Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 7

Capitulo 1: En La Residencia Yakagi

Parte 1

“¿Así que eso es lo que ustedes han pasado?” Reiji murmuró en un tono serio después de que Suimei compartiera los detalles de su aventura en la Alianza.

“Sí”, respondió Suimei con un típico encogimiento de hombros. “¿Qué puedo decir? Fue bastante duro”.

“Pero pensar que incluso tu amiga de la infancia fue convocado…”

“Qué gran coincidencia, ¿eh? Cuando descubrí que ella también tenía amnesia como bonificación, realmente me asusté…”

Hablando de eso, Suimei recordó un poco lo que había sucedido al llegar a la Alianza. Después de ver a Hatsumi por casualidad en el desfile, fue a verla. Sin embargo, afirmó no conocerlo y estuvo a punto de matarlo en el acto. Considerándolo todo, fue todo un calvario.

“Pero gracias a Dios,” dijo Reiji con una sonrisa de alivio. “Seguramente te habría preocupado más si ella no hubiera recuperado sus recuerdos”.

“Puedes decir eso de nuevo”.

Al final, la amnesia de Hatsumi se resolvió. Fue un giro afortunado de los acontecimientos que Reiji celebró como amigo de Suimei. Pero parecía que estaba pasando algo más. Reiji les estaba dando a todos una sonrisa brillante, pero había inquietud en sus ojos.

“Realmente es genial que todo haya funcionado. En realidad…”

La causa del tono sombrío en la voz de Reiji fue la chica sentada a su lado. Incluso Suimei, que no tenía un talento notable para leer a los demás, notó la sombra que había caído sobre su amigo. Y tenía una idea bastante clara de lo que significaba.

En resumen,  Reiji tenía envidia de que Suimei y su grupo  hubieran regresado sanos y salvos. Pero Reiji no era exactamente del tipo que sentía o expresaba celos; se manifiesta más como agotamiento.

Y no era difícil imaginar por qué estaba tan demacrado después de regresar al Imperio con Io Kuzami a cuestas.

Sintiendo todo esto, Suimei suspiró profundamente. Reiji era un buen amigo y, como tal, Suimei no podía simplemente ignorar sus problemas. Pero, por desgracia, había más que eso sobre la mesa actualmente.

“Entonces, ¿dejaste a Héroe Hatsumi atrás en la Alianza?” preguntó Titania.

Suimei asintió, pero Felmenia retomó la historia a partir de ahí.

“Hatsumi-dono tiene su propia batalla que desea pelear. Suimei-dono respetó esto y decidió separarse de ella por el momento”.

“Suimei, ¿estás bien con eso?”

“Tengo que estarlo. Si ella tuviera su propio negocio del que ocuparse, no ayudaría en nada arrastrándola conmigo”.

“Pero ella puede cruzarse con algo peligroso en la Alianza, ¿no?” Reiji reaccionó al escuchar a Titania decir, ‘algo peligroso’.

“Sí. Mencionaste a esos Apóstoles Universales o lo que sea, ¿verdad?”

Los Apóstoles Universales eran el misterioso grupo formado por Eanru, Clarissa, Jillbert y el espejismo que habían conocido durante el motín en la capital de Miazen. Ellos eran los que manipulaban el Culto de la Anti-Diosa detrás de la cortina, y actualmente estaban planeando secuestrar a Hatsumi. De hecho, Suimei estaba muy consciente de ellos.

Cada uno de ellos era un enemigo formidable que por sí solo podía arrinconar a los miembros del grupo de Suimei. Eran fuertes, casi absurdamente, y no se podían tratar con los medios ordinarios. Tal como estaban las cosas, podría decirse que eran más una amenaza que la amenaza demoníaca.

Pero a pesar de su presencia, Suimei había dejado a Hatsumi en la Alianza. No podía decir que lo había hecho sin vacilar o preocuparse, pero había hecho lo que pensaba que tenía que hacer.

“Honestamente, esos tipos seguirían siendo un problema incluso si ella viniera conmigo, ¿verdad? No tenemos forma de saber cuándo o dónde atacarán. No importa lo que hagamos o cómo abordemos esto, nunca tendremos la iniciativa. Así que lo mejor que podemos hacer mientras tanto es que Hatsumi se ocupe de sus asuntos lo más rápido posible mientras yo encuentro la manera de regresar. Ese es el tamaño. De todos modos, lo más importante…”

Cuando Suimei presagió un cambio de tema, Reiji ya parecía saber lo que estaba insinuando. Se cruzó de brazos y empezó a gemir.

“Estás diciendo que también podríamos ser un objetivo, ¿no es así?”

“Después de lo que dijeron sobre los héroes, sí”.

“Un plan que involucra a los héroes, ¿eh? Qué grupo tan misterioso…”

El mismo Suimei no estaba seguro de lo que pretendían hacer al secuestrar a los héroes, y sin esa información, no había mucho que pudiera decir para consolar a su amigo.

Reflexionando sobre todo, se volvió hacia Lefille. Entre los Apóstoles Universales estaba Jillbert, con quien se había acercado en el Imperio. Quizás tenía los sentimientos más complejos sobre sus nuevos enemigos después de verse obligada a luchar contra un amigo. Cuando la habitación se llenó de un pesado silencio, Reiji cambió de tema.

“Entonces, somos los siguientes, ¿verdad?”

“Sí, eso es correcto”.

“Por supuesto.”

Mientras Reiji hablaba, tanto Titania como Io Kuzami asintieron. Suimei había escuchado sobre por qué se habían ido al estado autónomo en primer lugar, pero solo había obtenido un esbozo de lo que había sucedido allí. Eso incluyó recuperar la reliquia y ser atacado por un general demonio, cosas que interesaron mucho al grupo de Suimei.

“Bueno, hablando con franqueza… Después de que nos separamos de ustedes, fuimos a ver si podíamos obtener la reliquia del héroe en el estado autónomo para compensar nuestra falta de poder”.

Reiji abrió con una explicación concisa, y cada miembro del grupo de Suimei asintió para instarlo a continuar.

“Al llegar, supimos un poco sobre la reliquia de la persona a cargo del templo y finalmente nos llevaron a una cámara profunda y sellada donde se guardó. Fue allí donde nos atacó alguien que decía ser un general demonio. Luchamos contra él… No, él nos dejó ir. Después de eso, hicimos nuestro camino de regreso aquí al Imperio. ”

Era el mismo esquema que había dado cuando se reunieron afuera. Al escuchar la historia una vez más, Felmenia murmuró en un tono de desconcierto…

“¿Atacado por un general demonio…?”

Suimei también encontró inesperado que un general demonio se enfrentara directamente a Reiji. Especialmente considerando las circunstancias. Nadie debería haber sabido que él y su partido estaban en el estado autónomo en tal misión.

“¿Significa esto que los demonios han predicho las acciones de Reiji-kun?” Preguntó Lefille.

Titania negó con la cabeza. “No, ese no parece ser el caso”.

“¿Qué quieres decir?”

“El general demonio no sabía que un héroe estaría presente donde la reliquia estaba consagrada. Solo identificó a Reiji-sama como un héroe después de escuchar su nombre”.

“Se hacía llamar Ilzarl, pero parecía que el verdadero objetivo de ese hombre era la reliquia del héroe”.

“Ya veo. Así que su plan era confiscar una amenaza potencial”.

Probablemente era exactamente como sospechaba Lefille. Había muchas razones para creer que un héroe moderno eventualmente buscaría el arma legendaria. Y dado que tres de los generales demonios ya habían sido eliminados, el resto probablemente estaba ansioso por eliminar cualquier posible ventaja que los héroes pudieran obtener sobre ellos. Reflexionando sobre todo esto, Suimei de repente miró a Reiji.

“Dime… Acabas de referirte al general demonio como ‘ese hombre’, ¿no es así?”

“Sí. ¿Qué pasa con eso?

“Eso hace que parezca que él es humano, así que solo tenía un poco de curiosidad por qué lo expresaste de esa manera. ¿Te parecía uno?”

“Eh, supongo que tienes razón… Pero sí, lo hizo”.

Después de escuchar lo que dijo Suimei, Reiji pareció darse cuenta de lo que estaba hablando y asintió. Hasta ahora, los demonios y los generales demonios con los que se había encontrado Suimei eran todos seres que eran claramente inhumanos de una forma u otra, tanto que el género era una ocurrencia tardía cuando se miraba a uno.

Naturalmente, probablemente había una diferencia entre los sexos, pero no era visualmente obvia de la forma en que lo era con los humanos. Sin embargo, Reiji lo había descrito claramente como un hombre. En otras palabras, este demonio al menos tenía la apariencia externa de un hombre humano.

“Cuando apareció por primera vez, ni siquiera pensamos que fuera un demonio. Simplemente parecía un humano. Una extraña, pero humana de todos modos… Así que sí, pensando en ello, supongo que es bastante notable”.

“Entonces, cuando dijiste que te ‘dejaron ir’, Reiji-dono, ¿eso tuvo algún tipo de conexión con su peculiaridad?”

“Mm. Ese tipo era increíblemente duro. Incluso cuando todos peleamos juntos, apenas pudimos arañarlo”.

“Eso…”

“Así que fue difícil incluso con la bendición divina de Reiji, ¿eh?”

Al escuchar lo que dijo Reiji, Suimei se llevó la mano a la barbilla y gimió. Era cierto que Reiji era un completo aficionado antes de venir a este mundo, pero Suimei no pensaba que fuera débil de ninguna manera. Había luchado con demonios, había derrotado a Rajas y había competido contra Elliot. Que hubiera un oponente al que ‘apenas podía arañarlo’ era motivo de alarma. Io Kuzami, sin embargo, tuvo una visión diferente del asunto y resopló con resentimiento.

“Hmph. A ese nivel, si tuviera que hacer un esfuerzo serio…”

“Sí, al final fue Mizu— la magia de  Io Kuzami-san que parecía que realmente estaba haciendo algo”.

“¿Es eso así?”

Mientras Suimei preguntaba más, Io Kuzami agarró bruscamente su mano izquierda como para contenerla.

“Eso es tan. Bueno, ese semiogro hizo que me palpitara el brazo izquierdo, así que debería ofrecerle mis elogios, pero—”

Al ver las acciones tipo chuuni de Io Kuzami, Reiji puso una cara extraña.

“Um, ¿Io Kuzami-san? En ese momento, ¿no era tu ojo izquierdo el que palpitaba?” preguntó.

“¿Mmm? ¿Es así como fue? Entonces, en ese caso, hacer que me palpite el ojo izquierdo—”

“¡Si lo olvidaste, no es una excusa gratuita para sacar a relucir tu estúpido mal de ojo!” Suimei gritó.

Pasó de agarrar su brazo izquierdo a agarrarse el ojo izquierdo. Ya no podía soportarlo, Suimei no pudo evitar replicar. Simplemente no podía entender por qué ella tenía que exagerar cada pequeña cosa antes de estar satisfecha.

“El punto es que el general demonio era fuerte”, aclaró Reiji.

“¿Qué estás diciendo? ¿Quiere insinuar que podría haberme superado?¿Que soy más débil que él?”

“Escucha, eso es…”

Cuando Io Kuzami renovó una discusión sin sentido con Reiji, Lefille se encargó de volver a encarrilar las cosas.

“No estamos llegando a ninguna parte así, Reiji-kun. Dijiste que era fuerte, pero ¿qué significa eso? ¿Puedes darnos algún tipo de perspectiva?”

“Um, veamos…”

“¿No te lo he estado diciendo? No era más que un pequeño alevín aproximadamente al nivel de un dragonnewt, difícilmente un oponente digno de mi grandeza”.

“…”

Io Kuzami aprovechó todas y cada una de las oportunidades para volver a meterse en la conversación, e incluso Lefille estaba empezando a enfadarse. Sintiendo que este era de hecho un ejercicio infructuoso, Suimei se dirigió a Titania para una intervención. Cerró parcialmente los ojos como si recordara lo que sucedió, luego comenzó a hablar.

“El poder de ese general demonio es una amenaza considerable. Fácilmente hizo a un lado nuestra magia y manipuló un poderoso rayo rojo que no era mágico en sí mismo. Sus habilidades físicas también fueron asombrosas. ¿Cómo debería decirlo…? Ni siquiera mi velocidad pudo hacer mucho en su contra”.

“Ya veo…”

Debido a que Suimei había luchado contra Titania antes, estaba bastante familiarizado con su fuerza. Y si ella decía que el general demonio en cuestión era fuerte, Suimei sabía sin lugar a dudas que era un oponente que no debía subestimarse.

“¿Hubo algo más que le llamó la atención?”

Mientras Reiji y Titania reflexionaban sobre la pregunta de Suimei, Io Kuzami sonrió.

“¿Por qué el silencio? Solo hay un asunto más que vale la pena mencionar. Nos llamó a todos ofrendas, ¿no es así?”

“¡Ah!”

“Sí, ahora que lo mencionas…”

Al escuchar lo que dijo Io Kuzami, la bombilla pareció encenderse para los otros dos. Suimei hizo una expresión sombría.

“¿Ofrendas?”

“Por supuesto. Ese semiogro no dudó en tratar a los humanos como meros alimentos. De hecho, varios defensores del templo encontraron ese destino en sus manos”.

“Espera, espera, espera. ¿Estás diciendo que no fue solo un engaño?

¿Qué se come a la gente en serio…?”

Suimei parecía estar perdido, pero Reiji y Titania asintieron para confirmar lo que no quería escuchar. Las personas que tenían una confianza absoluta en sus habilidades solían exagerar su poder ante sus inferiores. Y eso es lo que Suimei había asumido que estaba sucediendo cuando Io Kuzami dijo por primera vez que este general demonio se refería a los humanos como ‘ofrendas’. Pero pensar que en realidad era un monstruo devorador de hombres…

Cuando Suimei miró los rostros de Reiji y Titania, pudo ver el horror en sus ojos. Habían visto la evidencia de la fiesta impía, eso estaba claro. Al parecer darse cuenta de algo, Felmenia los interrogó con una expresión sombría.

“No podría ser… Es la razón por la que Gregory-dono y los demás no están aquí porque…”

El mismo pensamiento había cruzado por la mente de Suimei. Era inusual que los caballeros que siempre estaban con Titania no estuvieran a su lado. Mientras Suimei y los demás se ponían tensos esperando la respuesta, Titania negó con la cabeza.

“Flama Blanca-dono, no hay necesidad de preocuparse. Gregory y los demás resultaron heridos y permanecieron en el estado de autogobierno, pero todos estarán bien”.

“Gracias a dios…”

“Bueno, al menos hay buenas noticias”.

Felmenia dejó escapar un suspiro de alivio y Suimei asintió con aprobación. En el caso de Felmenia, estaba preocupada por la seguridad de sus compatriotas. Suimei solo se había encontrado con Gregory y los demás de pasada, pero se ocuparon de Reiji y Mizuki. Si les pasara algo, no le sentaría bien. Pero después de que esas preocupaciones se disiparon, Lefille dejó escapar un gemido de desconcierto.

“Entiendo que quienquiera que los haya atacado a todos ustedes era un monstruo que se comía a la gente, pero ese comportamiento no es típico de los demonios…”

“Sí, también encuentro esa parte misteriosa. Ni siquiera he oído hablar de él”.

Felmenia secundó el punto de Lefille, y fue bueno. A pesar de que los demonios eran inequívocamente seres malvados e inhumanos, Suimei nunca antes había oído hablar de ellos comiendo personas.

“Yo mismo no lo entiendo, pero el oponente con el que luchamos era de hecho un monstruo devorador de hombres”.

Al final, Titania no pudo iluminarlos. Simplemente no tenían acceso a la información correcta. Todo lo que sabían era que había aparecido un general demonio amenazador. Cuando la lúgubre conversación estaba a punto de llegar a su fin, el que mencionó el aspecto devorador de hombres en primer lugar, Io Kuzami, habló.

“Mi eterno rival, ¿no tienes ideas?”

“¿Por qué me preguntas? No me arrojes esto”.

“¿Bien? Pensé que me entretendría con cualquiera de tus delirios que podría encajar”.

Suimei no podía decir lo que estaba pensando Io Kuzami mientras lo miraba con una mirada extremadamente interesada. Pero mientras trataba de averiguarlo, Reiji se inclinó hacia adelante y se hizo eco del sentimiento.

“Suimei, también me gustaría escuchar lo que piensas”.

“Oye, ¿tú también ahora…?”

Al ver que Reiji se estaba subiendo al tren, Suimei refunfuñó. ¿Por qué tenían tanta fe en la opinión de Suimei en situaciones como esta? En verdad, había mucha información que tenía que ofrecer como mago, pero si decía demasiado aquí, su identidad quedaría expuesta. Ese miedo lo reprimió y lo hizo callar.