Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 3

Capitulo 12: Luz Tenue

Cuando terminó la cena que finalmente se convirtió en algo así como una reunión estratégica, Mira, Mariana y Cleos regresaron a la Torre de la Invocación. Ya eran las diez de la noche y, sintiendo una leve somnolencia en los párpados, Mira bostezó ligeramente.

(“Debería estar bien, tomare un baño y dormiré, mm.”)

Cuando Mira pensó algo así, se paró frente a su habitación y trató de sacar la Llave Maestra, Mariana apresuradamente abrió la puerta delante de ella.

“Ohh, perdón por eso. Mariana.”

“No es nada.”

Mariana respondió en breve como si no fuera nada. Sin embargo, a pesar de que hizo algo tan simple como abrir la puerta, su expresión se desbordó de alegría por poder servir, hacer lo que había estado esperando todo este tiempo.

“Haré los preparativos para mañana y luego me iré a dormir. Buenas noches, Mira-sama, Mariana-san.”

“Hooh, ¿hay algo con lo que necesites ayuda?”

“Oh no, no es nada que requiera molestarte, Mira-sama. Mañana hay una clase para los solicitantes de contratos sobre precauciones, por lo que solo necesito hacer una verificación simple de los materiales de enseñanza.”

“Hm, ya veo. No sé hasta cuándo será, pero te dejo esta torre.”

“¡Sí, déjamelo a mí!”

Cleos respondió con fuerza y volvió a la oficina. Mira lo despidió, entró en su apartamento y luego se dirigió hacia el vestuario.

“Tú también, Mariana, puedes regresar. Asegúrate de descansar en tu habitación.”

“No, parece que debes entrar al baño, Mira-sama. Te lavaré la espalda.”

Cuando Mira abrió la puerta del vestuario y se dio la vuelta, vio a Mariana pegarse a su espalda y responder con una mirada extremadamente seria en los ojos.

“No hay necesidad de ir tan lejos.”

“Te lavaré la espalda.”

“No, como dije…”

“Lo hare…”

“Mm-hm, bien. Entonces hagámoslo…”

Perdiendo ante la presión de Mariana que se negó a retroceder a cualquier precio y mantuvo su postura, Mira acepto con una sonrisa amarga.

(“Bueno, simplemente lavarme la espalda debería estar bien. No hay necesidad de obligarme a rechazar, mm.”)

Incluso si ella fuera su ayudante, Mira sintió que eso podría haber sido pedirle demasiado, por lo que se abstuvo de hacerlo, pero si Mariana quería hacerlo tanto, entonces no había necesidad de negarse.

En cuanto a Mariana, después de no poder servir todo este tiempo, se centró en cada movimiento de Mira como para dispersar todo el deseo de servir que acumuló.

Cuando Mira trató de quitarse el abrigo de su atuendo y poner una mano sobre él, Mariana la sostuvo en silencio desde atrás y lo dobló cuidadosamente en un estante.

Cuando Mira puso una mano sobre su vestido de una pieza, gracias a las manos útiles de Mariana, se desnudó más fácilmente que cuando se lo puso.

Luego, cuando Mira se quedó con solo un par de bragas, rápidamente se las quitó y entró al baño.

Después de que ella terminó de ordenar la ropa que Mira se quitó, Mariana puso una mano en el borde de su propia ropa.

Mira estaba desconcertada.

Mariana desnuda la cuidaba de forma muy minuciosa. Mira misma hizo todo lo posible por no ver a Mariana, que confiaba en ella, de esa manera y tenía su mirada vagando, claramente comportándose de forma sospechosa. Cuanto más lo pensaba, más nerviosamente reaccionaban sus nervios ante la presencia detrás de ella y estaba perdiendo la capacidad de tomar decisiones adecuadas.

Como resultado, la hora del baño de Mira ha sido completamente dominada por Mariana. “También lavaré el frente.”

“Mm-hm.”

Mira solo consintió en todas las palabras que Mariana dijo y entregó todo su cuerpo al lavado.

Cierta cosa suave a veces le tocaba la espalda, los brazos y los hombros. En el rabillo de sus ojos apareció el color pálido de la piel. Mientras luchaba contra esas cosas que despertaban malos impulsos dentro de ella, Mira sintió un cosquilleo leve de todo su cuerpo al ser lavado y a veces de repente se sintió rígida.

Luego, unos veinte minutos más tarde, Mira logró de alguna manera tener éxito en aguantar, aunque estaba en el límite de su autocontrol.

Ella no creía que Mariana fuera tan linda, pero este evento había hecho que Mira se diera cuenta de su ternura.

Después de eso, no pudo decir que lavaría la espalda de Mariana como agradecimiento, y mientras le decía que se tomara su tiempo para descansar, Mira salió corriendo del baño como para escapar.

En el vestuario, había una bata simple y delgada. (“Como se esperaba de ella…”)

Agradecida por la atención de Mariana, Mira se puso la bata y se sentó en el sofá del apartamento, luego comenzó a disfrutar de un Au Lait de Manzana después del baño.

Mientras jugaba con el dobladillo de la túnica que tenía una buena textura, Mira comenzó a pensar en varias cosas relacionadas con la invocación, luego Mariana terminó de bañarse y salió con las mejillas sonrojadas.

“Voy a terminar de lavar esta ropa.”

“Mm-hm, por favor hazlo.”

Con una bata similar a la de Mira, Mariana sostenía en sus manos su ropa de doncella, su conjunto de ropa y sus bragas cuidadosamente dobladas. Gracias a esta aparición de Mariana y el término “lavar la ropa”, Mira recordó la Túnica del Sabio.

“Hablando de eso, cuando vine la última vez creo que me dejé una bata.”

“Si es eso, entonces la he lavado y guardado en mi habitación. Iré a traerla.” Mariana lo dijo, se inclinó y regresó a la habitación del ayudante.

(“Creo que iré a prepararme para dormir, mm.”)

Mira se apoyó en el respaldo del sofá, se estiró ligeramente y se puso de pie.

Después de terminar los preparativos para dormir, Mira estaba acostada en la cama cuando Mariana regresó con la bata en sus manos.

“La he traído.”

“Mm-hm, gracias.”

Mientras recibía la Túnica de Sabio cuidadosamente doblada, Mira se concentró en una cosa más que Mariana sostenía. Su superficie era de tela. Era lo suficientemente grande como para ser abrazado, estaba decorado de forma linda, era suave y tenía forma cilíndrica.

“¿Qué trajiste contigo?”

“Una almohada.”

Mariana respondió como si fuera perfectamente normal. Confirmando que realmente era lo que parecía ser, Mira se preguntó para qué traía eso. Aunque, podría haber una sola razón para ello.

“¿Puede ser que pretendes dormir aquí?”

“Sí.”

Ella respondió al instante como si fuera obvio.

“Pero tú ves… Como era de esperar, no puedo dormir con una chica… Somos un hombre y una mujer.”

“En este momento Mira-sama es una chica. ¿Creo que no hay problema?”

“Bueno…”

Cuando se lo dijeron, a Mira se le hizo pensar que no era un problema. Pero desde que comenzó a tomar conciencia de Mariana, pasar una noche junto a una chica encantadora como ella haría que Mira luchara contra el deseo dentro de ella. Para Mira, Mariana era alguien a quien no podía colocarle la mano por deseo.

Sin embargo, el reconocimiento de Mariana fue diferente. Ella dedicó todo de sí a Mira. En primer lugar, para los Fairyfolk, la Bendición de las Hadas tenía tales sentimientos, Mira ya era su maestra y su esposa.

“¿No quieres compartir una cama conmigo?”

Mira permaneció en silencio ya que su cerebro no pudo seguir el ritmo. Mariana bajó la cabeza y preguntó, solitaria y triste.

“No es que no quiera. Sin embargo… um.”

Por supuesto que ese no fue el caso. Mira respondió de inmediato. Aparte del problema de sus deseos, sobre todo, estaba avergonzada. Si le hubieran dicho de antemano que dormirían juntas, podría haberse resuelto un poco.

Pero para concluir, si eso era lo que Mariana deseaba, no había más remedio que estar de acuerdo.

Mira se resolvió y “bien” consintió. Luego, moviéndose desde el medio de la cama, se acostó sobre el lado izquierdo y movió un poco la almohada.

Después de colocar la almohada en el espacio abierto, Mariana se deslizó con gracia sobre la cama.

“Estoy muy feliz de verte de nuevo.”

Cuando sus dos cabezas se alinearon en la cama, Mariana murmuró con voz temblorosa. Cuando Mira se volvió en la dirección de esta voz, vio lágrimas en los ojos de Mariana.

(“Después de todo, la descuidé durante treinta años…”)

De repente Mariana tuvo un deseo de ser mimada al querer dormir juntas. Aunque fue fácil decir “treinta años”, fue mucho tiempo para vivir.

“Lo siento.”

Mirando hacia el dosel que tenía ángeles bailando en el paraíso bordado en él, Mira se volvió a disculpar.

Luego, al momento siguiente, la mano de Mariana tocó el vientre de Mira. “¿Qué es?”

Temblando en respuesta a esta sensación de cosquillas, Mira volvió su mirada hacia Mariana. En ese momento, Mariana se acercó y justo al lado de la cara de Mira. Cuando Mira entró en pánico ante este repentino suceso, la mano de Mariana se extendió aún más.

(“¿Qué… qué tipo de situación es esta?”)

“Mira-sama… una vez más.”

Cuando Mariana murmuró algo así en su oído, su mano pasó por el vientre de Mira y se superpuso con la mano derecha de Mira. Luego, al mismo tiempo, cerró los ojos húmedos, una luz pálida se filtró de la cama.

“¿Qué? Así que eso es lo que querías.”

Sintiéndose algo aliviada y algo decepcionada, con sentimientos inestables, Mira apretó la mano de Mariana y luego la soltó para volver a unir sus manos. Mientras ambas miraban el pequeño símbolo de las alas, naturalmente la mirada de Mira y Mariana se encontró.

“¿Qué pensaste que era?”

“Ugh… en verdad nada.”

Cuando Mira desvió sus ojos a toda prisa, Mariana se echó a reír y apretó la mano de Mira con un poco de fuerza.

La Bendición de las Hadas fue la prueba de que estaban fuertemente atadas. A medida que Mariana la actualizaba una y otra vez, cada vez sonreía alegremente. Al ver eso, Mira se reprochó a sí misma por todo el tiempo imaginar cosas impuras.

Mariana era pura. Ella anhelaba a Mira de manera pura. Cuando Mira volvió a entender eso, sintió que sus malos sentimientos estallaban y su espíritu se volvió brillante.

“Mira-sama.”

“¿Qué es?”

“No es nada.”

Mariana lo dijo y sonrió infantilmente.

“¿Qué fue eso?”

“Solo quería decirlo.”

Brillando con una luz tenue, las dos hablaron sobre lo que les gusta u odian, sus pasatiempos recientes y otras cosas insignificantes. Finalmente, naturalmente ambas fueron invitadas a la tierra de los sueños sin ningún orden en particular.

Mañana del día siguiente. Mira se despertó de una manera muy renovada. Y aunque acababa de despertarse, su cabeza estaba despejada. Recordando lo que sucedió la noche anterior, se sonrojó un poco avergonzada.

“Nnh, ¿ella ya está despierta?”

Mirando a su lado, Mira fijó la vista en el rastro dejado detrás de Mariana, que era su almohada. Cuando abrió el menú del brazalete, confirmó que la hora actual era poco más de las ocho de la mañana.

Después de estirarse un poco, Mira echó un vistazo al paisaje visto fuera de la ventana.

Entrecerrando los ojos un poco, contempló el animado paisaje urbano con satisfacción, y luego notó un leve y suave sonido proveniente de la sala de estar.

Era el elemento básico de una feliz mañana. Atraída por este sonido, Mira abrió la puerta de la habitación.

“Buenos días, Mira-sama.”

Preparando el desayuno en traje de doncella, Mariana saludó como siempre. En la mesa dentro de la sala llena de aroma sabroso, había vajilla para dos. Mira, que tenía admiración por esa escena de la mañana, se quedó allí por un momento olvidando el tiempo.

“¿Paso algo?”

Al ver a Mira ver en su dirección con una mirada ferviente, Mariana preguntó qué pasó. Esta voz trajo a Mira de los delirios a la realidad y…

“Ngh… no, no es nada. Buenos días.” Ella dijo y miró hacia otro lado como para esconder algo, luego inmediatamente escapó al baño.

Como se esperaba, no podía decir que estaba teniendo delirios de las dos viviendo una vida de recién casados. Después de levantarse la bata y terminar su negocio, se advirtió a sí misma por dejarse llevar por el flujo de la situación y refrenó sus emociones con fuerza.

Cuando regresó del baño, vio a Mariana con un atuendo lavado y listo. “Ahora bien, Mira-sama. Aquí está tu cambio de ropa.”

No se le dio tiempo para negarse, a Mira se le pasó ropa interior y cuando la estiró frente a ella, se quedó sin palabras. Las bragas que le pasaron estaban decoradas con encaje y cintas, siendo de diseño extremadamente femenino y lindo.

“Ahora, Mira-sama.”

“M… mm-hm.”

Aunque Mira dudó, la mirada expectante de Mariana la impulsó y se puso esas bragas.

Después de eso, Mira se quitó la bata y se volvió semidesnuda. Al ver tal aparición de Mira, Mariana sonrió satisfecha y de repente habló.

“Por cierto, Mira-sama. No vi la parte superior de la ropa interior en la lavandería, ¿no usaste alguna?”

Anoche, cuando Mira entró en el baño y ahora también, Mira solo llevaba bragas. Pensando que solo habría problemas con eso, Mariana hizo la pregunta.

“No sé cómo ponérmela, mm. Sin embargo, tengo algunas.”

“¿Las tienes contigo ahora?”

“Mm-hm.”

Mira respondió brevemente y, de la lista de artículos, sacó la bolsa con un cambio de ropa y luego la abrió. Dentro de la bolsa había varios pares de ropa interior para cambiarse, y se dividieron en dos lugares. Para usado y para no usado.

(“Ah, claro, se me olvidó sacar los que estaban para lavar.”)

“¿Son para lavar?”

Después de ver la bolsa, Mariana se dio cuenta de inmediato y sacó varias bragas arrojadas al azar. Todas ellas tenían un diseño muy simple.

“Mm-hm, ¿puedo pedirte que lo hagas?”

“Por supuesto.”

Respondiendo como si fuera natural, Mariana simplemente las dobló y sacó una cesta de la ropa del vestuario.

“¿Hay algo más?”

Cuando se le preguntó, Mira tomó el prototipo detallado inicial del atuendo de mahou shoujo y la réplica de la Túnica de Sabio que arrojó directamente dentro de la caja del artículo.

Aunque no había necesidad de ello, el atuendo prototipo fue algo que recibió de las doncellas y en el que expresaron sus sentimientos. Ese atuendo que parecía que la maldeciría si lo trataba con rudeza. En cuanto a la réplica, algún niño podría estar feliz si se lo diera.

“Esto también.”

“Entendido.”

Mariana recibió los dos conjuntos y después de ponerlos dentro de la canasta, echó un vistazo dentro de la bolsa y sacó varios sostenes.

“El tamaño… parece perfecto.”

“Es porque las doncellas del castillo lo eligieron por mí.”

Mira respondió eso  y honestamente dijo que aunque le enseñaron cómo ponérselos, lo olvidó. A continuación, Mariana tomó uno de los sostenes en la mano y se levantó.

“Entonces, te enseñaré.”

Al verse abrumada por la presión de Mariana cuando lo dijo y se acercó, Mira fue obligada a recibir su clase obedientemente.

Como también era algo señalado por Amaratte, Mira escuchó atentamente la explicación de Mariana a pesar de los leves sentimientos de vergüenza a los que estaba expuesta.

Para mostrar como ejemplo, Mariana se lo puso una vez, luego hizo que Mira se lo quitara y lo intentara varias veces para asegurarse de que Mira lo recordara.

Unas pocas docenas de repeticiones más tarde. Mira finalmente adquirió la capacidad de ponerse un sujetador.

Cuando Mira le dio las gracias, Mariana mostró alegría porque había algo que podía enseñarle a Mira y sonrió alegremente.

Después de la agitación de la ropa interior, junto con el flujo de eventos, Mira le puso el conjunto de batas mágicas y, junto con Mariana, se sentó en el asiento para disfrutar de una comida relajada.

Cuando las mejillas de Mira se aflojaron mientras bebía un cacao después de las comidas, se escuchó el sonido de una campana a intervalos iguales. Este sonido se repitió como para notificarles algo.

“Nhh, ¿qué es este sonido? ¿Es esa cosa de ayer?”

Casi en el mismo momento en que Mira hizo una pregunta, Mariana se levantó. “Es el timbre mágico de comunicación. Iré a responder.”

Mariana abrió un armario junto a la puerta. Allí, estaba el mismo dispositivo que Mira vio ayer cuando Cleos recibió una comunicación mágica de emergencia.

Cuando Mariana giró la palanca del dispositivo, la comunicación se conectó y solo por un instante hubo un sonido agudo que pasó por la habitación.

“Esta es la Torre de la Invocación, ayudante Mariana.”

[“Castillo Arkite, ayudante Süleyman. ¿Mira-sama está allí?”]

Esta llamada había llegado porque parte de los documentos que Mira trajo de vuelta fueron descifrados, pero había aparecido un pequeño problema al respecto, y se le pidió que fuera al castillo.

“Entonces… ya te vas.”

Al mismo tiempo que terminó la llamada, Mariana bajó la mirada de manera solitaria.

“Cuando el negocio termine, volveré de inmediato. Gracias Mariana. Mientras pienses en mí, este es el lugar al que pertenezco.”

Sintiéndose un poco tímida, Mira habló de los sentimientos que había notado esa noche. Mariana asintió levemente y después de acercarse a Mira, tomó su mano derecha.

Mientras brillaba la Bendición de las Hadas, ambas se sonrieron en silencio.

Para ir al castillo, fue más rápido viajar por el cielo. Sin embargo, como hacía frío en el cielo, le dijo a Mariana que era necesario un atuendo pesado por lo que ambas rebuscaron en el almacén.

Allí, Mariana encontró un abrigo perfectamente adecuado. Era un abrigo de piel que era sorprendentemente suave y más blanco que la nieve fresca. Era algo de la era de Danbulf, por lo que si bien era demasiado grande para la apariencia actual de Mira, no había problema si solo se usaba para envolverse para detener el viento.

Luego, ambas se dirigieron a la sala de Refinación de Energía y allí sacaron Piedras de Sellado Mágico elementales que serían un recuerdo para Salomón y Piedras Bomba de Sellado Mágico que podrían usarse para los contratos de invocación.

(“Me pregunto cuál es el problema. Espero que no sea algo problemático.”)

En el momento en que se dijo que había un problema, era seguro que sería un dolor de muela, pero Mira rezó porque fuera algo de bajo nivel de molestia mientras recogía las cosas que podrían necesitar.

“Bueno, entonces, ¿nos vamos?”

Con un tono de voz alegre, Cleos habló como apurando a Mira.

La comunicación mágica estaba programada para ser escuchada en todo el piso. Como no se usaban para asuntos personales, esto era más conveniente. Debido a eso, Cleos escuchó en la oficina que Mira iría al castillo y pensó que podrían ir juntos, esperó un buen momento y fue a buscarla.

“Si es posible, quería enseñarte cómo atarte el cabello.”

“Mm-hm… eso es algo… que quedara para la próxima oportunidad.”

Sosteniendo cintas en la mano, Mariana murmuró decepcionada desde el fondo de su corazón. Fue algo que sucedió cuando terminaron de preparar todo, para los toques finales Mariana peinó el cabello de Mira y ha estado deliberando sobre qué peinado debería hacer para Mira. En ese momento Cleos llegó al departamento y “voy a la academia, así que vayamos juntos” él dijo.

Mariana miró a Cleos con odio.

Sintiendo un escalofrío en su espalda y temblando, Cleos saltó al elevador. “Bueno, entonces me voy.”

“Sí. Por favor tenga cuidado.”

Cuando se sintió un poco tímida, Mira lo dijo, Mariana sonrió suavemente.

Al sentir la atmósfera primaveral de las dos, Cleos se preguntó si anoche sucedió algo entre ellas, desconcertado.

Delante de la Torre de la Invocación. A su lado había un carruaje más pequeño de lo normal que no estaba atado a ningún caballo. Era lo suficientemente grande como para dejar que una persona montara en él, estaba hecho de madera y metal, y tenía una puerta y ventanas.

“Mira-sama, no puedes montar en Aizenphard-sama.”

Cleos se paró frente al carruaje y una vez más le recordó a Mira, luego estableció un punto de emergencia de invocación en la parte superior del carruaje en forma de caja.

“Lo sé…”

Antes de que Mira malhumorada lograra una invocación adecuada para volar en el cielo, Cleos activó su hechizo.

“[Invocación: Garuda.]”

 Cuando el círculo mágico se dispersó mientras liberaba viento, en la parte superior del carruaje, reflejando la luz, y brillando con los colores del arco iris, se veía un enorme pájaro misterioso.

“Hooh… A Garuda, eh. ¿Entonces vas a montar un Garuda, mm?”

“No, lo que voy a montar es este carruaje. Estoy haciendo que Garuda lo lleve y vuele.”

Mientras Mira lo decía mientras miraba a Garuda, que era tan grande como una  casa pequeña, Cleos abrió la puerta del carruaje, llamó a un cochero y respondió con orgullo.

Por decirlo así, era un carruaje para el uso del cielo. Podría llamarse un carruaje de pájaros. Y como volaba en el cielo, era una pregunta difícil si realmente era un carruaje, pero Mira mostró una gran alegría ante esta idea.

“¡Ho-hooh! Ya veo. ¡En este caso, no importará cuán frío esté el cielo y tu trasero no duele!”

Cuando echó un vistazo dentro del carruaje, vio que estaba equipado con una pequeña mesa y un cómodo asiento. Con solo verlo se dio cuenta de que estaba espléndidamente hecho y cómodo.

Al subir al carruaje, Mira disfrutó de la comodidad del asiento y “agradable, qué agradable”, repitió.

“Normalmente es para el uso de una sola persona, pero Mira-sama es pequeña, por lo que sí nos apretamos podríamos viajar juntos. ¿Qué tal?”

Al ver a Mira actuar de esa manera, sentimientos algo paternos brotaron dentro de Cleos y sonrió aún más gentilmente de lo habitual.

“¿Está realmente bien?”

“Sí, creo que debería estar bien.”

Cuando Mira volvió a preguntar con un brillo inocente en su rostro, Cleos dijo que debería funcionar de alguna manera y entró en el carruaje. Mientras Mira se acurrucaba alegremente en la esquina, se abrió un espacio para que se sentara una persona. Ya sentado “parece que no hay problema”, dijo Cleos y cerró la puerta.

“A la capital, Lago Lunático.”

Cuando Cleos golpeó la pared y declaró, el sonido del viento golpeando las paredes comenzó a resonar en el interior.

“¿Va a volar? ¡Está VOLANDO!”

Mira observo con entusiasmo las plantas con flores acariciadas por el viento fuera de la ventana. Cuando aparecieron varias ráfagas de viento, sintieron una ligera sensación de flotación y el paisaje exterior continuó descendiendo más y más.

Poco a poco y suavemente, con cada aleteo de alas, la altitud aumentó y Mira se puso de pie para aferrarse a la ventana, luego miró hacia abajo.

Al ver a Mira actuar de esa forma, Cleos sintió una lealtad muy similar al deseo de proteger brotar dentro de él.

“¡Ohh! La torre ya es muy pequeña. Bien, qué bien. ¿Dónde puedo conseguir uno de estos?”

“¿Este carruaje? Ya ves, esto es…”

Cuando Mira se alejó de la ventana por el momento, con una expresión llena de expectativa, le preguntó. Antes Cleos le pidió que se calmara y se sentara, luego respondió que era algo que los artesanos del castillo hicieron para él, y de ser necesario, probablemente harían uno para ella.

Ansiosa por ir y preguntar una vez que llegase, Mira tomó nuestros dos frascos de Au Lait de Manzana y le pasó uno a Cleos, y junto con él disfrutó de un cómodo viaje en el cielo.