Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 17

Capítulo 1: ¿El Largo Adiós?

Parte 2

Estrictamente hablando, un mundo paralelo solo significaba uno que existía, bueno, en paralelo. No significaba que tuviera que parecerse al mundo en el que vivíamos. Así que pensé que incluso un “otro mundo” como este con el Santo Imperio Eldant podría considerarse paralelo al mundo que contiene a Japón.

“Ya veo,” dijo Matoba-san, acariciando su barbilla y asintiendo un poco. “¿Entonces la historia de este mundo que aprendiste no es decisivamente el futuro de nuestro propio planeta?”

“Cierto. Incluso esos nombres propios, Estados Unidos, China, solo los escuchamos de pasada. Alguien podría haber estado mintiendo o podríamos haber escuchado mal. No tenemos ninguna prueba física indiscutible de que este mundo sea nuestro futuro. Nosotros sólo—”

“Ejem, si me perdonas…” Matoba-san interrumpió, luciendo levemente disculpándose. “Dejando de lado cualquier cuestión de paralelismos, la tenemos. Prueba física, quiero decir”.

“¿Qué?” Dijo Hikaru-san.

“Recordarán que tomamos muestras de sangre cuando todos regresaron a Japón, ¿no?” Sí, lo recordaba, ahora que lo mencionó. ¿Y qué? “Seguimos adelante e hicimos pruebas adicionales y más detalladas en las muestras de Myusel-kun y Elvia-kun. Por solicitud especial del gobierno, ya lo ves”.

“¿Qué pasa con eso?” Dije, mirando a Myusel y Elvia.

“¿Queeeee?” Preguntó Elvia, parpadeando. “¿Algo sobre mí?” Realmente no era capaz de seguir una conversación en japonés sin ayuda, pero al menos habría aprendido su propio nombre.

Elvia Harneiman: originalmente una espía del país vecino de Bahairam, una chica hombre lobo enviada para vernos bien, o mejor dicho, a Amutech y su mansión. Era abierta y alegre, una especie de cachorro grande, y ahora era la artista residente de Amutech.

De todos modos, como dijo Matoba-san, Myusel y Elvia se habían hecho un análisis de sangre cuando fueron a Japón, supuestamente para detectar enfermedades transmisibles. Era algo obvio, no querías que ninguna bacteria extraña entrara por el túnel hiperespacial ni nada por el estilo. Pero, ¿y si hubieran hecho otras pruebas, de las que no nos habían hablado?

“Y una vez también recibiste una bebida energética para ayudarte a revitalizarte, ¿no es así? De Brooke-kun,” dijo Matoba-san.

“¿Eh? Oh, oh, sí. Estaba hecho de la cola de Cerise-san o algo así”, dije, mirando esta vez a nuestra pareja de hombres lagarto. Nuestro jardinero Brooke Darwin, y nuestra doncella, su esposa Cerise.

Los elfos y los hombres lobo se parecían mucho a los humanos, solo que con algunas pequeñas diferencias (orejas puntiagudas o colas tupidas), pero los hombres lagarto eran otra cosa. A primera vista, parecían lagartos andantes.

Brooke, en particular, era especialmente alto y de hombros anchos, por lo que podría asustarte mucho si te lo encontraras en un pasillo oscuro. Prácticamente podrías mojarte de miedo. Sin embargo, a pesar de sus miradas amenazadoras, Brooke fue diligente y amable.

En cuanto a la bebida energética que Matoba-san había mencionado, los hombres lagarto habían cortado los extremos de sus propias colas, que fueron asadas y preparadas en una mezcla de miel y agua carbonatada.

Tenía un sabor horrible; Quiero decir, era difícil descifrar las cosas. Pero fue muy eficaz, además de que supuestamente tenía potentes propiedades antienvejecimiento.

Para una sociedad como la japonesa, que enfrenta una población que envejece y los crecientes costos médicos que ello conlleva, una medicina de “fuente de la juventud” podría ser un gran, gran negocio.

“Sospecho que el pensamiento era, si los cuerpos de hombre lagarto poseían tales propiedades, ¿qué pasa con los de otros semi-humanos?”

“De ninguna manera… ¿Quieres decir que estaban pensando en hacer medicinas con elfos y hombres lobo?” De alguna manera parecía casi grotesco.

Matoba-san pareció adivinar lo que estaba pensando, porque negó con la cabeza con una nota de urgencia. “No somos boticarios medievales. No íbamos a matarlos y pulverizarlos. Estábamos pensando en algo más parecido a… ¿cómo se llama? ¿Tratamientos de placenta? Se afirma que este método puede aliviar las enfermedades crónicas y los trastornos de la menopausia, y tal vez incluso tratar el cáncer. De la misma manera, la gente quería evaluar lo que podría ser posible con nuevos tejidos”.

“Uh huh…”

Bueno, supongo que la única razón por la que Japón había querido involucrarse con este otro mundo en primer lugar era en parte para descubrir recursos biológicos hasta ahora desconocidos.

En estos días eso incluía muchas cosas microscópicas como bacterias útiles, microbios, ese tipo de cosas, pero si las criaturas de mayor escala pudieran ser útiles, estoy seguro de que no lo ignorarían.

“En cualquier caso,” dijo Matoba-san. “Cuando se investigaron las muestras de sangre de las niñas, bueno, no pregunté sobre los detalles de la ciencia; No habría entendido la respuesta. Pero aparentemente su material genético era humano, pero mostraba signos de manipulación genética. De hecho, varios lugares de su código genético mostraron estrechos vínculos con la humanidad moderna”.

¿Cerrar enlaces? ¿Qué, en su información genética? Eso significaba… “¿Es esto, como, lo que mencionaste, Hikaru-san?”

“¿Eva mitocondrial? Sí, probablemente esté relacionado”. El asintió.

Le ahorraré los detalles para ayudar a que esto sea breve, pero básicamente, dentro de cada célula humana hay pequeños orgánulos llamados mitocondrias.

Si examina el ADN y los cromosomas Y dentro de ellos, supuestamente puede seguirlos hasta el ancestro común más cercano de todos los humanos modernos.

Al investigar este ADN mitocondrial, hemos descubierto evidencia que respalda la opinión de que la humanidad surgió en algún lugar de África hace varios cientos de miles de años.

En resumen, al examinar la información en los genes de las personas, podemos comprender, al menos hasta cierto punto, cómo evolucionó la humanidad.

Incluso he escuchado que en el útero, un embrión humano pasa por lo que equivale a todo el proceso evolutivo, comenzando como un organismo unicelular y volviéndose multicelular; pasando de una criatura parecida a un pez a una anfibia; luego atravesar una etapa más parecida a un animal terrestre antes de llegar finalmente a lo que llamaríamos un humano.

En otras palabras, toda la historia de la evolución humana está codificada en nuestro ADN.

Y aparentemente, después de realizar pruebas similares en las muestras de Myusel y Elvia, descubrieron información genética que les hizo creer que las niñas definitivamente descendían de humanos modernos del siglo XXI. Y eso hizo que la gente se preguntara si este otro mundo era realmente otro mundo.

“Pero eso en realidad no descarta la posibilidad de que este sea un mundo paralelo”, dije.

“Por supuesto, eso no es todo lo que estamos haciendo”, respondió Matoba-san. Dejó escapar un breve suspiro y luego dijo: “El argumento genético es solo una pista de la verdad. Vimos varias otras… cosas inusuales también”.

“¿Quiere decir?”

“Ejem…” Se tomó un momento para ordenar sus pensamientos. “Shinichi- kun. ¿Cuál es ese anime que te gusta? ”

“Uh, hay algunos”. Demasiados para contar con una mano, de hecho. Podría enumerarlos todo el día y toda la noche.

“Creo que se tituló… ¿Rental Video? No, er… ”

“¡Oh! ¿Rental ☆ Madoka? ¿Es eso en lo que estás pensando?”

“Ah, sí, ese.” Matoba-san levantó un dedo de profesor. “¿Te das cuenta de que ese anime ya tiene tres años?”

“¿Eh?” Dije, sin quererlo realmente. Madoka había aparecido en la televisión justo antes de que yo llegara a este mundo. “Pero… ¿eh? ¿Tres años? Pero solo he estado aquí un año más o menos…”

“Sí. Aquí,” dijo Matoba-san. “Y los relojes de JSDF indican que es aproximadamente la cantidad de tiempo que ha pasado. Los relojes aquí parecen precisos. Pero en Japón han pasado tres años”.

“¡¿Qué?! ¡Pero eso es ridículo!”

“Comparé algunos registros y descubrí que en los últimos tres meses, es decir, tres meses aquí en el lado de Eldant, fíjate, el paso del tiempo se ha acelerado dramáticamente. Existe una brecha inconfundible entre cómo avanza el tiempo en Japón y cómo lo hace aquí. Es más, hemos seguido supervisando cuidadosamente la progresión desde que notamos esta diferencia y hemos descubierto que hay… discrepancias en la discrepancia. La brecha no es estable”.

“…………Espera…”

“¿Te refieres al efecto Urashima?” Hikaru-san dijo, inclinando la cabeza. Se refería a un concepto que aparece con bastante frecuencia en la ciencia ficción: que cuando una nave espacial se acerca a la velocidad de la luz, el tiempo se ralentiza.

Las razones exactas por las que involucran la teoría de la relatividad y algunas otras cosas difíciles, y realmente no pude explicarlas personalmente. Fue solo una cosa extraña que sucedió. Al menos, teóricamente.

Por ejemplo, las personas a bordo de una nave espacial que viaja a la velocidad de la luz o casi de la luz no envejecerían en comparación con las personas que las esperan en la Tierra.

Podrías tener dos gemelos idénticos, y si uno de ellos permaneciera en el suelo mientras el otro estaba en una nave espacial viajando a la velocidad de la luz y luego regresara, el gemelo de la nave espacial aún sería joven, mientras que el de la Tierra sería una persona mayor.

Una vez más, esa es la idea, de todos modos. Se llama efecto Urashima por el cuento popular japonés de Urashima Tarou, y a veces también se lo conoce como la “paradoja de los gemelos” debido a lo extraño de los gemelos.

De todas formas.

“No puedo decir que esté seguro”, respondió Matoba-san. “Nuestros estimados científicos tenían mucho que decir sobre la situación, pero confieso que entendí muy poco”. Levantó las manos en un gesto de rendición. “El hecho es que estamos lidiando con un ‘agujero’ perforado a través del tiempo y el espacio a lo largo de miles o incluso decenas de miles de años. No me sorprendería demasiado, independientemente de los efectos extraños que pudiera producir, personalmente. Ni siquiera conocemos el principio por el cual existe esta cosa”.

Él tenía razón sobre eso. Habíamos llamado al pasaje un agujero de gusano hiperespacial y pretendíamos que eso significaba que entendíamos lo que era, pero todo lo que habíamos hecho fue darle un nombre. Realmente no sabíamos nada al respecto.

De la misma manera que podemos usar una computadora sin saber exactamente cómo fue construida o qué la hace funcionar, habíamos estado usando el túnel hiperespacial sin una idea real de lo que estaba pasando realmente.

Matoba-san continuó: “La distancia física representada por el túnel hiperespacial también ha demostrado ser inestable. Desde hace algún tiempo se ha estado expandiendo y contrayendo. Considere algunos de los peores escenarios. Digamos que el ascensor está en tránsito cuando el túnel se expande a una distancia de decenas de miles de kilómetros, atrapando la cosa en el hiperespacio. Alternativamente, un escenario en el que la distancia se reduce a cero y nuestros dos mundos chocan. Algunos proponen que uno o ambos son posibles”.

El resto de nosotros solo pudimos mirarlo, en silencio por la conmoción.

“Si esta inestabilidad es causada por una interferencia mutua entre el pasado y el futuro, entonces existe una clara posibilidad de que una mayor interferencia empeore la situación. O eso suponen las personas que están sobre mi cabeza”.

Estaba seguro de que el gobierno japonés había traído científicos para investigar y llegar a esta conclusión, pero debido a que esta situación no tenía precedentes, nadie sabía exactamente qué hacer al respecto.

Si no queríamos simplemente esperar y ver qué sucedía, entonces teníamos que ir con nuestra mejor suposición: hacer lo que predijimos sería lo más fácil y seguro.

Y debido a que no pudimos hacer nada con el túnel hiperespacial en sí, entonces, como dijo Matoba-san, minimizar el cruce y la interferencia era la solución lógica. Y eso significaba…

“Retirada permanente de este mundo…”

Las palabras salieron de mi propia boca, pero aún sonaban increíbles. Irreal.

***

Cuando desperté de mi largo, largo sueño, descubrí que el mundo había cambiado, casi irreconocible. Estaba sorprendida, claro, pero no fue suficiente para sacudirme, y mucho menos llevarme a la desesperación. Demonios, ya estaba muerto. ¿Y qué si el tiempo me deja atrás? Eso es lo que hace el tiempo.

Sí, existí una vez. Como humano, un soldado llamado Theresa Bigelow. Pero todo lo que alguna vez llevó ese nombre ahora se ha ido. O al menos, las cosas físicas no se han dispuesto en la forma de un cuerpo durante bastante tiempo. Si así es como definimos la muerte, supongo que estoy muerto.

Los seres humanos aprendieron a extender su esperanza de vida física, efectivamente, pero no mucho. Nunca alcanzaron más de doscientos años.

El cerebro se puede transferir a un nuevo cuerpo físico preparado con células indiferenciadas cultivadas, pero existe un límite biológico en cuanto al tiempo que las neuronas pueden continuar, por lo que no es exactamente la vida eterna.

Para bien o para mal, todos los cuerpos vivos son parte del gran ciclo. La muerte es parte de la vida y todo eso. ¿Usted nació? Vas a morir.

Si aún desea seguir existiendo más allá de los límites de sus partes carnosas, entonces, por definición, se está alejando de ser un ser vivo. Es como si le estuvieras diciendo a la Parca: “¡No puedes despedirme, renuncio!”

Y esa es la elección que hice, una vez.

Los avances en la manipulación genética y la bioingeniería permitieron la creación de especies biológicas completamente nuevas por manos humanas, y con cada nueva criatura, la definición de vida, el concepto de lo que significaba ser humano, recibió una nueva paliza.

Digamos que no todos estuvieron de acuerdo con los valores correctos, la perspectiva para asumir todas estas cosas, y hubo muchas, bueno… discusiones.

Hablando exclusivamente por mí mismo, no tenía ningún remordimiento real por dejar Team Biological Life. Mi cuerpo de carne casi había muerto en dos ocasiones diferentes en ataques terroristas mientras estaba en el ejército.

No todo el mundo tiene una experiencia cercana a la muerte; yo he tenido dos. Me convencieron de que no hay nada esperando al otro lado y también me convencieron de que no quería simplemente desaparecer.

¿Cogito, ergo sum, amirite? Estaba aterrorizada de desaparecer.

Así que firmé una montaña de papeleo y metieron mi conciencia, mi alma, si quieres, en un cuerpo hecho por el hombre, y me convertí en un soldado “inmortal”. Supuestamente, pude mantener mis derechos humanos, pero el hecho es que me convertí en propiedad de los militares.

Nunca me iban a dar de baja y tendría que trabajar como soldado el resto de mi vida. Pero no me importaba. Francamente, eso es lo que quería.

Nací en el cuerpo de una mujer, es cierto, pero era más competitivo, más luchador, que muchos de los hombres que me rodeaban, y no tenía ningún interés en una vida tranquila y pacífica. El ejército parecía ser el único camino a seguir para mí, y una vez que estuve allí, no podía imaginarme volver a la vida civil.

Así que ahí estaba, y pensé que estaría ahí hasta que los militares decidieran que ya no me necesitaban. Hasta que borró todos los datos de mi personalidad de todos sus servidores, todas sus copias de seguridad, y tiró mis piezas con el resto de la basura. Un soldado para siempre.

Pero entonces…

“Nunca conté con despertarme del largo sueño para descubrir que no hay militares”, me dije a mí misma. Demonios, todo el sistema nacional que existía cuando me hundí se había ido ahora. Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Inglaterra, Francia, Italia, India, ni rastro de ninguno de ellos. No hay rastro de nada. Después de que me desperté, todos eran nombres nuevos.

“En ese mismo momento.” Me levanté y miré a mí alrededor. Obviamente, había pasado un tiempo. Había volado parcialmente en un BOU aerotransportado, una de nuestras unidades “Dragoon”, pero no pensé que ese sería el medio más inteligente para llegar a mi destino. Después de cruzar la frontera, decidí pedalear el resto del camino.

Mi cuerpo podría haber sido artificial, pero tenía aproximadamente el mismo tamaño que un humano promedio y caminaba al mismo ritmo. Entonces, aunque podía estar sin descansar ni dormir, mi velocidad de movimiento real no era dramáticamente mejor que la de una persona común.

Podría correr varias veces más rápido que un humano de carne y hueso, pero eso causaría problemas con la disipación del calor, y no pensé que pudiera mantenerlo durante varias docenas de horas.

“Estoy bastante segura de que se suponía que ese tipo estaría por aquí en alguna parte…”

Estaba en medio del bosque.

Un enorme bosque de árboles gigantes, lo que significaba mala visibilidad. Estaba bastante seguro de que iba por el camino correcto, pero todo parecía igual sin importar hacia dónde volteara, por lo que era imposible estar absolutamente seguro.

Ya era bastante malo que el satélite GPS nunca hubiera vuelto a estar en línea, pero además de eso, la topografía de aquí era completamente diferente de mis archivos de datos geográficos, por lo que solo podía hacer una suposición más amplia en qué dirección se suponía que debía ir.

“… Bueno, ¿qué tenemos aquí? ¿Qué estás haciendo aquí, niña? ¿Estás solo? Pausa larga. “Oi, niña. No me des la espalda”.

“¿Hrm?” Solo cuando el dueño de la voz agarró mi mano me di cuenta de que me estaba hablando.

Tenía casi cuarenta años cuando asumí este cuerpo por primera vez. No me había parecido en nada a una “niña” entonces, y desde el momento en que asumí este avatar hasta el momento en que me fui a dormir pasaron otros treinta años como soldado.

A veces la gente me llamaba por mi nombre. En su mayoría me llamaban por mi rango. Ciertamente nunca me llamaron “niña”.

“Heh, ¿qué pasa, cariño, sola en el bosque?”

Sosteniéndome de la mano había un hombre con equipo militar desgastado, que era solo una armadura de cuero. Tres hombres más, vestidos de manera similar, estaban detrás de él. No reconocí el equipo, pero sí conocía la expresión de sus ojos. Duros. Rufianes.

Había visto más que suficientes de su tipo cuando estaba en misiones de “mantenimiento de la paz” en países de todo el mundo. Pasó todo el tiempo: algún estado se derrumba y no hay más ejército, pero hay muchas armas, y los bastardos que las tienen van a la tierra…

Supongo que no soy tan diferente de ellos en este momento, pensé. Probablemente eran las sobras de un ejército propio, o al menos desertores. Sin líderes ni misión, se habían convertido en bandidaje. Llevaban armas primitivas: espadas y hachas. Oxidado y deformado, pero lo suficiente como para amenazar a una joven desarmada.

“Oye, ven aquí”, dijo uno de los otros hombres. “Sí, ven a saludar”, arrulló un tercero.

No hablaban un idioma que yo conociera, no como el inglés, el japonés o el chino, pero mi aplicación de traducción había aprendido lo suficiente del idioma local como para que pudiera entenderlos.

“Oh, ¿quieres jugar conmigo?” Pregunté intencionadamente. “¿Qué tipo de juego estabas buscando?”

“Tranquila”, dijeron los hombres, adoptando expresiones horripilantes. “Algo agradable y físico. ¡Queremos sudar bien!”

“¡Sí, algo intenso! ¡Heh heh heh!”

“Está bien. Lo suficientemente justo.” Sonreí con mi mayor sonrisa, caminé directamente hacia el hombre de enfrente y puse una mano sobre la espada que colgaba de su cadera.

Antes de que pudiera decir una palabra, agarré la vaina de cuero… y cambié mi avatar al modo de combate, destapando los límites de energía en mis músculos artificiales. Hubo un crujido audible mientras doblaba la espada hacia atrás, con la vaina y todo.

Los hombres me miraron sin habla.

“Muy  bien,  buenos  señores.  Vamos  a  jugar.  Algo  físico,  ¿verdad? ¿Intenso?” Les di una dulce sonrisa mientras comenzaban a retroceder.

Agarré al primer tipo por el cuello. “¿A dónde crees que vas, gilipollas?” Lo siguiente que vio fue el suelo, un instante antes de que su rostro se estrellara contra él.