Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 7

Capitulo 2: Las Malas Noticias Siempre Vienen Con Mal Clima

Parte 7

Mientras Liliana cantaba, un poderoso maná se reunió rápidamente a su alrededor. Aerith también estaba reuniendo maná, pero el de ella estaba completamente abrumada por el de Liliana. Como si lo tomara como una especie de señal, Howler regresó al lado de Liliana y comenzó a gruñir.

Su voz profunda y reverberante ondeó en el aire, doblándose sobre sí misma y aumentando en intensidad. Solo mejoró aún más los misterios que se desarrollaban a medida que la oscuridad burbujeaba y formaba un sutil relámpago negro alrededor de Howler.

A medida que su gruñido crecía y crecía, sacudió incluso la tierra de abajo, desalojando los escombros que comenzaron a flotar hacia el cielo. Era como un presagio oscuro y sobrenatural antes de algún tipo de catástrofe.

Mientras Suimei miraba esto, levantó una ceja con curiosidad. Luego, como si señalara el camino a Howler, Liliana extendió el dedo.

“¡Escúchame! ¡Deja escapar el aullido calamitoso que trae la ruina a todos! ¡Maldición Intrínseca, Inmersión Astral, Aullido de Destrucción Absoluta!”

Con sus palabras clave activadas, Howler dejó escapar un tremendo rugido. Era tan fuerte que todos los que lo escucharon se acobardaron instintivamente mientras se tapaban los oídos con las manos. Y mientras atravesaba el área, la arena y todo lo que estaba cerca comenzó a desmoronarse. En respuesta, Aerith formó una gigantesca pared de agua que empequeñecía todo lo que había usado anteriormente.

Pero incluso eso fue una mera gota en el balde ante Howler, quien cargó a ciegas hacia donde señalaba Liliana, sin dejar de aullar todo el tiempo.

En el momento en que la pálida bestia entró en contacto con la pared de agua de Aerith, estalló en una hoja de espuma blanca y espumosa como una ola masiva que se había estrellado en la orilla.

Una parte de la arena entre las dos chicas se derrumbó por la onda de choque. Y cuando todo estuvo dicho y hecho, Aerith también se derrumbó en el acto. Al ver esto, Liliana habló en voz baja con una expresión indiferente.

“La victoria es mía.”

De hecho, el primer encuentro fue para Liliana Zandyke.

***

El encuentro continuó atrayendo la atención de la audiencia mucho después de que terminó. Los soldados, magos e incluso los otros miembros de la Élite Doce se quedaron estupefactos al presenciar la magia de Liliana.

Todos se quedaron mirándola sin comprender mientras salía de la arena. Pero tenían todo el derecho a estar tan confundidos y estupefactos después de contemplar misterios que eran impensables con la magia de este mundo. La incredulidad flotaba en el aire.

“Aerith perdió…”

“Pensar que la mujer más talentosa entre los Doce Élite…”

“Nunca había visto magia como esa antes…”

“¿Es ese el verdadero poder de la magia oscura?”

La multitud continuaría hablando durante algún tiempo.

Después de salir de la arena, Liliana se reunió con Reiji y los demás, incluida Suimei, que se había reincorporado al grupo. La primera en saludarla fue la altiva Io Kuzami.

“Como se esperaba de mi discípulo. No es exagerado decir que todo lo que hizo fue la encarnación pura de la oscuridad. Incluso ese ataque final se parecía mucho a un rayo de fuerza”, dijo en un tono satisfecho con los brazos cruzados.

“Por favor, no digas… cosas tan incomprensibles. Y no somos… alumno y profesor. Si insiste en hacer alarde de tales mentiras… lo demandaré por difamación”.

“¡FUHAHAHA! ¡No hay nadie en este mundo que pueda juzgarme!”

Liliana hizo todo lo posible para apagar a Io Kuzami, pero su protesta ni siquiera pareció llegar a sus oídos. Io Kuzami se reía todo el tiempo con una mirada de satisfacción en su rostro.

Después de eso, Reiji, Titania y Lefille felicitaron a Liliana por su victoria. Una vez que terminaron de celebrar, Suimei le indicó a Liliana que se acercara a donde él y Felmenia estaban parados para que pudieran hablar en secreto.

“Liliana, el modelo de ese familiar…”

“Sí, de hecho era… un perro. Pero lo que usé como referencia… fueron esas criaturas de antes”.

“Las apariciones, ¿eh?”

Liliana asintió. Suimei lo había sospechado por su extraña apariencia, y resultó que estaba en lo cierto.

“Dijiste antes, Suimei… que no solo el de tu oponente… sino también el dominio de tus propias emociones… es importante. Así que pensé que si usaba… algo que yo mismo encontraba aterrador… sería… particularmente efectivo”.

“¡Sí, bastante! Como pensé, ¡es mejor cuando la magia que exhibes es llamativa!”

En respuesta a la explicación de Liliana, Felmenia asentía repetidamente con una mirada de satisfacción en su rostro. Probablemente estaba pensando en su conversación con Suimei sobre la potencia de fuego.

Una cantidad abrumadora de poder con una apariencia abrumadora para igualar. Tendría un tremendo efecto mental tanto en su objetivo como en su lanzador. Pero mientras Felmenia fantaseaba con todo esto, Liliana bajó la cabeza a modo de disculpa.

“La magia que usé esta vez… ha cambiado bastante… de lo que me enseñaste”.

Se había alejado del hechizo como Suimei se lo había enseñado al darle su propio giro. Ella sintió que era un defecto que debía corregirse. Sin embargo, Suimei tenía una opinión bastante diferente.

“Creo que está bien. La originalidad es la prueba de que tienes un buen manejo del material. Es cierto que si confía demasiado en sus propios sentidos, puede quedar atrapado en una trampa de su propio diseño, pero si tiene cuidado, entonces no tengo quejas. Todavía hay algunos problemas que resolver, pero en general, creo que hiciste un buen trabajo”.

Al escuchar los elogios de Suimei, Liliana sonrió encantada. De este encuentro, entendió bien que Liliana era fundamentalmente un tipo de maga diferente a Felmenia. Si Felmenia era una trabajadora, Liliana era un prodigio. En lugar del estilo propio de Suimei, el de ella se parecía más al de la asistente de Suimei, Hydemary. En cuanto a su aptitud, tenía afinidad por la brujería. Mientras no se limitara a especializarse en un solo tipo de magia, tenía el potencial de convertirse en toda una maga.

Cuando su conversación secreta llegó a su fin, Reiji los saludó a los tres y les indicó que volvieran al grupo.

“Estoy realmente sorprendida, Liliana-chan. No tenía idea de que eras tan fuerte”.

“D-De hecho… soy un ex miembro… de la Élite Doce.”

“Entonces eras uno de los miembros más fuertes, ¿eh?”

“No, eso no es del todo…”

Liliana no podía decirle exactamente a Reiji que sus habilidades actuales se debían a que Suimei le había estado enseñando magia. Sin saber qué más decir, terminó apagándose en medio de la conversación. Pero luego, por un golpe de buena o mala suerte, Io Kuzami intervino e interrumpió las cosas por completo.

“Ahora que mi discípulo ha dado un espectáculo tan bueno, yo mismo no puedo quedarme de brazos cruzados”.

“Como he estado diciendo… no soy tu…”

“Pero, por supuesto, mi discípulo tendría un gusto tan llamativo por la batalla. Heh heh heh… Para el próximo partido, entonces, ¿debo mostrarte personalmente toda la tranquila simplicidad y el refinamiento tenue de una pelea sencilla?”

Sin prestarle atención a Liliana, Io Kuzami continuó hablando de su pareja. Al escuchar esto, Reiji hizo una expresión complicada mientras se inclinaba hacia Suimei con una mano ahuecada en su boca.

“¿Escuchas lo que está diciendo, Suimei?”

“Sí, no hay forma en el infierno de que sea claro. ¿Qué sabe ella sobre la sencillez silenciosa y el refinamiento tenue?”

“Lo que sea que esté pensando cuando dice eso, probablemente no es lo que estamos pensando cuando lo escuchamos, ¿eh?”

“Lo mismo de siempre…”

“Mm, igual que siempre…”

Ambos chicos dejaron escapar un suspiro al mismo tiempo que Io Kuzami entró en la arena.

***

Después de que se reparara la destrucción causada en la arena durante el primer combate, el segundo combate estaba a punto de comenzar: la chica problemática con sus poderes chuuni a todo gas, Io Kuzami, contra Slane Zolnuf de los Elite Doce.

Zolnuf era un joven que parecía tener aproximadamente la misma edad o un poco más que Aerith. Su cabello rojo oxidado estaba alisado y tenía rasgos algo elegantes, pero la sonrisa perpetua en su rostro le restó mérito a su encanto. En todo caso, parecía superficial. También parecía ser un mago como Aerith, y llevaba un bastón corto en una mano.

Tanto él como Io Kuzami subieron a la arena sin ningún tipo de ceremonia. Y el que tomó la iniciativa en la guerra de palabras antes del partido fue este último. Llevaba su propia sonrisa como si dijera que no perdería frente a Slane de ninguna manera, forma o forma.

“Ahora bien, ¿se supone que eres mi oponente?” ella preguntó. “¿No eres un bastardo de aspecto cutre? Que envíen a gente como tú contra mí… Esto es un insulto”.

“Escuché que eres la compañera del héroe, pero ¿no te estás volviendo un poco arrogante? Si dices demasiado, ¿no será aún más vergonzoso cuando pierdas?”

Slane respondió con una mueca de desprecio a Io Kuzami hablándole. Como uno esperaría de un miembro de los Elite Doce, tenía la discreción de no enojarse por alguien que bromeaba. Pero a Io Kuzami tampoco parecía importarle particularmente que sus burlas se volvieran contra ella.

“¿Yo? ¿Perder? No. El que tendrá una degustación completa de la suciedad de la derrota en esta arena no serás otro que tú”.

“Eso es algo de confianza que tienes…”

“Esto no es confianza. Es simplemente conocimiento de lo predeterminado, eso que conoces como destino”.

“Tienes mucho descaro para decir algo tan vanidoso. ¿Quién diablos crees que soy? Soy Slane-sama de los Elite Doce, ¿me oyes?”

Con las afirmaciones  cada vez más impúdicas de Io Kuzami, Slane gradualmente se irritó más. Aunque hablaba con soltura, su tono se volvió algo más agudo. Incluso recurrió a alardear con orgullo de su puesto, pero…

“Como si me importara. Para mí, simplemente serás el bastardo con la línea del cabello en retroceso”.

“¡Maldita perra! ¡¿Tienes esa extraña tela envuelta alrededor de tu cuello, y te vas a burlar de mi glorioso peinado?!”

“Detente ahí, peón. ¿Acabas de insultar al heroico silenciador del amor, bastardo? Muy bien. Tendré especial cuidado en mostrarte personalmente las profundidades del infierno”.

Las llamas de la rabia se encendieron en ambos al ser insultados en sus estilos.

Sonaba como una disputa extremadamente insignificante, pero la audiencia se estaba metiendo en ella. Era fácil tomar partido en una disputa simple como esta, y la multitud se volvió ruidosa cuando comenzaron a gritar un aliento bastante inapropiado.

Como estaba faltándole el respeto descaradamente a los Elite Doce, era bastante esperado el abucheo de Io Kuzami. Pero, a pesar de ser un campamento militar, también hubo gritos de “¡Muere!” y “¡Patea el balde ya!” viniendo hacia Slane, dando una idea de lo que la gente realmente pensaba de él.

“Te voy a matar”.

“Tus pecados son tu ignorancia y tu desprecio por este accesorio favorito mío. Los expiarás con tu muerte”.

Cuando su  intercambio infantil y vicioso  llegó a  su fin,  el encuentro comenzó… Comenzó, pero a diferencia de Slane, quien inmediatamente tomó distancia, Io Kuzami simplemente se quedó allí con los brazos cruzados y una sonrisa intrépida en su rostro. Ella no se movía. Ella no estaba cantando. Ella no estaba haciendo nada, dejando que Slane tomara la iniciativa.

“¡Oh Tierra! ¡Estírate y levántate! ¡Amenaza el punto de apoyo de mi enemigo! ¡Ground Lance!”

Cuando activó sus palabras clave, el suelo a su alrededor sobresalió hacia arriba. Arruinando la arena mientras se movía, se lanzó hacia Io Kuzami. Y en lugar de tomar una acción evasiva, se quedó perfectamente quieta como si estuviera esperando la colisión. Pero entonces, justo cuando estaba a punto de ser inundada…

“Hmph. No hay nada más tonto que usar la tierra en mi contra”.

Murmurando para sí misma como si estuviera aburrida, Io Kuzami golpeó con el pie el suelo gris de la arena. El sonido enérgico de las salpicaduras de líquido golpeó los oídos de la audiencia y la tierra que sobresalía se asentó con una explosión. Slane pareció sorprendido al ver que su hechizo había triunfado tanto, pero inmediatamente tensó su rostro.

“Así que al menos no todo bravuconería, ¿eh?”

“Por supuesto no. Soy Io Kuzami, la existencia absoluta que domina todo en el mundo”.

Como era de esperar, no pudo evitar poner un poco de estilo extra. Y mientras se declaraba en voz alta a Slane y al público, Suimei y Reiji estaban al límite de sus ingenios.

No podía salvarla ahora. Incluso en un mundo de fantasía como este, balbuceaba completamente más allá del reino del sentido común. Todo lo que pudieron hacer fue apartar la mirada.

“¿Oh si? Entonces dime: ¿es el trabajo de una existencia absoluta o lo que sea que digas ser simplemente pararte ahí con los brazos cruzados como una idiota?”

“Ahora lo has hecho. Muy bien. Mostraré una técnica poco común solo para un bastardo como tú”.

Después de ser burlado por permanecer quieta, Io Kuzami pareció emocionarse y comenzó a reír siniestramente. Pero a pesar de lo que dijo, continuó inmóvil con los brazos cruzados.

Ella todavía no estaba haciendo nada, ni siquiera acumulando su maná. Y justo cuando todos empezaron a sospechar un final anticlimático para sus burlas, la superficie del área de piedra se rompió sin previo aviso. Era como si un poder invisible lo hubiera golpeado violentamente. Al ver esto, Slane pareció decepcionado.

“Oh, ¿eso es todo lo que tienes? Todo lo que hiciste fue hacer un maldito ruido. Esa no es una técnica; eso es un farol”.

“¿Un farol, dices? Hmph. Si eso es lo que piensa, entonces debería probarlo tú mismo. Aquí.”

“¿Ah—?”

Otro sonido fuerte sonó sin que Io Kuzami hiciera nada, esta vez algo así como una bofetada seca. Era el rostro de Slane, aparentemente golpeado violentamente a un lado por una fuerza invisible.

“¡Guaah!”