Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 3

Capitulo 10: Danbulf y Aizenphard

Mira pasó la noche en una pequeña posada que encontró a poca distancia de la academia. Esta posada tenía soportes de piedra característicos y paredes exteriores de madera, dentro de ella era cálida y elegante, por lo que a pesar de ser pequeña, tenía una presencia especial. El propietario era un hombre de mediana edad bien formado que administraba la posada junto con su esposa y sus dos hijas.

Tal como Mira quería, el primer piso era un comedor y cenó allí. Aunque era una posada pequeña y compacta, la comida sabía excelente y también completó su objetivo de tener una conversación inteligente con el propietario. Como era el único hombre que vivía con tres mujeres, su posición parecía muy débil.

Debe haber sido tan débil que gruñó quejas a una chica que era incluso más joven que sus hijas, pensó Mira mientras simpatizaba con él.

A la mañana siguiente, después de que se las arregló para enterarse de la situación actual de la hechicería, Mira se despertó cómodamente con el sonido de los pájaros que jugaban en el alero y comenzó a preparar un horario mientras lentamente su conciencia se despertaba.

(“Todavía hay muchos lugares que todavía tengo que ver, pero antes…”)

La vista de ayer fue revivida en la cabeza de Mira. Era Amaratte montando cómodamente en un oso de roca cuando se fue.

Al mismo tiempo, algo caliente brotó dentro de ella. Era un deseo probar algo que antes era imposible. Montar en una invocación se convirtió en la prioridad número uno de Mira que ocupaba su pensamiento.

Se ocupó de sus asuntos matutinos, orgullosa de haberse acostumbrado a ellos, luego se vistió y salió de la habitación. Mientras bajaba las escaleras, un olor le hizo cosquillas en la nariz y se asomó dentro del comedor con sus expectativas aumentadas.

También había mucha gente disfrutando del comedor que no se quedaba en la posada, razón por la cual se tomaron muchos asientos. Entre todo eso, al ver a los padres e hijas trabajar juntos, Mira sintió un calor indescriptible y sus mejillas se aflojaron.

Esta posada que la cuido durante la noche se llamaba “Restaurante a la Luz de la Luna, Posada Belleza Natural”, según el propietario. La parte de “Restaurante a la Luz de la Luna”

era el nombre de la parte del comedor y “Posada Belleza Natural” era el nombre de la parte de la posada. Cuando Mira preguntó por qué estaba dividido, el propietario explicó que administraba el restaurante y que su esposa administraba la posada, y que sus hijas estaban ayudándolos a ambos.

“Seguro que está animado tan temprano en la mañana.”

Recordando lo que ella habló con él anoche, Mira se sentó en el mostrador y hablo así con el dueño.

“Ohh, es Mira-chan. ¡Buenos días! Vaya que tienes razón, pero aún estamos cerca del pico.” El dueño dijo y se rio de buena gana.

“Mm-hm, buenos días.” Respondió Mira, luego inclinó la cabeza al ver un Au Lait de Moscatel que apareció frente a ella a pesar de que ella no lo ordeno.

“Eres linda, Mira-chan, así que es un pequeño servicio de mi parte. Pero no le digas a mi esposa o hijas, ¿de acuerdo?”

El dueño pasó su mirada por los alrededores y levantó la esquina de sus labios. Los Au Lait de Moscatel era la famosa especialidad de esta tienda y la noche anterior Mira ordenó cinco de ellos. Parecía que el dueño lo recordaba. Se volvió un poco generoso al ver que a ella realmente le gustaba la mercancía original de su tienda.

“Bueno, entonces lo aceptare con gusto, mm.”

Cuando inclinó ligeramente el vaso, el sabor y la acidez de la uva moscatel mezclados con leche dulce hicieron que la lengua de Mira se regocijara.

El menú del desayuno consistía en pan y mermelada de fresa, así como potaje de calabaza y huevos. Fue un desayuno muy típico. En medio de su comida, Mira tenía como acompañamiento mermelada de fresa que la hija del dueño le sirvió. Aunque las comidas lujosas son agradables, este tipo de comida común se adaptaba mejor a su naturaleza. Mira recibió la impresión de un plebeyo cuando bebió Au Lait de Moscatel.

Después de terminar su desayuno y partir hacia la ciudad, Mira se volvió hacia la puerta que daba afuera y comenzó a caminar.

Ella decidió que era necesario un amplio espacio para que experimentara con hechizos. Su objetivo principal era montar una invocación para reducir el tiempo de viaje. En cuyo caso, concluyó que volar en el cielo y lo más rápido posible fue lo más apropiado. Y para eso, necesitaba un espacio tan amplio como pudiera encontrar…

Después de caminar durante unos treinta minutos, llegó a la pared exterior que rodea la ciudad capital del Lago Lunático. Frente a Mira había una puerta metálica gruesa y alta a la que veía, que estaba medio abierta. Esta puerta estaba cerrada por la noche y abierta por la mañana. En este momento, estaba en medio de ser abierta.

Mientras Mira esperaba que la puerta se abriera lentamente, se movía inquieta y balanceaba su cuerpo. Además de ella, también había comerciantes y aventureros que esperaban para salir.

Hubo personas que miraron hacia la puerta cuando abrieron la boca como si quisieran decir algo, ella también podía ver personas claramente irritadas.

Después de un rato, la puerta finalmente se abrió y cuando los guardias dieron la señal de que era posible pasar, la gente que esperaba comenzó a moverse. Mira siguió este flujo de personas y salió al exterior junto con ellos, luego, después de seguir un camino por un tiempo, se alejó para dirigirse a un amplio prado.

Fue la pradera Moscatel la que extendió al este del Lago Lunático. Tal como se sugiere su nombre, era un lugar donde se extendían numerosos jardines de uva moscatel.

Sintiendo el aroma ligeramente dulce, se adentró en la parte posterior y llegó a un lugar desprovisto de gente. Han pasado dos horas desde que salió de la posada.

(“Aquí no destacaré.”)

Era un espacio abierto en medio de un bosque. Si era aquí, rodeada de árboles y lejos de la carretera principal, no fue un problema lanzar una invocación bastante conspicua, Mira confirmó los alrededores y asintió. Luego, reprimiendo los sentimientos que la empujaron a la acción, extendió su mano derecha frente a ella y luego la balanceó como para sacudirse algo.

“[Habilidad de Invocación: Círculo de Restricción de Arcanos.]”

 Cuando su mano derecha dibujó una trayectoria, en ella aparecieron cuatro círculos de sujeción, uno tras otro. Luego, Mira invirtió su mano y los ascendió a [Círculo de Invocación Rosario].

“La negrura nacida en el fondo de la tierra admira la luz. La blancura elevada en el fondo de los cielos admira el azul lejano. El comienzo es un pájaro que deja ondas en el cielo azul puro. El comienzo es un sueño, que despierta los recuerdos de un gobernante supremo grabado en el ciclo de muerte y renacimiento. El anhelo que supera las capas de tiempo. Las alas dobladas cubren los sueños. Ven, sube a los cielos. Mi amado hijo.”

Junto con la voz resonante, los círculos de invocación brillaron y se superpusieron en lo alto del cielo para convertirse en un halo que cubría el cielo.

Este halo de luz aumentó gradualmente su diámetro para convertirse en una puerta para invocar al ser de escamas plateadas que superó el sonido mientras atravesaba los cielos.

“[Invocación: Dragón Imperial Aizenphard.]” 

El espacio rodeado por el enorme halo de maná estaba distorsionado y había aparecido una cola tan grande como un gran árbol. El final de la cola que parecía una hoja brillante había destellado con la tenue luz de las vidas que tomó mientras se mezclaba con la luz.

Después de eso, había dos patas traseras con garras negras, un torso revestido de escamas plateadas, brazos, alas, y finalmente, después de que apareció la cabeza, los ojos de dragón que brillaban dorados se movieron misteriosamente cuando se giraron en dirección a Mira.

El halo de luz se hizo añicos y el gobernante supremo del cielo azul bajó su cabeza de aspecto feroz y gruñó en silencio. La cabeza del Dragón Imperial se movió tan cerca de ella que sintió su aliento y al capturar toda la figura de Mira en su mirada, sus ojos se redondearon y habló.

“Padre… ¿desde cuándo te has convertido en madre?”

El Dragón Imperial que, a pesar de su apariencia, era un niño travieso que requería mucha atención, levantó la cabeza y preguntó en voz baja y tranquila.

“Bueno, si comenzara a explicarlo tomaría mucho tiempo… Sinceramente, preferiría que no tocases este tema.”

“Si pa… si mi madre lo dice, no lo preguntaré. Estoy muy feliz de tener una madre.”

Mientras lo decía, el Dragón Imperial entrecerró los ojos y se acurrucó junto a ella y gruñó de nuevo. Su apariencia se parecía a la de un niño que estaba siendo mimado por su madre, y de hecho, ante esto, Mira estaba en una posición muy cercana a la de una madre.

El comienzo fue un huevo que Mira adquirió en las ruinas del Valle del Dragón. Después de superar numerosas dificultades, hacer que eclosione y criarlo, el resultado fue el Dragón Imperial gruñendo felizmente frente a ella.

“Yo… ya veo. Bueno… mm-hm, supongo que está bien.”

Mientras acariciaba su cabeza en algún lugar entre los ojos y la boca, Mira hizo una expresión de felicidad. Parecía haberse decidido que la llamarían “madre” y también había varias cosas que le parecían mal.

Sin embargo, después de tragarse todo eso, Mira miró al Dragón Imperial que tenía más de treinta metros de largo cuando extendió sus alas y sus ojos brillaron.

Montar en la espalda de un dragón y volar en el cielo, era algo que muchos amantes de la fantasía admiraban. Y ahora, posiblemente podría volverse real para ella. No había forma de que su corazón no latiera.

“Ha pasado un tiempo, Aizenphard. ¿Tienes buena salud?”

“Sí. No tuve problemas de salud, sin embargo, fue doloroso no poder estar con mi madre. Pensé que te habrías olvidado de mí.”

Mira le habló suavemente para intentar comunicarse. Aizenphard se recostó completamente aliviado y acurrucando su cabeza contra ella, respondió con un tono de voz solitario.

“¿Antes era un niño tan mimado, mm?”

Mientras empujaba su cuerpo una y otra vez, Mira detuvo su cabeza con su mano, consolándolo, y le preguntó. Recordó que Aizenphard era un niño honesto y bueno, pero no actuó de una manera tan malcriada.

“Cuando madre todavía era padre, dijiste esto: ‘un padre enseña amor estrictamente, una madre enseña amor suavemente. Por eso, no te dejes mimar.’ Pero en este momento, eres madre, así que está bien actuar mimado, ¿sí?”

“Mmh…”

Finalmente empujada por Aizenphard, Mira observo hacia el cielo mientras trazaba su memoria. Fue cuando Aizenphard salió del huevo y ella comenzó su educación espartana.

Normalmente no era algo necesario, pero durante su entrenamiento Mira lo animó con palabras estrictas. Fue una acción que hizo para crear un buen ambiente para el entrenamiento, pero Aizenphard recordó esas palabras. Y ahora que Mira se convirtió en su madre, buscó el amor gentil que antes no había recibido.

(“Siento que lo dije, mm… Hmm, en ese entonces era una frase para crear un estado de ánimo. Pero en ese caso, supongo que no puedo rechazarlo de plano…”)

Aizenphard actuó mimado hacia Mira con gestos que no correspondían al nombre de Dragón Imperial. Mira recordó la captura de pantalla que Luminaria tomó para ella, llamada “Danbulf digno y Aizenphard extendiendo sus alas majestuosamente, de pie bajo la torre iluminada por la luna” y sonrió con ironía.

“Ha pasado un tiempo, pero parece que todavía eres un niño difícil.”

Cuando Mira murmuró tan suavemente y le acarició la cabeza, de repente Aizenphard se vistió de luz plateada y comenzó a brillar.

“Mmh, ¿qué es esto?”

Ella levantó la mano en respuesta a esta luz deslumbrante y entrecerró los ojos.

Después de un momento cuando confirmó que este destello de luz se debilitó y bajó la mano, un joven con el cabello corto y plateado estaba parado frente a ella. Este joven se veía tan guapo que decir que parecía un príncipe no era suficiente, palabras como ángel o dios eran necesarias para hacer justicia a su belleza perfecta.

Mientras Mira estaba asombrada por lo que sucedió de repente, el joven cuya expresión retuvo cierta inocencia juvenil hizo una sonrisa, luego corrió para aferrarse a ella. Y encima de todo completamente desnudo.

“Madre, con esta apariencia puedo sentir el amor de mi madre con todo mi cuerpo.”

Este tono bajo y tranquilo, era la misma voz que Aizenphard uso. Mira despegó al joven que la abrazó con fuerza mientras este gruñía felizmente.

“Tú, ¿eres Aizenphard?”

“Sí madre.”

El joven y guapo Aizenphard respondió con una radiante sonrisa. Mira no esperaba que fuera capaz de adoptar una apariencia humana y vio seriamente su apariencia transformada.

(“Pensar que un dragón podría tomar una forma humana, como se esperaba de la fantasía, supongo, mm. En cuyo caso, ¿hay otros que puedan convertirse en otra cosa? Eso es algo que esperar.”)

Mientras pensaba eso, Mira acarició la cabeza de Aizenphard mientras actuaba mimado como un niño pequeño a pesar de parecer un hombre joven.

(“Esto se siente totalmente mal…”)

Tener a un hombre adulto acurrucado con ella no fue un evento feliz para ella, Mira lanzó un suspiro y maldijo las palabras que dijo en el pasado. Aun así, Aizenphard era algo así como su hijo, en quien puso mucho esfuerzo y cuidado para criar. Aunque podía retractarse de sus palabras y regresar al entrenamiento espartano, también era un hecho que lo descuidó durante treinta años, aunque fue algo que no se pudo evitar. Y así, mientras pensaba cómo debería pasar por alto todo esto, por el momento decidió dejarlo actuar mimado.

Después de dejarlo actuar así, Mira encontró un buen momento y habló. “Por cierto, hay algo que me gustaría preguntarte, ¿está bien?”

“Por supuesto que sí, madre. Dime todo lo que necesites.”

Aizenphard respondió mientras dejaba que sus ojos dorados brillaran aún más. Para el que no fue llamado por mucho tiempo, confiar en él era una alegría por encima de todo.

“Me gustaría volar por el cielo. ¿Me dejarías montarte?”

En el momento en que Mira lo dijo, Aizenphard abrió mucho los ojos con sorpresa y, siendo todo sonrisas y alegría, se puso de pie.

“¡Por supuesto! ¡Volar con mi madre en la espalda se siente como un sueño!”

Tan feliz que casi saltó de alegría, Aizenphard inmediatamente lanzó una luz plateada y volvió a su apariencia de dragón. Luego, inclinó su cuerpo hacia abajo y comenzó a sacudir la cola como un perro.

“Ahora, por favor, sube, madre.”

Cuando Aizenphard sobresalió su mano izquierda… la pata delantera izquierda, más bien, Mira usó eso como base para correr por su espalda. Conmovida por el hecho de que ella podía cabalgar sobre su espalda vestida con escamas plateadas y ancha como una isla, Mira lo confirmó dando un paso tras otro.

“Ahora, ¡vamos rápido!”

Al oírlo Aizenphard no pudo evitarlo y se puso de pie, de repente su campo de visión se elevó. Junto con temblores como los de un terremoto, Mira perdió el equilibrio y rápidamente se aferró a una escala sobresaliente.

“Vaya, no te apures tanto.”

“Mis disculpas, madre. Pero no podía esperar.”

Mientras se disculpaba, la voz de Aizenphard mostró felicidad. Al ver todo su cuerpo rebosante de felicidad, Mira pensó que no se podía evitar y se sentó en un lugar en el que era fácil hacerlo.

“Ahora, Aizenphard, puedes volar.”

“¡Sí, madre!”

Cuando Mira habló mientras controlaba su emoción, Aizenphard extendió sus alas plateadas y bajó un poco su cuerpo, luego saltó y agitó sus alas al mismo tiempo. El bosque que rodeaba el espacio vacío fue asaltado por un vendaval y varios sonidos incómodos y contundentes resonaron cuando el bosque vio al soberano supremo de los cielos.

“Bien, muy bien, Aizenphard. ¡Eres el mejor!”

En respuesta al paisaje que se veía desde lo alto con cada aleteo de sus alas, Mira finalmente llegó al punto en que no pudo reprimir su emoción y levantó la voz.

“¡También me siento así!”

Incapaz de soportarlo, Mira comenzó a mirar alrededor golpeando el suelo… o más bien, golpeando la espalda de Aizenphard. Al ser alabado por su madre, Aizenphard aumentó aún más su altitud.

Finalmente, pudiendo ver el horizonte, Mira dejó escapar un suspiro de admiración.

Montañas, bosques, asentamientos, ciudades, viejos campos de batalla, así como el cielo azul que se extendía sin fin, lo disfrutaba todo con los ojos. A diferencia de la tierra llena de cosas hechas por humanos, este mundo era amplio y se podía ver que se percibía armonioso con la naturaleza.

(“Solo con ver esto podría haber tenido sentido venir a este mundo, mm…”)

Mira grabó el mundo en el que vivía ahora mismo en su pecho, luego miró a las Torres de Plata. Ella descubrió que podía montar invocaciones a diferencia de cuando era un juego. Al mejorar su estado de ánimo por este hecho, Mira decidió dirigirse al próximo destino.

“Ahora, Aizenphard, dirígete a las torres.”

Cuando señaló con el dedo en dirección al Cuerno de Plata de la Ciudad Demonio Celestial, Aizenphard lo reconoció con un rugido feliz. Luego, mientras agitaba sus alas para permanecer en el aire, gradualmente cambió de ángulo y comenzó a brillar con una tenue luz.

“¡Vamos, madre!”

A lo largo de estas palabras, Aizenphard superó la velocidad del sonido en solo unos momentos. Pasó por las montañas que separan el Cuerno de Plata y el Lago Lunático en muy poco tiempo, y vestido con la ola de impacto de velocidad supersónica cargó en medio de un paisaje que cambia rápidamente.

Dejando atrás a Mira, a quien dejó caer. “¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉ!?”

Sintiendo una sensación como si el suelo desapareciera debajo de ella, Mira observó a Aizenphard que en poco tiempo se convirtió en un pequeño punto. Al mismo tiempo, ella comenzó a experimentar la caída libre, con un suspiro, se sacudió molesta su cabello y su atuendo.

(“Correcto… por supuesto, esto es lo que sucederá si de repente supera la velocidad del sonido… Debería haberle dicho que vuele lentamente.”)

Mira invocó a Aizenphard porque entre las invocaciones que adquirió él tenía la más alta compatibilidad con el cielo, pero ella pasó por alto por completo la más simple de las leyes de la física: la inercia.

Mientras caía, Mira redujo la velocidad con [Caminata Aérea]. Cuando levantó la vista, al otro lado de las montañas vio a Aizenphard que notó lo que sucedió y que sus contornos se estaban definiendo.

“¡Madre! ¡Mis disculpas!”

Con algunas lágrimas cayendo de sus ojos, Aizenphard voló debajo de Mira y la recibió en su espalda. Luego, mirando hacia atrás con miedo, observo a Mira cabalgando sobre su espalda.

Su expresión de alguna manera mostraba que tenía poco ánimo, en respuesta a lo cual Mira sonrió y…

“Bueno, supongo que así es como resultará. Perdón por eso, fue tan agradable que olvidé advertirlo.” Dijo ella antes de reír.

“¡MADREEEE! Lo sientooooo.”

Al no escuchar una reprimenda, sino palabras de disculpa, Aizenphard se disculpó con una voz llorosa.

“Está bien, está bien. La próxima vez vuela despacio.”

“¡Sí, madre!”

Fue solo un pequeño fracaso, esta vez aceleraron gradualmente hasta alcanzar una velocidad adecuada a la que volaron hacia las torres.

Aizenphard pasó por encima de las montañas que se extendían debajo de ellas y por encima de la tienda Vara de Plata que antes Galet le había presentado a Mira.

Aunque parecía que el paisaje se había dejado atrás lentamente, estaba volando a una velocidad superior a la de un carruaje de larga distancia, por lo que para evitar la presión del viento, se aferró a la parte posterior del cuello de Aizenphard.

(“Hace frío…”)

Actualmente se encontraban a una altitud bastante alta y hacía más frío que en tierra. Incluso si fue capaz de bloquear el viento que la golpeó desde el frente, no tenía nada que pudiera evitar todo otro viento que golpeara su cuerpo. Temblando ligeramente, Mira cerró su abrigo al frente para calentarse un poco.

(“De ahora en adelante necesito preparar algo de ropa pesada para volar en el cielo.”)

Pensando así, Mira se asomó por el costado del cuello de Aizenphard y nueve torres entraron en su vista. Pensándolo bien, las visitó el primer día que llegó a este mundo. En otras palabras, sería su segunda vez desde ese día que se encontró con Mariana.

(“Solo me concentré en cómo debería disculparme, pero… tal vez debería contarle todo a Mariana.”)

Pensando en los treinta años que Mariana espero, Salomón pasó por su cabeza. Los treinta años que siguió esperando a Danbulf.

Si había un método para volver a su apariencia original, Mira pensó en regresar en ese momento, pero dado que la Caja de Cosméticos no se podía pasar a otros debido a que estaba atrapada en la configuración del juego, aún era imposible recibirla de otros. En otras palabras, significaba que la posibilidad de que ella volviera a ser Danbulf era casi inexistente.

La excusa de que Danbulf está en la Ciudad de las Bestias Míticas no funcionaría para siempre. Y, sobre todo, ganaron los sentimientos de querer aliviar a Mariana.

Independientemente de lo que se pensara de ella, cómo se la miraba, Mira no podía seguir engañando a la chica que seguía haciendo todo lo posible por su bien.

Mira, a quien ahora alguien llamaba “madre” y volaba sobre la espalda de su hijo, sintió el basto mundo actual con todo su cuerpo mientras se miraba de forma viril a su destino.