Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 7

Capitulo 4: Locura En La Ciudad De Correos

Parte 2

Fuera de los cascos, casi todo estaba hecho de cuero, pero las piezas de metal cubrían sus articulaciones y similares. Y todo, desde sus vainas hasta sus largas botas de cuero, estaba finamente adornado, dándoles una especie de belleza heroica.

Entonces, un hombre salió lentamente del centro del grupo y se paró frente a los guardias. Incluso entre los soldados bien formados vestidos de blanco, parecía especialmente alto y galante.

Indudablemente fue el líder del grupo. Su casco tenía una especie de cresta con borlas colgando de encima, era el único con una capa larga y, en lugar de una pica, tenía dos espadas. Había una piedra preciosa amarilla brillante como el ámbar que sostenía su capa en su lugar, y su armadura de cuero blanco estaba aún más bellamente decorada.

“Capitán de guardia, ¿de qué se trata esta conmoción?” preguntó el hombre con voz grave y escalofriante. Efectivamente, él había sido el que gritó hace unos momentos.

Uno de los guardias que bloqueaba el camino hacia el borde del bosque dio un paso adelante nervioso.

“A-Ah, Lord Melfried… ¿Qué está haciendo el capitán de la guardia ducal en un lugar como este?”

“Soy el que hace preguntas, capitán de guardia”.

Con eso, el regordete capitán de la guardia comenzó a temblar.

“G-Gracias al incidente con el criminal de ayer, la gente del pueblo ha crecido temerosa de la gente del borde del bosque. Y como un grupo de ellos vino a hacer negocios aquí en la ciudad, eso llevó a esta conmoción”.

Mientras tenían esa conversación, la gente del pueblo permaneció perfectamente en silencio.

Había una línea incómoda que ahora dividía la bulliciosa ciudad y el bosque salvaje. El grupo de soldados realmente no parecía encajar en ningún lado. No, parecían más como si pertenecieran a la ciudad de piedra.

No me golpeó de inmediato cuando escuché el término “capitán de la guardia ducal”, pero en realidad debieron haber sido verdaderos residentes de la ciudad del castillo de Genos, que estaba rodeada por esos muros de piedra.

“Hubo una proclamación hace solo dos días de que a la gente del borde del bosque no se le prohibía hacer negocios en la ciudad de correos, y eso no ha sido revocado”, dijo ese hombre de Melfried, luego se volvió para mirarnos a mí y a Ai. Fa. Su casco exagerado cubría una buena parte de su cabeza, por lo que era difícil distinguir la expresión de su rostro demasiado bien.

Sin embargo, ese poco fue suficiente para mí.

Cuando miré a un lado, encontré a Ai Fa frunciendo el ceño con desagrado.

En ese caso, él realmente está… pensé para mí mismo, apretando instintivamente mi puño.

Mostrando poco interés en nosotros, Melfried se volvió hacia el capitán de la guardia.

“¿O estás diciendo que esas personas cometieron algún tipo de delito?”

“N-No. Acaban de llegar aquí y aún no han dicho una palabra”.

“Entonces la gente del pueblo es claramente el criminal aquí por causar este disturbio. Tienes la tarea de proteger el orden en la ciudad de correos, entonces, ¿por qué los dejas en libertad?”

“P-Pero, hay tantos de ellos…”

“Los números no tienen nada que ver con eso. Un crimen sigue siendo un crimen”, dijo el hombre vestido de blanco mientras sacaba una de sus cuchillas.

Con eso, varios ciudadanos gritaron e intentaron retirarse.

“Los delincuentes que han amenazado la paz y la tranquilidad de Genos, permitíos estar atados. Si te resistes, te trataré personalmente como capitán de la guardia ducal.

Esto fue totalmente loco.

Al ver eso, corrí apresuradamente los restantes siete u ocho metros, todavía agarrando el brazo de Ai Fa mientras avanzaba.

“¡Por favor espera! ¿Estas personas realmente cometieron un delito tan grave? Al menos por lo que vi, aquí nadie recurrió a la violencia, ¿verdad?”

“¡U-Una mera persona del borde del bosque no debería atreverse a hablarle tan a la ligera! ¡Este es el primer hijo del Duque Marstein Genos y capitán de la guardia ducal, Lord Melfried!” gritó el capitán de la guardia, su rostro estaba completamente pálido.

El primer hijo del duque Marstein Genos… En otras palabras, el hijo mayor del señor de Genos, ¿eh?

Aun así, no podía quedarme callado. Después de todo, Milano Mas estaba parado justo al lado de ese hombre con su espada desenvainada, sus ojos aún brillaban con hostilidad y parecía que estaba listo para reanudar gritos furiosos en cualquier momento.

“¡Esta conmoción comenzó porque fuimos y nos mostramos descuidadamente! ¡Deberíamos haber esperado pacientemente hasta que vimos que se habían calmado! ¡Esta gente del pueblo tenía una razón suficiente para sentirse como ellos, así que perdónalos!”

“Sin importar las circunstancias involucradas, un crimen sigue siendo un crimen. Y a todos no se les prohíbe en absoluto venir a la ciudad”, dijo Melfried en voz baja, sin molestarse en mirar en nuestra dirección.

Mientras miraba el lado de su rostro indiferente, continué desesperadamente: “Causar una conmoción en la ciudad es un crimen, ¿verdad? Lo entiendo. Pero en ese caso, ¿no deberías juzgar a las personas más detrás de esto?”

“¿Los que están más detrás de esta conmoción, dices…?”

“Si. Estoy hablando de la caravana de mercaderes dirigida por Zasshuma, que marchó con orgullo a ese terrorífico criminal por la ciudad de correos. Si no hubiera expuesto a todos a ese villano a punto de perder la cordura, entonces seguramente la paz y la tranquilidad de la gente del pueblo nunca se habrían perturbado”.

Para todos los demás, puede haber sonado como si estuviera tratando de culpar. Sin embargo, no me importó. Siempre y cuando mis sentimientos se transmitieran adecuadamente a las personas en cuestión. Para que supieran que sentí que todo esto sucedió porque no lo habían planeado correctamente.

“Ciertamente tienes una lengua plateada”, declaró Melfried mientras envainaba su espada.

Pareciendo un poco atónito, el capitán de guardia gritó apresuradamente a la gente del pueblo: “¡Dispérsense, ya! ¡Si no lo haces, realmente te arrestaremos!”

Todos parecían claramente disgustados, pero efectivamente comenzaron a caminar lentamente de regreso a la ciudad.

Entonces, Melfried se volvió para mirarme completamente.

“Hombre del borde del bosque, los crímenes siguen siendo crímenes, y quienes los cometen siguen siendo criminales. Ya sean personas del borde del bosque o personas del pueblo, cualquiera que viva en Genos debe cumplir con sus leyes”.

“Creo que esa idea es absolutamente correcta, en sí misma”.

La cara de Melfried parecía más joven de lo que había estado imaginando. Tenía que tener veintitantos años como máximo.

Tenía una mandíbula inferior robusta y una cara bien proporcionada, era bastante alto y parecía el retrato de un noble en general. Su piel era de color blanco marfil, mientras que la parte de su flequillo que podía espiar debajo de su casco era marrón claro… y sus ojos grises tenían una luz gélida y reptil.

***

Y así, aunque ocurrió después de un retraso significativo, terminamos abriendo nuestros puestos para los negocios.

Si no fuera por el asunto con Tei Suun, seguramente hubiéramos dado la vuelta. Después de todo, parecía que la gente de Genos realmente necesitaba algo de tiempo para calmar sus furiosas emociones.

Aun así, eso hizo que sea aún más importante atrapar a Tei Suun lo más rápido posible. Para tranquilizar tanto a la gente del borde del bosque como a la gente del pueblo… y para que él también pudiera descansar tranquilo.

Tei Suun bien pudo haber deseado la destrucción. Sin embargo, no deseaba ese destino sobre él. Si al menos pudiera evitar una sentencia de muerte, entonces tal vez se le podría otorgar la oportunidad de cambiar su vida.

Pero si seguía huyendo sin tomarse el tiempo para curar heridas tan graves, terminaría muriendo en el bosque. Si quedaba alguna posibilidad de que pudiera comenzar de nuevo, no importa cuán pequeño sea, entonces no quería que se rindiera. Quizás eso sonaba hipócrita, pero así era como realmente me sentía.

“Hombre, ¡los occidentales son simplemente desesperanzados! ¡Lo he tenido con ellos! ¡Incluso un kimyuus recién nacido no sería tan completo y absoluto cobarde!” Balan se quejó mientras se llenaba las mejillas con myamuu giba.

Aldas estaba comiendo una hamburguesa de giba inusualmente, y dijo algo indiferente: “Basta, Viejo. Si el último incidente demostró algo, es que cuanto más alboroto causamos, más problemas le causa a Asuta. Mirando hacia atrás, deberíamos haber dejado a esos vociferantes occidentales”.

“¡¿Qué?! Entonces, ¿quién asumiría la responsabilidad si ya no pudiéramos comer esta deliciosa comida, eh? Además, al menos cuando se trata de hoy, ¡claramente perdiste la calma más que yo, Aldas!”

“Eso es de lo que me arrepiento ahora. ¿Por qué tenemos que estar tan malhumorados?” Aldas dijo con una caída de sus hombros, pareciendo bastante diferente a su yo habitual. “Al final, después de todo, estamos obteniendo esta deliciosa comida, entonces, ¿qué sentido teníamos para hacer un alboroto? Aun así, si alguien del castillo hubiera salido desde el principio, no se habría convertido en una experiencia tan grande”.

“¡Eso es seguro! Los muchachos del castillo son aún más cobardes y perezosos que la gente del pueblo, pero al menos tengo que alabar a los que se presentaron hoy”.

Esa parecía ser su sincera perspectiva como sureño.

Aun así, sinceramente, no era tan diferente de cuando cubrían al clan Suun. No sabía exactamente qué pensaban las personas del castillo, lo que nos permitió seguir haciendo negocios, pero el fallo de hoy debe haber causado que la gente del pueblo piense: “La gente del borde del bosque realmente recibe un trato favorable”.

“Oye, no vas a saltarte el trabajo para la cena de esta noche, ¿verdad?” Viejo preguntó con una mirada en mi dirección.

“No lo hare. En realidad, los Naudis me pidieron que no me tomara un tiempo libre”, respondí.

“Correcto. No tengo problemas, entonces… Pero si surge algo más problemático en el futuro, mejor no dudes en confiar en nosotros los sureños, Asuta”.

“Si, gracias.”

No podía ir exactamente y hacer tal cosa a la ligera, pero realmente aprecié el pensamiento.

Después de que el grupo del Viejo se fue, los miembros del Silver Vase aparecieron para llenar el vacío.

“Asuta, me alegro, estás bien”, dijo Shumiral, una mirada pensativa en sus ojos.

Cuando Sheera Ruu le entregó una myamuu giba completa, acepté sus monedas y dije: “Gracias. ¿Entonces tú también estabas allí entre toda esa conmoción?”

“Si. Pero nosotros éramos impotentes.”

“Ah, pero ese es un problema entre la gente del borde del bosque y Genos, así que depende de nosotros resolverlo”.

“Asuta, creo, la gente del borde del bosque encajaría bien en el reino oriental”.

“¿Huh?”

“El reino occidental, no valora, la gente del borde del bosque. Es extraño, no valorar, los camaradas de uno”.

“Pero la gente del borde del bosque tampoco ve a los ciudadanos de Genos como camaradas. No creo que sea solo un lado el culpable, allí”.

Cuando dije eso, Shumiral descuidadamente lanzó su mirada hacia abajo. “Mis pensamientos, faltaban. Estoy avergonzado.”

“¡E-Eso no es cierto en absoluto! Me alegra saber que te preocupabas tanto por mí. Realmente quiero decir eso”.

Sin embargo, no había forma de que fuera fácil empacar y mudarse al reino oriental. Justo como Gazraan Rutim había insinuado, si todos abandonaran su caza de giba, muy bien podrían terminar como enemigos del reino occidental. Incluso alguien de otro mundo como yo era dolorosamente consciente de lo peligroso que sería.

“La estrella caída ha desaparecido. ¿Habrá paz o decadencia? Estoy preocupado.”

“Correcto. Pero usaremos todo lo que tengamos para tratar de torcer el destino en la dirección correcta”.

“Si llega la paz, entonces llevaré, el asunto que discutimos, al dueño del Sledgehammer”.

Con eso, Shumiral también se fue, y nuestro flujo de clientes se detuvo abruptamente.

Faltaba menos de una hora para que el sol alcanzara su punto máximo, y el flujo de transeúntes aumentaba constantemente, pero era evidente que la gente dudaba acercarse. Incluso los occidentales que nos defendieron pueden haber tenido miedo de llegar a los puestos. Temerosos de que si fueran nuestros clientes, pudieran verse envueltos en un incidente como lo que sucedió antes.

“Mis disculpas por la espera, Asuta”, declaró Li Sudra mientras se acercaba.

Podría ser un problema si terminara acercándose al mismo tiempo que Tei Suun, así que le pedí que llegara temprano hoy. Y agregué una moneda roja adicional a su paga por el problema, también.

El jefe del clan Sudra acompañó a su esposa como siempre, y lanzó su mirada sombría hacia la carretera.

“El aire se siente más turbulento que de costumbre, de alguna manera. No soporto la mirada en los ojos de la gente del pueblo”.

“Bueno, después de todo, estamos justo después de lo que sucedió ayer. Creo que sería prudente hacer nuestro mejor esfuerzo para no despertar a nadie”.

“Hmph. Me mantendría alejado de ellos incluso si no me lo dijeras. No son más que cobardes, de todos modos”.

Esa declaración me hizo sentir un poco desanimado. Entonces, incluso los clanes amigos que aprobaron los negocios del clan Fa sintieron lo mismo por los ciudadanos de Genos…

Al vender carne de giba, podrían vivir vidas más prósperas. Por eso habían prometido ayudarnos, pero parecía que no sabían lo importante que era para ellos llegar a un entendimiento mutuo con la gente de Genos.

Con toda probabilidad, el clan Ruu tampoco había llegado a ese punto todavía. Parecía que la postura básica para la gente del borde del bosque era: “¿A quién le importa si nos aman o nos odian?”

Vive con orgullo, sin temer lo que piensan los demás. No importa cómo te evalúen los demás. Confíe en el camino que ha elegido… Esa era la forma única de pensar característica de la gente del borde del bosque, que era tanto una fuerza poderosa como una debilidad para ellos.

Sentí que la forma de vida honesta y pura que tenían era increíblemente preciosa. Sin embargo, la forma en que se mantuvieron alejados  de personas diferentes a ellos y los trataron como corruptos fue exactamente lo que invitó a la caída del clan Suun y la discordia con Genos, ¿no?

Esa fue precisamente la razón por la cual las palabras de Donda Ruu fueron inesperadas y como una señal de una nueva era cuando declaró que, en lugar de eliminar a los miembros del clan Suun por sus crímenes, deberíamos compartir su expiación.