Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 6

Capitulo 8: El Regreso Del Señor Demonio

Parte 15

Que Empiece El Juego

Los trabajadores salían en tropel de carruaje tras carruaje bajo el cielo antes del amanecer. Comenzaron su viaje desde los pueblos vecinos a la medianoche, durmiendo un poco en la carretera. La escasez de viviendas en la aldea de Rabbi fue uno de los problemas más urgentes.

“¿Aquí ya…?” uno de los trabajadores bostezó.

“Es hora de hacer algo de mon— ¡¿Qué diablos es eso?!”

“Sea  lo  que  sea,  es  demasiado  temprano  en  la  mañana  para—¡¿Queeeeeee?!”

Mientras salían de sus carruajes, todos gritaron en estado de shock al ver el Casino. Es más, había incluso un trozo de bosque que antes no estaba allí.

“¡¿Qué estoy mirando?!”

“Es… es oro reluciente…”

“No había un bosque aquí antes, ¿verdad…? ¡¿Qué diablos pasó?!”

Los trabajadores que se alojaban en el pueblo se rieron. Ellos también miraron con incredulidad cuando estas cosas se construyeron por primera vez.

“Oh, es cierto. Ustedes no estaban aquí”.

“Que desperdicio. Te perdiste un milagro. ¿Cuántas oportunidades tienes en tu vida de presenciar uno de esos…?”

Al parecer, no pudieron evitar regodearse después de presenciar algo que se parecía a una escena de la mitología.

“El Señor Demonio ha regresado a la aldea…”

“¿Señor demonio? ¡Espera un minuto!  Eso es un apodo o algo así, ¿verdad?”

“No, he oído que mató a un monstruo loco en el norte”.

“¿Había una fuente allí antes?”

“¡Cierra la boca y ven aquí!” gritó un capataz. Su día comenzó con un torbellino de rumores.

El recién convocado Kondo también estaba allí, dando a los aventureros sus órdenes con una mirada malhumorada en su rostro. Se le encomendó la tarea de vigilar el perímetro de la aldea y se le habían asignado los combatientes más competentes para que trabajaran para él.

“Esta es nuestra ruta del día. Esté atento, especialmente a cualquiera que intente irse con agua o sal…” Kondo murmuró perezosamente, sus ojos en un pedazo de papel en su mano. Esto todavía era una mejora importante de su parte desde sus primeros días de estar completamente nervioso y hablar en un volumen apenas audible.

(Uf, ya quiero volver a mi habitación… El aire fresco me está matando…) Desde que lo convocó, Kondo había tenido un momento lleno de acontecimientos, por decir lo menos. Ya era bastante doloroso tener que interactuar con otras personas, y mucho menos hacer varias presentaciones, que eran francamente tortuosas.

Lo peor de todo es que Tahara le había ordenado que dirigiera el equipo de seguridad de la aldea. Tahara había querido decir esto como una forma de terapia de choque para la ansiedad social de Kondo, pero Kondo no se lo estaba tomando muy bien. (Seguridad, mi trasero… Cogí la totalidad de este lugar en diez segundos. ¿Y patrullando el perímetro a pie?

¿Qué, estamos en la Edad de Piedra? Tahara necesita aprender un par de cosas sobre la eficiencia…) Continuando Para maldecir en silencio su situación actual, Kondo encendió su reproductor de casete portátil, claramente queriendo terminar con esto.

En contraste con el estado de ánimo de Kondo, una melodía alegre y una voz alegre sonaron desde el reproductor de casetes. “Ejercicio matutino para el Imperio, Volumen Uno. Toma esas manos y estírate hacia el cielo…”

Los trabajadores inicialmente habían estado asombrados por la música que provenía de esta pequeña caja, pero se acostumbraron rápidamente, tal como lo habían hecho con el nuevo diseño de la aldea, simplemente entendiendo que el dispositivo era una especie de objeto mágico. (Ugh… estaría un poco más motivado si esta fuera una de mis actrices de doblaje favoritas…) Kondo estiró los brazos, como si de todo corazón no se pudiera molestar.

Esta era la típica rutina de estiramiento matutino, una práctica bastante popular entre los lugares de trabajo japoneses. Tahara había insistido en implementar esto, quizás en un intento de frenar el estilo de vida indulgente de Kondo.

Los aventureros siguieron el ejemplo de Kondo. Sorprendentemente, esta rutina matutina había sido bien recibida por ellos.

Para aquellos que podrían perder sus carreras con una sola lesión, un calentamiento completo de sus músculos por la mañana debe haber valido la inversión de diez minutos al día. De hecho, incluso los artesanos se habían unido al grupo. Cuando el ejercicio llegó a su fin, los miembros de la Fuerza de Defensa del Pueblo se pusieron a trabajar de acuerdo con sus órdenes.

“Entonces, eres su líder… ¿Cómo un chico lindo como tú conseguiría el trabajo?” Una guerrera se acercó a Kondo, lamiendo sus labios y vistiendo un atuendo muy revelador. Los aventureros tenían que destacarse, por encima de todo, por cualquier medio necesario, ya fuera en apariencia, apodo, comportamiento o teatralidad. Ella estaba orgullosamente usando su figura a su favor.

Sin embargo, la reacción de Kondo no fue tan enérgica como esperaba. “Lo-lo siento… no quiero tener nada que ver con mujeres reales”.

“Puedes apostar que son reales. ¿Quieres pasar el rato más tarde?”

“Estoy casado en cuerpo y alma con Ikazucchini-chan de Battleship Collection. ¿Qué pasa si cree que la estoy engañando?”

“¿Casado con zucchini? ¿Estás haciendo trance a plena luz del día?”

“La realidad es toda una mentira… ¿Por qué no me dejan en paz…?” Kondo escupió y la mujer se fue, renunciando a tener algo que ver con él. Kondo fingió tener arcadas antes de producir su consola de videojuegos portátil.

¡Siempre estás trabajando tan duro, Yuya! Pero no tengas miedo de apoyarte en mí, ¿de acuerdo?

“G-Gracias… Ikazucchini-chan. Pero yo soy el hombre, así que tengo que dar un paso al frente”.

¡Estoy tan orgullosa de ti! ¡Pero tienes que decírmelo cuando estés agotado!

“¡Por supuesto…! Hee hee hee…”

Al ver a Kondo entablar una conversación dulce y mantecosa con un videojuego, Tahara no pudo evitar sentir la palma de la mano. Su terapia de choque podría haber disparado a Kondo en la dirección opuesta.

“Oye, Kondo, ¿por qué no guardas al Gaming Boy y le das una oportunidad al viejo de carne y hueso?”

“¿Gaming Boy…? ¿En qué década estás viviendo? Además, tengo muchas chicas con las que estoy casado a modo de prueba”.

“No quiero saber qué tipo de ‘matrimonios’ tienes, pero en caso de que no te hayas dado cuenta, estamos en un mundo donde el Imperio no existe. Basta con echar un vistazo a esta realidad. A personas reales”.

“E-Entonces, ¿por qué no le das una oportunidad a las mujeres que no son tu hermana?”

“¡¿Qué diablos dijiste?! ¡¿Cómo se supone que debo apartar la mirada del ángel más grande de todos los que es Manami?! ¡¿Hola?! ¡¿Alguien en casa?!”

“¡E-El único ángel real por aquí es Shigrey de BC…!”

“¡¿Eh…?! ¡¿Quieres decir eso de nuevo?!”

El Señor Demonio dejó escapar un largo suspiro, oyendo esto en su camino a casa con Aku después de reubicar la Guarida Secreta en el Bosque de la Restauración. El bosque parecía menos conspicuo que su ubicación anterior.

Aku parecía dudar sobre cómo procesar la disputa entre Tahara y Kondo. “T-Tus empleados son… um, muy únicos, ¿no es así, Maestro Señor Demonio…?”

“Tienen grandes habilidades, lo crea o no. En cuanto a su carácter…” El Señor Demonio se apagó.

Regresó a su oficina en el Resort y no pudo evitar preguntarse qué demonios lo había motivado a diseñar sus personajes con personalidades tan extremas. Este sentimiento de arrepentimiento se debió hace mucho tiempo.

(Uf. Estaba tratando de hacerlos memorables en ese momento, ¡pero ahora son demasiado memorables…!) El Señor Demonio se derrumbó en la silla de su escritorio, luciendo y sintiéndose exhausto. Mientras tanto, Aku saltó sobre las rodillas del Señor Demonio como si estuviera en casa.

“Oh, he notado que más personas te están llamando el ángel caído”, señaló alegremente Aku.

Sin embargo, la sombra en el rostro del Señor Demonio no se levantó. “Ángel Caído, ¿eh…?” Todavía no podía adivinar si ese rumor les beneficiaría o perjudicaría.

Como alguien que nunca estuvo interesado en la religión, apenas tenía conocimiento de la mitología occidental. Al final del día, no sabía nada sobre este Lucifer.

(Va a mostrar la reverencia que la gente de este país tiene por los ángeles, supongo. Incluso uno caído.) La columna vertebral de Holylight era su adoración a los ángeles. A veces, esa fe se consideraba más alta que las leyes seculares o los contratos sociales.

Había esperado que la gente temiera y detestara al Ángel Caído, pero la gente lo había estado recibiendo con sorprendente calidez. (Incluso diría que esperan algo de mí…) Quizás sus reacciones se basaban en el hecho de que su exaltación y devoción nunca les había hecho ganar una sola moneda en el bolsillo ni mejorar sus vidas. El gobierno exclusivamente aristocrático había comenzado a generar apoyo y anticipación incluso para alguien como el Señor Demonio.

“Un buen diseñador le da al jugador todo lo que pide. Un gran diseñador les da lo que quieren antes de pensar en pedirlo”.

Otra cita del director Aoki le vino a la mente. Por muy molestos que fueran, todos habían sido probados por la experiencia. El Señor Demonio había luchado en primera línea como diseñador de juegos durante años, por lo que estaba lejos de ser ajeno a la demanda popular y la voz del colectivo.

“Creo que el Still Angel te ha convocado para mejorar este país, Maestro Señor Demonio”.

“… No lo atribuí a un buen samaritano”.

Por otro lado, el ángel inmóvil había anhelado que el caos gobernara y aniquilara este mundo. Si hubiera convocado con éxito al verdadero Hakuto Kunai, su deseo se habría cumplido.

(Si algo es un dios falso, es ese Ángel inmóvil…) El Señor Demonio decidió que era justo para él llevar algo de cinismo con él cuando el que lo convocó estaba lleno de eso. (En este punto, usaré todo lo que tengo…) Su mejor curso de acción fue usar todo lo que pudo para recuperar sus características lo más rápido posible.

“Tenemos una buena fuente de efectivo y mano de obra ahora… Lo siguiente es la mazmorra”.

“¿Vas al norte de nuevo…?”

“Creo que sí. No existe tal cosa como demasiado SP, y necesitaré objetos mágicos más poderosos”.

“Entonces, llévame contigo—”

“No.” El Señor Demonio la derribó. A pesar de lo indulgente que era con Aku en la mayoría de las cosas, no tenía intención de llevarla de turismo a una peligrosa mazmorra. “Estarás a salvo aquí. Con Tahara, Yu y ahora Kondo, ningún monstruo o diablo podría acercarse a ti si lo intentaran”.

“Todavía te echaré de menos…”

“Erm…” El Señor Demonio no pudo evitar preguntarse qué significaba para ella y qué significaba ella para él. (Somos tan diferentes en edad como un padre y una hija, pero yo no soy su padre. Aun así…)

Por alguna razón, vio a Aku como alguien a quien tenía que proteger. Algo dentro de él trabajaba con un impulso terriblemente poderoso, casi como el destino, por protegerla. Este sentido de propósito se había vuelto más poderoso día a día.

“Entiendo…” El Señor Demonio dijo en voz baja. “No puedo llevarte a ningún lugar peligroso… precisamente por lo mucho que significas para mí”, explicó cuidadosamente. Esperaba que Aku lo entendiera una vez que diera su razón.

Aku levantó su barbilla. “¿Cuánto… quiero decir para ti?” Su mirada significativa le dio al Señor Demonio un mal presentimiento sobre esto, demasiado tarde para el sorteo. “¿Soy alguien importante para ti, Maestro Señor Demonio?”

“T-Tú eres…”

“Tú también lo eres para mí, Maestro Señor Demonio. ¡Eres la persona más importante de mi vida!”

“Ya veo… Ha ha ha…” El Señor Demonio no pudo evitar mirar a su alrededor, preguntándose qué malentendido catastrófico podría tener alguien si entrara ahora. Sintió que esa interacción por sí sola podría haberlo llevado a la cárcel si estuvieran en el Japón moderno. “B-Bueno, eso es lo que quiero decir… No puedo llevarte a una mazmorra, pero construiré más lugares para que juegues en la aldea”.

“Estaré bien… sin nada más”. Aku se envolvió alrededor del Señor Demonio.

Sostener a Aku con su vestido blanco se sentía como sostener a un pequeño gatito blanco en su regazo. El Señor Demonio le acarició la cabeza, explicando gentilmente: “La próxima vez que regrese… espero tener otro consejero”.

“¿A qué tipo de persona vas a llamar a continuación?”

“Hm…” El Señor Demonio pensó en una chica, que era por supuesto la más talentosa entre los asesores. Tenía una mirada y un tono gélidos, pero tenía un corazón bondadoso y un brillo amoroso en sus ojos. “Veamos… Ella es amable, como tú”.

“¡¿Como yo?!”

(Y lo más probable… La magia no tendrá ningún efecto en ella). Si su configuración iba a funcionar tal como lo había hecho en el juego, el Señor Demonio esperaba que se convirtiera en la guardaespaldas perfecta. En ese momento, llegó una comunicación de Tahara.

Tenemos un visitante muy esperado, Jefe. El señor de la aldea vecina a nuestro este quiere verte.

¿Oh? ¿Me pregunto qué podría querer?

¡Gah ha ha! No puede simplemente ignorarnos cuando puedes ver el edificio desde una milla de distancia, ¿verdad?

Ya veo. Entonces démosle una cálida bienvenida.

El Señor Demonio terminó la Comunicación con una línea que sugería más significado detrás de sus palabras de lo que realmente pretendía. En realidad, simplemente se preguntaba si el anciano de la aldea estaba allí para quejarse de la repentina construcción de un casino. (Las comunidades se oponen a muchos casinos y otras cosas por cosas como el empeoramiento de la tasa de criminalidad…)

“¿Pasa algo, Maestro Señor Demonio?”

“Parece que estoy lidiando con una queja airada”.

“¿Vas a trabajar, entonces? ¡Entonces iré a ayudar a cosechar zanahorias!”

“Tómatelo con calma, Aku.”

Subwa Aye, el señor del pueblo vecino Rabbi al este, estaba sentado sobre un camello con una expresión de descontento en el rostro. Había sido interrumpido tan groseramente por el estúpido clamor de su gente, por lo que finalmente había accedido a visitar a Rabbi solo para callarlos. (Campesinos. ¿No tienen nada mejor que hacer que perder mi tiempo? No importa, otra excusa para subir los impuestos).

Subwa tomó una decisión, revisando una lista de piezas de bellas artes que casi se habían gastado en pedazos. Los nobles priorizaron la adquisición de obras de arte famosas por encima de todo.

Hacer crecer la colección de arte de uno ganó fama, popularidad, riqueza y, en última instancia, prosperidad. No importa cuán pobre sea su tierra, una sola obra maestra impulsó la influencia de un noble. (No iré tan lejos como para desear un Lord Crimson.

Todo lo que necesito es una pieza decente…) Subwa frunció el ceño ante la lista, pero fue sacado de sus pensamientos. Cuando la tormenta de polvo se asentó, apareció a la vista una construcción gigante similar a un templo.

(¿Un espejismo…? ¡No, hay algo iluminado!) Subwa se apresuró a avanzar con su camello hacia una vista increíble. Si bien le habían dado noticias sobre la aldea vecina, estaba demasiado consumido por el arte como para siquiera dejar su mansión.

Finalmente, con mucha desgana, se había molestado en hacer el viaje ante la insistencia de su gente, y ahora se enfrentaba a una vista de otro mundo que nunca hubiera esperado.

Solo había conocido la aldea de Rabbi como un pequeño asentamiento en ruinas. De hecho, era de conocimiento común entre los nobles que una Doncella Sagrada era la dama de la tierra, pero solo de nombre.

“¡¿Qué es esto…?! ¡¿Que está sucediendo?! ¿Estoy soñando…?”

Una horda interminable de personas iba y venía por todo el pueblo.

Todos estaban trabajando afanosamente, un marcado contraste con el resto de la nación. Los caminos estaban generosamente pavimentados con caras láminas de piedra, coronados con más tiendas y puestos de los que Subwa podía contar.

Es más, todavía había varios edificios en construcción. Sin embargo, la característica más desconcertante fue la enorme fuente en el centro del pueblo. La perspectiva de que un manantial estallara en medio del árido páramo era impensable, pero la fuente se mantuvo de todos modos, con una larga fila de personas esperando que un asistente llenara sus cantimploras.

“¡¿Cómo brotó ese bosque aquí?! ¡¿Y qué es ese templo gigante detrás de él?!” Subwa chilló, incapaz de soportar más. Parecía desesperado por intentar despertar cuando Tahara se acercó, como para martillar la realidad de la situación.

Tahara tenía un físico sin una pizca de exceso y una apariencia extrañamente extraña. Para colmo, exudaba un aura que mostraba que reconocía descaradamente su propia fuerza. “Te tomó suficiente tiempo”, comenzó. “Te daré el recorrido ya que estás aquí, pero mi jefe tiene un problema. No es fácil con los tontos inútiles… o los idiotas que no saben cuándo dejar sus traseros”.

“¡¿Qué…?!” Subwa casi se cae de su camello enfadado.

Le habría costado mucho encontrar a otro hombre que saludara a un noble con tales insultos. “Oh sí. Mi nombre es Tahara. Estoy a cargo de los proyectos de construcción por aquí. No es que nos veamos por mucho tiempo, pero no es necesario que nos saltemos las presentaciones, ¿eh?”

Subwa se mordió el labio, desconcertado por la increíble rudeza mostrada contra él. (¡Sucio… campesino! ¡¿Quién crees que soy?!) Se enfureció, pero de alguna manera no pudo encontrar las palabras para aclarar al hombre. De hecho, sintió una presión cada vez más visceral contraer sus pulmones.

“Quiero decir, te llevaré por la puerta, pero… No te hagas ilusiones, ¿de acuerdo?”

Enfurecido como estaba, Subwa sabiamente decidió desmontar su camello. Tahara le había estado hablando tan profundamente que instintivamente actuó para proteger su estatus social.

“Movimiento inteligente. Eso te hizo ganar uno o dos puntos”.

“M-Mi nombre es Subwa Aye… Yo-Yo humildemente solicito una audiencia con el señor de la aldea…” Ahora estaba bailando completamente en la palma de Tahara. Subwa sintió una extraña dicotomía de humillación cegadora y un impulso casi irresistible de humillarse ante Tahara.

Los villanos, la mayoría de las veces, exudaban una extraña sensación de confiabilidad a sus aliados. Como si fuera una segunda naturaleza, Tahara se había comportado de esa manera, trazando un contraste irreversible entre él y Subwa.