconocidas. A veces, incluso los rasgos físicos de uno estaban muy lejos de los de sus padres. La vida actuó de formas tan misteriosas.

“Lo que significa que se desempeña como ayudante de uno de los jefes de la Organización, muy parecido a usted?” Koichiro le preguntó a Zheng.

Esa fue una conclusión razonable. Kuze había envejecido bastante. Incluso con la taumaturgia marcial extendiendo su esperanza de vida más allá de la del hombre común, todavía se daría cuenta de que su vida llegaría a su fin.

Eso era especialmente importante ya que Kuze tenía una posición clave en una organización que sacaba las cuerdas del continente de las sombras. Era lógico que preparara un sucesor, y Atsuya Kikukawa, que actuaba bajo su nombre, era el candidato más probable.

Sin embargo, lo que dijo Zheng a continuación solo profundizó la confusión de Koichiro.

“Sí. Al menos, exteriormente lo hace…”

Zheng lo había redactado de manera bastante vaga, y el desconcierto se mostró en sus ojos. Al ver la expresión de Zheng, Koichiro siguió esta línea de preguntas.

***

……………………..

Después de terminar su reunión nocturna con Zheng, Koichiro volvió a la mansión de Liu Daijin. Luego se detuvo por un capricho cerca de la habitación de Liu y llamó a la puerta. Era justo después de las seis de la mañana, y el sol comenzaba a salir. Fue un momento extraño para hacer una visita a alguien, pero a pesar de esto, Liu abrió la puerta y saludó a su amigo con gracia.

“Ya veo. Así que Zheng te lo dijo.”

Koichiro había resumido lo que había oído de Zheng.

Liu lanzó un fuerte suspiro. “Permíteme disculparme profundamente, amigo mío. Debería haberte contado todo esto yo mismo cuando me lo preguntaste la última vez. Como jefe encargado del liderazgo de la Organización, fue irresponsable por mi parte. Perdónenme.”

Liu se levantó de su silla e inclinó la cabeza ante Koichiro. Esta fue la mayor disculpa que pudo extender a otro, tanto como Liu Daijin el líder como como Liu Zhong Jian el hombre. Uno sólo podía imaginar el pesar y el dolor detrás de este gesto, pero Koichiro simplemente se burló.

“No seas absurdo. Después de todo este tiempo, dices eso?”

“Koichiro?” Liu levantó la cabeza, mirando fijamente a su viejo amigo con perplejidad.

Me doy cuenta de por qué te estás disculpando, y también puedo entender por qué te resultó tan difícil decírmelo. Pero esa preocupación se desperdicia en mí.

Cuando todo está dicho y hecho, no soy nada más que una reliquia del pasado. Al menos desde el día en que desaparecí de este mundo, dejé de ser miembro de la Organización y me convertí en un extraño.”

Koichiro puso una mano amiga en el hombro de Liu.

“Y no necesitas disculparte con un extraño, Zhong Jian. Tomaste la decisión que creías correcta. Perdonar la suerte de Kuze y reconstruir la Organización no fue un error. Cortar la facción del regreso a casa habría dejado a la Organización en ruinas, y estoy seguro de que muchos de nuestro lado también las miraron con simpatía. Insistiendo en ejecutarlos habría roto a la Organización. E incluso si no lo hubiera hecho, la Organización habría tardado años en recuperarse.”

Liu cerró los ojos, su visión nublándose con lágrimas. “Koichiro.” susurró.

Durante cincuenta largos años, Liu Daijin llevó el miedo y el pesar en su corazón. Él siempre dudó si la elección que hizo entonces era la correcta, y esa ansiedad parecía levantar su fea cabeza a cada paso.

En los cincuenta años que Liu Zhong Jian se desempeñó como jefe, trabajó durante su mandato, la frívola pregunta de qué fue de su juramento incansable de reconstruir y desarrollar la Organización. Pero todo amigo, que desapareció en el intersticio dimensional, lo atormentó.

Como jefe, no debió dejar que eso le preocupara tanto. De hecho, los jefes de la época repetidamente le dijeron a Liu que lo querían como sucesor de Koichiro.

Dado que servían sus logros, sólo tenía sentido que quisieran llenar el espacio que le dejó Koichiro. El gran número de campos de batalla que había conquistado era grande, pero aún más que eso, Koichiro Mikoshiba tenía una cierta cualidad que atraía a la gente hacia él.

Si la facción del regreso a casa no se hubiera alborotado como lo hizo, Koichiro sin duda se habría convertido en uno de los principales líderes de la Organización.

“Entonces, dijiste que deseas conocer a Kuze?” Con los ojos todavía ligeramente hinchados, Liu se secó la cara con un pañuelo y miró a Koichiro sentado frente a él.

“Sí,” dijo Koichiro, asintiendo. “Es realmente tan difícil?”

“No… diré que es imposible, pero no se puede arreglar de inmediato.” Mientras que los dos diferían en sus facciones, Liu y Kuze eran líderes de la misma organización.

Era posible enviarle una carta, pero tendría que pasar por las manos de varios miembros de la Organización antes de que llegara a Kuze. Es más, con Kuze convirtiéndose esencialmente en un recluso que rara vez salía en público, Liu no sabía dónde se escondía. Cualquier intento de contactar con él tomaría días, y eso no cambiaría incluso si fuera a mencionar a Koichiro en la carta. En todo caso, escribir sobre Koichiro probablemente haría que las cosas se retrasaran más.

Koichiro fue un hombre del pasado para la Organización, un hombre muerto. En la sociedad moderna, no era imposible que una persona fuera registrada como muerta sólo para aparecer viva más tarde.

Pero para cambiar el estatus de muerto a vivo, uno tenía que pasar por procedimientos legales bastante tediosos con las autoridades. Esta situación era muy similar, excepto que la cuestionable autenticidad de la supervivencia de Koichiro haría que las cosas fueran aún más lentas.

En el peor de los casos, podría ser visto como una especie de complot dirigido contra la facción radical, que sólo llevaría a un derramamiento de sangre innecesario.

Era perfectamente comprensible que tuvieran dificultades para creer que alguien que desapareció en el intersticio dimensional simplemente regresó cincuenta años después.

Las cosas eran diferentes con Liu, ya que la información le llegaba directamente y conocía a Koichiro personalmente. Aunque eso fue sobre todo un golpe de suerte. Las cosas no serían tan simples en el caso de Kuze.

“Así que el único momento seguro en el que podría reunirme con él sería la reunión general anual?” preguntó Koichiro.

Liu asintió. “Me temo que ese es el caso…”

La reunión general era una reunión anual de los jefes de la Organización que gobernaba las sombras del continente occidental. Todos los jefes y miembros de alto rango estaban obligados a asistir a menos que tuvieran una razón justificada, tal vez una guerra en curso en su región o una salud deficiente que impidiera viajar. Este fue un día

en el que incluso Kuze, que se negó a mostrarse en público, tendría que revelarse. Liu había, de hecho, hablado a Kuze durante la reunión general del año pasado. Incluso habían compartido bebidas.

“Sin embargo, todavía queda algún tiempo antes de que eso ocurra.” dijo Koichiro, frunciendo el ceño.

“Sí. Pero afortunadamente, este año la reunión se celebrará cerca del Reino de Rhoadseria. Justo a tiempo para la extracción de tu sobrina y una reunión con tu nieto, diría yo” .

En la actualidad, doce ancianos llamados jefes lideraban la Organización. La ubicación de la reunión se alternaba entre el territorio de cada jefe.

“Entonces eso es más conveniente…”, dijo Koichiro.

“De hecho,” estuvo de acuerdo Liu, asintiendo. “Sin embargo, hay algunos puntos problemáticos que necesito discutir contigo antes de conocer a Kuze.” Dirigió una mirada aguda a Koichiro. “Zheng te dijo, verdad?”

Liu no especificó lo que quería decir, pero Koichiro se dio cuenta de inmediato.

“Te refieres a ese hombre. Akitake Sudou.”

Liu Daijin asintió con gravedad. “Su clasificación en la Organización no es muy alta. Es un alto ejecutivo, pero en la superficie no ha llegado tan lejos. Sin embargo, hay demasiados aspectos preocupantes a cerca de él. Especialmente cuando se trata de cómo tratado con tu nieto…”

“Sí, me dijo Zheng. Pero hay algunas cosas que aún no tienen sentido”. Basado en lo que Zheng había dicho, Akitake Sudou era un hombre misterioso en general.

Era mucho más bajo que el ayudante de Kuze, Kikukawa, pero su influencia era enorme. Debido a que fue capaz de movilizar la unidad de ejecución, efectivamente tenía más poder que Kikukawa.

Esto fue bastante impresionante ya que cualquier salida de la preciada unidad de ejecución de la Organización, los Perros de Caza, tuvo que ser reportada directamente a Kuze.

Es más, Sudou redactó la mayoría de las estratagemas y estrategias de la facción radical. Y mientras la Organización se centraba actualmente en manipular el Imperio O’ltormea, Sudou también estaba a cargo de esas operaciones.

A pesar de todo eso, Sudou no había mostrado ningún deseo de tomar el crédito por cualquiera de esos logros. No parecía que tuviera ninguna inclinación a ser promovido.

El aspecto más llamativo de Sudou, sin embargo, fue su tratamiento de Ryoma Mikoshiba. Ryoma primero interfirió con sus planes poco después de ser convocado, matando al taumaturgo de la corte de 0’ltormeano Gaius Valkland y huyendo del país.

Eso en sí mismo debería haber causado una serie de problemas para Sudou, que estaba involucrado en el mando de la unidad de inteligencia del Imperio O’ltormea en ese momento. Pero poco después de eso, Ryoma inesperadamente interfirio con la guerra civil del reino de Rhoadseria.

Eso obligó a Sudou a concluir sus intentos de sumir al país en el caos de una manera insatisfactoria. Y más recientemente, durante la invasión del Reino de Xarooda, lideró una pequeña fuerza a través de la frontera montañosa de Xarooda, derribando el Fuerte Notis y obligando a la fuerza de invasión O’ltormeana a retirarse.

Con tantos complots fallidos, uno podría imaginar que Sudou estaría fuera de sí de ira a estas alturas. Pero el informe que entregó hace unos días no dejaba traslucir ningún indicio de tal emoción.

Quizás sabe mi nombre?

Había algunas posibilidades plausibles. La primera fue que Akitake Sudou sabía de Koichiro, sospechando que Ryoma podría estar relacionado con él basado en su apellido común pero distintivo, y lo trató con indulgencia como resultado.

Esa era una posibilidad. Koichiro era un guerrero que había servido a la Organización durante sus primeros días, su nombre pasó a ser una leyenda incluso ahora. ¿Pero Sudou realmente toleraría tantas obstrucciones a sus planes sólo porque Ryoma podría estar relacionado con una persona famosa, especialmente teniendo en cuenta que nunca había confirmado realmente una conexión entre los dos?

Si realmente hubiera estado interesado en averiguarlo, podría haberle preguntado a Ryoma cuando lo conoció directamente durante la guerra civil de Rhoadserian. Pero no lo hizo. Por qué?

Esto llevó a Koichiro a la segunda posibilidad. Y si Sudou creía que las intervenciones de Ryoma eran realmente beneficiosas?

Eso le pareció a Koichiro poco realista. Los daños que causó Ryoma no fueron lo suficientemente grandes como para influir en los escalones más altos de la Organización o en su influencia general. Pero al mismo tiempo, no eran tan insignificantes como para simplemente barrerlos debajo de la alfombra.

Las intervenciones de Ryoma significaron que Sudou tuvo que cambiar enormemente sus planes. Afortunadamente, estaba allí para revisar las cosas sobre el terreno en casi cada paso del camino, pero no había forma de saber cuánto tiempo podría seguir haciéndolo.

En esa situación, sería plausible pensar que actuaría para eliminar el factor problemático. Después de todo, Sudou tenía la autoridad para desplegar a los perros de caza. Podría haber parecido una reacción exagerada enviarlos contra un cachorro, pero Ryoma

había obstaculizado a la Organización varias veces.

Puede que Liu Daijin mirara las hazañas de Ryoma con una ligera sonrisa, pero era difícil defenderlo a los ojos de la Organización. Si la facción radical ordenara su asesinato, la única manera de impedirlo sería reclutarlo, haciéndole compensar sus pérdidas incurridas con su servicio.

Ryoma Mikoshiba simplemente había hecho demasiado.

En la práctica, sin embargo, las cosas eran diferentes. Los informes de Sudou no atrajeron a Ryoma a ser tan peligroso. Casi sentía que estaba tratando de minimizar la amenaza que Ryoma representaba. Incluso parecía que algunas de las cosas que hizo Sudou estaban apoyando activamente y incitando a Ryoma.

Sólo hay dos razones por las que haría eso. O confía en que la Organización será capaz de manipularlo como peón, o solo quiere provocar más caos en el continente.

Pero no puedo confirmar cuál es.. Si fue el primero, eso no fue un gran problema. Pero si fuera esto último, esto causaría muchos problemas a la Organización. Lanzar el continente a una guerra caótica sería una mala jugada para ellos. “Puede que necesite hablar con este Sudou,” dijo Koichiro, suspirando. “Entendido. Haré que Kikukawa hable con él al respecto. Sudou debería estar en la capital de O’ltormea ahora mismo, entregando su informe sobre la expedición de Xarooda al emperador. Pero ya que normalmente está a cargo de las operaciones de inteligencia en Rhoadseria, deberíamos ser capaces de organizar una reunión entre ustedes dos allí.”

“Entre esto y Asuka, te he pedido demasiados favores, Zhong Jian,” dijo Koichiro disculpándose.

“No dejes que te preocupe, Koichiro,” contestó Liu, sonriendo suavemente. “Tve te pidió que me ayudaras a guiar a Zheng, y tu sobrina es como mi familia también. Lo mismo es cierto para tu, nieto, y no creo que ayudar a la familia sea ningún tipo de problema.”

Liu se levantó de su asiento y abrió la puerta a un estante situado frente a su cama.

“Bebiendo tan temprano en la mañana?” preguntó Koichiro, agrietando una sonrisa amarga ante los caracteres chinos impresos en la olla que Liu sacó. “No faltan sólo treinta minutos para el desayuno?”

Ignorando la pregunta de Koichiro, Liu abrió el sello de la olla.

“Ah, no digas eso, Koichiro”, dijo Liu mientras llenaba silenciosamente una taza con alcohol. “Piensa en esto como una tarifa por toda la ayuda que le ofrezco y sígueme el juego”. El olor a alcohol caro llenó la habitación.

Ese día, los dos compartieron bebidas en silencio hasta que Zheng apareció para decirles que el desayuno estaba preparado.

Era como si ofrecieran sus brindis a las cambiantes estrellas del destino que llevaron a esta reunión, cincuenta años después, como para recordar a sus muchos amigos, arrastrados por las corrientes del tiempo.