Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 15: Un Efímero Nuevo Juego Plus

Capítulo 2: Rapsodia de la Luna Roja

Parte 2

Además de eso, la cosa rebotó una, dos veces, y luego volvió a descansar firmemente en la mano derecha de Hiyomu.

Hiyomu se volvió hacia Setora, Gomi y Haruhiro, haciendo un gesto amenazante como si estuviera a punto de lanzarlo, luego se río para sí misma.

—No se atrevan a subestimar esta reliquia, la Pata del Terror, que el Amo me dio. Aunque Hiyomu es quien la nombró, ¿de acuerdo?

Kuzaku todavía farfullaba y tosía. Apretó el lugar donde lo había golpeado la Pata del Terror, o como ella quisiera llamar a esa cosa.

—¡Ay, eso duele!

Parecía que había hecho un daño grave. Si no estuviera exagerando el dolor, podría haberle roto una costilla.

—Yyyy. —Hiyomu lanzó la Pata del Terror un poco hacia arriba, luego la atrapó mientras bajaba—. Esta no es la única arma de Hiyomu. Ahora, algunos de ustedes, buenos para nada, podrían pensar que estoy mintiendo cuando digo eso, pero no es así. Hiyomu es una rectora de las reliquias que se desempeña como uno de los discípulos del Amo, por lo que asesinarlos a todos sería pan comido. Estoy diciendo la verdad aquí, ¿de acuerdo? ¿Quieren probarme? ¿Tal vez debería matar a uno de ustedes para dejarlo claro?

Eso, sinceramente, sonaba sospechoso.

Haruhiro no sabía lo que se suponía que era una rectora de las reliquias, pero Hiyomu no parecía tener mucho más que esa Pata del Terror con ella.

Aun así, ella solo podría estar haciendo que parezca de esa manera. Todavía podría estar escondiendo algunas armas realmente locas.

—Está bien.

Io dio un paso adelante. Empujó su pecho  hacia afuera y levantó levemente su barbilla para poder mirar hacia abajo a quienquiera que le hablara a pesar de su pequeña estatura.

—Te obedeceré. No importa quién sea el responsable, el hecho es que no tenemos recuerdos. Tienen que estar bromeando si creen que voy a deambular sin idea de qué hacer o de lo que está pasando, y luego morir en alguna parte.

Hiyomu sonrió.

—Esa inteligencia te llevará muy lejos. No con Hiyomu, sino con el amo de Hiyomu.

Io se encogió de hombros, luego se volvió y rápidamente examinó a Haruhiro y a los demás.

—¿Qué hay del resto de ustedes?

—… Y-Yo también. —Tasukete dio un paso adelante con los ojos bajos—. Creo que obedeceré…

—Odio esto… —dijo Gomi, mirando a Hiyomu—. Pero… yo, uh… Io…

—Io-sama —lo corrigió Io con una voz como un látigo gélido—. Así es como me vas a llamar. Es más que molesto que un hombre como tú se dirigiera a mí sin un honorífico, pero si pudieras mostrarme el debido respeto y llamarme «Io-sama», no sería completamente incapaz de soportarte.

—I-Io-sama… —Gomi giró el cuello para mirar a Mary—. Camarada… Eso era, ¿verdad? ¿Eso era, verdad…?

Mary tenía una expresión incómoda en su rostro. —Supuestamente…

—Está bien, deja que Hiyomu te diga la respueeeesta. —Hiyomu dijo en un tono que era más tonto que relajado—. Gomi-kun y Tasukete-kun eran los camaradas de Io-chan. Io-chan hacía que sus camaradas la llamaran Io-sama. Todos se hacían llamar por el nombre del Escuadrón Io-sama.

—El Escuadrón… Io-sama… —Gomi se llevó las manos a la cabeza.

—¿Yo estaba con… Io-sama…? —Tasukete miró a Io a través de su flequillo—. Io-sama…

—También sé mucho más —dijo Hiyomu con una sonrisa desagradable—. Con el permiso del Amo, podría contarles poco a poco. Pueden pasar de ser usados a ser los usuarios. Déjenme decirles que esta es una oportunidad única en la vida aquí. Déjenla ir, y se van a arrepentir muuuucho.

Haruhiro volvió sus ojos hacia Kuzaku. Kuzaku todavía estaba en el suelo. ¿Estaba estupefacto por todo esto?

Luego, Haruhiro miró la expresión de Shihoru. Shihoru tenía la barbilla baja y miraba a Hiyomu con los ojos vueltos hacia arriba.

No tenía idea de lo que estaba pensando Setora, pero ella no se había movido en absoluto. Kiichi estaba a sus pies, quedándose quieto.

—Mary —la llamó Haruhiro.

—¿Eh? —Mary miró a Haruhiro con sorpresa—. ¿Qué?

Haruhiro le asintió con la cabeza. Incluso sin ponerlo en palabras, sintió que ella entendería lo que quería decir.

Parecía que lo consiguió. Mary asintió en respuesta a él.

—En cuanto a nosotros —dijo Haruhiro, luego se frotó la nariz. Pensó que estaba sudando ahí, pero no era así. Estaba extrañamente frío. ¿Se sentía tenso? ¿O no lo estaba realmente? No estaba muy seguro.

Haruhiro respiró hondo, luego miró a Hiyomu de nuevo.

—No te obedeceremos. Lamento rechazar tu sin duda maravillosa oferta, pero vamos a hacer lo que queramos

—Oh, cieeeelos.

Hiyomu puso una sonrisa que no se extendió más allá de sus labios, entrecerró los ojos con tristeza y luego se preparó para lanzar la Pata del Terror.

Haruhiro se movió como si hubiera anticipado eso. Para cuando Hiyomu le lanzó la pata, Haruhiro ya había saltado sobre Mary y la empujó al suelo.

—¡¿Queeé?! —gritó Hiyomu en estado de shock.

Hiyomu le había lanzado la pata a Mary, no a Haruhiro. Basado en cómo voló, si Haruhiro no hubiera empujado a Mary hacia abajo, probablemente habría estado en problemas. La Pata del Terror podría haberla golpeado directamente en el rostro.

—¡Nghmmngh…! —Hiyomu apretó los dientes y luego se echó a correr—. ¡Nos vamos, Escuadrón Io-sama! ¡Sigan a Hiyomu!

—… ¡Supongo que no tenemos otra opción, eh! —Io la siguió, y después de una patada, Gomi y Tasukete corrieron tras ellas.

—¡Espera, olvidaste esto…! —Shihoru agarró la capa que la cubría. Podría haber estado a punto de quitársela, pero se detuvo justo antes de hacerlo.

Aún corriendo, Gomi se volvió para mirar.

—¡Puedes quedartela! ¡Ponte esa maldita cosa!

La capa ominosamente de color oscuro que llevaba Shihoru había pertenecido a Gomi.

Los cuatro se dirigían a la Torre Prohibida. Aun así, todo sucedió muy rápido.

—Urgh… —alguien gimió debajo de Haruhiro. No, no era solo alguien, era Mary. Cierto. La había empujado hacia hacia abajo y no se había movido desde entonces. Oh.

—L-Lo sien… —trató de disculparse mientras se alejaba de ella, pero ella lo apartó antes de que pudiera terminar—. ¡¿Eh?!

Cuando Mary se puso de pie de un salto, los dedos de su mano derecha ya se estaban moviendo. Dibujó algún tipo de signos, figuras o sigilos en el aire mientras cantaba.

—Marc em Parc.

Algo parecido a una gota de luz apareció frente al pecho de Mary. Comenzó más pequeña que un puño, pero se hizo más grande mientras Haruhiro miraba.

Hiyomu se volvió. —¡¿Eh?! —Sus ojos se agradaron—. ¡¿Magic Missile?!

La gota de luz, ahora más grande que la cabeza de una persona, voló hacia Hiyomu.

—¡¿Kofwohhhhhhhhhhhh?! —Hiyomu dejó escapar un grito extraño.

—¡¿En serio?! —Gomi se volvió y sacó una gran espada.

Por un momento, pareció como si hubiera desaparecido. ¿Tal vez se movió muy rápido?

Gomi cortó la gota de luz que estaba a punto de golpear a Hiyomu con su espada.

Oh, eso es algo que puedes cortar, pensó Haruhiro.

Después de todo, era luz. ¿Se podía cortar la luz del sol con un cuchillo de cocina? De ninguna manera. Pero la espada de Gomi partió la gota de luz limpiamente en dos. Una vez que se dividió en dos, la gota desapareció inmediatamente sin dejar rastro.

—¡¿Qué demonios fue eso?! —gritó Gomi, sosteniendo su espada preparada.

Habiendo sido salvado por Gomi, Hiyomu miró a Mary.

—… E-E-Eres una sacerdotisa, pero acabas de usar m-m-magia…

Io y Tasukete simplemente se quedaron ahí.

Haruhiro miró a Mary. Se agarraba la cabeza, como si tratara de arrancarse el pelo. Algo extraño. Su rostro estaba distorsionado y sus dientes apretados. Parecía que estaba sufriendo mucho.

—…¿Mary?

—Está bien —respondió Mary de inmediato, pero no se veía nada bien.

La Pata del Terror saltó sola hasta que volvió a las manos de Hiyomu.

—… Voy a tener que llevarla con el Amo de inmediato. Es bastante extraño que no haya perdido sus recuerdos, pero ahora también ha comenzado a usar magia. Además, ese Magic Missile estaba más allá de cualquier cosa que un mago promedio podría hacer.

¿Mary seguía sufriendo? Tenía el rostro hacia abajo, pero seguía mirando a Hiyomu y sus labios se movían. ¿Estaba murmurando algo? No podía oír su voz.

Hiyomu agitó su brazo sin decir una palabra más, y cuando Io y su grupo se dieron cuenta, salieron corriendo. Hiyomu también se dirigió a la Torre Prohibida, sin perder de vista a Mary mientras avanzaba.

Haruhiro y los demás se quedaron ahí en silencio, sin moverse hasta que los cuatro estuvieron dentro de la torre.

No mucho después de que se perdieron de vista, algo en la Torre Prohibida cambió.

—¡Ah! —Kuzaku gritó cuando se dio cuenta—. La entrada…

Habían tirado de la palanca para cerrar la entrada secreta. Si no había otra forma de entrar, Haruhiro y los demás no podrían entrar a la torre.

—Hmm —Setora asintió—. Ya veo. Solo se abre desde el interior. Por eso se llama la Torre Prohibida.

—¿Ahora es el momento de pensar en eso…? —Kuzaku ofreció una ligera réplica.

Shihoru se acercó vacilante a Mary y miró más de cerca su rostro.

—Um… ¿Mary-san?

Mary negó con la cabeza y luego sonrió a Shihoru.

—Mary está bien. Así que es como te pedí que me llamaras antes

Era una sonrisa obviamente forzada.

El cielo se estaba volviendo más brillante.

No estaba anocheciendo. Amanecía.

Haruhiro miró hacia la ciudad amurallada.

—… Altana, ¿eh?