Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 1

Capitulo 6: Cazador En Ciernes

Parte 2

Después de una breve caminata, vio a un pájaro sentado en la rama de un árbol. Aunque estos bosques eran tenues, de alguna manera podía verlo claramente.

Sin embargo, aunque podía verlo, no había forma de que su espada alcanzase a un pájaro en la copa de un árbol. Aun así, era un ave bastante grande; si podía capturarla, sin duda podría venderla por una buena suma. Y si no lo hacía, bueno, podría acabar sin comida (su alojamiento, afortunadamente, ya había sido arreglado).

Mile miró al suelo, vio una roca del tamaño de un puño y la recogió. Terminó y se lo lanzó al pájaro tan fuerte como pudo.

Bwam!

Un gran rugido que reverberaba por todo el bosque.

El pájaro desapareció de la vista. La parte superior del árbol, donde el ave había estado sentada, también desapareció.

De alguna manera, no tuvo la impresión de que el pájaro había huido.

Su visión aún más aguda de lo normal, Mile podía ver claramente trozos de carne y plumas, y algunas manchas de sangre, salpicadas contra el árbol que quedaba.

“Noooooooooo…”

Unos minutos más tarde, empezó a caminar una vez más, los bolsillos de su túnica rellenos de una serie de pequeñas piedras, cada una del tamaño de la punta de su meñique.

Algo de ese tamaño solo debería perforarles, pensó, decidiendo que apuntaría a sus cabezas. Mile era, después de todo, una chica inteligente.

Sin embargo, quizás debido al terrible sonido rugiente, no había otro animal a la vista. Sin ninguna otra opción, Mile recurrió a la recolección de hierbas.

Sin embargo, había oído que eran excepcionalmente difíciles de encontrar, por lo que tuvo que emplear un poco de astucia. De acuerdo, pensó ella. Es hora de un poco de magia de localización.

Mile era el tipo de persona que pensaba que no tenía sentido hacer mucho trabajo duro si se tenía acceso a una herramienta que pudiera ayudarlo.

“¡Localización mágica! ¡Muéstrame el camino a las hierbas medicinales!” SIGA DIECISIETE PASOS ANTES DE GIRAR A LA IZQUIERDA, LUEGO SIGA SEIS PASOS.

“¿Qué eres, un GPS? ¡Esas son sólo direcciones! ¡Eso no es magia!”

RECUERDA: LO QUE TODO EL MUNDO LLAMA A LA MAGIA ES TODO LO QUE HACEMOS, DE CUALQUIER MANERA…

“Buen punto”.

Mile cayó de rodillas, un poco decepcionada. La verdad es que ella había estado esperando algo un poco más mágico, como una pantalla de radar con puntos rojos y azules, o un pilar de luz que irradiara desde los lugares donde las hierbas estaban creciendo.

SI ESO ES LO QUE DESEAS, PODEMOS CREARLO.

“¡¿Puedes?!” Mile no quería depender demasiado de las nanomáquinas, así que trató de no hablar con ellas excepto cuando estaba haciendo magia. Sin embargo, esta vez, ella respondió inmediatamente.

Si alguien la hubiera visto, probablemente la habrían confundido con algún tipo de bicho raro interpretando un espectáculo de una sola mujer.

Ante sus ojos, la magia de la ubicación se transformó en un sistema de radar sin navegación por voz. Las señales parecían ser transmitidas directamente a sus retinas, y usando estas coordenadas, Mile recogió las hierbas.

Después de acumular una cierta cantidad de una hierba, ella cambió a una variedad diferente, almacenando la primera en su Caja de Botín, pensando que no era inteligente recolectar demasiadas de la misma cosa.

Poco después de que empezase a reunirse, los últimos ecos del gran auge que había provocado finalmente se habían desvanecido, y los animales que se habían escondido en sus madrigueras y guaridas empezaron a reaparecer.

Frente a un jackalope que había aparecido a poca distancia, Mile sacó uno de los pequeños guijarros de su bolsillo y lo golpeó con sus dedos.

En la Tierra, había una técnica especial de dedos en la que uno podía golpear una bola de metal o una moneda con los dedos para distraer o asustar a un enemigo. La versión de Mile, por supuesto, era diferente.

Whoosh!

El guijarro golpeó perfectamente al animal en el cráneo, perforándolo, dejando la carne, la piel y, lo que es más importante, los cuernos intactos. El valor de venta del jackalope no disminuiría.

Contenta con el resultado, Mile dejó de recolectar hierbas y se dedicó a cazar bestias.

Chacales, pájaros, criaturas como zorros, uno por uno, cayeron presas de sus guijarros. Después de un tiempo, se detuvo para reponer sus existencias de munición, pero pronto volvió a hacerlo con una venganza.

Con una lanza o una espada, los animales habrían huido antes de que ella pudiera acercarse demasiado, y la posibilidad de golpear a una criatura con un arco y una flecha no era muy alta.

Como resultado, los cazadores normales tendían a no buscar aves y otros animales pequeños. Por otra parte, nunca habrían sido capaces de detectarlas tan fácilmente como lo fue ella en primer lugar.

Incluso sin usar magia de ubicación, Mile tenía un sentido extraño que le permitía detectar presas fácilmente, un animal tras otro. Y gracias a ello, incluso cuando fallaba y asustaba a una criatura, aun así, podía conseguir que cayera antes de que se le escapara.

Siguió cazando hasta que de repente apareció un jabalí gigante.

Bwoosh!

Fue una gran atrapada.

Mile comenzó su camino a casa, totalmente aturdida. Pero entonces, se dio cuenta de algo.

“Soy una maga, pero no usé magia ni una sola vez…”

Aparentemente, no contó la magia de búsqueda que usó para reunir hierbas como “usar magia”. A diferencia de la magia de combate, las cosas que había estado ejecutando no eran exactamente lo que uno imaginaba que haría una maga cazadora; sin embargo, no podía evitar pensar en esas cosas como una especie de mapa de ruta.

Finalmente, al final del día, Mile no había usado ni su magia de ataque ni su espada.

***

Mile regresó al gremio para cambiar su botín por dinero. Su bolsa, que llevaba sólo una parte de lo que había recogido, estaba colgada sobre su hombro derecho. Pensando en situaciones futuras, Mile decidió que era mejor no ocultar que podía usar magia de almacenamiento.

En lugar de eso, ella haría el llamado de que era posible para ella cazar apropiadamente mientras aún lo usaba. De lo contrario, nunca sería capaz de cargar con todas sus presas.

Pero hoy, sólo iba a entregar sus hierbas y chacales, según la orden permanente, así como a vender el resto de la carne y los materiales que había recogido. Se dirigió directamente a la ventana de recepción, pero fue detenida en el camino por la voz de un hombre.

“¿Tienes un momento?”

¿Quiere coquetear conmigo? Mile se preguntó.

Cuando se giró para mirar, el hombre —o, mejor dicho, un niño de unos quince años— siguió hablando, con un aspecto un poco nervioso.

“¡Oh, n-no! Por favor, no te hagas una idea equivocada. ¡Sólo quería invitarte a unirte a nuestro grupo! Ahora somos cinco, pero aún no tenemos suficiente potencia de ataque. Esperábamos reunir a una persona más. Hasta ahora somos todos nosotros”.

Detrás del niño, algunos niños y niñas de unos catorce o quince años estaban de dos en dos.

“Nunca te había visto por aquí antes”, dijo el chico. “¿Vienes de otro pueblo? A juzgar por ese botín, debes ser muy hábil, pero es fácil terminar en un aprieto cuando estás cazando sola”.

“No somos mucho mayores que tú, y ya tenemos chicas con nosotros, así que no tienes que preocuparte por ser la única. ¿Qué te parece? ¿Lo pensarás un poco?”

Mile no tenía ningún interés en unirse a un grupo. Si cazaba con otros, rápidamente descubrirían que era un caso excepcional. Pronto, los otros miembros del grupo comenzarían a apoyarse en ella, o peor aún, a vender información sobre ella a un noble en algún lugar.

Al mismo tiempo, era bastante peculiar de su parte seguir hablando con el bolso en el hombro. No quería empezar una pelea con este joven.

“Um, bueno… ¿Puedo ir a terminar de entregar mis cosas primero?”

“Oh, lo siento.” El chico tomó su petición literalmente y dijo: “Esperaré aquí”.

Mile se dirigió a la estación de intercambio y entregó a su presa capturada, junto con su nombre y número de registro. Con esta información, las acciones de un cazador

—incluso si sólo eran tareas cotidianas como la recolección de carne o hierbas— podían ser registradas en su registro de logros, para ser referenciadas en sus promociones.

“Bueno, señorita”. El viejo de la estación de intercambio parecía muy impresionado. “Eres joven, pero tienes mucha habilidad. Tienes a muchos de estos tipos, y sus

pieles están en perfectas condiciones. Pondré una marca especial para esto”.

“¡¿En serio?! ¡Muchísimas gracias! Oh-eso es, tengo unas cuantas más…”

Sacó el resto de su presa de su espacio de almacenamiento y apiló todo sobre el escritorio. Los ojos del viejo se abrieron de par en par con el shock.

“La magia de almacenamiento… Y hay tanto aquí…”

“Oh, ¿esto es inusual?”

“No… ehh… nada inusual…”

Cuando Mile finalmente sacó el jabalí de su bolsa, la mandíbula del viejo se le cayó. Sin embargo, a pesar de lo inquieto que estaba por este giro de los acontecimientos, el hombre seguía siendo un profesional. Cuando volvió a levantar la mandíbula del suelo, empezó a clasificar la mercancía.

Los pájaros y los chacales valían 2 monedas de plata cada uno, la criatura vulgar valía 8 monedas de plata, gracias a su piel, y el jabalí valía 8 de oro a medias.

Ella había traído cinco pájaros y chacales, así que, en total, su pago fue de 1 moneda de oro, 8 monedas de plata. En términos de la divisa japonesa actual, eso equivale aproximadamente a 108.000 yenes.

Por supuesto, fue gracias al jabalí que la suma fue tan grande esta vez. Sin embargo, incluso sin ella, Mile habría conseguido unos 28.000 yenes. Si trabajara treinta días de un mes de treinta y seis días, ganaría 840.000 yenes. Era un salario considerable.

Convertirse en cazadora fue la mejor decisión de la historia. Mile pensó.

Rebosante de alegría, Mile dejó la estación de intercambio antes de darse cuenta de algo.

¡Oh espera! Olvidé entregar mis hierbas.

Habiendo escondido las hierbas en su Caja de Botín en lugar de usar magia de almacenamiento, Mile se había olvidado por completo de ellas. Sin embargo, mientras estuvieran en la Caja de Botín, no se pondrían mal. Podría entregarlas la próxima vez.

Factorizando las hierbas, el salario mensual de Mile sería de diez monedas de oro, más de un millón de yenes.

Cuando ella regresó con el niño y su grupo, algo en ellos le pareció un poco extraño. Algunos miraban con la mirada perdida. Otros estaban completamente aturdidos. Era como el viejo en la estación de intercambio antes de…

“Así que, sobre lo de antes…”, empezó a decir.

“¡Oye, tú!” Un hombre de treinta y tantos años entró corriendo, interrumpiendo las palabras de Mile. “¿Puedes usar magia de almacenamiento? ¿Cuánto puedes aguantar?” Mile estaba totalmente horrorizada por la arrogancia del hombre. Ella lo ignoró por completo, volviéndose hacia el niño que tenía delante de ella. “Por favor, permítame preguntarle algo.”

“¡Eh, mocosa!” gruñó el hombre.

Mile continuó ignorándolo. “En primer lugar, de todos estos cazadores, ¿por qué me eligió a mí?”

“¿Me estás escuchando?”

“Para ser sincera,” continuó, “Soy mucho más pequeña que todos los demás aquí, ¿no? ¿No pensaste que eso podría frenarte?”

“¡Deja de hacerte la tonta!” El hombre estaba indignado. La chica estaba nerviosa.

Por las tardes, el gremio estaba lleno de cazadores, así que una pequeña pelea como esta no era nada fuera de lo común. Aun así, todos miraron por interés vago para ver cómo se las arreglaría la recién llegada.

“¡Haces demasiado ruido! Por favor, silencio. ¿No ves que estoy tratando de tener una conversación?”

“¿Qué… qué…? Bueno, me estabas ignorando, así que…”

“¡Oh! ¿Estabas hablando conmigo? Le pido disculpas. No podía creer que posiblemente no tuvieras modales como para meterte en la conversación de otra persona sin siquiera saludarla, así que simplemente asumí que estabas hablando con alguien a quien no podía ver”.

“¡Maldita mocosa! Crees que puedes meterte conmigo…. bueno, bien. Vas a unirte a nuestro grupo. ¡harás un buen trabajo cargando nuestras maletas!”

“De todos modos”, Mile se volvió hacia el chico. “¿Qué es lo que ustedes cuatro normalmente cazan?”

“¿Puedes siquiera oírme?”

“Usted, señor, es un fastidio. Si tienes algo que discutir conmigo, por favor espera tu turno. Sin embargo, si usted ha venido a pedirme un préstamo o una fecha, debo rehusarme preventivamente. Yo también tengo la libertad de elegir…”

“¿¡Pequeña imbécil!?!” El indignado hombre desenvainó su espada, moviéndola hacia Mile. Los otros cazadores saltaron para detenerlo, pero no pudieron llegar a tiempo.

¡Shing! Ka-thump.

Todos se quedaron paralizados. Varios cazadores se detuvieron en el lugar, como si se hubieran detenido a mitad de la carrera.

El hombre se quedó quieto y en silencio, agarrando la empuñadura de una espada sin filo. Mile tenía la postura de alguien que acababa de blandir un arma. Y ahí, en el suelo, estaba la hoja de la espada, pero no era un filo roto lo que tenía. La inmensa hoja había sido cortada limpiamente.

“¿Qué…?”

Schwip!

Con un gesto, Mile devolvió su espada a su vaina.

Un poco más tarde, la defensa de hierro del hombre se partió en dos. “Ee…” Tropezó lentamente hacia atrás, luego giró sobre su talón y corrió.

Otros dos cazadores, probablemente miembros de su grupo, le siguieron en pánico.

Era probable que el hombre no hubiera tenido la intención de herir a Mile; había una gran probabilidad de que en su lugar hubiera tenido la intención de detenerse un momento, sólo para asustarla. Sin embargo, Mile no era el tipo de idiota optimista que asumiría que tal era el caso y simplemente no haría nada. Si ella no hubiera actuado y él no se hubiera detenido, entonces la habrían matado.

“Ahora, como decía…” Mile intentó volver a su conversación anterior, pero el niño sólo la miró con la boca abierta, incapaz de responder.

Mientras Mile estaba allí de pie, desconcertada, otro cazador de más de treinta años comenzó a hablar.

“Señorita, esa espada tuya…. Es increíble…. ¿Dónde la conseguiste?”

Oh querido.

Era probable que el cazador no tuviera ningún motivo oculto más allá de un simple interés por las espadas, pero si la gente pensaba que su espada era asombrosa, entonces la codiciaban.

“La compré en una tienda, como la mayoría de la gente, ¿sabes? Sólo era una espada usada de la sección de ofertas”.

“¡Estás bromeando! ¡¿Con una ventaja como esa?!”

¿Qué puedo hacer? ¡Ah, espera!

“¿Me prestas tu espada un minuto?”

“¿Hm? Oh, bueno, claro…”

El hombre se quitó la vaina de la cintura y se la dio a Mile, que la sujetó en su lado izquierdo, junto a su propia espada.

“Ahora, ¿podría pedirle a alguien que tire un trozo de cobre al aire?”

“¡Lo tiraré!”

Una curiosa multitud comenzó a reunirse alrededor de Mile, y uno de los cazadores habló, sacando su monedero del bolsillo de su pecho para sacar una sola moneda de cobre.

“¡Aquí vamos! Y….hup!”

¡Shing! Snap!

Mile golpeó la espada del hombre más rápido de lo que el ojo podía ver, y luego extendió su mano izquierda hacia el aire.

“Aquí tienes.”

Mile extendió la palma de su mano hacia el hombre que le había prestado la espada, revelando dos mitades limpias de una moneda de cobre.

“De ninguna manera…” Lo miró fijamente, estupefacto. “¡¿Con mi espada…?!” El hombre arrancó las mitades de la moneda de la mano de Mile, mirándolas aturdido, su incredulidad más que clara.

“¿Ves? No tiene nada que ver con la espada. Sólo se necesita un don”.

¿Esta chica iba en serio? Todos los presentes en la sala, cazadores y oficinistas por igual, estaban confundidos por la declaración de Mile.

Sin embargo, como miembros del gremio, se les prohibió iniciar una investigación sobre el pasado o las habilidades de otros. Las preguntas invasivas estaban mal vistas, así que simplemente miraban y escuchaban atentamente.