Yahari Ore no Seishun (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: Al Final, Tsurumi Rumi Elige su Propio Camino

Parte 3

 

 

Tal vez en un intento de mejorar la atmósfera, una hoguera estaba situada en el punto de partida. Cada vez que la pila de madera verde se movía, chispas volaban con un crujido.

“¡Todo listooooo! ¡El siguiente es este grupo!”


Cuando Komachi señaló a un grupo, los niños chillaban muy excitados. Una vez que todos en el grupo se habían puesto de pie, levantaron un ruido mientras lo hacían, se pusieron en una línea y se dirigieron al punto de partida.

Treinta minutos ya habían pasado desde que comenzó la prueba de coraje. Cuando se contaban los números restantes, se podía ver que cerca del setenta por ciento de los grupos había partido.

Como había sugerido Hayama, el plan iba como la seda cuando recogimos los grupos en ese mismo momento y sin colocarlos en un orden fijo. Los estudiantes de primaria, que esperaban alrededor preguntándose cuándo estarían al lado,  parecían un poco nerviosos.

Por su parte, Hayama dejó escapar un suspiro de alivio al ver por sí mismo que las cosas iban según lo previsto. Justo después de eso, le susurró algo a las orejas de Miura y Tobe. Tal vez tenían una reunión sobre la etapa final del plan.

“Cuando empiecen, por favor tomen un talismán de papel desde el pequeño santuario en medio del bosque.” Totsuka anunció las reglas simples mientras permanecía de pie en la entrada del bosque en su traje de bruja chica.

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Al principio, él se equivocaba en sus líneas, probablemente porque estaba nervioso, pero con el tiempo se acostumbró a ello después de enviar a un grupo tras otro. Ahora lo estaba haciendo bastante consumado, como se podía ver.

Estaba probablemente muy bien dejar a Komachi y Totsuka tomar el relevo desde aquí. Además, Hiratsuka-sensei estaba con ellos. No debería haber ningún problema importante.

Furtivo, empecé a hacer mi movimiento de manera que pude observar cómo iba la prueba de valor. Es hora de ver cómo los otros se manejaban por sí mismos.

Caminé a lo largo del bosque de árboles por un tiempo para que los estudiantes de primaria no detectaran mi presencia.

El primero de ellos fue en la posición de Yuigahama.

Cuando los niños de primaria pasaban, saltaron hacia fuera de la sombra del árbol. “¡Rawr! ¡Te voy a comer!”

… ¿Era mala con su intento de asustarlos? ¿Ella era Gachapin? (Un popular personaje de la televisión japonesa. Él es un dinosaurio verde. Piensen en él como barney.)

Apenas afectados por la adolescente torpe que había aparecido de repente, los estudiantes de primaria se echaron a reír y corrieron lejos.

Una vez que los estudiantes de primaria se perdieron de vista, Yuigahama se dejó caer los hombros y alegó.

“Wow… es como si fuera tonta…”

Ouch… 

Calculando sobre si debía llamarla o algo así, decidí dejarla ser por el momento. Hice uso liberal de los accesos directos, cortando a través del bosque de árboles, y luego pasó por delante.

A lo largo del camino, podía escuchar los gritos de los estudiantes de primaria.

Todos hablaban a la vez y se reían de lo aburrido que era y que no daba miedo en absoluto. Me preguntaba si no estaban tan asustados después de todo. Pero cuando hice un crujido en la hierba, sus voces se silenciaban inmediatamente.

“¿Qué fue eso justo ahora?”

“Creo que vi algo.”

“No era nada…” Podía oírlos decir ese tipo de cosas.

Lo más alarmante de todo era lo que no se podía ver. Sin revelarme a mí mismo, me apresuré al siguiente lugar.

Dentro de la selva, estaba oscuro, y eso era suficiente para hacer que se me entumeciera la piel. Podría haber sido verano, pero las noches en la meseta eran frías. Gracias a eso, no podía decir si era simplemente frío o si la sensación de frío venía desde la presencia de un ser desconocido.

El camino estaba iluminado por el resplandor de la luz de la luna inconstante y las estrellas. Mientras pasaba el tiempo, la ruta se dividió en dos.

Una figura blanca apareció en el horizonte. La luz de la luna brillaba a través de los huecos de las ramas, revelando una piel blanca de tiza, mientras que el viento hizo que la figura se balanceara como una ilusión.

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No podía reunir todas las palabras.

No era porque tenía miedo. Estaba tan fascinado por la belleza viva delante de mí que un escalofrío me corría por la columna vertebral. Se sentía mal acercarse o abrir la boca, como si la belleza representaba una línea que no se debía cruzar.

Estoy seguro de que un montón de cosas en el mundo han sido así a través del tiempo. Como historias sobre ellos que se transmiten de generación en generación, y terminan convirtiéndose en figuras sobrenaturales. Ese pensamiento al azar corrió por mi mente.

Mientras que Yukinoshita Yukino se mantuvo como un fantasma, sólo podía estar allí en trance. La luz de la luna clara y el viento frío rozaron mi cuerpo.

El tiempo se detuvo, incluso después que varios segundos habían pasado.

Se dio la vuelta, después de haber notado la presencia de alguien. Sus ojos se fijaron en mí; yo estaba en la sombra del árbol.

“¡Ahhhh!”


Sorprendida por mi repentina aparición, Yukinoshita saltó hacia atrás dos metros enteros.


“… ¿Hikigaya-kun?”

Los ojos de Yukinoshita se agitaron rápidamente y luego se alisó el pecho en relieve.

¿Qué diablos estaba pasando con esa reacción…? Me hacía sonrojar. “Veo que has estado trabajando duro.”

“Pensé que eras un fantasma… tus ojos eran de zombie.”

Hombre, aquella reacción no era totalmente linda. Me estaba volviendo con resoplido. “¿No dijiste que no existían los fantasmas?”

“De hecho lo hice.”

“Parecías con bastante miedo ahora, relativamente hablando,” dije.

Yukinoshita reaccionó con indignación. Ella me miró casualmente y lanzó un discurso incoherente.

“No tenía miedo, no por cualquier medio. Cuando crees que existe ese tipo de cosas, el cerebro vincula la imagen de forma arbitraria a la corteza visual. Desde un punto de vista médico, es bastante claro que los pensamientos de uno inducen un efecto sobre el cuerpo. Por lo tanto, los fantasmas no existen. O, para decirlo de otro modo, no existen cuando tú no crees que existen. Con toda seguridad.”

Eso apestaba a una excusa… especialmente la adición de la parte “con toda seguridad” allí al final.

“En cualquier caso, me pregunto cuánto tiempo va a continuar”, remarcó. “Sobre el setenta por ciento de ellos están listos. Va a ser más pronto”.

“…Ya veo. Sin embargo, debemos permanecer aquí por un tiempo,” ella suspiró con rigidez.

En ese momento, la hierba crujía. Los hombros de Yukinoshita se endurecieron en reacción. Así que ella realmente tenía miedo, eh.

Oh mierda. Los estudiantes de primaria nos habían alcanzado. A este ritmo, me verían en la intemperie. Justo cuando estaba a punto de esconderme en la sombra

del árbol, algo me tiró con fuerza. Cuando me di la vuelta, Yukinoshita me había cogido de la manga.

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“¿Qué quieres…?” Exigí. “¿Eh? Oh…”

Yukinoshita debió haber actuado inconscientemente, porque cuando oyó mi pregunta, parecía perpleja. Una vez que se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ella soltó la manga como si estuviera en llamas y se alejó a toda prisa.

“… No es nada en absoluto. Más importante aún, ¿no deberías darte prisa y esconderte?”

“Lo siento. Parece que fuimos un poco demasiado tarde”.

Antes de que pudiera moverse, los estudiantes de primaria se volvieron hacia el camino. El chico tuvo directo una imagen de mí a su vista.

Topandose con un hombre en ropa casual arruinaría la atmósfera espeluznante. Yo no quiero echar a perder una prueba de valor.

O eso es lo que pensaba, pero los ojos de los estudiantes de primaria resultaron ampliarse con horror.

“¡¿Un z-zombie?!”

“¡No, es un demonio!”

“¡No me gusta la mirada de sus ojos! ¡Vamos a correr!”

Los estudiantes de primaria se echaron a correr tan rápido como pudieron. Miré hacia el cielo estrellado, con la mitad de lágrimas.

Yukinoshita sonrió ampliamente y me dio unas palmaditas en el hombro. “Bien hecho. Entreteniendo a los niños. Van a tener recuerdos maravillosos gracias a tus ojos podridos, ¿no funcionarán ahora?”

“No tienes idea de cómo consolar a alguien…” ¿Por qué esta chica tiene que patearme mientras estaba caído? “Cierto, voy a ir ahora.”

“Todo bien. Hasta más tarde.”

Dejando detrás a Yukinoshita, presioné adelante. Los estudiantes de primaria podían tener la ventaja, pero podría tomar un atajo si me deslizara a través de la arboleda.

Haciendo caso omiso de casi todos los caminos, hice mi camino hasta la hoguera situada en el punto objetivo.

Cerca del santuario en la línea de meta, Ebina-san estaba agitando una rama de árbol fresca de ida y vuelta. Me preguntaba si ella estaba tratando un hechizo o algo así. Podría ser.

“¡Rezo por el nombre del cielo!” Ella estaba incluso haciendo la oración ritual sintoísta.

En cualquier caso, esta chica estaba realmente metida en ello. Al menos en lo que era la oración ritual sintoísta. Wow, me sentí como un idiota.

Bueno, que una Miko apareciera de repente delante de ti cuando tu guardia está baja podría ser bastante aterrador de hecho. Incluso estaba haciendo todo el asunto de oración ritual sintoísta. Era francamente inquietante.

Cuando me acercaba, Ebina-san se dio cuenta de mí y se dio la vuelta. “Hola, Hikitani-kun.”

“Hola. No tienes que ir a por todas”.

“Puedo hacer líneas Onmyouji como esas.” (Onmyouji son practicantes de onmyoudou, un tipo de ocultismo tradicional japonesa.)

“Que tal…”

Me preguntaba lo que se suponía sería las líneas Onmyouji…. ¿Era Seimei x Douman o algo así?* Esto se estaba volviendo demasiado complicado, así que no tenía más idea. Una cosa era cierta: la Ebina-san normal era mucho más aterradora que su cosplay de Miko.

*(Esta es una referencia al famoso omnyouji Abe no Seimei y su rival, Douman.)*

Me quedé sin miedo, dejando tras de mí un informal te veré más tarde cuando corrí lejos a toda velocidad.

***

 

 

Cuando terminé de mirar alrededor, regresé al punto de partida, donde permanecían dos o tres grupos.

Komachi designó un nuevo grupo, que fue rápidamente en su camino. Una vez que ellos estaban seguros de que los niños se habían dirigido fuera, el grupo de Hayama comenzó a moverse.

“Muy bien, Hikitani-kun. Vamos a ponernos en marcha ahora, así que voy a dejarte el resto a ti”.

“Entendido.”

Con ese bastante escaso intercambio, me fui en serio fuera del camino, vi a Hayama y los otros dos Recorridos saliendo, y luego esperé a su vez a que Rumi llegara.

La hoguera crujía, sus llamas bailaban en el viento.

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Desde muy lejos en el medio del bosque, gritos – ambos gritos y aplausos – sonaron.

Durante la espera, observé qué lo estaba haciendo Rumi. En medio de cada una de las decisiones alegres, sólo los labios de Rumi estaban fruncidos. Desde el punto de vista del profesor cerca, ella no sobresalía desde su grupo, y sin embargo, en cuanto a la chica misma se refería, el sentido de la distancia era demasiado claro; había  sido separada de las que la rodeaban.

Debido a que Rumi entendía eso también, ella mantuvo un paso de los otros. Al ver lo lejos que se iba con esos dolores por el bien de los demás hizo que mi pecho se apretara ligeramente una vez más.

Komachi sacó el móvil del bolsillo y miró la hora. “¡Muy bien!” Anunció quebradiza. “¡El siguiente en pasar es este grupo!”

De los dos grupos restantes, un grupo gritó de alegría. El último grupo suspiró en tanto decepción y alivio.

Empujado por Komachi y Totsuka, el penúltimo grupo se despidió. Una vez los vi irse, me escapé de ese lugar.

Mi destino era el cruce de caminos en el camino de montaña.


Los conos de color cerrados como si fuera poco, convirtiéndose en una carretera helada de una sola vía. Me escondí en el bosque de árboles de modo que no iba a chocar cabezas con los niños de primaria, más o menos como cuando estaba deambulando por allí antes.

El rocío nocturno que goteaba desde las hojas se sintió frío al tacto. A medida que avanzaba la noche, el aire exterior se volvió poco a poco más frío.

Bombardeé el pasado donde estaba situada Yuigahama, deslizándose a través del área de control de Yukinoshita mientras yo estaba en ello. Fui todo el camino hasta el punto que dividía el curso en dos: el camino de montaña y el camino sinuoso por el bosque, lo que llevaba más cerca de la pequeña capilla en la línea de meta.

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Desde que corrí todo el camino, estaba jadeando ligeramente. Cuando llegué a mi respiración bajo control, oculté mi cuerpo lejos de la sombra debajo de un árbol cercano. Esto no era para asustar a los niños, sino simplemente para permanecer invisible.

El penúltimo grupo pasa a través de, sus voces estridentes retrocediendo en la distancia. Una vez yo estaba seguro de que se habían ido, moví los conos de color. Bloqueé el camino que conducía al santuario y abrí el camino que no seguía hacia la meta.

Hayama, Miura y Tobe estaban al acecho en el camino que conducía a la montaña. Me acerqué a ellos y les pronuncié una cosa.

“Es la hora. Se los dejo a ustedes.”

“Entendido,” Hayama respondió de manera cortante cuando se sentó en una roca cercana. Miura y Tobe siguieron el juego para que pudieran esperar a sus órdenes de cerca.

Una vez comprobado que los tres estaban en estado de alerta, regresé al cruce y me metí en la sombra de los árboles una vez más.

Esperé a que el grupo de Rumi llegara, contando los minutos. Un minuto. Dos minutos. Ya era hora de que salieran.

Al cerrar la noche, la oscuridad en el bosque pareció espesarse. Suavemente, cerré los ojos en la oscuridad y centré mis oídos. Podía oír el ulular de los búhos y el vaivén de las ramas.

Me dolían los oídos por la atención cuando algo hacía un sonido muy cerca.

Podía escuchar las voces de varias personas. Sus voces se acercaron más vivaces. La voz de Rumi no estaba entre ellos. Pero cuando las chicas se acercaron lo suficiente para que yo los reconociera por la vista, definitivamente podía distinguir el cuerpo de Rumi. Fuera de todos los miembros de ese grupo, sólo sus bocas se apretaron con fuerza.

Pero eso, también, pondría fin a esta noche.

El líder del grupo señaló en el cruce. A pesar de que observó el camino bloqueado por los conos de colores con interés, sus pies fueron directamente a lo largo del camino abierto. Todos en el grupo la siguieron, sin dudar de su juicio por un momento.

Borré mi presencia y los seguí desde atrás, manteniendo una amplia distancia. En ese momento, una voz tranquila llamó por mi nombre.

“Hikigaya-kun. ¿Cuál es la situación?”

Cuando me di la vuelta, y Yukinoshita Yuigahama estaban de pie junto a la otra. Desde que el grupo de Rumi fue el último en entrar, las chicas ya habían terminado sus funciones como monstruos imaginarios.

“En este momento, se dirigen hacia Hayama y los demás. El tiempo va a llegar, pero ¿qué pasa con ustedes?”

“Voy, por supuesto,” dijo Yukinoshita. “Yo también”, dijo Yuigahama.

Las dos asintieron. Asentí con la cabeza hacia ellas, y luego empezamos a hacer nuestros movimientos lenta y deliberadamente.

El grupo de Rumi estaba hablando aún más fuerte en un intento de alejar el miedo a la oscuridad. A medida que avanzaban, hablaban alegremente sin parar, alguien dejó escapar un repentino “Ah”.

Varias personas se presentaron delante de ellas. “Oh, son los estudiantes de secundaria.”

Una vez que se enteraron de que era el grupo de Hayama, los estudiantes de la escuela primaria pasaron por encima de ellos.

“¡Están usando ropa súper normal!”


“¡Que vergonzoso!”

“¡Pongan un poco más de esfuerzo en ello!”

“¡Esta prueba de valor no da miedo en absoluto!”

“¡Puede ser que sean estudiantes de secundaria, pero son tan tontos!”

Al ver las caras conocidas, era probable que liberaran todo su reprimido nerviosismo. Con más vehemencia que nunca, los estudiantes de primaria se burlaban del grupo de Hayama.

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