Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 15: Un Efímero Nuevo Juego Plus

Capítulo 15: La Brecha Entre el Deseo y la Desesperación

Cuando se enteraron de la muerte del virrey Bogg, los goblins de Altana perdieron instantáneamente la voluntad de luchar. El escuadrón suicida, que de alguna manera no había sido completamente aniquilado, abrió la puerta sur y el cuerpo principal de la Fuerza Expedicionaria inundó Altana. Haruhiro y los demás abrieron la puerta norte, según la estrategia del general Jin Mogis. Todo salió según lo planeado. La fuerza principal atrapó a los goblins mientras se concentraban en la puerta norte, tratando de salir, y masacró a un gran número de ellos. Mientras tanto, Haruhiro y los demás llevaron los cuerpos de Barbara, los subordinados de Anthony Justeen, e incluso Dylan Stone y sus hombres mientras estaban en eso, a la Torre Tenboro. La batalla había sido decidida hacía mucho tiempo. El general Mogis ordenó a uno de sus colaboradores cercanos que llevara a cabo una operación de limpieza y llegó a la Torre Tenboro.

Había mujeres goblin en la Torre Tenboro, pero ya habían huido o habían sido asesinadas en el proceso. Antes de poner un pie adentro, estaba claro que no había ni una persona, no, ni un goblin por todo el lugar.

Cuando el general Mogis vio los cuerpos alineados en la sala de entrada, incluido el comandante Dylan, hizo la signo del hexagrama con los dedos y luego sonrió un poco.

—… ¿Hay algo gracioso? —preguntó Anthony, su voz temblaba.

Para ser honesto, Haruhiro quería preguntarle lo mismo al general, por lo que estaba agradecido de que Anthony lo hiciera por él. Aunque no esperaba recibir una respuesta adecuada. No fue así.

El general puso una mano sobre el hombro de Anthony.

—Tendré que hacer una inspección. De nuestro castillo. Ven conmigo.

Era como si esos ojos oxidados suyos fueran falsos y no viera nada con ellos. ¿Qué tan insensible era este hombre? Era más difícil de leer que los goblins, y eran una raza completamente diferente. Por eso Barbara-sensei sospechaba y desconfiaba del general también.

El grupo de Haruhiro y Anthony siguieron al general mientras recorría el primer piso donde estaban ubicadas la sala de entrada y el almacén, luego el segundo piso que contenía el gran salón, la sala de audiencias, la cocina y más. No había señales de que hubieran sido destrozados, por lo que tal vez el virrey Bogg y los que estaban debajo de él habían vivido aquí un estilo de vida vagamente parecido a un humano.

Cuando subieron la escalera de caracol al tercer piso, escucharon una voz débil.

—Heyyyy… Heyyyy… Alguieeeen… ¿Hay alguieeeen ahíííí…? Ayudaaaa…

La voz era claramente humana.

A diferencia del primer y segundo piso, que eran exactamente lo que cabría esperar de la fortaleza de un señor, desde el tercer piso hacia arriba, el edificio era totalmente una torre. Las escaleras y los pasillos ocupaban más de la mitad del espacio del piso en cada nivel, y solo había tres o cuatro habitaciones, ninguna de las cuales era especialmente grande. Algunas puertas estaban cerradas, pero otras estaban abiertas.

Al no encontrar nada inusual en el tercer piso, subieron al cuarto.

—Heyyyy. Heyyyy. ¿Hay alguien ahí? Estoy aquíííí. Necesito ayudaaaa. Heyyyy…

Haruhiro entró en una habitación en el cuarto piso. La puerta estaba abierta de par en par.

—… Oh.

Probablemente este había sido el dormitorio de una persona de alto estatus. Pero la maravillosa cama había sido levantada y apoyada contra la pared, reemplazada, si se puede llamar así, por una jaula de hierro que ahora dominaba el centro de la habitación. La persona que estaba dentro probablemente era un hombre humano. También estaba desnudo, así que eso no estaba realmente en duda.

—¡¿Q-Quién eres?! ¡No, no importa! ¡Sálvame! —gritó el hombre desnudo, presionando su nariz contra los barrotes—. ¡Soy el Señor de Altana, el representante del Reino de Arabakia en la frontera! ¡Debes saber el nombre del Margrave Garlan Vedoy! ¡Ahora, date prisa y déjame salir de aquí!

El hombre estaba demacrado, su cabello y barba habían crecido mucho y todo su cuerpo estaba cubierto de suciedad. Tenía los ojos inyectados en sangre y no estaba haciendo ningún intento por ocultar sus genitales. Había una olla en la esquina, probablemente para que la usara como inodoro. Aunque tenía una tapa, había un hedor horrible en el aire. Sin importar quién fuera; parecía lamentable, y Haruhiro quería dejarlo salir. Dicho esto, también era un hecho que era desagradable. Haruhiro no era el único que se sentía así.

—Vaya… —dijo Kuzaku cuando entró en la habitación y se alejó.

—¡Ugh! —Setora, que tenía a Kiichi sobre sus hombros, tragó saliva y Mary y Shihoru gritaron.

Anthony, el que alguna vez pudo haber estado en posición de servir al Margrave, antes de quedarse en silencio dijo—: Esto es… —Incapaz de decir nada más.

Finalmente, el general Mogis empujó a Haruhiro a un lado y dio un paso adelante.

—¡Ohh! —Los ojos del Margrave se agrandaron—. ¡Esa capa! ¡¿Eres uno de los Sabuesos Negros, del continente?!

—Soy Jin Mogis, Margrave —se presentó el general, poniendo su mano en la empuñadura de su espada por alguna razón.

—¡Ya veo! Jin Mogis, ¿verdad? ¡No te conozco, pero déjame salir! ¡Es una orden!

—Este es un estado triste para el hombre que se supone que representa al Reino de Arabakia en la frontera.

—¡S-Silencio! ¡¿Te atreves a burlarte de mí?! ¡Soy Garlan Vedoy!

—Soy consciente. La Casa de Vedoy ha sido famosa desde que George I, también conocido como Theodore George, estableció el Reino de Arabakia.

—¡Puedo ver que eres diferente de la basura ignorante de la frontera! ¡Alguien del continente como tú puede ver que no solo soy un noble, sino que también tengo sangre noble!

—Eres noble, sí, pero también incompetente.

—¿Qu…?

—Derrotado por otra raza, languideciste en prisión, desnudo y chorreando heces. Me horroriza que hayas sobrevivido tanto tiempo sin quitarte la vida.

—… ¿Crees que no siento vergüenza por esto?

—Si te sientes avergonzado, muere de inmediato.

—E-Eso es absurdo.

— Rindete. Deberías agradecerme por esto.

—… ¿Agradecerte?

—Estoy diciendo que defenderé tu honor.

El general Mogis desenvainó su espada. El Margrave enjaulado no huyó. Es posible que simplemente nunca se hubiera imaginado que esto podría suceder. Haruhiro lo había predicho a medias, pero no pudo detenerlo. El general atravesó al Margrave.

—Hace mucho que estabas muerto.

—Ha… —El Margrave miró la espada en su pecho, luego volvió al general y trató de repetir las palabras de nuevo—. Hace… mucho…

—Tal como yo lo veo —dijo el general claramente—, el orgulloso Margrave, incapaz de someterse al encarcelamiento de las razas inferiores, acabó con su propia vida.

—Y-Yo…

—Esto es mejor que vivir avergonzado. Te he salvado, Garlan Vedoy.

El margrave todavía estaba tratando de decir algo. Sin embargo, cuando el general sacó su espada, colapsó contra los barrotes de su jaula. Estaba temblando, así que aún no estaba muerto, pero solo era cuestión de tiempo.

Cuando Mary se apresuró hacia adelante, el general se volvió hacia ellos, con la espada ensangrentada todavía en la mano.

—¿Quieres ofrecer una oración por el Margrave, sacerdortisa de Lumiaris? Si es así, no hay necesidad de apresurarse. Aún no está muerto.

Obviamente, Mary había estado intentando curar al Margrave. Haruhiro no le guardaba rencor al hombre, y también había cosas sobre las que quería preguntarle. Tal vez deberían salvar al Margrave, incluso si eso significaba eliminar al general para hacerlo.

—… Mary —fue todo lo que dijo Haruhiro, luego negó con la cabeza, haciendo que se detuviera.

Mary asintió y retrocedió. No había nada que pudieran hacer. Mientras Haruhiro actuaba indeciso, el Margrave había tomado su último aliento y no se movió más. El general debe haberle atravesado el corazón. A juzgar por lo rápido que se desangró, no habría podido salvarlo de ninguna manera.

El general limpió la sangre de la espada en su capa de piel negra y luego la devolvió a su vaina.

—Anthony.

—… ¡Sí, señor! —Anthony respondió, mirando hacia abajo.

—Escuché que al Margrave también se le llamaba el rey de la frontera —dijo el general.

—Ciertamente… —Anthony se esforzó por pronunciar las palabras—. Había algunos que lo llamaban así…

—Lamentablemente, el Margrave ya no existe —dijo el general, mirando la jaula—. Yo gobernaré Altana por el momento. En lugar del Margrave, como rey de la frontera.

Sensei, Haruhiro le habló a Barbara en su corazón. El general Mogis es realmente una mala noticia. Si dejamos que se salga con la suya, no saldrá nada bueno de ello.

Ojalá hubiera podido aprender más de ti, para permitirme detenerlo. Ojalá hubiera podido tomar prestada tu fuerza.

Pero este Old Cat de ojos soñolientos no derramará lágrimas.

Todo acaba de empezar. Es demasiado pronto para la desesperación.