Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 6

Capitulo 8: El Regreso Del Señor Demonio

Parte 3

Sin Salida

——Propiedad de Dona, Holylight.

La onda expansiva que resultó de las dos facciones que hicieron la paz se había extendido por todo el continente. Si bien no sufrieron ninguna pérdida directa por el evento, la facción noble de Dona fue la más amenazada por este resultado, considerando su posición. La fuerza sin precedentes (al menos en Holylight) había sufrido una depresión en la moral últimamente.

“Ha-rumph… ¡Sobre todo, ha-rumph, digo!” La grasa de Dona se agitó cuando se metió un trozo de bistec en la boca. Se estaban acumulando informes desagradables, sin una sola contraactiva viable que pudiera hacer. Había perdido el contacto con el perro rabioso Milligan, Madam había enviado orgullosamente su caravana al norte y Dona había perdido una subasta frente a la hermana de Madam. Peor aún, el Señor Demonio ahora se había hecho un gran nombre en el Norte. Todas estas malas noticias fueron casi insoportables.

“¡Azur!” él gritó. “¡¿Qué estabas haciendo en el norte?! ¡¿Ni siquiera pudiste detener a un pésimo maníaco que dice ser el Señor Demonio?!”

“Mil disculpas, mi señor. Está fuera de mi control”. Azur estaba diciendo la verdad, así que se inclinó profundamente en disculpa. Cuanto más pensaba en la batalla que había presenciado, menos humanos parecían sus participantes.

El enfrentamiento entre los Tzardom y los satanistas había destruido a medias la capital de Suneo. Cada uno de ellos había usado sus cartas de triunfo, ya que el Tzardom envió a sus Caballeros del Templo y Caballeros Elementales, igualados por los Encantados y Embrujados de los Satanistas. Eso, sin embargo, podría haberse explicado como meros actos de guerra.

“Mi Señor, no solo había tropas de Tzardom, sino un ángel falso y un demonio que nunca había visto antes…”

“¡Silencio! ¡¿Cómo te atreves a culpar a ángeles y demonios por tu incompetencia?!” Los ángeles y los demonios eran algo ajeno a la vida de Dona. Un mero concepto para él. Simplemente se aprovechó del hecho de que sus lejanos antepasados se habían enfrentado al rey de los demonios junto al Ángel Sabio. En el fondo, no tenía fe en ninguna deidad.

“Pero Lady Luna derrotó al—”

Dona se burló. “El Número Tres tiene algo de talento en la magia. Lo mínimo que puede hacer para justificar su posición es acabar con uno o dos Hellion”.

En este mundo, la palabra ‘Hellion’ era un término general que abarcaba a cualquier criatura, desde demonios y Firebrands hasta monstruos, Haunts, Hellbeasts, etc. Dona solo tenía conocimiento de Hellions de bajo rango, que estaban muy lejos del Antiguo  Diablo  que se llamó a sí mismo Behemoth.

Si se hubiera dejado solo, fácilmente habría eliminado a una nación entera o dos, y mucho menos a todo lo que quedaba de la ciudad. Dicho esto, como Dona no estaba allí para presenciarlo de primera mano, Azur no pudo decir nada para cambiar de opinión.

Al fin y al cabo, aquellos que nunca han experimentado un terremoto no comprenden la gravedad de uno ni tampoco los horrores de una plaga, independientemente de lo que los libros de texto de historia cuenten sobre la gripe española y la peste negra.

La actitud de Dona fue menos de optimismo ignorante, sino más de un sentido de arrogancia. Hizo caso omiso de lo desconocido y se sintió con derecho a lo conocido. “¡¿Qué está haciendo Milligan, de todos modos?!” chilló. “¿Por qué no envía un solo informe?”

La expresión de Azur se ensombreció. “¿Por qué?” Estaba muerto o capturado, por supuesto. Además, Azur esperaba que un mercenario tan notorio como Milligan hubiera preparado hombres reservados para las comunicaciones. Ninguna noticia, en este caso, significó que todo su equipo fue eliminado.

Azur intentó transmitir el hecho a su maestro, de la manera más clara posible. “Lo más probable es que lo maten o lo capturen. De hecho, debemos prepararnos para—”

“¡Ridículo! ¡¿Cuánto crees que le he puesto?! ¡Está muy lejos de conseguirme el valor de mi dinero!”

“Si está muerto, podemos fingir ignorancia… Necesitaremos otro plan si se mantiene con vida”.

“¡Hmph! ¿A quién le importa un mercenario inútil? ¡Simplemente negaré haber conocido al hombre!” Dona le echó otro trozo de bistec a la boca.

De hecho, un hombre de la categoría de Dona podía callar a la mayoría de los nobles con una simple negación. Sin embargo, había enviado a Milligan al pueblo de Rabbi, dirigido por una de las Doncellas Sagradas, Luna. Si las cosas se intensificaban, era seguro que incluso White haría acto de presencia.

“Sabiendo lo mucho que Lady White se preocupa por sus hermanas, puede venir a por nosotros”.

Dona gimió y dejó de masticar. Consideraba a White su única debilidad, y tenía la intención de tomarla como su esposa algún día. Quería evitar perder su favor a toda costa. Su sentimiento infantil, por supuesto, no sería correspondido.

“No importa. Simplemente necesito llevarme a mi esposa. Eso evitará que ella diga tonterías. Azur, trae a Cinco y Cuarenta y Uno. Necesito algo para distraerme de las cosas”.

“Mi Señor, si realmente tiene la intención de casarse con Lady White, considere la posibilidad de liberar a esas chicas. Si alguna vez descubre eso…”

“¡Silencio! ¡¿Te atreves a desafiarme?!” Dona rompió el plato, mojado con sangre de bistec, en la cara de Azur.

Azur se inclinó sin decir una palabra más. Este tipo de interacción era algo común en la mansión, a pesar de que Azur simplemente había hecho lo que él consideraba una sugerencia mínima a su maestro, a quien sentía que le debía por darle una vida estable después de una vida en fuga.

Shrimp, el sobrino de Dona, entró en la lúgubre habitación, su atuendo lo suficientemente deslumbrante como para cambiar el aire de una vez.

Shrimp echó un vistazo al estado de Azur y notó el aire en la habitación, pero no dijo nada al respecto. Simplemente señaló su propio rostro y trazó una línea con el dedo, haciendo un gesto para que Azur se limpiara.

“Tío. Tengo buenas noticias de una fuente confiable”.

“¿Buenas noticias? Ha pasado mucho tiempo después de una serie de informes desagradables. Continua.”

“Los nobles militaristas del norte y la alta sociedad de Central han unido sus fuerzas…”

Dona se quedó paralizado por un momento antes de empezar a temblar. Azur mantuvo la barbilla baja mientras se limpiaba la cara, pero le estaba dando una mirada penetrante a Shrimp.

“¡¿Qué?! ¡¿Cómo es posible que…?! ¡¿Y qué parte de eso son buenas noticias?!” Se levantó de su asiento, incrédulo.

Shrimp, por otro lado, abrió los brazos en señal de celebración. “¿Qué es sino una declaración de guerra contra nosotros? Finalmente tenemos la excusa que estábamos buscando para librar al país de ellos”.

“Espera… Si han unido fuerzas…”

“Están desesperados, viendo cómo has expandido nuestra legión, tío”. Shrimp estaba técnicamente en lo cierto es que ni Madam ni Harts tenían suficiente mano de obra para enfrentarse a la facción de Dona por sí solos. Lo mejor que pudieron hacer fue mantener el status quo.

“Hrm…” Dona gruñó. “Sus fuerzas están separadas, norte y sur. ¿Estás sugiriendo que debería sacarlos uno por uno?”

Shrimp asintió amablemente. “Querido y valiente tío. Enfrentarlos en el campo sería una cosa, pero ¿tienes un plan para asediar al Guardián?”

“¡¿Qué…?! N-No, si se encierran en esa fortaleza… no será… tan fácil”. Dona cogió torpemente su copa de vino. Si Azur hubiera hecho la misma pregunta, se habría arrojado el cuchillo de carne a la cara.

“Y la Alta Sociedad es simplemente una organización de mujeres sin espadas. Difícilmente podemos entrar en una de sus bolas y masacrarlos”.

“¿Crees que no he pensado en eso?”

“Un acto tan bárbaro significaría la ruina de nuestra reputación. Todos los nobles beberían por el salvajismo de Dona Dona”.

Madame y Hart eran tan problemáticos para Dona como él para ellos.

Era casi imposible tomar la fortaleza en el norte, y las damas de Central estaban en un campo de batalla completamente diferente. Como Luna podría estar de acuerdo, se esperaba elegancia y decoro de los nobles.

Nadie seguiría a un noble que recurriera a la fuerza bruta. Por otro lado, cualquier acto atroz podría ser aceptado en la sociedad noble con un toque de elegancia.

“¡Ve al punto!” Preguntó Dona. “¡¿Qué me estás diciendo que haga, Shrimp?!”

“Con una declaración para derrotar a nuestra facción, no tienen más remedio que atacar. No pueden simplemente retroceder después de tirar sus guantes al suelo de una manera tan teatral”.

Dona asintió con la cabeza. “Por supuesto. Sin su fortaleza, los norteños no son más que un enjambre de pobres cabezas huecas. Pero, ¿qué pasa si se quedan en su nido, abandonando el poco orgullo que tienen ahora?”

“Simplemente eliminamos sus opciones hasta que se vean obligados a atacar, tío. Por ejemplo, podemos limitar la cantidad de Piedras de Hechizo de Agua que sacamos al mercado, aumentando los precios y asfixiándolos lentamente”.

“¡Grah hah hah! ¡Matar de hambre a la bestia, dices!”

Hacer morir de hambre a una bestia y luego golpearla cuando sale de su guarida debilitada. De hecho, era un método de caza muy noble. Si los civiles que quedarían atrapados en el fuego cruzado lo verían de esa manera era otra historia.

“Tío. Esto requiere renovaciones urgentes e importantes de nuestra fortaleza, el Wise Angelic Gatekeeper”.

“Por supuesto. Una gran fortaleza digna de nuestra causa es necesaria si queremos  llamar  en  nuestra  ayuda  a  la  mayoría  de  los  nobles.

¡Mostraremos a esas bestias cómo se comportan los nobles en el campo de batalla! ”

La facción de Dona naturalmente poseía su propia fortaleza, que hasta ahora solo había servido para propósitos ceremoniales. Ahora planeaba renovar la estructura para la batalla real. Dona imaginó a las decenas de miles de nobles que se pusieron en pie para recibir su mando. Él se rio entre dientes, sacudiendo sus tripas.

“Una cosa más, tío. Puede que sea mejor juntar tantas espadas como puedas… para un día lluvioso”.

“¿Quién necesita forasteros? Habrá entre cuarenta y cincuenta mil hombres, listos para luchar bajo mis órdenes”.

“Deja que las bestias se cacen entre sí. ¿Qué mérito hay en que derribes a la bestia tú mismo, tío? Tu misericordia puede convertirse en tu ruina”. Shrimp se rio entre dientes. Había insinuado que Dona carecía del decoro antes mencionado en su plan.

Dona no tuvo palabras para replicar. “Ciertamente dices lo que piensas, sobrino… ¿Qué son estas ‘espadas’ de las que hablas?”

“Me vienen a la mente Xenobia y el Tzardom… Parecían tener un fragmento en el hombro”.

“Interesante… Continúa”.

Después de la reunión de Dona y Shrimp, Azur salió al pasillo en silencio. Shrimp lo llamó, “¿Qué piensas de estos cambios, Azur?”

“Me falta la sabiduría para ofrecer, mi Señor.”

Azur se dirigió a Shrimp como tal, ya que él sería el que seguiría los pasos de Dona. Cada vez, las mejillas de Shrimp se enrojecían ligeramente. Otra táctica de supervivencia de Azur.

“El agua quieta es profunda… y estás tan quieto como ellos”, dijo Shrimp.

“Ciertamente bromeas”. Azur se inclinó profundamente, como para evitar la mirada inquisitiva.

Shrimp consideraba muy bien a Azur, pero se aseguraba de vigilarlo al mismo tiempo. “Tengo la filosofía de utilizar todas y cada una de las herramientas a mi disposición. Xenobia, los Tzardom, mercenarios, incluso satanistas… E incluso tú, Azur”.

“Dudo que alguna vez pueda ser tan útil para ti.”

Shrimp le dio una palmada en el hombro a Azur y susurró: “Si ganamos esta guerra, Holylight será una tierra gloriosa gobernada por nuestra especie durante mil años. Si alguna vez encuentras alguna semilla de traición en tu mente, apártala”.

Estos cambios se extendieron más allá de Holylight y llegaron a las naciones vecinas.

***

—— Habitación de Kongming, el Nuevo Reino de Xenobia.

“¡¿Cómo pudo pasar esto…?!” El rostro de Kongming estaba perdiendo color a cada segundo cuando escuchó el informe de Hanzo. Su objetivo era crear una división en la paz de larga data entre el Tzardom of Light y Holylight. En ese sentido, había tenido mucho éxito. Por otro lado, hubo muchos más eventos imprevistos de los que esperaba. “¿Por qué los satanistas…? ¿Por qué iban a llegar a extremos tan extremos en una nación extranjera…?”

Mientras los satanistas estaban activos dentro de Holylight, sus acciones en naciones extranjeras se habían limitado a buscar donaciones o seguidores para fortalecer sus filas. Pidieron ayudar a los mansos y la redistribución de la riqueza, y denunciaron el abuso de poder.

Todos los cuales eran melodías agradables para los oídos de un ciudadano medio. Muchos habían donado dinero a la organización, cansados de la guerra interminable en el norte. Ahora, habían convocado a Haunts y demonios en medio de una capital extranjera.

Kongming gimió ante la inconsistencia. “¡Es como si estuvieran tratando de deshacerse de toda la buena voluntad que se han ganado…!” Al mismo tiempo, Kongming tenía una respuesta en mente. No les importaba tirarlo todo por la borda. Sin embargo, esa no fue una decisión fácil de comprender. Habían destruido todo lo que habían construido gracias a sus esfuerzos de base.

(Incluso el canciller está conmocionado por esto…) Hanzo continuó su informe, esperando que los pensamientos de Kongming se calmaran. Su sabiduría era lo que había elevado a Xenobia a la Gobernante del Norte, después de todo. “… El Tzardom contrarrestó al diablo con un ángel falso, antes de que el diablo finalmente fuera derrotado por Luna Elegant de Holylight”.

“Qué cronología…”

En algún lugar en el medio estaban los Encantados y los Hechizados chocando con los Caballeros Elementales. Normalmente, convertir una capital extranjera en un campo de batalla habría sido un grave crimen de guerra.

Kongming recordó lo despiadado que era el escalafón profesional dentro del Tzardom y sintió un cierto nivel de comprensión hacia la decisión del obispo. “Debe haber temido convertirla en una Ciudad de la Muerte. Todavía tenía usos para ese obispo, también…” Era lamentable, considerando lo bien que sirvió el obispo para pudrir el Tzardom desde adentro y alejar el corazón del Héroe de su tierra natal.

“Parece que lo han llevado a Holylight”.

“Me pregunto qué harán con él… No importa cuánto lo hagan hablar, el Tzardom se asegurará de que nunca existió. O simplemente llámalo atormentado”.

“Atormentado” era un término que describía a los poseídos por un demonio. Como las brujas en Salem, los atormentados fueron detenidos y ejecutados. En ocasiones, la acusación se utilizó para cuidar a los desviados. Un obispo al tanto de los secretos del Tzardom tenía más probabilidades de ser tratado como un demonio.

“Perdóneme, Canciller, pero dudo que Holylight acepte la perorata habitual”.

“El Tzardom se apegará a ella, no importa cuán audaz sea la mentira. Siempre saben cuándo controlar el suministro de alimentos o destellar su espada”.

De hecho, el Tzardom of Light siempre había superado cualquier problema diplomático con dos herramientas: la intimidación y la seducción. Muchas de las Naciones del Norte más pequeñas quedaron impotentes, manipuladas por la tentación monetaria y moral de los Tzardom.

Sin embargo, Hanzo había sido testigo de algo que había destruido todas sus ideas preconcebidas sobre la dinámica de poder de este mundo. “El hombre que se llama a sí mismo el Señor Demonio, y que supongo que es su mano derecha, ‘Tahara’, están más allá de nuestro marco de comprensión. Se burlarían de cualquier mala excusa que se les ocurra a los Tzardom”.

“Dijiste que destruyeron a un ángel falso, ¿verdad? Es difícil de creer, pero…”

“Utilizando al obispo, estaban preparados para librar la guerra contra los Tzardom a toda costa”.

“¡¿Guerra?! No seas ridículo… Ni siquiera se han apoderado de una sola región de su país. Si solo damos un paso atrás, solo tienen una aldea llena de semihumanos”.

“Si recuerdas mi informe anterior, los nobles militaristas y de la alta sociedad en Holylight se han unido”.

La expresión de Kongming se ensombreció. De hecho, fue un informe inquietante. Ella habría esperado que el territorio de Hellion se congelara antes de que Harts y Madam, infamemente adversarios, hicieran las paces.

¿Quién más sino el “Señor Demonio” podría haberlo hecho posible? Podía ver cuánto había cambiado Holylight desde la aparición del hombre… Personalmente, habría preferido la nación en su estado fracturado y sin rumbo.

“El Señor Demonio…” murmuró. “Debe ser un estratega astuto”.

Cualquier otra persona habría hecho la misma evaluación que Kongming. Desde la perspectiva de una nación extranjera mirando hacia adentro, el Señor Demonio había realizado algo de magia oscura para hacer que Harts y Madam se dieran la mano.

“Él mencionó que él ‘pasaría por’ nuestra nación”.

“¡Menudas agallas…!” Kongming gruñó.

Xenobia había crecido demasiado en muy poco tiempo.

En ese momento, el país era como un león recuperando el aliento. Estaban en una situación en la que querían dejar asentar sus expansiones y enriquecer lo que ya tenían. Geográficamente, había una masa de tierra significativa entre Xenobia y Holylight, lo  que debería evitar una guerra total entre las naciones, pero el Señor Demonio estaba fuera de esa ecuación.