Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 1

Capítulo 11: Día de San Valentín EX (Con Haruto Fuwa y su Hermana Difícil de Entender)

La noche había caído el 14 de febrero. Haruto, habiendo elegido huir de la casa de Itsuki en vez de lidiar con las críticas alcohólicas de Kenjiro Toki, llegó a su casa y se encontró con un dulce olor que emanaba de la cocina. Chocolate, como el que había olido en la casa de Itsuki.

“¿…?”

Le hizo levantar una ceja mientras se dirigía hacia allí, sólo para encontrar a su hermana trabajando en algo.

“¡Jee-Jee! ¡Esto es perfecto! Sólo un poco de cacao en polvo y—”

“¿…Qué estás haciendo?”

“¡¿Hyagh?!”

Su hermana giró hacia él, claramente nerviosa. El delantal que llevaba puesto tenía un par de manchas oscuras. Había un poco en una de sus mejillas también.

“¡¿Qu…Qu…Qué estás haciendo?!” gritó ella, con las mejillas coloradas. “¡Que vuelvas a casa en un momento como éste! ¡Te odio!”

“¿Hmm? Soy libre de volver a casa cuando quiera.”

“¡No, no puedes, idiota! ¡Estabas bebiendo en la casa de tu amigo, ¿verdad?! ¡No deberías haber vuelto a casa aún!”

“Sí, sí… ¿Es malo que esté en mi casa en este momento?”

“¡¿Qu…?! ¡No, no realmente! ¡Odio cuando estás por aquí, eso es todo!”

“Oh, ¿en serio? Supongo que pronto tendré que buscarme un apartamento” dijo exasperado Haruto. Esto sólo hizo que su hermana se enfadara aún más.

“¡¿Qué?! ¡T-Tú sabes que no puedes hacer eso, idiota! No es como si fueras a poder vivir por tu cuenta.”

“Claro que puedo.”

“No puedes, ¿de acuerdo? Además, si te vas, ¿quién hará mi tarea por mí? ¿Quién irá a la tienda de conveniencia para traerme cosas? ¡¿Eh?!”

“Deberías hacer tu propia tarea, al menos…”

Él sabía por experiencia previa que seguir discutiendo acerca de vivir solo sería infructuoso. Así que decidió cambiar el tema a sus estudios. Volteó los ojos hacia el mostrador de la cocina, viendo detrás de su hermana. Había varios trozos pequeños y redondeados de chocolate alineados en fila, junto con una bolsa de cacao en polvo y un tazón con chocolate derretido pegado a los costados.

“¿…Estás haciendo trufas de chocolate?”

“S-Sí. ¡¿Algún problema con eso?!”

“No, pero… ¿Por qué estás haciendo chocolates? El día de San Valentín fue hoy.”

Él tenía razón, ella llegó muy tarde para empezar con esto.

“¡No es como si quisiera regalar esto el día de San Valentín o algo así! Lo acabo de ver en la televisión y algunos de  mis amigos estaban repartiéndolos, ¡y yo también quería comer chocolate! ¡Eso es todo!”

“Uh-huh.”

Haruto podía entender el deseo de ella al ver a alguien más con chocolate. Pero aun así, no entendía por qué tenía que ser hecho a mano.

“…Bueno, espero que resulte bien. Es difícil estropear las trufas de chocolate, al menos.”

“¡Por supuesto que sí! No es como si hubiera estado estropeando la receta todo este tiempo. Va a ser el mejor chocolate de todos los tiempos.”

Ella bajó un poco la mirada.

“Y, um, supongo que podría darte un par si quieres.”

“Ahh, estoy bien, gracias. Tengo los míos.”

Levantó la bolsa de chocolate que había recibido mientras estaba en casa de Itsuki para demostrarlo. Los ojos de su hermana prácticamente se le salieron de sus órbitas.

“¡¿Qu-Quién te dio eso?!”

“Mis fans,” contestó un poco orgulloso. “Se las enviaron a mi editor.”

Su hermana puso los ojos en blanco y gruñó, exponiendo sus colmillos. “¡Bu-Bueno, mi chocolate va a saber mejor!” Prácticamente gritó, tomando la bolsa de cacao en polvo y tirándola violentamente sobre el chocolate en el mostrador.

“O-Oye— ¿agh?”

Luego tomó un chocolate y se lo metió en la boca a Haruto. Dadas las pocas opciones, lo rompió con los dientes, degustándolo con la lengua.

“¡¿Y bien?!”

“…Está bueno, supongo,” contestó Haruto. Esta era su opinión honesta. Pero también hizo que su hermana se enfadara, se quitara el delantal y lo arrojara al suelo.

“¡No puedo creer la clase de idiota que eres, hermano! ¡Ya ni siquiera quiero comer esto! ¡Esto es tu culpa, así que deberás comértelas todas a cambio!”

“¡¿Eh?!”

“¡Escúchame! ¡Tienes que comerte cada una de ellas!”

Haruto no tuvo tiempo de protestar por este trato inapropiado porque su hermana se marchó de la cocina. Aún molesto, miró el chocolate en el mostrador y tomó una pieza más. Estaba… bueno.

Todavía quedaban unas diez trufas de chocolate, que ahora estaban completamente bañadas en polvo de cacao. Parecía que sus fans tendrían que esperar al menos hasta mañana para que sus regalos fueran disfrutados.

Y mientras se comía silenciosamente los chocolates, Haruto pensó una y otra vez, No hay absolutamente nada bueno en tener una hermana menor.