Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 7

Capitulo 4: Locura En La Ciudad De Correos

Parte 1

“No te preocupes tanto por eso, Ai Fa”, Ludo Ruu de todas las personas sorprendentemente gritó cuando nos dirigíamos a la ciudad de correos al día siguiente. “No es como si hubieras dejado a Asuta y te hubieras ido a jugar a las escondidas. Si lo hiciste y Asuta fue mordida por un giiz o algo y murió, eso sería un problema grave, ¿verdad?”

Era el mismo grupo de cuatro trabajadores de puesto y cuatro guardias que ayer.

Mientras nos dirigíamos por el sendero ligeramente en declive, Ai Fa permaneció en silencio y de aspecto huraño.

“No es como si mi viejo o Jiza tuvieran alguna queja tampoco. Si va a aparecer de nuevo hoy, entonces tenemos que atraparlo cuando lo haga. Además, no es como si él pudiera usar fruta de invocación de giba para atraer a las bestias hasta la ciudad, por lo que debería ser una victoria fácil para nosotros los cazadores”.

Naturalmente, revelamos todo lo que sucedió anoche a nuestros compañeros del borde del bosque en lugar de tratar de ocultar algo. Los hombres Dom incluso se adelantaron y formaron un grupo de búsqueda a altas horas de la noche, pero nadie pudo encontrar ningún rastro de Tei Suun.

“En cualquier caso, no tiene sentido preocuparse. Lo capturaremos sin que ninguna de las mujeres o la gente del pueblo salga herido. Eso debería ser bastante fácil, teniendo en cuenta que nos enfrentamos a un solo hombre”.

Ludo Ruu sonaba aún más relajado de lo habitual mientras caminaba a la cabeza del grupo.

“Y si en realidad echará a un lado su espada, entonces que disfrute la comida de Asuta por última vez. Él tampoco debería tener ninguna queja de esa manera, ¿verdad? No es que escuchemos sus quejas, entonces… Así que no te deprimas, Ai Fa”.

“No me siento particularmente deprimida en absoluto…” Ai Fa respondió con un puchero, aparentemente incapaz de soportarlo por más tiempo.

Al instante, Rau Lea intervino desde su posición entre las mujeres, “¿Qué pasa con esa expresión? ¿Puedes hacer una cara así? Me estás recordando a un niño pequeño allí”. Casi de inmediato, Ai Fa le devolvió una mirada de advertencia de sus ojos salvajes. “Hombre, no importa qué tipo de cara estés haciendo, sin embargo, parece que te queda bien. Mirando de cerca, eres toda una belleza. Si no fueras cazadora, me gustaría ofrecerte a tomarte como mi novia”.

“Basta, Rau Lea. En serio, no sabes cómo controlarte —interrumpí apresuradamente.

Pero Rau Lea respondió: “¿Qué es eso?” con una inclinación de su cabeza. “El clan Lea no tiene la costumbre de detenerse con amigos. Si quiero tomar a una mujer como mi novia, entonces le diré eso”.

“No pero…”

“No te preocupes. No puedo ir y casarme con un cazador, de todos modos. Después de todo, tengo que tener muchos niños como jefe de clan. Si quieres ser mi novia, entonces tendrás que renunciar a la caza”.

“Sin embargo, Ai Fa no dijo una sola palabra acerca de querer casarse contigo”, intervino Ludo Ruu con una sonrisa, lo que puso fin al tema. Normalmente me resultaría tranquilizador ver cuán despreocupados y relajados actuaban bajo las circunstancias, pero había sentido una opresión que me aplastaba el pecho desde ayer.

Ese hombre… Tei Suun… ¿Qué clase de persona es él realmente?

Era un hombre de las sucursales que perdió a su familia y vino a vivir con la casa principal.

El padre de Oura y el abuelo de Tsuvai.

Las manos y los pies de Yamiru Lea y Diga, obligados a hacer cosas horribles.

Y también… el asociado anterior del jefe del clan Zattsu Suun.

No importa cuántas veces revisé su perfil, no me sentí más cerca de comprender la naturaleza de Tei Suun.

Los únicos puntos positivos que tuve que seguir fueron el hecho de que pudo haber interpretado la orden de Diga de una manera que le permitió salvar a Ai Fa, y que bajó su espada ridículamente rápido cuando se enfrentó a Dan Rutim.

Quiere que alguien ponga fin a su vida lo antes posible… Eso fue lo que Yamiru Lea había dicho.

Quizás esa era la forma en que ella también se había sentido alguna vez. Pero finalmente, ella eligió vivir como miembro del clan Lea. Sin embargo, a pesar de que Diga y Doddo habían huido, finalmente Tei Suun permaneció con Zattsu Suun. Y no solo eso, también ensució sus manos ayudando al hombre en su acto final de maldad.

¿Era todo parte de su autodestrucción? ¿Vio a Zattsu Suun caer y eligió este camino para que también pudiera encontrar su fin…? ¿Fue eso?

“Hey, espera…” Rau Lea advirtió de repente, levantando su brazo.

Estábamos en un sendero al borde del bosque, rodeados de vegetación. Era un sendero estrecho, despejado únicamente para conectar el asentamiento con la ciudad postal.

Había árboles cortos pero exuberantes a ambos lados, y el camino de 2-3 metros de ancho continuó en la distancia, serpenteando significativamente a medida que avanzaba.

Era imposible mirar hacia adelante con toda la vegetación, pero habíamos caminado lo suficiente como para que pronto comenzáramos a ver la vitalidad de la ciudad de correos.

“¿Qué es? No siento nada”.

“Sí, en el bosque a la izquierda y a la derecha… ¿Pero las cosas no parecen más turbulentas en la ciudad de lo habitual?”

No pude escuchar nada en absoluto. Vina Ruu y las otras mujeres también parecían confundidas.

Sin embargo, todos los cazadores asintieron de acuerdo.

“Ahora que lo mencionas, puedo sentir una gran multitud poniéndose nerviosa”.

“¿Tei Suun se resbaló y fue atrapado?”

“Voy a echar un vistazo”, gritó Shin Ruu desde la parte trasera, luego desapareció por la carretera solo para reaparecer menos de un minuto después. “Hay personas reunidas en la frontera entre la ciudad y el bosque. No muestran ningún signo de moverse en nuestro camino, pero parece que también hay muchos guardias allí”.

“¿Cuánto es mucho?”

“Tenía que haber más de diez guardias, y alrededor de un centenar de ciudadanos”.

¿Qué demonios fue todo eso? El escenario más fácil de imaginar realmente era que Tei Suun había sido capturado y los espectadores se habían reunido.

“No podemos ir a la ciudad así. ¿Qué haremos, Asuta? ”

“Correcto… ¿Qué tal si Ai Fa y yo vamos a verlo? Eso debería hacer que la gente del pueblo se enoje menos”.

Y si Tei Suun realmente había sido capturado, entonces sentí que teníamos que tratar de hablar con él antes de que lo llevaran al castillo.

“Correcto. Pero si las cosas parecen peligrosas, entonces date la vuelta de inmediato, ¿de acuerdo? Luego lo tomaremos con calma y esperaremos a que se dispersen”.

“Entendido”, dijo Ai Fa con un movimiento de cabeza.

Con eso, emprendimos el mismo camino que Shin Ruu acababa de tomar. Después de unos treinta segundos de caminar por el sendero suavemente curvado, apareció la vista que el joven cazador había descrito. Todavía estábamos en una buena elevación, así que terminamos mirando hacia abajo en la escena.

Los puestos de madera estaban todos alineados en una fila. Y en el espacio abierto detrás de ellos, más de cien personas se reunieron. Era si estaban parados allí específicamente para bloquearnos de nuestra meta.

Ahora que lo pensaba, desde que Zattsu y Tei Suun escaparon, siempre había dos guardias estacionados allí. Pero ahora, había más de diez. Y además de eso, varios habitantes del pueblo discutían claramente con ellos.

“No parece que Tei Suun haya sido capturado…”, señaló Ai Fa. “Si. En ese caso… ¿somos la fuente de esta conmoción?”

Ciertamente fue posible. De hecho, si Tei Suun no estaba involucrado, eso era todo lo que podía pensar.

“¿Qué debemos hacer? ¿Sería malo si nos dirigiéramos allí en ese caso?”

“Pero no podemos simplemente dar la vuelta sin  saber lo que está sucediendo. Después de todo, Tei Suun seguirá yendo a la ciudad, ya sea que estemos allí o no”. La intensa mirada de Ai Fa señaló mi camino. “Deberíamos intentar preguntarle a los guardias. Si nos dicen que regresemos al asentamiento, entonces no tendremos más remedio que obedecer, pero en cualquier caso, no podemos hacer un movimiento adecuado sin conocer las circunstancias… Pero si esas personas se mueven para atacar, entonces volveremos a caer de inmediato”.

“Entendido.”

Entonces, Ai Fa y yo comenzamos a caminar cuidadosamente hacia adelante nuevamente, vigilando un ataque desde el costado mientras avanzábamos.

En poco tiempo, los árboles comenzaron a debilitarse, y entramos en su campo de visión… luego, en el mismo instante, el murmullo de la multitud fue reemplazado por un bramido enojado. El torrente de ruido fue tan intenso que me hizo zumbar los oídos.

Ai Fa se detuvo al instante en su lugar, y los guardias que empuñaban la lanza formaron un muro, pero la gente del pueblo no parecía estar empujándonos. Y así, comenzamos a caminar de nuevo.

Cuando nos acercamos, logré distinguir algunas de las palabras que se gritaban. Parecían venir en dos variedades: “¡Fuera!” y “¡No, quédate!”

Y a medida que nos acercamos, gritos de “¡Gah, detengan este alboroto! ¡Es un delito grave causar disturbios en la ciudad! Todos quieren ser exiliados de Genos, ¿eh?” Y los guardias podían escuchar lo mismo.

“¡No te metas con nosotros! Si crees que puedes echarnos, ¡entonces pruébalo!”

“Ustedes también se ganan la vida con nuestras monedas, ¿no es así?”

“Si se llaman guardianes, ¡hagan su trabajo correctamente cuando se trata de atrapar criminales!”

“¡¿A quién llamas delincuentes?! El criminal fue capturado ayer, ¿no?”

Muchos de la multitud estaban ocupados acosando a los guardias. Pero, al parecer, el resto del grupo estaba formado por gente del pueblo que se peleaba entre ellos.

La mayoría eran del oeste y del sur. Aunque sus colores de piel diferían, sus caras ahora estaban rojas mientras se agarraban del pecho y gritaban.

Y había gente del oeste que se disparaba entre sí con miradas amenazantes.

Luego había personas altas y delgadas del este que estaban parados silenciosamente a su alrededor. En términos de números, parecían ser casi iguales a los occidentales y sureños. Algunas de las personas del oeste parecían masticarlos, pero los orientales nunca alzaron la voz ni empujaron a nadie, sino que simplemente respondieron con calma.

“¡La gente del borde del bosque odia a la gente de Genos! ¡No deberías dejar que un grupo tan peligroso entre en la ciudad!”

“¡No vayas a decir tonterías tan egoístas! ¡No hicieron nada mal!”

“¡Si! ¿O es la forma en que los occidentales andan calumniando a personas inocentes?”

“¡Cállate! ¡Ustedes, forasteros, no deberían hablar en grande!”

“Si tienes un problema con las cosas, ¿por qué no te vas de Genos?”

“¡¿Eh?! ¿Quieres prohibirnos ir y venir? Entonces, ¿por qué incluso tener una ciudad de correos? ¡Si no puedes soportar a los extraños, entonces debes construir un muro de piedra a su alrededor!”

Nos habíamos detenido a unos siete u ocho metros de la multitud.

Sus emociones violentas fueron suficientes para llevar la brisa fresca de la mañana a un furioso furor.

“¡La gente del borde del bosque son todos nuestros enemigos!”

“¿Qué eres, estúpido? ¿O estás planeando cazar giba tú mismo, eh?”

“¿Eres de Genos, pero estás cubriendo a la gente del borde del bosque?”

“¡También son ciudadanos de Genos! ¡También son hijos del dios occidental de Selva! ¡Así que cualquiera que los difame es un traidor despreciable!”

“¡Cálmate y dispérsense ya! ¡Realmente los arrestaremos a todos!

” “¡Solo adelante y pruébalo!”

Ya no había necesidad de preguntarle a nadie qué estaba pasando. Aquellos que defendieron a la gente del borde del bosque estaban claramente en conflicto con la gente que nos perseguía.

Todas las personas del sur parecían estar de nuestro lado. Mientras tanto, la mayoría de los occidentales parecían criticarnos. Sin embargo, hubo algunos entre ellos que se opusieron a las críticas.

Los números en la multitud también parecían crecer por segundos. Continuamente había gente nueva entrando entre los edificios y bajando la carretera, atraídos por la conmoción. En resumen, las cosas estaban creciendo completamente fuera de control.

Mientras estaba allí estupefacto, Ai Fa tenía una expresión seriamente agria en su rostro.

¿Deberíamos tratar de defender nuestra propia inocencia? ¿O sería mejor no decir una palabra y simplemente dar la vuelta aquí y ahora?

Sin embargo, era fácil imaginar cómo cualquiera de esas opciones podría hacer que la conmoción creciera aún más.

“¡Asuta y su gente no hicieron nada malo! Entonces, ¿por qué deberían ser expulsados de la ciudad?” la voz familiar de una niña gritó entre los gritos que volaban. Esa fue Yumi, sin duda. Sin embargo, no pude espiar dónde estaba ella en la multitud.

“¡Solo déjanos comer ya! ¡Estoy completamente muerto de hambre!” gritó Balan, también conocido como el Viejo.

Quizás Shumiral también estaba mirando tristemente la conmoción, con la capucha puesta sobre su cabeza.

¿Qué debemos hacer…?

Normalmente, tendría sentido retirarse por el momento.

El castillo nos obligó a medias a seguir haciendo negocios, pero si seguimos adelante y lo seguimos a ciegas ahora, bien podría conducir a una fractura decisiva entre la gente del pueblo y la gente del borde del bosque. Así que tenía sentido retroceder e intentar discutir el asunto una vez más con la gente del castillo.

Pero si simplemente nos damos la vuelta y corremos sin ninguna explicación, la gente que aboga por la gente del borde del bosque podría explotar con una ira aún mayor. Entonces, qué deberíamos—

“¡Ya basta! ¿Qué negocio tienen ustedes que interfieren con el negocio de otra persona?” resonó la voz de un hombre grande, abrumando a todos los demás gritos. Naturalmente, eso no calmó a todos, pero al menos, la mayor parte de la línea del frente que perseguía directamente a los guardias se callaron y se volvieron hacia él. “¡¿Qué les hizo la gente del borde del bosque a todos ustedes?! ¡Solo las personas que realmente fueron dañadas deberían abrir la boca! ¡Pero el resto de ustedes deberían callarse y permanecer en silencio!”

“¡¿Qué estás diciendo?! ¡Atacaron una caravana de comerciantes ayer mismo!”

“¡Sin embargo, estas personas no atacaron a nadie! ¡Y el tipo que lo hizo fue capturado! Entonces, ¿de qué tienen que quejarse?”

El hombre grande que discutía en nuestro nombre era Milano Mas.

Cuando salió a la vista de la multitud que giraba, nos dio la espalda mientras miraba a las personas presentes, y luego gritó aún más fuerte: “Si un criminal viene de un reino, ¡¿entonces todas las personas de esa nación también son criminales ?! ¿Estás tratando de decir que Genos nunca ha producido un solo pecador propio? ¿Están todos listos para asumir los crímenes de los demás y ser ahorcados por ellos?”

“¡Maldito traidor! ¡Cualquiera que cubra a la gente del borde del bosque debería largarse de Genos!”

“¡No estoy cubriendo a nadie! ¡Solo estoy diciéndoles idiotas que piensan que es apropiado emitir un juicio sobre las personas que no han hecho nada malo! ”

“Vamos, Ai Fa”, le dije mientras agarraba el brazo de la cabeza de mi clan. “No podemos dejar que Milano Mas siga de pie en la línea de fuego así. Tenemos que ir a persuadir a todos”.

“Dudo que posea las palabras necesarias para convencer a cualquier pueblo”.

“Entonces solo protégeme. Alguien puede intentar golpearme, después de todo.”

“Ciertamente puedo manejar esa tarea”, respondió Ai Fa con una sonrisa atrevida.

Con eso, Ai Fa y yo emprendimos el camino, solo para que una voz como un trueno proclamara: “¡Silencio!” y decididamente callado la multitud hirviendo.

Más de cien personas simultáneamente contuvieron el aliento ante ese grito abrumador.

Tal vez podría ver a Donda Ruu o Dan Rutim haciendo el mismo truco. Sin embargo, los hombres que aparecieron sin duda habían venido de dentro de los muros de piedra.

Un tipo diferente de murmullos que antes dominaba la multitud, y la multitud densamente dividida se dividió en dos de una manera que recordó a Moisés separando el Mar Rojo. Y luego, diez soldados caminaron por ese camino recién despejado.

Claramente tenían un estatus más alto que los guardias de la ciudad, ya que estaban vestidos con una hermosa armadura de cuero blanco lechoso, y las espadas en sus caderas se sostenían en fundas de cuero a juego. Además de eso, tenían picas de mango largo.

Nunca antes había visto a alguien vestido con un atuendo tan deslumbrante aquí en la ciudad del correo.

También usaban cascos de metal que protegían sus narices y mejillas, placas en el pecho con la cresta del reino occidental, capas cortas que parecían destinadas a la exhibición y guantes que llegaban desde el dorso de las manos hasta los codos.