Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 15: Un Efímero Nuevo Juego Plus

Capítulo 6: Luz en las Llanuras

El terreno por delante era inconfundible. Era una meseta, pero no alta. Era una meseta increíblemente ancha y baja. Mientras caminaban entre los arbustos esparcidos y la hierba seca del color del trigo, la meseta todavía parecía baja. No más que una pequeña colina. Les tomó poco tiempo trepar. Más allá, había una enorme depresión similar a una sartén.

—Este es el lugar, eh… —murmuró Haruhiro para sí mismo.

Ninguno de sus camaradas dijo nada.

El grupo estaba de pie sobre lo que sería el borde de la sartén. Había un gran manantial en la parte inferior y luego otros dos manantiales más pequeños. El área estaba rodeada por una cerca y un foso, y había varios edificios dentro de la cerca. Pero la cerca estaban rota en algunos lugares y los edificios se derrumbaron. Los escombros esparcidos deben haber sido parte de ellos en algún momento.

El foso estaba lleno de agua del manantial y había un puente intacto sobre él. Parecía que podían cruzar.

Después de un tiempo, Setora habló. —Parece desierto.

—Eso parece —fue todo lo que Haruhiro pudo decir en respuesta.

—No, pero, uh, ¡ya saben! —Kuzaku obviamente se estaba obligando a sonar alegre—. No parece que hubo fuertes peleas, ¿verdad? Tal vez los tipos del Ejército de la Frontera huyeron antes de que llegara el enemigo.

Debido a que sus cadáveres se convertirían en zombis, no era extraño que no hubiera cadáveres, pero la forma en que estaba arruinado parecía diferente a un ataque. Aunque la mayoría de los edificios resultaron dañados, no había armas rotas por ahí, ni flechas saliendo de ellas, y no había manchas de sangre ni ningún otro signo de batalla.

—¿Quieren bajar y comprobar? —Mary sonaba como si hubiera tenido dificultades para decir eso.

—Sí —respondió fácilmente Haruhiro, y comenzó a descender la pendiente.

No necesitaba esforzarse mucho para mantener la calma. Más o menos lo había anticipado, así que estaba listo para ello.

Se volvió y, como esperaba, Shihoru también parecía estar bien.

Haruhiro y Shihoru tenían algunas cosas en común.

No miraban las cosas de manera demasiado optimista.

Intenta imaginar una lotería con 1/2 probabilidades. Si la jugaban, asumirían que casi siempre iban a perder. Aunque la lógica dicte lo contrario, y sabían que las probabilidades eran 1/2, no podían evitar suponer que si las cosas fueran 50-50, el resultado sería el peor para ellos. Incluso con una probabilidad de ganar de 4/5, seguramente perderían. Si las probabilidades fueran 9/10, sospecharían que de alguna manera todavía encontrarían milagrosamente una manera de perder.

Haruhiro y Shihoru eran iguales en el sentido de que no querían depender de la buena fortuna ni de los demás. Estaban demasiado asustados para hacerlo.

Por eso estaban bien. Pensaron que esto iba a suceder.

Este era el plan del grupo:

Primero, se dirigirían al norte desde el valle en las estribaciones y entrarían en las Llanuras Ventosas. Según Mary, si continuaban hacia el norte a través de las llanuras, podrían ver una montaña en el oeste. Se llamaba el Monte del Dolor, y se suponía que era una guarida de muertos vivientes o algo así. Unos siete u ocho kilómetros al sur de la Monte del Dolor, el Ejército de la Frontera de Arabakia tenía un puesto de avanzada. Era un poco difícil imaginar que aún estaba intacto si Altana había caído, pero aún no lo habían confirmado. Todavía había una pequeña posibilidad.

Además de eso, si iban al Puesto Solitario de Avanzada, también les permitiría seguir el Río Jet para llegar a la Fortaleza de Hierro de Riverside. Incluso si el Puesto de Solitario de Avanzada fuera un fracaso, el resto del Ejército de la Frontera y los soldados voluntarios podrían haberse reunido en la Fortaleza de Hierro de Riverside.

Si ambas locaciones estuvieran bajo control enemigo, obviamente ese sería el peor resultado posible, pero al menos su situación estaría clara. Significaría que no tenían aliados al sur de las Llanuras Ventosas. En lugar de aferrarse a esperanzas optimistas, era mejor conocer la situación y planificar su respuesta en consecuencia.

Haruhiro miró cuidadosamente alrededor del Puesto Solitario de Avanzada, o lo que quedaba de él.

Como había sospechado, no había cuerpos, y nada que pareciera manchas de sangre.

Esto era solo una suposición, pero la guarnición del Ejército de la Frontera y los soldados voluntarios debieron haberse retirado antes de ser atacados. El enemigo llegó después de eso y descargaron su frustración en los edificios abandonados.

Según Mary, el puesto de avanzada había tenido una vez un pequeño mercado y vendía comida, artículos de tocador, armas y equipamiento. Parecía que se habían llevado todos esos suministros durante la retirada.

Aun así, hubo algunas pequeñas ganancias.

En los restos de lo que aparentemente había sido un cuartel del Ejército de Frontera, había algunos equipos militares, incluidas armas y armaduras. Las revisaron, y algunas no estaban mal. Mary tomó un martillo de guerra y Setora tomó una lanza, una espada y una daga. También había mochilas, bandoleras y odres de cuero, así que decidieron llevarse lo que necesitaban.

En el mercado pudieron encontrar ropa de tela y cuero. La mayoría estaban viejas y gastadas, pero nadie se iba a quejar mientras todavía se pudieran usar. El grupo se quitó los zapatos y la ropa que estaban gastadas y llenas de agujeros. Ahora que Shihoru finalmente tenía una vestimenta razonable, podía despedirse de esa vieja capa. Pudieron recolectar varias herramientas, incluido un martillo, un cincel, clavos y agujas también. Haruhiro quería algo de cuerda, pero no pudieron encontrar ninguna.

Durante la búsqueda, Haruhiro vigilaba las cosas fuera del puesto de avanzada. Le preocupaba que alguien pudiera estar vigilándolos desde la distancia. Pero, para bien o para mal, no parecía así.

El grupo dejó de buscar suministros en lo que parecía un buen momento, y se dirigieron a Riverside. La moral de sus camaradas no había caído. En todo caso, todos parecían un poco más alegres.

Desde el Puesto Solitario de Avanzada, se dirigieron al oeste, al oeste y luego al oeste un poco más.

Las Llanuras Ventosas se extendían a lo largo de cientos de kilómetros, pero con la excepción del Monte del Dolor y la Montaña Coronada, muy al noreste, todo era plano y enormemente enorme. Había poca variación en la vegetación, así que sin importar qué tan lejos fueras, todo parecía igual.

Había varias especies diferentes de animales repartidas por la región. Pero, debido a que estaba tan abierto, se podía ver muy lejos y los sonidos se transmitían fácilmente. Vieron muchos animales a la distancia, pero si el grupo intentaba acercarse a ellos, huían. Cazar en las Llanuras Ventosas probablemente requeriría el uso inteligente de trampas, o perseguir a su presa y arrinconarla como grupo.

Al anochecer, llegaron al Río Jet. Era un río grande con una corriente violenta, como cabría esperar por el nombre, y la orilla lejana estaba tan distante que parecía brumosa.

El Río Jet tenía su naciente en algún lugar de las montañas Tenryu al sur, y Haruhiro y los demás lo siguieron río arriba. Algún tiempo después de la puesta del sol, la Fortaleza de Hierro de Riverside apareció a la vista.

—Parece la casa de alguien —dijo Setora en un tono que lo dejó inseguro si era una broma o si hablaba en serio.

La Fortaleza de Hierro de Riverside también servía como un puerto de río, por lo que se adentraba un poco en el Río Jet. Había más de diez torres en las paredes, y habían fuegos de vigilancia encendidos por todas partes, para que pudieran ver lo impresionante que se veía incluso de noche.

Haruhiro hizo que Kuzaku y los demás esperaran mientras él se acercaba solo a la fortaleza.

Había muchas arboledas a lo largo de la orilla del río. Pudo acercarse con bastante facilidad, escondiéndose entre los árboles y arbustos hasta que estuvo a unos 50 metros de la muralla de la fortaleza. Era un campo de hierba desde ahí en adelante, y si había guardias, corría un alto riesgo de ser descubierto. Tenía que haber vigías. Podía ver siluetas en la parte superior de la muralla.

Mientras se preguntaba: «Bueno, entonces, ¿qué hago ahora?», escuchó un: Auuuuuuuuuuuuu.

Lobos, ¿eh? O perros. Ambos sonaban similares, pero si se trataba de perros, podrían estar entrenados. Estaba bastante seguro de que el ruido venía de detrás de él.

Cuando se volvió para regresar: Auuuuuuuuu, escuchó el aullido de un lobo o un perro nuevamente.

Auuuuuuuuuuuuuuu.

Auuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

Incluso hubo una cadena de aullidos.

No estaban detrás de él. Los escuchó hacia el este, e incluso desde la fortaleza.

Incluso ahora, podía oír a los perros o los lobos seguir aullando. Era como si se estuvieran respondiendo el uno al otro.

—¿Me han encontrado…?

Haruhiro se apresuró a regresar a donde estaban sus camaradas.

Cuando estaba justo enfrente de su destino, algo se abalanzó sobre él diagonalmente desde atrás.

— ¡…!

Haruhiro instintivamente se tiró al suelo mientras sacaba su daga.

Él rodó, luego desvió la hoja blanca que venía hacia él. Desvió, retrocedió. Desvió.

Aunque estaba oscuro, podía decir que su enemigo no era humano, pero era bípedo y podía usar una espada. También tenía cola.

Parece un perro.

Un perro de pie sobre sus patas traseras.

Mary había hablado de ellos.

—¡Un kobold!

Haruhiro esquivó fácilmente la estocada del kobold, luego se colocó detrás de él. Ni siquiera tuvo tiempo de pensar «justo aquí», antes de enterrar su daga en su espalda.

El kobold cayó. Debe haber muerto casi instantáneamente.

—… Vi algo.

Fue una especie de línea brillante.

¿Fue una alucinación? Haruhiro negó con la cabeza. No tenía tiempo para esto.

No eran lobos o perros aullando, eran kobolds.

Mary había dicho que los kobolds tenían su base en las Minas Cirene, pero los goblins de Damuro habían estado en Altana. No era tan loco para ellos descubrir que también había kobolds en la Fortaleza de Hierro de Riverside. Tanto los goblins como los kobolds pertenecían a la Alianza de los Reyes. Eran enemigos del Reino de Arabakia.

Haruhiro corrió.

Kuzaku y los demás estaban siendo atacados por un grupo de kobolds.

—¡¿Haruhiro?! —Setora estaba usando su lanza para mantener a raya a los kobolds—. ¡Te has descuidado! ¡Toda esta zona es territorio enemigo!

—¡Lo siento! ¡Estaba siendo demasiado ingenua! —Mary mantuvo su martillo de guerra listo mientras protegía a Shihoru.

—¡No lo sabías, ¿podemos realmente culparte?! —Kuzaku blandió su gran katana y cortó a uno de los kobolds—. ¡Sí! ¡Vengan por algo de esto…!

—¡No puedo seguir siendo protegida…! —Shihoru parecía estar planeando algo.

¿Es eso?

¿Ella va a hacer eso?

—¡Ven! ¡Dark…!

Según Mary, después de una variedad de experiencias, Shihoru se salió del marco de lo que le enseñaron en un lugar llamado el gremio de magos, y formuló una nueva magia. Haruhiro no lo recordaba, y no sabía nada de magia en absoluto, pero sonaba bastante increíble. De hecho, Mary incluso les dijo que lo que Shihoru había logrado era asombrosamente impresionante.

Incluso cuando Mary le dijo: «Así que ten más confianza», Shihoru solo pudo esbozar una sonrisa débil y desganada.

Haruhiro podía entender cómo se sentía. Estaba feliz y agradecida por el aliento, pero no sabía cómo reaccionar cuando le dijeron: «Fuiste increíble».

Lo que importaba era lo que podía hacer ahora, y un pasado glorioso que ni siquiera podía recordar no era un consuelo.

Shihoru le había preguntado a Mary todo lo que podía sobre su magia y estaba experimentando para intentar recrearla. No iba bien. Debido a que la magia de Shihoru era completamente suya, Mary solo conocía los detalles superficiales. Cuando la única pista que tenía para seguir era un nombre, Dark, Mary se sintió mal y le dio a Shihoru una mirada de disculpa.

A pesar de eso, siempre que Shihoru tenía tiempo, intentaba imaginarse a Dark, tratando de hacerlo suyo. Trató de sacarlo de algún lugar, amasar el aire a su forma, cualquier cosa y todo lo que pudiera.

Shihoru debió estar preparada para saborear la decepción cada vez que lo intentaba.

Haruhiro lo entendía bien. Personas como Haruhiro y Shihoru no eran lo suficientemente fuertes para creer: «está bien, definitivamente puedo hacer esto». En cambio, pensaban: «sé que no puedo hacerlo, es imposible, pero lo haré, porque no tengo otra opción».

Tenía que ser muy duro para ella. Si fuera Haruhiro, probablemente se habría rendido en el camino.

Lo estás haciendo grandioso, Shihoru.

Cuando lo expresaba así, podría parecer que la estaba mirando hacia abajo, pero realmente lo creía. No era la pasada Shihoru quien era asombrosa, era la que estaba aquí, justo ahora.

De algún otro mundo, algo abrió una puerta no visible a simple vista frente a las palmas abiertas de Shihoru y apareció.

Negro.

Profundo y espeso, como la oscuridad de la noche.

Las largas cuerdas negras se entrelazaron en espiral y tomaron una determinada forma.

¿Era una persona? Era lo suficientemente pequeño como para caber en la mano de Shihoru.

—Ve, Dark.

Cuando Shihoru dio la orden, Dark se disparó instantáneamente hacia uno de los kobolds.

Nnnshooooooooooo… ¿Era ese el sonido de Dark volando, o era su voz? Cualquiera que sea el caso, sonaba como nada que conociera.

El kobold parecía sorprendido, y ni siquiera intentó esquivar a Dark. Se estrelló contra el centro del pecho del kobold. Inmediatamente después de eso, hizo un cambio repentino de trayectoria. Dando un giro cerrado alrededor del primer kobold, chocó con otro. Ese kobold dejó escapar un aullido y trató de alejarse de Dark. Pero Dark siguió adelante, atacando a otro objetivo.

Haruhiro miró a Shihoru. Seguía a Dark con los ojos. No, no era eso. Era todo lo contrario. Dark se movió hacia donde Shihoru miraba. Ella estaba controlando a Dark.

Shihoru usó a Dark, que se destacaba, más negro que la oscuridad de la noche, y hacía ese distintivo «nshoooooooooo» que era bastante aterrador, y realmente irritaba los nervios, para aterrorizar a los kobolds y hacerlos entrar en pánico.

—¡No está mal, Shihoru! —Setora empaló sin piedad a uno de los kobolds mientras corría confundido. Luego le gritó a Haruhiro—: ¡¿Qué estás haciendo, idiota?!

Setora estaba siendo tan dura como siempre, pero realmente no podía discutir. Haruhiro agarró a un kobold, le cortó el cuello con su daga y luego lo empujó al suelo.

—¡Kuzaku, Mary!

—¡Sí! ¡Entendido!

—¡Vale!

Kuzaku y Mary atacaron ferozmente a los kobolds más cercanos a ellos.

Para cuando Haruhiro pudo contar de uno a diez, seis o siete kobolds habían caído.

Los kobolds restantes aullaron y ladraron cuando empezaron a huir.

En algún lugar, Kiichi maulló.

—¡Haruhiro! —Setora señaló hacia el noroeste—. ¡Por aquí! ¡Parece que no hay enemigos!

—¡Todos, vámonos! —Haruhiro envió a Shihoru, Mary y Kuzaku adelante, luego él los siguió—. ¡Setora, abre el camino! ¡Cuento contigo!

—¡Entendido!

Escuchó a los kobolds aullar de nuevo. Aunque habían expulsado al grupo anterior, todavía no podían relajarse en absoluto.

Haruhiro y los demás corrían lo más rápido que podían. El ritmo le estaba pasando factura a Kuzaku, que llevaba una armadura pesada, pero él era duro, por lo que podía mantenerlo durante un tiempo, incluso si estaba sin aliento. Shihoru parecía especialmente ligera de pies. ¿Era porque había encontrado un par de zapatos que le quedaban en el Puesto Solitario de Avanzada? ¿O tal vez estaba contenta de haber logrado invocar a Dark?

No parecía haber perseguidores cerca, al menos. Una vez que estuvo seguro de eso, Haruhiro gritó: «¡Descansemos!», a Setora al frente.

Kuzaku se agachó inmediatamente.

—… Uf. ¡Eso fue duro! ¿Qué demonios? ¡Había enemigos! Sé que medio esperaba que los hubiera, pero aún así…

Haruhiro sonrió con ironía.

—¿Medio?

En una situación como esta, solo Kuzaku todavía medio esperaría que las cosas funcionen. Haruhiro había estado 80, no, 90 por ciento seguro de que la Fortaleza de Hierro de Riverside también había caído en manos del enemigo.

Por eso no se desanimó. Haruhiro ya estaba pensando en su próximo movimiento.

¿A dónde en estas Llanuras Ventosas, que eran más anchas de lo que tenían derecho a ser, iban a dirigirse después? Había opciones.

—¿Al Wonder Hole…? —Shihoru ofreció vacilante.

Haruhiro se propuso darle un gran asentimiento.

—Sí.

—Es verdad. —Mary dejó escapar un suspiro, como si intentara cambiar su actual estado de ánimo—. El Wonder Hole era un coto de caza para soldados voluntarios. Es complejo, y nadie conoce todos los detalles, pero aún podría haber una base de soldados voluntarios ahí…

—Esa es una posibilidad remota —dijo Setora, resoplando—. Pero en esta situación, supongo que no llegaremos a ninguna parte exigiendo certeza. Oye. Vámonos.

A pesar de que Setora acababa de darle un rodillazo en la espalda, Kuzaku ni siquiera se enojó—. ¡Pues bueno! —Se puso de pie de un salto—. ¡Vámonos! Descansé un poco. Tendremos que llegar tan lejos como podamos. No es que podamos ir más lejos que eso.

—¿No puedes decir algo con un poco más de sustancia?

—Escucha, no soy un tipo que busca trucos avanzados como ese.

—… ¿Eso es avanzado?

Haruhiro ignoró sus bromas mientras miraba a su alrededor.

Las luces de la Fortaleza de Hierro de Riverside aún eran visibles en la distancia. Podía escuchar a los kobolds aullar, pero no había señales de que se acercaran más.

Durante su estancia en el valle de las colinas, habían escuchado la mayor parte de la geografía local de Mary. El Wonder Hole estaba al noroeste del Puesto Solitario de Avanzada. Regresarían a las ruinas del puesto de avanzada y luego continuarían desde ahí.

Kiichi se subió de repente a Setora para sentarse en su hombro. ¿Quería algo de atención de su ama? No lo parecía. Kiichi estaba mirando hacia el norte.

—¿Qué es? —Setora miró hacia el norte.

—Eso es…

Era tenue, pero había algo brillante muy al norte.

Tratando de no dejar que sus emociones nublaran su juicio, Haruhiro sugirió—: ¿Tal vez es fuego?

—Hrmm —Kuzaku gimió y se rascó la cabeza.

¿Qué iban a hacer con esto? Era dificil de decir.

Por ahora, decidieron avanzar hacia la luz que pensaron que podría ser fuego.

Cuando habían caminado aproximadamente un kilómetro al norte, se dieron cuenta de que la luz también venía hacia ellos.

Parecía que había gente que llevaban antorchas o linternas y estaban en movimiento.

Quienquiera que fueran, probablemente estaban a solo un kilómetro del grupo, aunque sería generoso llamar a eso incluso una estimación aproximada.

—¿Quizás están de nuestro lado? —dijo Kuzaku, sonriendo pero sin reír.

Ni siquiera Kuzaku pensó honestamente que quienquiera que fuera sería un aliado, es decir, del Ejército de la Frontera o los soldados voluntarios. Si la pregunta era si eran amigos o enemigos, sí, probablemente era seguro asumir que eran enemigos.

—Por ahí. —Setora señaló al noreste y luego nuevamente al este—. Ahí también.

No era solo una luz. Estaban más lejos que la luz del norte, pero podían ver dos más desde aquí. Sería mejor asumir que esas no eran todas.

Setora suspiró.

—Esperamos que estén a pie.

Me pregunto sobre eso, casi dijo Haruhiro, pero luego se detuvo.

Shihoru y Mary se quedaron en silencio.

El viento seco que soplaba a través de las Llanuras Ventosas por la noche sonaba como un gruñido suave. Ese era un sonido extraño para el viento. También sonaba un poco similar en tono a alguien silbando, pero no podía estar seguro de eso.

Haruhiro sintió que, en momentos como este, él era el tipo de persona que esperaba que alguien más tomara la decisión de qué hacer. Él no era del tipo de persona que decide activamente las cosas.

A pesar de eso, según les dijo Mary, Haruhiro había sido su líder.

—El norte y el este parecen peligrosos. —Incluso cuando pensaba que la posición de líder era demasiado pesada para él, Haruhiro les dijo a sus camaradas—: El Río Jet y la Fortaleza de Hierro de Riverside también están al oeste de aquí, así que vayamos al sur.