Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 6

Extra 1: Una Solicitud De Mary-chan

Suimei estaba en su habitación en Alto Schloss, la sede de la Sociedad en Alemania, reuniendo los resultados de su trabajo de magia en su escritorio cuando alguien llamó a la puerta. Después de tocar varias veces, su asistente Hydemary Alzbayne entró en la habitación. Cuando Suimei se dio la vuelta y le preguntó si necesitaba algo, ella respondió en su tono plano habitual con cero inflexión.

“Suimei-kun, hay una pequeña cosa que me gustaría pedirte”.

“Estoy un poco ocupado en este momento. Tendrá que esperar hasta más tarde”.

“¿Qué? Pero lo quiero ahora”.

A pesar de que Suimei estaba claramente en medio de algo, Hydemary parecía lista y dispuesta a forzar el problema. En respuesta, Suimei se volvió hacia ella y le ofreció un consejo sincero.

“Y quiero seguir trabajando. Piensa en mí por un segundo, ¿quieres? “De ninguna manera. Deberías ser tú quien piense en mí”.

“¡Tú eres la que quiere algo! Es un maldito sentido común que se supone que eres tú el que está siendo considerado. ¿No puedes ceder?”

“¿No es porque no puedo comprometerme que estoy aquí haciendo una solicitud?”

“Eso es… Bueno, tienes razón, pero…”

“¿Cierto? Así que haz un compromiso conmigo. La vida es una serie de compromisos, ¿no es así?”

Hydemary habló de una manera extremadamente serena. No se podía negar la verdad en lo que decía, pero tal sabiduría no resultaba convincente viniendo de alguien de su edad.

“Una niña de seis años no debería estar dándome lecciones de vida, maldita sea… En serio”.

“¿Entonces qué dices?”

“No sé…”

Suimei todavía parecía reacio, por lo que Hydemary se acercó y lo miró desde abajo.

“… ¿Qué demonios estás haciendo?”

“Te estoy mirando con los ojos vueltos hacia arriba. Me dijeron que era un gesto que derribaría a cualquier hombre”.

Hydemary habló con confianza en sus fuentes, pero esta parecía ser la primera vez que ponía en práctica ese conocimiento. Su rostro completamente inexpresivo no tenía el atractivo que esperaba. Sin embargo, ella persistió de todos modos.

“Nadie se está enamorando de eso”, suspiró Suimei con exasperación. “En realidad, ¿quién diablos te dijo algo tan tonto?”

“Miranda-san del Bar Usher”.

“¿No es un chico?”

Miranda era la comerciante travesti que regentaba un pequeño restaurante al pie de la montaña. Suimei llevaba a Hydemary allí de vez en cuando, y los dos se llevaban sorprendentemente bien. Suimei no estaba seguro de si eso era algo bueno o malo. En cualquier caso, Hydemary todavía no cedió.

“Oye, está bien, ¿no? Estas libre de todos modos, ¿no?”

“¡Tienes ojos! ¡Puedes ver claramente que estoy trabajando!”

Después de gritarle, Suimei se volvió hacia su escritorio. Cuando lo hizo…

“Hey, hey…”

“No.”

“Hey, hey, hey, hey…”

“…”

“Hey, hey, hey, hey, hey, hey, hey, hey…”

“¡Muy bien, maldita sea! ¡Solo cállate! Lo tengo, así que deja de joderme con ‘¡hey!’”

La eventual caída de Suimei fue el plan de Hydemary de deshacerse de su concentración siendo una molestia ruidosa.

Incluso si hubiera intentado usar la magia para hacer algo al respecto, Hydemary era un mago que rivalizaba con sus habilidades.

Una cosa podría escalar rápidamente a otra, por lo que Suimei consintió a regañadientes para mantenerlos a ellos y a la sede a salvo. Hydemary levantó ambos brazos al aire para celebrar su capitulación, aunque permaneció completamente inexpresiva.

“¡Hurra! Ese es mi Suimei-kun. ¡Tú desafortunada cara no es solo para mostrar!”

“Dios, ¿me insultas además de todo lo demás? Qué… lo que sea. ¿Qué es lo que quieres?”

“Sí, sobre eso…”

Hydemary se volvió inusualmente tímida, pareciendo vacilante en decirlo. Al encontrar esto bastante inusual, Suimei la instó a continuar.

“Suelta la lengua”.

“Verás, me gustaría que fueras el sujeto experimental de mi magia”.

“…”

La única respuesta que Suimei ofreció a la solicitud de Hydemary fue el silencio.

“Oye, ¿estás escuchando? Quiero que seas mi sujeto—”

“Oh, te escuché. Y me niego. No voy a ser un conejillo de indias”.

“¿Qué?”

“¡No actúes sorprendida! ¡¿Qué diablos te hizo pensar que iba a aceptar felizmente ser tu sujeto de prueba?! ¡¿Qué diablos te hace pensar que alguien lo haría?!”

“¿Oh? No creo que sea nada tan inusual”.

“Esto es magia, un camino fuera del camino correcto, ¿no es así?”

“Qué grosero. Mi magia no es siniestra”.

“¡Ni siquiera me importa!”

Mientras Suimei continuaba protestando, Hydemary se acercó.

“Pero tienes que ser tú, Suimei-kun.”

“Sí, me sentiría halagado si no fuera para ser un conejillo de indias. La respuesta sigue siendo no”.

“No digas cosas tan egoístas”.

“¡No estoy siendo egoísta!”

Suimei se había negado rotundamente por un tiempo, pero Hydemary no se había echado atrás en lo más mínimo. En lugar de que él no se comunicara con ella, se sentía más como si solo estuviera burlándose de él. Y sin que uno de ellos concediera, esta conversación probablemente continuaría en círculos todo el día y la noche. Entonces, para hacer avanzar las cosas, Suimei se ofreció como voluntaria para dar el siguiente paso adelante.

“Suéltalo. ¿Qué tipo de magia es realmente?”

“Es eso. Tú lo sabes.”

Suimei miró en la dirección que apuntaba Hydemary y vio una caja grande y rectangular.

“¿Eso…? Si recuerdo bien, ¿no es esa la configuración de un truco de magia para dividir a alguien en dos?”

“Así es.”

“¿Y no es ese el tipo de truco de magia en el que necesitas dos personas en la caja para que funcione?”

“Solo es eso. Ese es el meollo de este experimento. He desarrollado un hechizo para mejorar el truco de modo que solo se necesita un cuerpo para… ¡Ah! ¡Suimei-kun, espera! ¡No huyas!”

Antes de que Hydemary pudiera siquiera terminar de explicar, Suimei huyó de la habitación tan rápido como pudo.