Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 15: Un Efímero Nuevo Juego Plus

Capítulo 13: Nadie Está Solo

Parte 2

Este tipo de cosas le preocupaban y eran difíciles, así que quería mejorar las cosas. Si había un problema que solucionar, quería solucionarlo.

Le hubiera gustado hablar de ello, pero no estaba seguro. Por mucho que le hubiera gustado proponer escuchar sus opiniones sin adornos, y luego tener un debate constructivo sobre el tema, el silencio se prolongó, sin que pudiera hacer nada al respecto.

Al final, Haruhiro finalmente logró abrir la boca.

—H-Hagamos nuestro mejor esfuerzo.

Cuando lo hizo, las dos tragaron saliva y luego lo miraron.

Ambas esperaban algo. Esa era la expresión de sus rostros.

¿Pero no tengo nada?

Podían esperar todo lo que quisieran, pero no llegaría nada.

—Mañana… trabajamos todos juntos.

Agregar eso fue lo mejor que pudo lograr.

—Sí —asintió Mary—. Por supuesto.

Shihoru sonrió solo un poco. O al menos lo intentó.

—… Está bien.

Antes de la puesta del sol, Kuzaku, Setora y Kiichi salieron de la tienda.

—Vaya, sé que dije que no podía, pero estaba bastante profundamente dormido ahí, ¿eh?

—Yo solo estaba descansando mis ojos.

—Nyaa.

—Setora-san, de verdad, ¿hay alguna razón por la que necesites actuar así?

—No estoy actuando dura. Simplemente estoy exponiendo los hechos.

—A veces puedes ser así, ¿eh, Setora-san?

—¿Ser como qué?

El equipo de incursión de la Torre Tenboro tenía a Dylan Stone, un colaborador cercano del general Mogis, como su oficial al mando, y Anthony Justeen como su segundo al mando. Junto con cinco guerreros del Regimiento de Guerreros del Ejército de la Frontera que eran subordinados de Anthony, ocho soldados de la Fuerza Expedicionaria y el grupo de cinco de Haruhiro, más Kiichi, tenían un total de veinte personas y un nyaa.

El comandante Dylan era un cuarentón sombrío con una nariz grande y una barba tupida. Como se podía ver por la capa de piel negra que llevaba, la misma que la del general, también era de los Sabuesos Negros.

Siempre estaba llamando mierda a la gente y a las cosas. También les decía mucho que «se fueran a morir».

Por cierto, todos los soldados de la Fuerza Expedicionaria también vestían capas de piel negra. El general había llenado el equipo de incursión de la Torre Tenboro con personas en las que confiaba. Parecía seguro asumir eso a partir de esta selección.

El equipo de incursión partió tan pronto como se puso el sol, entró en Altana a través de un túnel secreto en medio de la noche y se unió a Neal el explorador, en el gremio de los caballeros oscuros. Se suponía que Barbara-sensei, a quien había estado observando todo este tiempo, estaría vigilando la Torre Tenboro ahora.

El gremio de los caballeros oscuros también era donde estaban esperando veinte miembros del escuadrón suicida. Cuando el cuerpo principal de la Fuerza Expedicionaria liderada por el general Mogis atacara, el escuadrón suicida tendría que cargar inmediatamente hacia la puerta sur de Altana.

El comandante Dylan del equipo de incursión ofreció al escuadrón suicida algunas palabras de aliento.

—Si piensan en ello como si fueran a morir de todos modos, morir no es gran cosa. En el improbable caso de que sobrevivan, tienen suerte. Solo morimos una vez, y todos deben hacerlo eventualmente. Así que vayan a morir, pedazos de mierda.

El comandante Dylan sabía quiénes eran cada uno de los miembros del escuadrón suicida, por lo que, a su manera, probablemente estaba tratando de motivarlos. Sin embargo, era difícil imaginar que alguno de ellos se sintiera animado por sus palabras. En todo caso, parecía que tenían menos vida que antes.

El comandante Dylan era un hombre de pocas palabras, pero cuando hablaba, siempre desmotivaba a quienes lo rodeaban. Incluso cuando no hablaba, tenía ese aire que era agotador por sí solo, por lo que nadie quería estar demasiado cerca de él.

Haruhiro y Neal salieron a la superficie para comprobar la situación. Cuando el cuerpo principal de la Fuerza Expedicionaria atacara la puerta sur, tenían que informar al escuadrón suicida. Todo estaba tranquilo, sin nadie, o mejor dicho, ningún goblin a la vista en Altana antes del amanecer. Los dos dejaron el Poblado del Oeste, luego treparon por las paredes de lo que solía ser la casa de alojamiento de soldados voluntarios hasta el techo. Haruhiro aparentemente había vivido en esa casa una vez, pero no lo recordaba en absoluto.

—Esto es un desastre —le susurró Neal a Haruhiro con una risa baja—. Ese bastardo de Dylan es la muerte misma. Mucha gente muere en cualquier escuadrón que él lidere. Él es el único garantizado para sobrevivir.

—¿No serás parte del ataque también?

—Sí, claro. Soy un explorador. Tengo que observar tus hazañas desde lejos y luego informar al general.

—Oh, ¿de verdad…?

—Déjame decirte algo. Dylan Stone es un monstruo inhumano al que se le da bien usar a los demás como escudos. No le importa si el resto de ustedes sobreviven o no. Al general le gustan los tipos como él.

—Aunque parece que el general también confía en ti.

—¿Confía en mí?

Neal trató de poner un brazo demasiado amistoso alrededor del hombro de Haruhiro.

Cuando Haruhiro lo esquivó, Neal le frunció el ceño exageradamente.

—El general no confía en nadie. Solo está mirando para ver quién está dispuesto a mover la cola y hacer lo que dice. No traicionaré al general. Sigo órdenes. Porque funciona para mi beneficio.

Para darle la vuelta a eso, si no fuera para beneficio de Neal, no seguiría las órdenes y no dudaría en traicionarlo.

El líder era malo, al igual que sus seguidores. Pero el grupo tenía que arriesgar sus vidas en una gran misión con estas personas. Peor aún, se habían integrado en el grupo más importante. Ahora estaban todos en el mismo barco. Lo odiaba, pero no tenía elección.

Aún faltaba un tiempo para que saliera el sol, pero el cielo del este se estaba iluminando.

—Será en cualquier momento —dijo Neal con un resoplido—. Este es el día en que nos encontraremos con nuestro destino.

Era una expresión ostentosa, pero podría no haber sido una exageración.

Oyeron gritos confusos del sur.

Clang, clang, clang, siguió el sonido de gongs.

—Vamos. —Neal le dio una palmada a Haruhiro en la espalda—. Y no te atrevas a morir.

No esperaba que dijera eso. Haruhiro estaba un poco sorprendido, pero cuando miró, Neal estaba sonriendo. Ninguno de los subordinados del general Mogis era buena gente.

—Tú también, Neal —dijo Haruhiro, aunque no lo decía en serio, luego se apresuró a bajar del techo de la casa de hospedaje.

Saltó a un callejón y corrió. El ruido no era como antes, cuando Haruhiro y su grupo fueron perseguidos después de acercarse a Altana. Había gongs y campanas sonando por todas partes, y los goblins gritaban salvajemente. Los goblins que habían estado durmiendo dentro de los edificios debieron saltar y salir corriendo. No, la calle ya estaba llena de ellos.

Haruhiro estuvo a punto de chocar contra los goblins varias veces, pero tal vez porque tenía el mapa de Barbara memorizado, se las arregló para usar las calles secundarias para llegar al gremio de los caballeros oscuros. Cuando escuchó el informe de Haruhiro, el comandante Dylan ordenó a todos que subieran a la casa en ruinas que era la parte superior del gremio. Dentro de la casa, había pasillos estrechos y también varias habitaciones, pero todas eran pequeñas.

—De acuerdo, es un buen día para morir. Así que vayan a morir, pedazos de mierda.

El comandante Dylan prácticamente echó al escuadrón suicida del edificio, luego entró en una habitación que podía albergar a cinco personas como máximo y se sentó en una silla mal hecha que parecía un taburete.

—… ¿Qué pasa con nosotros? —preguntó Haruhiro desde fuera de la pequeña habitación.

—Esperen —ordenó el comandante Dylan, cruzando los brazos y cerrando los ojos.

Haruhiro reunió a sus camaradas en otra habitación, cerca de la salida de la casa en ruinas, al lado de la habitación donde estaban Anthony y sus hombres. Pero esta habitación también estaba abarrotada.

—Ahh… —Cuando Kuzaku se estiró, su mano casi tocó a Setora.

—Oye —Setora lo fulminó con la mirada. Kiichi también siseó una advertencia.

Kuzaku se rió entre dientes y dijo—: Lo siento. Me siento tenso  —luego bostezó.

—… ¿Qué le pasa a este tipo? —preguntó Setora exasperada.

—Parece que cuando se pone tenso, comienza a sentirse somnoliento o bosteza —trató de explicar Mary.

—Sí, eso es —dijo Kuzaku, actuando un poco arrogante—. Eso es. Eso tiene que ser lo que es.

Shihoru miró hacia arriba, respirando profundamente, inhalando y exhalando, repetidamente.

—¿Estás bien? —preguntó Haruhiro.

Shihoru se volvió hacia Haruhiro y le dio una sonrisa un poco avergonzada.

—… Porque todos están aquí.

—Sí —fue todo lo que pudo responder. Haruhiro se preguntó a sí mismo: ¿No podías decir más que eso?

¿Respondo con un «sí» con demasiada frecuencia? ¿No sería mejor «Sí, así es»? Supongo que son iguales, ¿eh? Sí, son iguales.

Se sintió un poco confuso. No era como Kuzaku, pero podría sentirse tenso.

No, por supuesto que estaba tenso. Si pensaba que estaba tranquilo, eso no era más que una ilusión.

—Um… Mary —dijo Shihoru.

Mary pareció sorprendida y abrió los ojos como platos.

—… ¿Eh?

Ambas se miraron.

Fue entonces cuando Haruhiro se dio cuenta de que realmente se sentía tenso. O más bien, se dio cuenta de lo que era esta extraña sensación de tensión. ¿Como si estuviera en un polvorín?

Shihoru ladeó la cabeza.

—… Por favor.

Mary parecía no entender cuáles eran sus intenciones y no pudo decir lo que fuera que empezó a decir, porque su boca se abrió y se cerró.

Shihoru levantó la cabeza y luego trató de sonreír. Ese esfuerzo fue visible, pero aún así terminó con una cara que parecía estar a punto de llorar.

Mary se echó a reír, se tapó la boca, se echó a reír de nuevo y miró hacia abajo.

—… Lo siento.

Shihoru negó con la cabeza.

—… No, soy yo quien debería disculparse…

Parecía haber una vibra pacífica entre Mary y Shihoru, pero ¿qué estaba pasando aquí? Haruhiro miró a Setora, esperando que ella lo salvara.

Setora abrazó a Kiichi y se comprometió a actuar como si no supiera qué pasaba.

—¡En buen camino! —Kuzaku le dijo a Haruhiro con una sonrisa radiante y le dio un pulgar hacia arriba.

¿Qué se supone que está «en buen camino»?

Si no hubiera habido un sonido como si alguien estuviera tratando de abrir la puerta de la casa en ruinas en ese momento, Haruhiro podría haberle preguntado.

—¡Ha habido movimiento en la Torre Tenboro! ¡El virrey Bogg…!

Era la voz de Barbara. Haruhiro estaba a punto de salir corriendo de la habitación.

—¡Espera! —Mary lo detuvo. Se llevó los dedos a la frente e hizo el signo del hexagrama—. Oh, Luz, que la protección divina de Lumiaris se contigo… Protection.

Un hexagrama brillante apareció en las muñecas izquierdas del grupo.

Mary continuó cantando otra oración.

—Assist.

Dos hexagramas más de diferentes colores se iluminaron en sus muñecas.

Kuzaku se levantó y se rió. —Me siento muy ligero.

Protection era un hechizo de magia de luz que aumentaba sus habilidades atléticas y la curación natural, incluso si no era mucha. Assist aumentaba todas sus resistencias.

—Gracias —le dijo Haruhiro a Mary.

Mary negó con la cabeza.

—Si el efecto se agota, lo activaré de nuevo. Haré todo lo posible para darme cuenta antes de tiempo, pero si el hexagrama desaparece, dímelo.

Haruhiro asintió, luego miró a sus camaradas.

—Vámonos.