Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 7

Capitulo 4: Locura En La Ciudad De Correos

Parte 4

 

 

En su esencia, Zattsu Suun fue impulsado por los mismos principios que yo, Ai Fa y Gazraan Rutim. Por el deseo de llevar una mayor prosperidad al borde del bosque…

“Entonces… Entonces, ¿por qué descuidaste tu deber de cazar giba durante estos últimos diez años? Nadie aprobaría atacar a los viajeros y saquear los campos, pero si al menos hubieras seguido actuando como cazadores y explicaras adecuadamente la importancia de reunir fuerzas… Si hubieras explicado la necesidad de reunir la generosidad del bosque, entonces al menos algunos de los clanes pueden haber estado de acuerdo, ¿verdad? Entonces, si hablaste con Genos y obtuviste permiso para cosechar del bosque, ¡todos habrían alabado al Suun como un gran clan líder!”

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“¡Tonto! ¡Eso no es diferente a lamer las botas de Genos como lo hemos hecho hasta ahora! ¡En cambio, debemos destruir la falsa forma de vida que nos han hecho pedazos!”

“Oye, no respondiste la pregunta de Asuta, criminal desvergonzado. ¿Por qué el clan Suun descuidó su deber como cazadores?” Presionó Rau Lea.

“Eso es gracias a ustedes bastardos bajo el Ruu”, escupió Tei Suun. “Has estado descubriendo tus colmillos en el clan Suun durante 20 años. ¡Así que teníamos que comenzar ganando suficiente fuerza para vencerlo! De lo contrario, los otros clanes temerían tu ira y no prestarían atención a nuestras palabras. ¡Y entonces, estábamos acumulando poder silenciosamente mientras protegíamos a nuestra gente y fortuna!”

“Eso es ridículo … ¿Entonces estás diciendo que es por eso que no trabajaste como cazadores, y en cambio pasaste diez años jugando a ser bandidos y divirtiéndote? Entonces, ¿qué te trajo eso? Solo un puñado de monedas, y la pérdida completa de tu orgullo y fuerza como cazadores mientras tu clan se debilitaba, ¿verdad?”

“¡Eso es…! ¡Eso es porque Zuuro Suun carecía de la fuerza necesaria para llevar a cabo las grandes ambiciones de Zattsu Suun! ¡Si Zattsu Suun solo se hubiera mantenido saludable, a estas alturas todos estaríamos viviendo vidas orgullosas y apropiadas!”


“Entonces deberías estar odiando al ex jefe del clan por enfermarse antes de que pudiera sacar a la luz esa ambición, y a su sucesor por ser tan patético. En cambio, seguiste parloteando sobre esa ambición mientras caías a profundidades cada vez mayores de depravación, ¿no?” Luego, con una expresión feroz todavía en su rostro y la mirada de un perro de caza ardiendo en sus ojos, Rau Lea inclinó la cabeza. “Además, todo lo que dices suena como excusa. Quiero decir, nadie más que tú y Zattsu Suun han estado parloteando sobre esa ‘gran ambición’ todo este tiempo. Así que al final, solo ustedes dos se preocuparon por esas tonterías, ¿verdad?”

“¡Sí, eso es verdad! ¡En estos últimos diez años, todos los demás que sabían de la gran voluntad de Zattsu Suun fallecieron! ¡Zuuro Suun era el único que lo sabía, pero se corrompió por completo! Y así… Y así, ¡no quedaba nada para el clan Suun sino destrucción!”

“Entonces tiene menos sentido para ti odiar a Ruu y Fa, no—”, comenzó a decir Rau Lea en un tono asombrado, solo para que gritaran y murmuraran entre la multitud.

Esos soldados vestidos de blanco, los guardias ducales de Genos, habían llegado.

“Entonces todavía estabas vivo después de todo, criminal. Un monstruo inmundo como tú entrando en la ciudad de Genos es un crimen digno de muerte segura.”

El grupo de diez soldados avanzaba con confianza, su líder Melfried estaba al frente del grupo.

Sin embargo, Ai Fa se interpuso en su camino. “¡Espera! ¡¿Qué planeas hacer?!”

“Eso debería ser obvio. Castigaremos a este criminal”.

“¡Tontos! Asuta está… ¡Mi miembro del clan ha sido claramente capturado! Si te acercas descuidadamente, ¡solo harás que se lastime!”

“Por supuesto que también tengo ojos. No te preocupes, mujer del borde del bosque. Enviaré la cabeza de ese criminal volando antes de que pueda hacer algo indebido”.

“¡Como si pudieras manejar tal cosa! ¡Claramente subestimas la fuerza que poseen los cazadores del borde del bosque! ”

De espaldas a nosotros, Ai Fa levantó su espada.

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Los ojos de reptil gris de Melfried de alguna manera se volvieron aún más fríos.

“¿Levantas una espada hacia mí, mujer del borde del bosque? Es un crimen difícil de perdonar”.

“¡Eso es una locura! ¿No ves cómo sonríe tranquilamente a pesar de lo gravemente herido? ¿Qué pasa si él rompe el cuello de Asuta mientras apuntas a su cabeza?” Gritó Ludo Ruu, también girando hacia Melfried.

En el mismo instante, Tei Suun comenzó a reír como un demonio una vez más.

“¡Eso es perfecto! ¡Matarse unos a otros! ¡Eso es exactamente lo que deberías haber estado haciendo todo este tiempo! ¡Hasta que un lado destruya al otro, el odio entre la gente del borde del bosque y los ciudadanos de Genos nunca desaparecerá!”

“Eso es suficiente, Tei Suun. Sus palabras no tienen ni una pizca de lógica detrás de ellas. Simplemente te estás lamentando para distraernos del terror que sientes al no poder aceptar tu propia muerte, ¿verdad?” Shin Ruu intervino con bastante calma.

Sin embargo, la risa de Tei Suun no mostró signos de detenerse.

“¡No hay miedo en mi corazón! ¡El clan Suun ya se ha encontrado con su destino! ¡Entonces todo lo que me queda es llevar a este traidor imperdonable conmigo!”

“Hacer eso no salvará tu alma. Deja ir a Asuta.”

“¡Oh, lo hare! ¡Después de haber apagado su vida, eso es!”

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Mientras Tei Suun seguía riéndose, Melfried desenvainó sus espadas. No solo el uno, sino los dos. Y mientras sostenía esas espadas plateadas en cada una de sus manos, miró fríamente a Ai Fa.

“Hazte a un lado. De lo contrario, tendré que cortarte también.”

“No tengo intención de cruzar espadas con nadie del castillo… Te lo ruego, por favor, retrocede”, respondió Ai Fa, su voz temblando de emoción.

Los soldados detrás de Melfried también agarraron sus picas con fuerza. Casi podía escuchar el aire a nuestro alrededor hervir…

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Y luego, una voz distante y familiar le sopló por completo. “Ya basta. No tiene sentido que peleen entre ustedes”.

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Era un hombre alto y desgarbado con una larga capa de cuero.

El hombre había aparecido de la nada, y se quedó allí revolviendo su despeinado cabello rubio.

“No es momento para que te involucres. Por favor, mantente alejado de esto, Kamyua Yoshu,” respondió Melfried mientras mantenía sus ojos fijos en Ai Fa y Ludo Ruu.

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Pero mientras trotaba, Kamyua Yoshu simplemente dijo: “Eso no es cierto en absoluto”, con una voz completamente carente de tensión. “Tú y Ai Fa son mis preciosos amigos. Es bastante cruel decir que no tengo nada que ver con ustedes dos peleando, Melfried”.

“Entonces haz algo con esta mujer del borde del bosque. Tengo el deber de respetar la ley y mantener el orden”.

“Es verdad. Pero también le debo a la gente del borde del bosque. Después de todo, fui y les hice algo muy astuto. Y entonces, siento que realmente necesito compensarles por eso”, dijo Kamyua Yoshu, interponiéndose entre Ai Fa y Melfried. En esa posición, sería imposible para él esquivar si cualquiera de ellos balanceara su espada. Y luego, sin siquiera levantar sus brazos de debajo de su capa, Kamyua Yoshu le dio la espalda a Ai Fa y a nosotros para que se enfrentara al capitán de la guardia ducal. “Ya cumplí tu pedido, ¿verdad? Así que esta vez, por favor escuchen el mío… Es correcto que dejemos que la gente del borde del bosque resuelva esto por sí mismos”.

Después de unos segundos de silencio, Melfried regresó su hoja izquierda a su vaina.

Kamyua Yoshu dijo: “Gracias”, luego se volvió hacia la cabeza de mi clan. “Te dejo el resto, Ai Fa. Por favor, salva a Asuta.”

Sin decir ni una palabra, Ai Fa hizo una mueca y se acercó a nosotros.

“Tei Suun, entiendo que estás lleno de remordimientos. Pero, ¿de qué serviría llevarte a Asuta? Hacerlo no lograría nada… De hecho, agregar a tus crímenes solo hará que sea más difícil para tu familia”, dijo Ai Fa con mucha calma.

“¿Qué ‘familia’?” Tei Suun escupió. ¡Cualquiera que se haya atrevido a ceder ante los Ruu mientras mantiene el nombre Suun no es una familia mía! ¡El único hombre al que llamo mi aliado es Zattsu Suun, que perdió la vida rebosando de arrepentimiento!”

“¿Es así como realmente te sientes? ¿Esa ‘gran ambición’ es más importante para ti que tus lazos de sangre?”

Mientras hablaba, Ai Fa hizo algo extraño. Extendió los brazos y luego indicó a Rau Lea y Shin Ruu que retrocedieran. Después de un segundo de vacilación, la pareja obedeció.

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Ai Fa bajó casualmente su cuchillo, luego dio unos pasos más hacia nosotros.

“¿Qué estás haciendo? Si te acercas, aplastaré el cuello de tu miembro del clan… Bueno, no creo que mi vida dure mucho más de todos modos, así que no puedes cambiar cómo termina esto sin importar lo que hagas”.


“¿Odias tanto a Asuta? Todo lo que ha hecho es tratar de llevar la prosperidad al borde del bosque. Él ha dado esa meta al máximo, para que ninguno de los nuestros tenga que morir de hambre por más tiempo. Si el clan Suun tenía las mismas ambiciones, ¿no puedes ver a los que heredan esa tarea son Asuta, el clan Fa y los Ruu?”

“¡Todo lo que estás haciendo es mover las colas a tus maestros de Genos!¡No importa cuánta prosperidad puedan traer esos métodos, nunca nos devolverán nuestro orgullo!”

“¡Eso no es cierto en absoluto! Yo… No, todos queremos vivir juntos en armonía con Genos, ¡no solo seguirlos obedientemente! ¡Nuestra esperanza es vivir juntos bajo las mismas leyes que los camaradas, en lugar de tratar de pisotear todo lo que existe ahora!” Interrumpí desesperadamente mientras miraba a los ojos de Ai Fa. Sentí que tenía que hacerlo, teniendo en cuenta la sombría resolución fácilmente evidente en su rostro.

“¿Camaradas, dices? ¿Llamarías a Genos nuestros camaradas después de cómo nos han oprimido injustamente? ¡Tonto! ¡Genos es un enemigo que debemos obligar a someter!”

“¡No lo creo! ¡Y tampoco puedo imaginar a Ai Fa y a esta gente del Ruu! La gente del borde del bosque ha obedecido la ley por su propia voluntad, por lo que, incluso si es injusto, ¡nadie se ha sentido oprimido! Si solo el clan Suun lamenta tanto…” Entonces deben haber venido del castillo. Había gente del castillo de pie cerca, por supuesto, pero no podía continuar sin decir eso. “Ruu, Zaza y Sauti asumirán esas frustraciones en tu lugar. Actúan como los clanes principales en lugar de los Suun ahora, y serán los que interactúen con el castillo. Y así, esos arrepentimientos del clan Suun solo se sentirán en todo el borde del bosque. Y, sin embargo, nos esforzaremos con todas nuestras fuerzas para formar vínculos adecuados con ellos, en lugar de someternos. Y entonces… ¿No nos confiarán el futuro del borde del bosque?”

“¿Qué eres, estúpido…?” Tei Suun cuestionó, su voz goteaba positivamente de odio. “¡¿Qué me importa el futuro del borde del bosque?! ¡Pronto estaré muerto! ¡Zattsu Suun ya ha muerto también! ¡La ruina y la desesperación son el único destino apropiado para un mundo donde el clan Suun ha caído! ¡El borde del bosque, esta ciudad y el castillo pueden ser destruidos por todo lo que me importa!”

No está bien, ¿eh? Pensé para mí mismo, rechinando los dientes.

Puede que ni siquiera sea posible borrar el odio de Tei Suun con mis palabras.

“Entonces toma mi vida como recuerdo final…” Ai Fa murmuró impotente.

Cuando mis ojos se abrieron por la sorpresa, ella dio otro paso adelante.

“¡Te lo dije, no te acerques más! ¿De verdad crees que puedes hacer una apertura al decir tales tonterías, jefe del clan del Fa?”

“Esa no es mi intención en absoluto. Simplemente no tengo intención de vivir descaradamente después de que el miembro de mi clan se enfrente a tal daño delante de mis ojos… ¡Si vas a matar a Asuta, entonces hazme lo mismo!”

“¡Ai Fa! ¡¿Qué estás diciendo?!”

No le quedaba nada a Ai Fa, decir algo así mientras contenía las lágrimas.

Y no importa cuán difícil sea la situación en la que se encontraba, elegir la muerte… Eso era algo que el Ai Fa que sabía nunca haría.

Mientras agachaba la cabeza con desesperación, Ai Fa dejó caer la espada en la cadera a sus pies. Luego, movió el cuchillo que sostenía en su mano izquierda y lo giró para que el mango apuntara hacia nosotros.

“Puedes quitarme la vida usando esta espada. Si es posible, preferiría que me mataras primero… No deseo ver morir a Asuta”.

“¡Detente! ¡No te acerques! ¡No caeré en tu trampa! Tienes la intención de darle esa espada a este mocoso en lugar de a mí, ¿no?”

“¿Qué estás diciendo? Asuta no es más fuerte que una mujer promedio. No importa qué tan herido estés, deberías ser capaz de agarrar fácilmente la espada delante de él, ¿verdad?”

Cuando Ai Fa fue a dar un paso adelante nuevamente, Tei Suun se lamentó: “¡Detente ahí! ¡Mi brazo derecho no puede moverse! Tus espadas deben haber cortado los músculos de mi hombro derecho. ¡Gracias a eso, solo puedo llevar a uno de ustedes conmigo! Pronto estrangularé a este mocoso, así que si quieres morir tanto, ¡apuñálate en la garganta! ”

“Ya veo…” Ai Fa murmuró. “Entonces realmente no puedes mover tu brazo derecho después de todo, Tei Suun”.

En el siguiente instante, el intenso agarre de Tei Suun en mi cuello finalmente se aflojó. Ai Fa saltó hacia adelante en el mismo momento, y ella arrancó mi cuerpo del hombre enloquecido.

Luego, en algún lugar lejano, hubo un chillido agudo. Debe haber venido de la multitud reunida al costado del camino.

Ai Fa se derrumbó en el suelo, todavía acunándome.

Luego, mientras me presionaba contra la tierra, levantó su torso y cortó el espacio vacío detrás de ella con su cuchillo, ahora bien agarrado.

Sin embargo, parecía que la precaución era completamente innecesaria. Mientras se apoyaba contra un árbol, una gran cantidad de sangre brotó de la garganta y el hombro izquierdo de Tei Suun, y se derrumbó en el acto.

“¿Que…?” Murmuré sin pensar mientras lentamente me sentaba.

El grupo de Ludo Ruu, Kamyua Yoshu, y Melfried no se habían movido. Y sin embargo, Tei Suun se sentó allí ahogado en sangre.

Tontamente pensé por un segundo que tal vez todo era una pesadilla en lugar de una realidad… Pero luego noté una pequeña figura emerger detrás del árbol en el que Tei Suun estaba apoyado.

“Eres un tonto desvergonzado… Tu clan Suun dejó a un lado su orgullo de vivir sin dificultades, entonces, ¿qué sabrías del dolor de perder a tu hijo por inanición?” Sorprendentemente, era el jefe del clan Sudra de todas las personas. Ese pequeño y sombrío hombre sacó la sangre de su cuchillo antes de envainarlo, luego se volvió hacia el capitán de la guardia ducal. “El criminal del borde del bosque ha sido tratado. ¿Rompí alguna de sus leyes en el proceso?”

“La orden dada fue que ese criminal fuera capturado vivo o muerto. Ninguna de nuestras leyes te juzgará.”

“Ya veo. Me alegra oírlo,” murmuró la cabeza del clan Sudra, sin sonar orgulloso de su victoria en lo más mínimo.

Debió haberse escabullido del puesto de myamuu giba cuando vio a Ai Fa y los demás captar la atención de Tei Suun, luego, lentamente, se movió cuidadosamente hacia el matorral mientras ocultaba su presencia. Luego, cortó el hombro del criminal por detrás y, mientras Ai Fa me aseguraba, cortó la garganta del hombre.

“Jefe de clan del Fa, gracias a tu ingenio rápido, pude dar el salto a este demonio. Pensar que realmente no era capaz de mover su brazo derecho…”

“También tengo que agradecerte por salvar la vida de un miembro de mi clan. Nunca puedo agradecerte lo suficiente por eso”, respondió solemnemente Ai Fa mientras su mano izquierda agarraba firmemente la derecha.

Ese calor y esa fuerza me parecieron increíblemente preciosos cuando lentamente me puse de pie.

Luego, junto con Ai Fa, caminé hacia Tei Suun.

¿Había realmente tanta sangre dentro de un solo cuerpo humano? En cualquier caso, mientras estaba sentado en ese abrumador estanque rojo oscuro, el rostro inexpresivo de Tei Suun miraba inexpresivamente a la distancia. Como siempre, no podía sentir ninguna emoción de él, y sus ojos estaban nublados como los de un pez muerto.

¿Qué tipo de expresión había usado hace unos momentos cuando escupía esas maldiciones llenas de odio? No había podido ver y, sinceramente, ni siquiera podía imaginarlo.

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“Tei Suun…” A pesar del hecho de que significaba estar cubierto de sangre, me arrodillé junto al hombre. A medida que la luz se desvanecía constantemente de sus ojos turbios, me miró con indiferencia. “En la noche de la reunión del jefe del clan, ¿fuiste tú quien ayudó a Ai Fa?”

Como si se negara a responder, Tei Suun cerró los ojos. Sin embargo, antes de que los débiles movimientos de su pecho cesaran por completo, lentamente abrió los ojos una vez más. Y luego, su rostro empapado de sangre estalló en la misma sonrisa suave y satisfecha que había usado después de comer la hamburguesa de giba.

“Por fin, he llevado a cabo mi tarea final…”

Esas fueron las últimas palabras pronunciadas por Tei Suun, un hombre nacido en una familia de la rama del clan líder, que pasó cincuenta años siendo engañado por un hombre desbordado con fuerza perversa.

Isekai Ryouridou Volumen 7 Capitulo 4 Parte 4 Novela Ligera

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