Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 7

Capitulo 1: En La Residencia Yakagi

Parte 5

Mientras Liliana negaba enfáticamente con la cabeza para dejar bastante claro su rechazo, Graziella rápidamente se echó atrás sin acosarla. Su actitud hizo que Suimei pensara que solo estaba jugando a la política de las bromas, pero captó el más breve atisbo de lo que parecía una decepción en su expresión. Le dijo que, en algún lugar profundo, ella realmente quería que Liliana regresara. Era comprensible, considerando sus talentos. Tanto su ausencia como la de Rogue deben haber sido muy sentidas por el Imperio.

“Entonces, ¿cuánto de nuestra historia ya se ha compartido?” preguntó Graziella.

“Veamos… Hablamos sobre el General Demonio Ilzarl, y acabamos de terminar de hablar sobre Mizuki”, respondió Reiji.

“Ya veo. Entonces parece que llegué a tiempo para hablar de eso”.

“¿’Eso’?”

Sin saber qué era “eso”, Suimei ladeó la cabeza.

“Suimei, se refiere a la razón por la que fuimos al estado autónomo”.

“Ah, esa arma o lo que sea que algún héroe dejó atrás, ¿verdad?”

“Mm. Esta.”

Fue allí donde Reiji sacó algo de su bolsillo. Era un accesorio de plata en forma de ala con una gema azul incrustada en su centro. Era algo así como una medalla, pero su construcción era bastante delicada. Al verlo, Lefille puso una expresión de perplejidad.

“Reiji-kun, ¿qué es ese accesorio?”

Sus dudas eran naturales. Según el flujo de la conversación, todos esperaban que presentara un arma, no una joya. Al verlo, Lefille no fue la única que tenía la cabeza ladeada.

“Lefille-san, esta es el arma que se dice que dejó el héroe”.

“¿Esta?”

“Reiji-dono… A mis ojos solo parece un adorno mundano, pero ¿estás sugiriendo que está dotado de algún tipo de poder místico?”

Cuando Felmenia preguntó sobre la verdadera naturaleza del adorno, Reiji hizo una mueca como si su pregunta fuera difícil de responder.

“Ciertamente parece serlo, pero…”

Mientras trataba de explicarle las cosas a Felmenia, Reiji miró el adorno de plumas. Sin embargo, se sorprendió de lo que encontró en su mirada: Suimei con una ceja arrugada lo estaba mirando.

“¿Suimei?”

“Esto es un arma, ¿verdad? Entonces, ¿por qué parece un accesorio antiguo normal?”

“Bueno, ya ves… se transforma. En una espada”.

“En serio…”

Con un ligero suspiro, Suimei se acarició la barbilla y examinó el objeto en la mano de Reiji mientras lo miraba desde diferentes ángulos. Reiji luego hizo una expresión sombría mientras comenzaba a explicar de nuevo.

“Cuando lo  vi por primera vez,  también pensé que era extraño que pareciera un accesorio ordinario. Pero esta cosa definitivamente se transforma en un arma. Aunque no tengo ni idea de por qué es así… ”

Fue entonces que Reiji se dio cuenta de que todos los ojos de la habitación estaban puestos en él en lugar del adorno. Estaban expectantes, esperando que él se manifestara.

“Lo siento, pero no puedo convertirlo en un arma”.

“¿Qué quieres decir? Si sabes que se convierte en un arma, eso significa que lograste hacerlo antes, ¿no?” preguntó Felmenia.

“Sí, lo hice, pero parece que hay algún tipo de condición para la transformación. Solo pude hacerlo una vez”.

“Flama Blanca-dono, la única vez que Reiji-sama pudo transformarla en un arma fue en el fragor de la batalla. La situación en ese momento era sombría, pero cuando Reiji-sama lo llamó, respondió”.

“Cuando se transformó, sentí que había cerrado la brecha entre el general demonio y yo”.

“¿Quieres decir que te hizo más fuerte después de que se transformó en un arma, Reiji-kun?”

Algo de eso realmente no resonó con Lefille, pero quien respondió a sus dudas fue alguien que lo había presenciado ella misma: Graziella.

“Solo por lo que vimos, esa arma probablemente fortalece al portador y le otorga habilidades. Estaba manipulando un poder especial además del suyo. Ciertamente es apropiado para una reliquia conocida como arma de héroe”.

Graziella asintió repetidamente mientras hablaba del arma sin una pizca de broma. Ver a Reiji blandirlo debe haber dejado una fuerte impresión en ella.

En cuanto al grupo de Suimei, que no había estado allí para verlo en persona, todos estaban convencidos a medias. No es que no creyeran a sus amigos; simplemente no parecía real. Pero ese escepticismo era natural. Después de todo, ver para creer, y todo lo que podían ver en este momento era el accesorio en forma de alfiler en la mano de Reiji. Simplemente no cuadraba con lo que estaban escuchando.

“¿Suimei-dono?” Felmenia preguntó de repente, mirando a Suimei.

“Ya veo, esto es…” Suimei respondió un poco tarde en un tono sospechoso.

Mientras todos los demás hablaban, él simplemente miraba la reliquia. Parecía estar absorto en sus pensamientos más que en la conversación.

“Puede que no nos creas”, dijo Titania, “pero todo lo que hemos dicho es la verdad. Después de que Reiji-sama lo convirtió en un arma, el general demonio que me había arrinconado fue fácilmente abrumado…”

Una expresión algo extasiada en su rostro mientras relataba la pelea, parecía recordar la figura galante de Reiji en ese momento. Suimei no quería saber qué delirios pasaban por su cabeza, así que no cuestionó su relato. Sin embargo, Reiji también estaba recordando el encuentro, y de repente juntó las manos cuando un cierto pensamiento cruzó por su mente.

“Ahora que lo pienso, nunca te había visto usar una espada como esa, Tia. No tenía idea de que eras tan fuerte”.

“No, no fue nada…”

Titania respondió naturalmente de una manera humilde y elegante, pero… “Ergh…”

Lo que terminó saliendo de su boca fue un grito ahogado por su grave error. Suimei, que había jurado guardar el secreto, estaba irreprimiblemente asombrada al verla revelarse tan descuidadamente. En cuanto a la chica que había dejado escapar su secreto, estaba inquieta con ansiedad e incapaz de formar una frase adecuada.

“Ah, no, eso fue, eso fue, eso fue…”

Reiji, por otro lado, levantó una voz alegre.

“Dios, deberías haberme dicho desde el principio que eras tan hábil con una espada. Soy prácticamente un aficionado. Me hubiera encantado aprender un par de cosas de ti”.

Reiji no la estaba criticando de ninguna manera, pero la forma en que Titania se quedó sin palabras indicaba que lo había tomado de esa manera. Tenía en la cabeza que “fuerte con una espada” significaba “marimacho” significaba “no es bueno”. Así que tener su secreto expuesto sería un asunto realmente serio. Graziella miró a Titania, que se inquietaba sin cesar, y mostró una expresión curiosa.

“¿No sabías que Su Alteza Real Titania tenía talento con una espada?”

“¿Qué? ¿Ya lo sabías, Graziella-san?”

“Pero por supuesto. Su Alteza Real es—”

“¡AAAAAAAAH! ¡No! ¡No puedes, no debes, no debes! ¡No puedo permitir que diga eso, Su Alteza Imperial!”

Justo cuando Graziella estaba a punto de revelar la identidad secreta de Titania, Titania explotó en un ataque de gritos enérgicos. Graziella la contempló con mirada fría.

“No tengo idea de la razón por la que tendrías que esconderlo, pero después de pelear frente a él, ¿no es demasiado tarde para eso?”

“P-Pero…”

Al haberle señalado esto, Titania vaciló. Todavía se oponía a ello porque no quería que a Reiji le desagradara. Era lamentable a su manera, pero todos en la habitación la miraban con ojos expectantes, esperando una respuesta. Verla tan nerviosa y acorralada fue difícil para su criada, por lo que Felmenia comenzó a explicar en su lugar.

“Reiji-dono, Su Alteza Real es una de las Siete Espadas. La cuarta, para ser específico, que se conoce con el título de Princesa Decapitadora del Crepúsculo. Incluso aquí, en el norte, se la considera el pináculo del manejo de la espada”.

Prácticamente se podía escuchar el color desaparecer del rostro de Titania. Por fin, la habían descubierto. Parecía haber sido sumergida en las profundidades de la desesperación, pero la reacción de Reiji no fue la que esperaba.

“¿Wow en serio? ¡Tia, eso es asombroso!”

“¿Eh?”

“¿Estás bien, Tia?”

Titania se veía tan completamente desprevenida que a Reiji le preocupaba que algo estuviera mal. Finalmente, al darse cuenta de una disparidad entre sus expectativas, ambos parpadearon sorprendidos.

“U-Um, R-Reiji-sama, ¿no crees que soy una marimacho ahora?”

“¿Por qué habría?”

“B-Bueno, perseguir a un oponente con una espada es extremadamente impropio de una dama… ¿Cómo debería decirlo? Parece rudo para una mujer”.

“Para nada. Sobre todo porque eres tan gentil y modesta, Tia. Te respeto por eso”.

“¡¿D-De verdad?!”

“Mm.”

Reiji asintió rápidamente y el rostro de Titania se iluminó instantáneamente. Mientras tanto, las comisuras de los labios de Graziella se curvaron hacia arriba en una sonrisa torcida.

“Su Alteza Real es demasiado ingenua. Un hombre que se arriesgaría para proteger a los demás del mal nunca vería a una mujer como un adorno de su propia conquista egoísta. Además, si usar una espada convierte a una mujer en una marimacho violenta, entonces la Doncella del Santuario-dono aquí sería la encarnación absoluta de la rudeza, ¿no es así?”

“¡No me arrojes como un chiste todas y cada una de las veces!”

Cuando Graziella lanzó una mirada provocadora en dirección a Lefille, ella levantó las manos en el aire y gritó en protesta. Graziella la tenía agarrada por la nariz.

“Te dije que a Reiji no le importaría esa mierda”, dijo Suimei con un leve encogimiento de hombros mientras se volvía hacia Titania.

“¿Eh? ¿Tú también lo sabías, Suimei?” preguntó Reiji.

“¿Mmm? Ah, bueno, sí. Después de que casi me mata a golpes, me dijo que mantuviera los labios sellados”.

“¿Qué? ¿Luchaste contra Tia?”

Reiji dirigió una mirada crítica y algo sospechosa a su amigo, pero fue Titania, presa del pánico, quien respondió.

“¡N-No fue nada! Eso fue, um… Suimei y yo experimentamos un conflicto de opinión… O más bien, hubo un malentendido… Hubo varios, um, varios… ”

Titania había sido la que pidió el duelo. Incluso había levantado su espada contra Suimei sin una buena y adecuada razón para hacerlo. Era comprensible que no quisiera que Reiji supiera eso. Pero parecía que Reiji estaba bajo su propio malentendido al estilo Reiji…

“Aaah, hiciste enojar a Tia, ¿no?”

“¿Eh? ¡Espera, ¿qué?! ¡¿Cómo soy de repente el malo aquí?!”

“Quiero decir, eso es lo que pasó con Sensei después de que llegamos a este mundo. ¿No volviste a hacer algo?”

Mientras Reiji lo miraba con escepticismo, Suimei intentó defenderse. “¡¿De verdad crees que cabreé a Tia?! ¡Eso nunca sucedió!”

“No puedo pensar en nada más… imagínate. Debes haber hecho algo sin darte cuenta. ¿Qué tal si nos disculpamos por eso ahora y nos portamos bien?”

“¡Eso se resolvió hace mucho tiempo! Y yo era el que estaba en el extremo receptor allí… ¡Oye, Tia, esto es tu culpa! ¿Lo sabes bien? ¿Tia?”

“Heeheehee, ni siquiera una mujer fuerte es demasiado para Reiji-sama… Ahora que lo sé, no hay nada de qué tener miedo. Ya sea un demonio o una rival en el amor, todo lo que tengo que hacer es cortarlos y acabar con ellos…”

Titania estaba murmurando para sí misma en voz baja y aguda con una sonrisa oscura en su rostro. Era como si hubiera sufrido una revelación, solo una extrema y violenta. Suimei sintió que podía ver el aura peligrosa que la rodeaba. Reiji simplemente la miró con una sonrisa rígida.

“No sé qué le pasa, pero se ve… súper motivada, ¿verdad?” dijo Suimei. “Entonces, ¿no podemos dejar que lo pasado sea pasado?”

“…Probablemente.”

Suimei dejó escapar un gran suspiro y luego instó a cambiar de tema. Honestamente hablando, a él realmente no le importaba lo que fuera en este momento. Se puso a prueba su paciencia. Pero en medio de tal discusión, un ruido inesperado vino de la puerta entreabierta de la sala de estar. Cuando todos centraron su atención en el diminuto golpeteo, vieron a un gato solitario entrando.

“Meow.”

Era como si se estuviera anunciándose a sí mismo. ¿Quería algo? No parecía ser urgente, pero la experta en gatos residente, Liliana, se apresuró a traducir.

“Tiene una solicitud… para el héroe Reiji.”

“¿Eh? ¿Yo?”

“Sí. Los gatos parecen tener hambre… y les gustaría… ser alimentados ahora”.

“¿Entonces por eso está aquí? Bien, seguro. Si eso es todo, entonces realmente no me importa, pero…”

No pudo evitar preguntarse por qué tenía que ser él, pero como no tenía ninguna razón real para negarse, asintió y estuvo de acuerdo. Su naturaleza afectuosa se estaba apoderando de él, pero aun así, todavía estaba un poco desconcertado por la solicitud.

“Reiji-dono, me ocuparé de alimentar a los gatos. Lily, ¿está bien?”

“No, quieren que sea Reiji… sin falta. Los gatos… parecen estar interesados en él”.

“¿En mí?”

“Probablemente esté relacionado… con la protección divina que recibiste… de la invocación del héroe. Es probable que los gatos estén respondiendo… a tu poder sagrado”.

Al escuchar la teoría de Liliana, Reiji se volvió hacia el gato. “¿En realidad? ¿Quieres que sea yo?”

“¡Meow!”

Una respuesta tan adorable hizo que Reiji sonriera mientras recibía la comida de Liliana y se dirigía afuera. Aparte de odiarlos, no existía una persona que no se deleitara con el afecto de los gatos. Incluso Reiji parecía bastante feliz mientras los atendía.

Poco después de que él saliera de la habitación, Liliana frunció el ceño.

“¿Eso fue… demasiado torpe?”

Graziella pareció captar su significado y planteó una pregunta.

“Como pensé, era tu intención separar a Reiji de nosotros, ¿no es así?”

“Sí. Si Reiji está aquí… entonces hay cosas… de las que será difícil hablar. Estaba planeando que… Mizuki fuera con él, pero…”

Ante eso, Liliana lanzó una mirada de reojo en dirección a Io Kuzami. El brillo de sus ojos entrecerrados delataba una pizca de desconfianza. Sin embargo, Io Kuzami actuó como si esto no le preocupara en absoluto.

“No hay necesidad de preocuparse por mí. De hecho, puedes pensar en mí como una escultura divina cuya belleza obliga a una adoración constante”.

Ignorando todo lo demás, su símil estaba un poco ahí fuera. Si fuera cierto, sería una molestia tenerla cerca. Pero a pesar de haber logrado hacer esto sobre su belleza, en realidad solo significaba que tenía la intención de quedarse y escuchar. Mientras Liliana miraba a Suimei para confirmar si esto estaba bien, él asintió con la cabeza.

“Entonces, Lily, ¿ese gato fue algo que preparaste?” Preguntó Felmenia.

“Sí. Conseguí que los gatos… cooperaran conmigo. Debería habértelo dicho… de antemano, ¿no?”

Aparentemente, eso era lo que estaba haciendo cuando todos se reunieron por primera vez y ella estaba jugando con los gatos. Como era de esperar, todavía era extremadamente cautelosa por naturaleza.

“Ahora… ¿puedo empezar?”

Parecía que había llegado tan lejos porque tenía algo de lo que quería hablar. Mientras la atención de todos recaía sobre ella, Liliana comenzó a hablar de su forma irregular habitual.

“Esto se refiere al arma… de lo que estábamos hablando”.

“Liliana, con respecto a eso, ¿no llegamos a la conclusión de que simplemente es algo de lo que no sabemos lo suficiente?”.

Ya habían hablado de la reliquia. Pero cuando Titania señaló eso, Liliana negó con la cabeza y miró a Suimei.

“Suimei, cuando estábamos hablando… sobre el arma… tus respuestas fueron bastante vagas.”

“¿Mmm? ¿Eso es así?

“Sí. Suimei… ¿sabes… sobre esa arma? ”

“¿Qué te hace pensar eso?”

“Cuando lo estábamos discutiendo… parecías estar en otra parte. Además, cuando ves algo que no entiendes… pones una cara muy seria e inquisitiva. No había… prácticamente nada de eso”.