Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 7

Capitulo 2: Las Malas Noticias Siempre Vienen Con Mal Clima

Parte 5

Actualmente, Aerith Melfein de los Elite Doce del Imperio estaba rodeada por una multitud de soldados que estaban hombro con hombro sin ningún indicio de una brecha entre ellos. Ella estaba completamente rodeada. Pero no era solo ella, ¿sabe? Porque pararse con ella dentro de ese cerco había otro, al menos un antiguo, miembro de la Élite Doce.

Decir que estaban rodeados hizo que la situación pareciera terrible. Pero en lugar de estar rodeados de enemigos, estaban rodeados  de una audiencia. Los soldados que se habían reunido alrededor de la arena improvisada de piedra toscamente tallada habían venido para presenciar el partido que estaban a punto de tener.

Todo esto había sido orquestado por el líder de los Elite Doce, Gorgan, como una forma de demostrar la fuerza del Imperio sobre los intrusos extranjeros que habían sido traídos para ayudar con la batalla en curso: el héroe de Astel, la Princesa Decapitadora del Crepúsculo de Astel, y sus compañeros.

Afirmó que era para demostrar su valía, o la falta de ella, en la próxima pelea con los demonios, pero eso era pura pretensión.

Cada uno de los compañeros en cuestión estaría luchando en un combate contra uno de los Elite Doce, y Aerith había sido elegida como la primera en el Imperio.

Aunque Aerith tenía una posición prestigiosa como parte de los Elite Doce, había comenzado su vida como la hija de un humilde granjero de una pequeña aldea en el sur del Imperio.

La aldea siempre estuvo necesitada de mano de obra, por lo que su hermano y hermana mayor, así como su hermano y hermana menores, todos se ganaban la vida trabajando allí, en su ciudad natal. La propia Aerith había ayudado a su madre y su padre junto a sus hermanos hasta que fue adulta.

Siempre había pensado que, al igual que todas las demás jóvenes de la ciudad, se casaría con un hombre de la zona y seguiría manteniendo a su familia y al pueblo hasta que muriera. Después de todo, esa era la vida esperada de la hija del granjero.

Pero esa vida esperada dio un giro inesperado cuando los magos del Instituto Mágico aparecieron en la ciudad. En ese momento, el emperador fue presionado para fortalecer el ejército y había enviado exploradores por todo el Imperio para reclutar a cualquiera con talento para la magia.

Lo que estaban buscando era extremadamente simple: era puramente una cuestión de si uno tenía o no conexión a tierra y potencial.

El Instituto de Magia reunió a todos los hombres y mujeres en el centro de la ciudad y comenzó a tomar sus medidas. Cuando lo hicieron, se enteraron de que Aerith tenía una fuerte disposición para la magia.

Y el resto es historia. A cambio de un salario considerable, Aerith fue invitada a la capital imperial, se convirtió en una de sus magas y finalmente fue incluida en la Elite Doce. Había avanzado a grandes zancadas, pero cada paso de su viaje fue duramente peleado y bien merecido.

Para convertirse en una maga imperial, primero tenía que asistir al Instituto de Magia. Pero como era una patán del campo y su piel era morena como el trigo, había pasado sus días allí bajo el constante e incesante ridículo de sus compañeros.

Sin embargo, a pesar de su acoso, Aerith continuó estudiando magia sin darse por vencida y finalmente se elevó por encima de todos  ellos. Cuando se determinó que estaba en condiciones  de participar en un combate real, pasó a distinguirse en el campo de batalla.

Como resultado, fue elegida por la realeza y finalmente fue seleccionada para unirse a la Elite Doce, la más joven en ese momento. Para Aerith, no había mayor honor en el que pudiera pensar.

Había superado con creces a sus torturadores en el Instituto de Magia, esos tontos egoístas que estaban tan orgullosos de su nacimiento y talento innato. Los había superado a todos con trabajo duro y esfuerzo constante.

Ella se enorgullecía de eso, y era la base de su confianza en sí misma.

Después de todo, ella era la chica ingeniosa y trabajadora que era el miembro más joven en ser incluido en el Elite Doce. Esa era la reputación de Aerith. O al menos lo había sido hace varios años.

Desde entonces, había sido eclipsada por Liliana Zandyke, la hija adoptiva de otro miembro de la Élite Doce, Rogue Zandyke. Manejaba un poder Elemental raro que desafiaba y profanaba la luz, el atributo de la oscuridad.

Había batido el récord de Aerith antes de los cinco años. Si Aerith había dado grandes pasos para llegar a su lugar como parte de la Élite Doce, entonces Liliana lo había hecho todo en un inmenso salto.

Después de varios exámenes bajo el patrocinio de Rogue Zandyke, Liliana fue incluida en el Elite Doce sin siquiera poner un pie en el campo de batalla, y mucho menos inscribirse en el Instituto de Magia.

No había forma de que Aerith no estuviera descontenta con este desarrollo. Liliana también era de una aldea en los palos, pero solo porque había sido descubierta por un miembro de los Elite Doce, le habían otorgado un puesto en el que Aerith había tenido que trabajar y luchar.

Además de eso, había robado el título de Aerith como la más joven en unirse a los Elite Doce. Aunque nunca dejó que se notara, ese resentimiento seguía carcomiendo lo más profundo de su corazón.

Y a medida que Liliana cumplía sus misiones y acumulaba logros uno tras otro, la hostilidad de Aerith hacia ella solo se hizo más fuerte. Se cruzaban de vez en cuando en misiones, pero solo la vista de Liliana era suficiente para irritar a Aerith. No hace falta decir que estaba especialmente disgustada de que Liliana participara en la próxima pelea.

Había entrado en la arena con ese disgusto hirviendo en su corazón. Este sería el gran escenario en el que ella misma sería la autora de la derrota de Liliana Zandyke. Quería que este fuera el fin de los oscuros sentimientos que la atormentaban. Y quería demostrar de una vez por todas quién era realmente superior.

Desde la arena, se volvió y miró a dos personas entre la multitud. Fueron los otros dos contendientes elegidos para participar en los partidos al igual que Aerith.

“Vamos, vamos, Senpai. Si te pones demasiado nerviosa, afectará la pelea, ¿no es así? ¿Estás realmente bien ahí fuera? ”

El que la llamaba, su voz como agua fría ante su determinación hirviente, era otro miembro de la Élite Doce, Slane Zolnuf. Era un joven que había sido incluido en el Elite Doce recientemente. Aunque era mayor que Aerith, todavía era menor que ella.

Era perspicaz pero jactancioso, y siempre se conducía de una manera que menospreciaba y despreciaba a los demás. Por eso, Aerith no se preocupó mucho por él. Se suponía que los Elite Doce eran nobles emisarios del poder del Imperio, después de todo.

“Aerith, muestra el máximo de tu poder para no avergonzar a los Elite Doce, no es que un plebeyo como tú nos traiga ningún honor real”.

Siguiendo a Slane, un hombre en su mejor momento la llamó.

Con su tono pomposo, cada palabra que salió de su boca lo traicionó como un típico noble repugnante. Su nombre era Baaldan Dostolf Zegent. Se había unido a las filas de los Elite Doce al usar su influencia para aprovechar una oportunidad mientras les faltaba un miembro, y solo estaba en condiciones de disputarse para el puesto.

Su poder como mago era seguro, pero su poder no iba acompañado de una buena técnica u otras habilidades notables. Sin embargo, debido a que mostró un talento incomparable para el engaño, se las arregló para mantener su lugar. De una manera completamente diferente a Slane, también era un hombre desagradable.

En cualquier época, época y mundo, era bastante común que los magos poderosos fueran excéntricos, pero los Elite Doce actuales eran peores que eso.

Habían ido más allá de lo excéntrico; eran simplemente despreciables. Para Aerith, los únicos miembros íntegros del lote eran probablemente Graziella y Gorgan. Pero a sus ojos, Liliana era peor incluso que Slane y Baaldan.

Nunca había merecido llamarse a sí misma parte de la Elite Doce. Ella no era más que una maga humilde que había sacado provecho de la fama de su padre.

Los Elite Doce no son tan ingenuos…

Aerith ya no podía soportar a aquellos que confiaban en la influencia de sus padres o aquellos que no tenían un talento real para pavonearse en una farsa de importancia. Ella pondría en juego su orgullo como alguien que había trabajado por su lugar en la vida para derribarlos.

Justo antes de que ella entrara a la arena, el miembro de los Elite Doce actual al que más respetaba, además de Graziella, la había llevado a un lado para hablar. Era Gorgan Bartwood Goalt, el jefe del grupo.

“Aerith, entiendes la situación actual, ¿correcto? El hecho de que sea una ex asociada y más joven que usted no significa que pueda contenerse. El honor de los Elite Doce es por lo que estás luchando aquí”.

“Sí comandante. Entiendo completamente. Usaré mi magia de agua para demostrarle a esa niña tonta lo que significa alejarse de la Élite Doce”.

Aerith había mirado a Gorgan directamente a los ojos cuando hizo esa declaración antes de inclinar la cabeza, y Gorgan le devolvió la cabeza con satisfacción. Después de eso, había entrado en la arena donde Liliana ya estaba esperando.

“Pensar  que  alguien  que  se  escapó  volvería  descaradamente  así…

¿Significa esto que has cambiado de opinión y quieres volver a unirte a los Elite Doce?”

“No volví aquí… porque quería volver… a la Elite Doce. Y además, la única razón… me uní a la Elite Doce en primer lugar… fue para apoyar al coronel. No tengo ningún apego… a los Doce Élite… sin él”.

“Qué insolente. Probablemente estés usando esta pelea para obligar a Reanat-sama y Graziella-sama a reconocerte. A pesar de ser una niña, eres bastante astuta”.

“…”

Aunque Aerith la estaba colmando de insultos, la expresión de Liliana nunca vaciló.

Pero ese era el tipo de chica que era. A pesar de ser una niña, apenas era infantil. Incluso cuando la insultaban, no se enojaba, ni siquiera se entristecía. Era como si estuviera diciendo que tal provocación se le escapó por completo de los hombros.

Y eso fue lo que puso de los nervios a Aerith. No, todo en ella ponía de los nervios a Aerith.

“Te mostraré el tipo de poder que posee un miembro real de la Élite Doce”.

“Por favor… claro que sí”.

Ante eso, ambas chicas tomaron posturas de pelea. No hubo árbitro para llamar al comienzo del encuentro. Esta fue una pelea para demostrar la autoridad de los Elite Doce.

Tenían toda la intención de entregar una derrota tan definitiva a estos forasteros que no habría ninguna duda. Como tal, Aerith planeaba arreglar las cosas en un instante. Si ganaba la pelea desde el principio, sería la victoria más abrumadora posible, una victoria digna de los Elite Doce.

“Oh agua. Te reunirás y estallarás como un poderoso géiser. Supera el vendaval más fuerte y atraviesa a mi enemigo”.

Aerith comenzó a recitar su hechizo. Su talento para la magia, como habían descubierto los magos que habían venido a su aldea, era una afinidad extrema por el atributo del agua.

De hecho, Aerith no podía usar ningún atributo excepto el agua. Ella era el único miembro de los Elite Doce restringido a un solo atributo, pero su don para ese atributo la hacía mucho más poderosa y precisa con él que cualquier otra persona. Eso era lo que le había valido su lugar como parte de los Elite Doce.

“¡Vamos, Rapid Aqua Bullet!”

Extendiendo la mano y señalando a Liliana, activó sus palabras clave.

En el momento en que lo hizo, una gran corriente de agua se formó en la punta de su dedo y comenzó a girar como un remolino antes de que se disparara hacia adelante. Fue tan rápido que difícilmente podría seguirse a simple vista.

Además, Liliana estaba trabajando con un solo ojo, lo que significa que, naturalmente, tenía un punto ciego bastante grande.

Con todo, fue un ataque extremadamente práctico para usar contra ella. Sin embargo, Liliana evadió la bala de agua deslumbrantemente rápida como si la hubiera visto venir a kilómetros de distancia.

“¡¿Qué…?!”

Todo lo que Liliana había hecho fue saltar una vez como un conejo salvaje. Eso fue todo lo que tuvo que hacer para esquivar la bala que luego procedió a volar hacia el límite exterior de la arena y dispersarse.

Fue un ataque que debería haber sido ineludible. Sin embargo, Liliana lo había esquivado como si fuera una simple molestia. Quizás eso hubiera sido posible si hubiera conocido el hechizo, pero Aerith nunca lo había usado frente a ella.

Sin embargo, no se podía negar lo que acababa de ver con sus propios ojos. Liliana lo había esquivado con éxito.

Fue sorprendente, pero Aerith se recompuso rápidamente. Si Liliana podía evadir sus ataques, eso significaba que al menos tenía un mínimo de habilidad.

No era lo que Aerith esperaba, pero eso solo significaba que había una pequeña discrepancia entre sus predicciones y la realidad. Si se ajustaba a ese error de cálculo, entonces Liliana no tenía absolutamente ninguna posibilidad de ganar.

“¡Oh agua! ¡Te reunirás y estallarás como una gran masa de géiseres! ¡Supera el vendaval más fuerte y atraviesa a mi enemigo! ¡Rapid Aqua Bullets!”

Aerith decidió intentar el mismo hechizo de nuevo, excepto que esta vez convocó varias balas en la punta de sus dedos en lugar de una. Apuntó los cinco a Liliana y los disparó uno tras otro. Apostó a que, con Liliana tomando una acción evasiva, no podría seguir el ritmo y la última bala la sacaría con éxito. Sin embargo…

“¿Eso es todo?”

Las cinco balas de agua pasaron volando junto a Liliana. Aunque no había forma de que pudiera haber visto sus trayectorias, simplemente las esquivó como si estuviera esquivando guijarros inofensivos lanzados por un niño pequeño.

“¡Tch, no me menosprecies!” Aerith gritó, enfurecida por la provocadora pregunta y actitud de Liliana.

Y justo cuando se estaba preparando para usar su próximo hechizo, el maná de Liliana se emocionó mucho. Salió de ella, empapando la atmósfera y picando la piel de Aerith como un ácido volátil en el aire. Esta fue la manifestación de maná característica de Liliana.

“Entonces… ya es hora… de que empiece… Oh Ermitaño. Escondido en el umbral del reino de los muertos, oh sirviente de las sombras. Desde el abismo, alza tu voz inocente que hace temblar y estremecer a toda la creación”.

Liliana comenzó a recitar un extraño hechizo. Mientras tejía su cántico que decía algo, pero no un Elemento, un círculo de magia negra apareció a sus pies.

Después de eso, una multitud de agujeros negros comenzaron a aparecer a su alrededor como gusanos invisibles que devoraran el aire mismo.

Aerith supuso que esta era la especialidad de Liliana, el atributo de magia de la oscuridad. La cruda oscuridad estaba subiendo a la superficie, desapareciendo y burbujeando una vez más. Cada vez que se repitió este ciclo, aumentaba el número de burbujas que aparecían.

El atributo Magia de la oscuridad no atacó directamente a un objetivo. En cambio, fue magia lo que afectó la mente de un objetivo. Podría dejar a alguien en pánico o en coma, e incluso era posible usar esa magia para defenderse. Había muchas técnicas del atributo oscuridad que eran en conjunto misteriosas o perturbadoras.

Mientras las burbujas oscuras alrededor de Liliana seguían aumentando, Aerith se encontró completamente reacia a hacer algo.

Ante el peligro inminente de la magia oscura, las campanas de alarma sonaban en la parte posterior de su cabeza. Mientras estaba allí tratando de decidir si pasar a la ofensiva o a la defensiva, el aire  justo ante sus ojos comenzó a enconarse a medida que la oscuridad lo invadía.

Como si el aire mismo estuviera siendo arrancado lentamente, se enroscó en un vórtice. Comenzó a ver un patrón transparente asimétrico frente a ella como si estuviera observando el mundo a través de un vidrio deformado.

Finalmente, apareció una luz pálida en el centro del patrón. El espacio transparente y deformado a su alrededor adquirió gradualmente un tono azul pálido. Aerith no tenía idea de lo que estaba sucediendo y no tenía idea de lo que sucedería a continuación. Nunca había visto tanta magia antes, ni en el Instituto de Magia, ni en todos sus días en el campo de batalla.

Cuando Aerith finalmente tomó una decisión y comenzó a cantar audazmente un hechizo defensivo, algo apareció más allá de la pálida luz, la oscuridad burbujeante y el espacio retorcido: una bestia.

A juzgar por su silueta, era un perro. Pero su cuerpo resplandecía con la luz pálida fantasmal, tenía las cuencas de los ojos de tono negro que parecía que podían succionar almas, y todo su cuerpo era fácilmente de la altura de Liliana. Después de que la bestia se manifestó por completo, Liliana se acercó a ella y le acarició la cabeza con afecto.

“De ahora en adelante… tu nombre es… Howler”.

En el momento en que Liliana le dio un nombre a la bestia nacida de la oscuridad y fuegos fatuos, una luz roja brillante llenó las cuencas de sus ojos turbios. Al instante siguiente, la bestia llamada Howler lanzó un magnífico aullido que sacudió el cielo y la tierra.

El sonido, que se sintió como una descarga eléctrica en el aire, recorrió toda la arena. No, todo el campamento. Pero a pesar de todo su poder y volumen, parecía no tener ningún sentido de amenaza.

“No sé qué tipo de magia es esa, pero la magia que crea una simple bestia no podría posiblemente…”

Aerith luego cantó en voz baja un hechizo propio y se preparó para disparar una bala de agua al perro. Estaba sentado perfectamente quieto, como si esperara órdenes de su amo.

En otras palabras, fue un blanco fácil. Sin perder un momento, Aerith dejó volar su bala tan pronto como estuvo lista. Navegó por el aire más rápido de lo que la luz de maná del hechizo podría reflejarse en los ojos de la audiencia y, levantando polvo y un rocío creciente a su paso, atravesó directamente a Howler.

“Viste eso… ¿eh?”

O eso creía Aerith. Alzando preventivamente un alarde triunfal, su tono cambió rápidamente cuando se dio cuenta de lo que había sucedido. Howler no había hecho ni un solo ruido y seguía de pie justo donde había estado antes. No había movido un músculo; no había tenido que hacerlo. Justo antes de que la bala estuviera a punto de golpearlo, se había desvanecido por completo como si hubiera sido negada por alguna fuerza invisible.

La magia, sin embargo, no era algo que pudiera ser simplemente negado por otra magia. Cuando los atributos en conflicto chocaban entre sí, no era un asunto tranquilo. Especialmente no cuando los hechizos chocaban directamente.

La bala de agua debería haber tenido algún tipo de efecto en el perro. Pero ese no fue el caso; simplemente se había desvanecido en la nada. Esto también pareció sorprender un poco a Liliana, ya que entrecerró los ojos y miró a Howler pensativamente.

“Así que esto… es la extinción de la disparidad de rango”.

Aerith no entendía este fenómeno, pero actualmente no tenía tiempo para contemplarlo.

“Si mis balas de agua no funcionan, entonces…”

“No, todavía es… mi turno. ¡Ve, Howler!”

Por orden de Liliana, el perro cobró vida. Saltó alto en el aire sobre la arena y luego se lanzó sobre Aerith. Su velocidad de rayo y sus movimientos depredadores eran como los de una bestia salvaje.

No, eran los de una fiera. Pero incluso si ya no se enfrentaba a un oponente humano, Aerith no perdería la compostura tan fácilmente. Esta no fue su primera pelea por ningún tramo de la imaginación.

Si eso fuera todo lo que se necesitaba para sacudirla, nunca lo habría logrado como parte de los Elite Doce. Se mantuvo firme incluso cuando Howler se abalanzó sobre ella, moviéndose erráticamente de izquierda a derecha.

“Oh agua. De acuerdo con mis pensamientos, vuélvete ágil y resistente. Extiende desde la punta de mis dedos como una cuchilla para cortar toda la materia. Liquid Blade!”

Aerith disparó otro hechizo, naturalmente, uno de los atributos del agua. Una brizna de agua se extendió de su mano, azotando como un látigo mientras serpenteaba en el aire hacia Howler. A diferencia de la bala de agua anterior, Howler tomó una acción evasiva decisiva esta vez.

Mientras esquivaba la hoja de agua que cortaba todo lo demás a su paso, Howler se retiró lo suficiente como para ganar algo de distancia de Aerith. Se movió detrás de Liliana, colocándola entre ellas.

“Tch, retorciéndose así… ¡Prueba si esto es de tu tamaño!” Con un grito, Aerith vertió todas sus fuerzas en su siguiente canto. “Oh agua. Crece grande y gira a mi alrededor en un giro. Trágate todo lo que hay dentro de tu calamidad. ¡Otorga dolor a todo lo que toques y sofoca a mis enemigos con tu abrazo! ¡Esfera de Hydro Abyss!”

En el momento en que activó sus palabras clave, el agua brotó del suelo a sus pies a un ritmo alarmante. Podía escuchar las voces sorprendidas de los soldados y las voces preocupadas de los magos que mantenían la barricada mientras continuaban saliendo. Inundó toda la arena y comenzó a girar con Aerith en su centro.

Ella no se vio afectada por el hechizo, pero el remolino que se aceleraba sumergió a todos y cada uno de los enemigos que estaban frente a ella.

Fue un ataque despiadado. Pero como le dijeron que no tuviera piedad, no le importaba si su oponente vivía o moría. No, eso fue mentira. El resultado más satisfactorio de todos sería victoria por fatalidad. Una oscura sonrisa apareció en sus labios mientras se concentraba en su hechizo. Pero luego escuchó algo.

Era la voz de Howler. Y se hacía más fuerte.

El sonido que se elevó hacia los cielos fue como un rugido, pero no había una sola palabra para describirlo correctamente. Si hubiera sido de un perro o un lobo, habría sido un aullido.

Pero esto fue diferente. Era como si la pálida bestia expulsara un trueno de sus fauces. Si alguien le hubiera dicho que esta era la legendaria bestia de la que había oído hablar cuando era niña y que causó todos los terremotos, les habría creído sin lugar a dudas.

El poder de su aullido atronador y rugiente fue así de tremendo. Sacudió el aire mismo, soplando el remolino e incluso las barricadas de la arena a su alrededor.

“¡I-Imposible!”

Aerith no pudo evitar exclamar al presenciar este increíble espectáculo. Los soldados y magos de la multitud también jadearon. Incluso los otros miembros de la Élite Doce alzaron voces de sorpresa al unísono.

La bestia nacida de la oscuridad solo debería haber podido atacar con la oscuridad. Sin embargo, había usado algún poder desconocido para contrarrestar la magia de Aerith. Se suponía que los hechizos se comportaban de formas predecibles y predeterminadas.

No había forma de que una bestia convocada pudiera de repente obtener un nuevo poder en medio del combate. Pero Aerith acababa de verlo suceder. Howler dejó escapar un gruñido y la miró a los ojos. De hecho, era realmente una bestia oscura.

Mientras estaba concentrada en Howler, Aerith de repente escuchó pasos ligeros detrás de ella. Liliana Zandyke se estaba acercando.

Mierda… 

Eso fue todo lo que Aerith pudo pensar. Liliana era la hija de un espadachín ensalzado en todo el Imperio: el Maestro de la Espada de la Sombra Solitaria, Rogue Zandyke. Aerith había escuchado que no solo era una maga capaz, sino que sabía cómo manejar una espada.

Era peligroso dejarla acercarse demasiado, incluso si tenía las manos vacías. Aerith chasqueó la lengua ante el pensamiento, pero Liliana se estaba acercando sorprendentemente rápido. Y ella estaba murmurando.

“Mi mano es el grillete confiado con un deseo oscuro. Grabe mi toque siniestro en los corazones de aquellos que están frente a mí y enfríelos con desesperación… Toque Negativo”.