Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 6

Capitulo 8: El Regreso Del Señor Demonio

Parte 19

Ángel Caído Lucifer

El Señor de los Demonios se dirigía al Hospital de Campaña, queriendo poner todo en orden antes de dirigirse al norte. Tenía prisa inusualmente mientras caminaba por el distrito de rehabilitación vacío que generalmente estaba inundado de pacientes.

“Señor secretario”, lo saludó Yu con una sonrisa.

El Señor Demonio la reconoció y entró en la sala de examen antes de apagar silenciosamente Assault Queller. Se habría interpuesto en el procedimiento al que estaba a punto de someterse. A toda prisa, el Señor Demonio colgó su abrigo y chaqueta de traje en perchas y se quitó la corbata. Mientras se desabrochaba parcialmente la camisa, escuchó a Yu exhalar. “Empecemos, Yu.”

“¡S-Sí, señor…! ¿Pero estás… seguro?”

“Sí. Hazlo.”

Tímidamente, pero con extraña anticipación, activó Censura. El Señor Demonio le había ordenado que sobreescribiera su edad a 18. Esto daría comienzo a la grandiosa y única actuación del Señor de los Demonios.

“Disculpe, señor…” La mano de Yu operó a una velocidad cegadora, aumentando la edad del Señor Demonio. A pesar del efecto sobrenatural del procedimiento, se había realizado con demasiada facilidad. Ahora, un joven que se parecía a una espada negra estaba de pie donde estaba el Señor Demonio.

El aire tenso a su alrededor sugería que cualquiera que se atreviera a poner un dedo sobre él estallaría en llamas oscuras. Esta era aproximadamente la edad en que los que rodeaban a Hakuto Kunai comenzaban a sospechar que algún día asumiría un papel importante en el gobierno. Tenían razón, ya que Kunai comenzó su carrera como funcionario de élite del gobierno y ascendió.

Después de subir tan alto como alcanzaba la escalera, y una vez que su proyecto fue aprobado, Kunai se encontró a sí mismo como uno de los gobernantes del Imperio, marcando el comienzo de su glorioso reinado y su destrucción final.

“Hm. Esto trae recuerdos”, comentó el Señor Demonio sin mucho sentimiento.

Yu, por otro lado, se tapó la boca y la nariz con el dorso de la mano, dejando escapar un extraño chillido. Parecía como si estuviera a punto de tener una hemorragia nasal por la euforia de contemplar al joven Señor Demonio. “¿S-Señor secretario? ¿Estás seguro de que no debería censurarte un poco más? Quizás hasta los 8 años…”

“Disparates. Entonces mi plan no se mantendrá”. El Señor Demonio realizó Creaciones de Objetos consecutivos para generar un par de nuevos objetos llamados Fallen Angel Wings y Fallen Angel Garb. Había muchos videojuegos que utilizaban armas y armaduras basadas en ángeles y demonios, y estas piezas del juego eran otro ejemplo, junto con el anillo del ángel y los cuernos diabólicos. “Voy a cambiarme de ropa, Yu”.

“¡S-Sí, señor! Estoy feliz de ayudar”.

“T-Te estaba pidiendo que salieras por un momento…”

“¡No me atrevería! ¿Y si le pasa algo, señor? ¡¿Por favor?!”

“He reactivado el Queller. No te preocupes.”

El Señor Demonio logró convencer a Yu de que saliera de la habitación y comenzó a cambiarse de ropa. Naturalmente, los artículos que acababa de crear eran artículos de moda sin ningún bono de estadísticas práctico. Si un jugador con estos hubiera cargado a la batalla, se habrían vaporizado en el acto.

(Ahora, estos emiten una fuerte vibración de los 90…) pensó, recordando mientras miraba su cabello ahora puntiagudo reflejado en el espejo. La década de los 90 fue el apogeo de las bandas de punk, y las calles se llenaron de hombres y mujeres jóvenes que vestían como él ahora.

La ropa estaba rasgada aquí y allá, con un brazo y una pierna envueltos en cadenas, por alguna razón. En general, era un atuendo punk estereotipado completamente negro. (La ropa es una cosa, pero estas alas… siento como si fuera Halloween). El Señor Demonio se resignó a su destino y le puso las Alas de Ángel Caído en la espalda.

Después de todo, era uno de sus puntos fuertes que estaba dispuesto a hacer casi cualquier cosa una vez que se lo proponía. (Ha pasado un tiempo, pero esta cosa definitivamente es exagerada…) Las alas consistían en seis plumas grandes a cada lado, cada una de ellas brillando con un brillo siniestro.

Aun así, era un elemento de basura con una Defensa de 2. Sin embargo, sus propiedades eran indudablemente reales, tal como fueron diseñadas.

La apariencia cortante, el atuendo y el aura oscura del Señor Demonio que emanaba de sus alas ahora solidificaron completamente su apariencia como el mismo Ángel Caído, tal como había aparecido en canciones antiguas.

“S-Señor secretario… ¿Puedo pasar ahora?” Yu llamó apresuradamente y entró con demasiada ansiedad en la habitación. Tan pronto como lo hizo, dejó escapar otro chillido. “¡Precioso…! Este look tiene su propio arsenal de especias, ¿no es así, señor…?”

(¡¿Quién soy yo, Dr. Pepper?!) El Señor Demonio resistió el impulso de gritar, y luego se sintió aliviado de que ella no se hubiera echado a reír. Si lo hubiera hecho, dudaba que pudiera llevar a cabo su acto.

“Señor secretario… ¿podría… abrazarme, sólo por un momento?”

“¿Qué…?”

“¿Me concedería esta recompensa, señor, antes de que se tome su tiempo libre?”

“B-Bueno… Eso es…” El Señor Demonio se calló, luciendo incómodo. Había ignorado su promesa de llevarla a las aguas termales debajo de la alfombra, y ahora se estaba aprovechando de sus poderes nuevamente. Parecía demasiado cruel no pagarle de alguna manera. “Pero no te lastimarán las cadenas si…”

“¡No me molestarán en lo más mínimo, señor! De hecho, ¡eso sería una bonificación!”

“Espera un minuto… ¡¿Bonificación?!”

Yu se lanzó a sus brazos y enterró su rostro en su pecho. El Señor de los Demonios, implacable, la rodeó con sus brazos, lo que provocó que las alas innecesariamente de alto calibre siguieran su ejemplo, abrazando a Yu con el conjunto de plumas negras como la boca del lobo.

(¡¿Qué crees que estás haciendo, alas?!) El Señor Demonio se preocupó, pero era demasiado tarde para hacer algo al respecto. La vista de Yu con su bata blanca de laboratorio en contraste con la auténtica Ángel Caído estaba llena de mística.

Aún presionada contra el pecho del Señor Demonio, el rostro de Yu se puso escarlata mientras su respiración se aceleraba. El Señor Demonio envolvió su brazo alrededor de su cintura, y ella sintió como si un centenar de relámpagos hubieran caído, electrocutándola de la cabeza a los pies.

“¿Y-Yu…? ¿Estás bien?”

“S-Sí, señor… estoy p-perfectamente, ¡okay…!” Su extraña reacción le recordó al Señor Demonio de Kondo, que había estado actuando como un personaje de un juego cursi con clasificación X. Sin embargo, no había dolor en la expresión de Yu. De hecho, parecía eufórica, como si le hubieran regalado toda la felicidad del mundo.

“A-Ahora… debo volver al trabajo”, dijo finalmente el Señor Demonio.

“S-Sí, señor secretario…” Yu se derrumbó cuando el Señor Demonio desapareció a través de Quick Travel, cayendo a cuatro patas. Respiraba con tanta dificultad como un corredor que acaba de terminar un maratón. “El alma del mundo… ¡Está dentro del Secretario!” Yu murmuró esta afirmación paradójica y se rio a carcajadas.

Estuvo a punto de saltar de alegría durante el resto del día, sonriendo a cada paciente que vio mientras regaba las flores, actuando como una verdadera diosa.

Alguien no se reía, sin embargo, y ese era Cake, que había estado espiando su interacción. (Finalmente mostró sus verdaderos colores… ¡¿Y esos son sus verdaderos colores?!) Cake ya había visto diferentes formas del Señor Demonio: su forma normal, cómo se veía cuando su HP estaba medio agotado, y ahora en forma del Angel Caído, exactamente como se describe en los mitos. (¡Ese es un monstruo legítimo! Eso es… ¡Ese es el Gobernante de la Noche!)

Mientras se solidificaba el malentendido de Cake, el Castillo Sagrado se encontraba en un tipo diferente de confusión.

***

——El Castillo Sagrado, Holylight.

White y Gran estaban en conferencia en la oficina dentro del Castillo Sagrado, una montaña de papeleo entre ellos. White era la única de las tres Doncellas Sagradas que era remotamente capaz en lo que respecta a la política. Como consecuencia, no recordaba la última vez que tuvo un día libre.

“¡Ese vil Dona! Gran gruñó. “Tuve el descaro de decirme que subirá los precios de las Piedras de Hechizo”.

“¿Otra vez? Eso no es bueno…”

“Los nobles acomodados no saldrán lastimados, por supuesto… Esto solo empeora el nivel de pobreza de la gente común…”

Holylight en su estado actual era la encarnación de estar atrapado entre una roca y un lugar duro. Dona dominaba las minas esparcidas por todo el oeste de Holylight, usando sus lucrativas ganancias para mantener a muchos nobles y mercenarios en su nómina.

Hacia el norte y cerca de la frontera, los nobles militares (con Harts a la cabeza) actuaban de manera sospechosa, y las hermanas Butterfly gobernaban como emperatrices de la alta sociedad y el mundo del arte en Central. Ahora, aparentemente de la nada, White acababa de recibir la impactante noticia de que los militares y los nobles de la alta sociedad habían unido sus fuerzas.

Sin ningún conocimiento de cómo se había manejado esto, White estaba naturalmente inquieto. (Este país está cambiando… más drásticamente que nunca…)

Al este, el yermo era el hogar de numerosos bandidos que buscaban refugio del gobierno central. Debajo de ellos, en la ciudad, mucha de la población más pobre estaba comprando el satanismo, mientras que las Naciones del Norte esperaban una oportunidad para aprovechar.

Como Doncella Sagrada,  los deberes de White involucraban principalmente realizar rituales y representar a la nación como diplomático. En su autoridad, a lo sumo, sería llamada a juzgar las disputas entre dos nobles. Ella no tenía poder para promulgar ningún tipo de reforma de ninguna manera.

Gran dijo sombríamente: “Muchos nobles tienen su propia tierra y hacen lo que les place. La Santa Iglesia se ha convertido en una cáscara de su antigua gloria…”

“Estamos recibiendo cada vez menos donaciones en estos días…”

“¡Hmph! Los tiempos han cambiado. Quién sabe qué nos  pedirán si aceptamos su dinero”.

White se quitó el Halo de Ángel de la cabeza y lo sostuvo en sus brazos. Quería algo en lo que apoyarse, ya que se sentía atrapada sin salida.

Mientras tanto, Gran vio un rayo de esperanza en ese halo. “Si tan solo el hombre que te había dado ese halo nos prestara su fuerza…” Su voz estaba dolorida, después de haber vivido muchos años en el servicio solo para ver a Holylight terminar en su estado actual.

El aire de tristeza de la oficina fue interrumpido por pisadas apresuradas. Un pie abrió la puerta de una patada y Queen entró. “Oh, ¿el viejo murciélago también está aquí? Perfecto. Dame permiso para cruzar la frontera”.

“¡¿Dónde crees que estás?! Por una vez en tu vida, ¡¿no actuarás como una Doncella Sagrada?!” Gran se enfureció.

“Me importa una mierda. Dame el permiso”.

“Espera, Queen”, intervino White. “¡¿Qué quieres decir con ‘cruzar la frontera’?!”

El Castillo Sagrado estaba encantado con varias defensas, pero la más poderosa de las cuales se redujo drásticamente en fuerza cuando no había Doncellas Sagradas dentro de sus muros. Es por eso que White se quedó en su mayoría dentro del castillo mientras Queen o Luna salían para lidiar con amenazas extranjeras.

“Tartarus…”

“¡¿Tartarus?!” White y Gran repitieron al unísono. No tuvieron tiempo para lidiar con una amenaza tan trivial como Tartarus durante estos tiempos cruciales, sin mencionar que ahora era un problema para las Naciones del Norte, no para Holylight.

“Sir Zero siempre aparece cuando hay Tartarus”.

“E-Esa es tu razón para—”

“Espera,” Gran detuvo a White. “¿Ese ‘Zero’ el rumoreado Dragonborn?” Para sorpresa de White, Gran parecía interesada en lo que Queen tenía que decir. Fuera lo que fuera lo que apuntara Zero, era innegable que había vencido a un demonio de alto rango.

“No jodas. Podría tener una pista o dos si voy a investigar el Tartarus”.

“Por los rumores que he escuchado en la ciudad…” Gran miró a Queen. “Tú y el Dragonborn… están enamorados el uno del otro, ¿no es así?”

“¡Qu—yo ¿Qu-Qu-Qu-Qu-Quien diablos anda esparciendo un maldito rumor como ese, eh…?!”

“Vamos, vamos… Esa es una gran reacción…” Gran se sorprendió de lo roja que se había vuelto la cara de Queen. No había creído el rumor antes, sabiendo lo loca que podía estar Queen. Pero ahora, Gran tenía algo que considerar. “White recibió un Halo de Ángel, y tú estás con Silver Dragonborn… Me pregunto qué signos son estos…” Gran no pudo evitar pensar en Luna también. Ella había estado escondida en su tierra remota con un hombre que sonaba superficial y que se hacía llamar Señor Demonio. No iba a considerar tres encuentros extraños y separados como una coincidencia.

“¡C-Como estaba diciendo! ¡Solo necesito permiso para ponerme en marcha!”

“¡Espera, Queen! ¡Seguro que causarás otra conmoción!”

“¡¿Eh?! Eso es una mierda, hermana. ¿Cuándo haría un lío?”

“¡¿Seguramente no te has olvidado de la Tragedia del Guardián?!”

“¿Qué demonios? No fue mi culpa que el idiota sin polla  que entró furiosamente fuera un maldito maricón. Mataría a cualquier idiota irreflexivo que hubiera pasado por ese lugar”.

Mientras las hermanas discutían, Gran llegó a una conclusión, tal vez en un intento desesperado por salir de la esquina en la que habían sido acorraladas. “Queen… consideraré darte permiso”.

“¡¿De verdad, Viejo Murciélago?! ¡Muy bien!”

“¡Deja de llamarme Viejo Murciélago! Pero no puedo darte permiso ahora, ¿sabes?”

“¡Vete a la mierda, viejo ciervo! Trucha vieja, inútil, pedazo de mierda—¡Ow!”

Gran golpeó a Queen en la cabeza con su largo bastón tan fuerte como pudo. “Escucha bien, Queen. No podemos dejarte salir en un momento de tanta inestabilidad. Lo consideraré si las cosas comienzan a asentarse. El Dragonborn puede ayudar mucho a nuestra nación”.

“¡¿Qué carajos?! ¿Cuándo se arreglarán las cosas? ¿Eh? ¿Mañana?¿Dentro de un minuto?” Ladró Queen.

Gran solo le  devolvió la mirada con  exasperación. “Tranquila, niña…¿Cómo puedes esperar atrapar a un hombre cuando estás actuando tan desesperada? A este ritmo, se enamoraría de White antes de que tuvieras una oportunidad con él”.

“¡¿Qué carajos estás haciendo, hermana?! ¡Eres una ladrona de hombres!”

“¡¿Cómo me metí en esto?!”

La brutal interrupción había detenido su reunión. White decidió retirarse a su habitación en el corazón del castillo y se sentó en su mesa redonda. Disfrutaba de la tranquilidad de la habitación, debido en gran parte a la insonorización completa. Un altar estaba detrás de la mesa redonda, enmarcado por un mural solemne que representaba a los tres ángeles. El aire divino de la habitación le sentaba bien.

“Ojalá pudiera verte…” susurró White. Después de ver a Queen actuar completamente por impulso, White recordó que estaba atrapada en el castillo. El hombre al que quería ver estaba dentro de los límites de Holylight, pero aún fuera de su alcance. Distraídamente, White tomó una flor del jarrón y comenzó a arrancar sus pétalos. “Lo veré pronto, no, no lo veré, lo veré pronto, no, no lo veré… Lo veré pronto, no, yo…” Ese fue el último pétalo. Sosteniendo el tallo de la flor, White comenzó a temblar. “¡¿Por qué no?!” Gritó, dejando caer la cabeza sobre la mesa. Ella, tanto como Queen, estaba enamorada.

“Eso es un clásico…”

White se volvió hacia la voz para encontrar a alguien sentado en el altar. Con las piernas cruzadas descaradamente, parecía como si estuviera insultando abiertamente a los ángeles del cuadro.

(No puede ser…) White miró con incredulidad la silueta distintiva que exudaba un aura tan oscura como la noche misma. No había duda: estaba cara a cara con el ángel caído Lucifer, del que cantan las leyendas.