Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 7

Capitulo 3: Una Estrella De Mal Augurio

Parte 2

Y mirándolo ahora, noté que su capa estaba cubierta de sangre roja oscura.

“Ooh, eres el dueño de ese puesto, ¿no?” Cuestionó Zasshuma, repentinamente volviéndose hacia mí y deteniéndose. Los otros hombres detrás de él siguieron su ejemplo y lentamente se volvieron para mirarnos.

Zasshuma tenía una sonrisa en su rostro, pero había un aura dominante sobre los otros hombres.

“Así que hoy tienes cazadores contigo además de esa chica sexy de antes, ¿eh? Estoy seguro de que la gente de Genos está temblando al ver a tanta gente del borde del bosque venir a la ciudad a la vez”.

“Eres Zasshuma, ¿verdad…? ¿Qué está pasando aquí…? ¿No partieron todos en un viaje hacia Sym?”

“Esa era nuestra intención, sí. Pero nuestros productos se destruyeron, así que no tuvimos más remedio que escabullirnos. No podemos hacer ningún negocio exactamente yendo a Sym con las manos vacías, ¿verdad?” Zasshuma declaró con una sonrisa alegre. Para empezar, tenía una cara de aspecto villano como la cabeza de un grupo de bandidos, pero ahora que sonreía así mientras estaba cubierto de sangre, en serio no se parecía ni un poco a un comerciante.

Además de eso… vi una espada larga colgando de su cadera. Y no parecía intimidado en lo más mínimo, incluso cuando se enfrentaba a más de diez personas en el borde del bosque.

Hice lo mejor que pude para devolverle la sonrisa a su expresión completamente desanimada, solo para que continuara diciendo: “¡De todos modos, este es el resultado de una purga justa y oficial, siguiendo las leyes  de Genos! Todos ustedes pueden ser personas del borde del bosque, pero todavía están bajo el gobierno de Genos, así que no busquen ideas divertidas”.

“¿Una purga oficial…?”

“Bueno, supongo que esto funciona bien… No hay forma de que confundamos esa cara, pero como ustedes son del borde del bosque, pueden confirmarlo por nosotros. Considere que esta es una última despedida, supongo,” dijo Zasshuma con una risita cordial, luego asintió con la cabeza hacia sus hombres.

Los totos habían estado justo en el medio del grupo, pero ahora los hombres se separaron para pararse delante y detrás de ellos.

Con eso, me quedé completamente sin palabras.

Había tres hombres parados detrás del carruaje tirado por los totos.

Uno de ellos era Kamyua Yoshu. También tenía una capucha, pero no se podía confundir con su cuerpo larguirucho, ni con su nariz de gancho distintiva y su rastrojo rubio.

El segundo hombre era Haan de Dabagg. Por alguna razón no llevaba una capa, por lo que su cabeza envuelta en vendas, su atuendo de tela lisa sobre su físico robusto y las espadas gemelas colgando de su cadera estaban a la vista. Y su mirada fría, casi reptiliana, se fijó apáticamente en nosotros… en estas personas del borde del bosque.

Entonces, había un hombre más parado entre los dos. Estaba desgastado hasta la piel y los huesos y su ropa era prácticamente harapos, lo que le daba la impresión de un esqueleto vivo.

Este era el antiguo jefe del clan Suun, Zattsu Suun. No tenía absolutamente ninguna duda al respecto.

Realmente tenía una apariencia espantosa por haberse consumido tan a fondo. Podía distinguir la forma de su cráneo, sus cuencas de los ojos parecían huecas, era como si le hubieran afeitado las mejillas y su boca estaba llena de dientes podridos y amarillos.

Tenía cabello negro escaso y arrugas profundas, su piel estaba cubierta de suciedad y no pude evitar preguntarme si realmente estaba mirando a un ser vivo.

Sus brazos, piernas, cuello, torso… hasta la última parte de él se había marchitado,  recordándome  las  ramas  marchitas.  Y  alrededor  de  sus delgadas muñecas había cadenas de hierro que lo ataban a la parte trasera del carruaje. En cuanto a los trapos que se aferraban a su cuerpo, apenas podía espiar un remolino bajo toda la suciedad.

Debe haber sido bastante alto para empezar. Pero ahora, ni siquiera parecía tener la fuerza para pararse derecho, ya que su cintura y rodillas estaban fuertemente dobladas. Fue completamente desagradable solo mirarlo, ya que sentía que estaba mirando un cadáver que se había arrastrado desde su tumba.

“Este hombre es el criminal del borde del bosque conocido como Zattsu Suun, ¿no? ¡Nos arrojó una fruta extraña, y de repente estábamos siendo asaltados por gibas! Por eso sufrimos tantas lesiones, arruinaron nuestros productos y perdimos la mayoría de nuestros totos. ¡Logramos atraparlo vivo, pero ninguno de los reinos tiene leyes lo suficientemente indulgentes para perdonar esos crímenes!”

Con las palabras de Zasshuma allí, finalmente me di cuenta de lo que había dentro del carruaje tirado por los totos. Sentados en el vehículo sin techo había hombres cubiertos con su propia sangre. Algunos eran como cadáveres inmóviles, mientras que otros lloraban angustiados, pero todos parecían estar en un estado horrible.

Había seis hombres sentados allí, del total de 23 en el grupo. El resto de los hombres permanecieron en silencio rodeando el carruaje y el criminal. Sus capas de cuero probablemente estaban teñidas de rojo con la sangre de la giba con la que luchaban.

Giba convocando fruta… Ya veo, así es como atacó a la caravana…

Por lo menos, sabía que no estaba mintiendo. Después de todo, ese poderoso olor dulce permanecía claramente en el aire.

Diablos, cuando era tan fuerte, Ai Fa probablemente también lo estaba notando.

“¿Qué pasó con el clan Sauti… con los hombres del borde del bosque que te escoltaban?” Pregunté, todavía un poco aturdido.

“Ah”, respondió Zasshuma con una sonrisa. “Se lanzaron directamente a la giba, por supuesto. Pero había demasiadas bestias. Los cuatro resultaron gravemente heridos, así que los llevamos de regreso a su asentamiento. Fue un resultado verdaderamente desafortunado, pero la gente del borde del bosque es dura, por lo que estoy seguro de que ninguno de ellos morirá por eso”.

“Entonces, ¿qué pasa con Tei Suun…? ¿Estaba Zattsu Suun aquí actuando solo?”

“Ese viejo veterano canoso fue cortado por las espadas gemelas de allí. Luego cayó al fondo del valle, por lo que los mundt probablemente ahora lo están devorando. Incluso si de alguna manera sobrevivió, no logrará salir vivo de un lugar como ese. ¡A partir de hoy, ya no hay necesidad de temer a esos criminales desde el borde del bosque!”

“¿Tei Suun…?” una voz que sonaba como si resonara desde las profundidades del infierno cuestionada, haciendo que todos los presentes se pusieran tensos. Con eso, Zattsu Suun levantó lentamente su cabeza pesadamente colgante. “¿A dónde fue Tei Suun…? Necesitamos recuperar el honor perdido del clan Suun por nuestras propias manos… ¿Tei Suun…?”

“Estoy conmocionado. ¿Aún te quedan fuerzas para hablar, maldito esqueleto andante?” Cuestionó Zasshuma, limpiándose la leve sonrisa misteriosa de su rostro y volviéndose hacia Zattsu Suun. ¡Tu amigo murió en el bosque! ¡Y solo te queda esta noche para vivir, también! ¡Pero adelante y sigue persiguiendo ese sueño que nunca se cumplirá hasta entonces!”

“¿Qué estás diciendo, maldito hombre corrupto de la ciudad de piedra…?

¡Todos ustedes han olvidado su deuda con la gente del borde del bosque, y cada uno de ustedes se encontrará con un final despiadado!” Sus cuencas oculares estaban hundidas hasta el punto de que era como si estuviera mirando una calavera, pero ahora ardía una llama negra y espeluznante. Luego, estalló en una sonrisa malvada, su piel seca se agrietó cuando lo hizo. “Ni siquiera puedes cazar una giba por tu propia fuerza, entonces ¿por qué nos menosprecias…? ¡Es porque esa es la única forma en que sabes cómo aferrarte a tu orgullo! ¡Frágiles hijos de Selva!

¡Ustedes repugnantes personas de la ciudad de piedra! ¡Que todos ustedes sean condenados!”

“Hmph. De repente te has vuelto terriblemente descarado, criminal. ¿Qué te hace eso entonces, ya que intentaste robar nuestros productos? ¡No tienes derecho a hablar de orgullo, escoria!” Gritó Zasshuma, mostrando inquietud claramente en su rostro. Tal vez estaba abrumado no por el contenido de lo que decía Zattsu Suun, sino por la intensidad y la maldad que gotea del tono del hombre.

Honestamente, yo también me sentía así. Había una fuerza aterradora en él que hacía difícil creer que realmente estaba al borde de la muerte. La monstruosa intensidad y las retorcidas convicciones que tanto habían asustado tanto a Diga y Doddo ahora estaban ante nuestros propios ojos.

“No importa lo que digas, maldito habitante de la ciudad… ¡Después de todo, tu fortuna fue construida sobre nuestra sangre y orgullo! ¡Tontos ingratos! ¡Ustedes ladrones astutos! ¡Su paz y tranquilidad está protegida por nuestros esfuerzos!”

“¡Eso es suficiente! ¡Eres el tonto descarado que arrojó a un lado su orgullo!” Sonó una voz tan fuerte como el acero, cortando la maldición de Zattsu Suun. Había venido de Ai Fa. “Monopoliaste el dinero de la recompensa, saqueaste el bosque y descuidaste tu deber de cazar, así que ¿cómo te atreves a hablar de orgullo?”

“Oh… Eres esa cazadora… Eso significa que también eres la cabeza de ese clan desvergonzado que ha estado complaciendo a esos tontos de la ciudad de piedra para acumular una fortuna…”

La mirada de Zattsu Suun era como una voluta hecha de odio arremolinándose, y ahora giró lentamente hacia Ai Fa.

En cuanto a la cabeza de mi clan, ella devolvió esa mirada aterradora con un resplandor propio de sus ojos ardientes, azules y salvajes.

“¡No he hecho nada para merecer ser desvergonzado por gente como tú!

¡Has elegido mal tu camino en la vida, ex jefe de clan del Suun! ”

“No, tú eres la que va por el camino equivocado… ¡La gente de esta ciudad son nuestros enemigos! ¡Son criminales imperdonables! ¡Esos repugnantes bastardos nos atraparon en la prisión conocida como el borde del bosque, pensando solo en su propia paz y tranquilidad!”

“¡El bosque es nuestro dios! ¡No estás en condiciones de llamarte hombre del borde del bosque si te atreves a referirte a él como una prisión de todas las cosas!”

“Eres una tonta… ¡Un bosque del que no podemos obtener una recompensa no es dios! ¡Nuestros antepasados fueron engañados! ¿Cómo puedes llamarnos cazadores cuando nos dicen que debemos dirigirnos al bosque y ganar nuestras monedas como nos dicen, o morir de hambre o morir? ¡El orgullo de la gente del borde del bosque fue aplastado y pisoteado hace 80 largos años! ¡Todos han estado arriesgando sus vidas para ganar monedas bajo el nombre de giba!”

Ai Fa estaba apretando los dientes con tanta fuerza que podía escucharlos. Pero antes de que sus labios pudieran abrirse nuevamente para gritar con enojo, Ludo Ruu saltó a la conversación.

“En serio, ¿de qué has estado hablando? No importa lo que digas ahora, tú fuiste y cometiste crímenes. Así que tú eres quien mancha el orgullo de nuestra gente”.

“Estás equivocado… He estado tratando de recuperar nuestro orgullo pasado… Pero Zuuro no pudo llevar a cabo mis ambiciones… Si no me hubiera enfermado, seríamos fuertes, ¡personas orgullosas una vez más por ahora! ¡Viviríamos vidas apropiadas donde viviéramos solo en el bosque y comiéramos sus frutos, sin tener que complacer a nadie más!”

“¿Qué eres, estúpido? ¿Cómo crees que la forma correcta de vivir para nuestra gente es atacando y robando a los viajeros?”

“¡Pero a pesar de todo eso, esos tontos del castillo no pudieron juzgarnos! ¡Incluso  diez años  atrás, tenían  que  fingir  que  no se daban  cuenta! ¡Carecen de la fuerza para cazar giba por su cuenta, por lo que, en última instancia, no pueden hacer nada a la gente del borde del bosque!”

Esas palabras pasaron por mi mente como un rayo. Entonces… realmente había cometido el mismo crimen hace diez años, después de todo. Y había tenido un éxito completo en aquel entonces también.

Había puesto a Giba a los mercaderes para matarlos a todos, robaron sus bienes y luego pudo seguir riendo sin ser juzgado por esos crímenes.

“Si hubiéramos acumulado un poco de poder ahora, ¡podríamos habernos aferrado a una libertad inquebrantable! ¡Pero todos ustedes tuvieron que ir y arruinarlo! ¡Malditos clanes de Fa y Ruu! ¡Si te hubieras quedado fuera de nuestro camino, el clan Suun podría haber guiado a la gente del borde del bosque por el camino correcto!”

En ese mismo momento, una espada en una funda de cuero cayó sobre la espalda de Zattsu Suun. Después de ser golpeado, el hombre dejó escapar un gemido bestial y se desplomó en el camino.

El que blandió la espada había sido Haan de Dabagg.

“Escoria”, escupió el hombre vendado mientras levantaba su espada una vez más, solo para que Kamyua Yoshu interviniera con calma.

“No tenemos derecho a emitir un juicio sobre un criminal capturado. ¿O quieres ir y arruinar nuestro logro con tus propias manos, Haan?”

Los fríos ojos reptilianos de Haan volvieron a mirar a Kamyua Yoshu, y luego volvió silenciosamente su espada a su cadera.

“Zasshuma, no puedo ver ningún punto más sobre esto de un lado a otro. Este hombre está enfermo, y su mente ya no parece funcionar correctamente. Así que debemos apurarnos y entregar al alborotador al castillo lo antes posible, ¿verdad?”

“S-Sí… eso es cierto”, respondió Zasshuma, disparando a Zattsu Suun una última mirada de odio antes de volver al norte.

“¿Puedes pararte? Si no lo haces, la piel se despegará de tus rodillas mientras te arrastran”, dijo Kamyua Yoshu, causando que Zattsu Suun se levante lentamente.

Entonces, el hombre de repente comenzó a reír como un demonio.

“¡Viles villanos y desvergonzados cazadores falsos que traicionaron a nuestro clan Suun! ¡Sigan odiándose unos a otros y caigan juntos! ¡La inevitable discordia y desesperación es todo lo que te espera en tu futuro! ¡Una maldición para el dios occidental Selva y el dios meridional Jagar! ¡Elegimos a nuestros dioses mal dos veces ahora!”

Con eso, los hombres a su alrededor lo ocultaron de la vista una vez más y cesaron sus carcajadas, dejando un silencio sombrío en el aire.

Con Zasshuma a la cabeza, el grupo encapuchado continuó balanceándose. Fue entonces cuando Kamyua Yoshu se estiró y miró hacia nosotros. Tenía la capucha baja para que pudiera ver su rostro, pero en lugar de su sonrisa distante habitual, parecía de alguna manera disculpándose… Como si nos estuviera rogando que lo perdonemos con esa expresión triste y tensa.

“Supongo que con esto, el clan Suun realmente está hecho para…” murmuró Ludo Ruu encogiéndose de hombros.

Me giré para mirarlo, solo para congelarme de repente a media vuelta. Los espectadores que se encontraban a un lado de la carretera nos dispararon una mirada extraña. Sus ojos estaban llenos de más miedo, ira, sospecha y desconcierto que nunca antes, como si estuvieran mirando algún tipo de animal que nunca habían visto.

El grupo de Zasshuma ya había desaparecido por la carretera, pero nadie se movía desde donde estaban parados. Se quedaron allí, mirándonos atentamente. Era como si tuvieran miedo de darles la espalda, los cortaríamos, por lo que se quedaron congelados en su lugar.

Mientras los miraba, una mano repentinamente golpeó mi hombro izquierdo, haciéndome saltar casi de mi piel.

Cuando me di vuelta, encontré a Milano Mas parado allí. Ahora que lo pensaba, todavía estábamos frente a La Cola de Kimyuus.

“¿M-Milano Mas…?”

“Deja de hablar y apúrate a salir de aquí”. Las emociones que ardían en los ojos de Milano Mas no eran menos que las de la multitud circundante. De hecho, había un odio aún mayor ardiendo en ellos. “Guardaré los carros. Solo toma tus pertenencias y vete. Si no, no se sabe qué puede pasar… ”

“Ah, no, pero…”

“No me malinterpreten. Me importa un bledo todos ustedes”, murmuró Milano Mas, con sus ojos llenos de odio fijos en el norte. “Él fue quien asesinó a mi amigo…” agregó con una voz tan baja que casi no podía escucharlo.

Fue entonces cuando finalmente noté a Leito parado junto a Milano Mas.

El chico tenía una sonrisa amable en su rostro. Era la misma expresión inocente de siempre, y miraba en silencio hacia el norte.

Era imposible saber qué estaba pensando por dentro… pero había lágrimas obvias deslizándose por sus suaves mejillas.

***

Unas horas después, se dio a conocer la noticia de la muerte de Zattsu Suun. Donda Ruu había ido al castillo como representante de los tres líderes, por lo que fue él quien llevó ese informe al borde del bosque.

Aparentemente, después de ser encarcelado en el castillo de Genos, el hombre falleció en medio del interrogatorio, incluso antes de que cayera la noche.

Tal como lo había predicho el adivino de Sym, la estrella fugaz había desaparecido. Y lo había hecho tan rápidamente, como si se burlara de los que quedaban, retorciendo una serie de destinos en el camino.