Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14++: Si Pudiera Verte Otra Vez

Historia Extra 5: Quien Era Yo Hasta Ayer

Parte 8

Antes del amanecer.

8:00 de la mañana, frente a la puerta norte de Altana. Nunca había llegado tarde a una reunión. Usualmente llegaba antes que todos. Era igual este día también.

—¡Y en esa nota, todooooos! ¡Quiero presentarles a todos nuestra nueva amiga! ¡Es la sacerdotisa Mary! ¡Bien, denle un buen aplauso…!

Cuando Ranta, de cabello rizado, gritó con desesperación, Haruhiro, de ojos soñolientos, y Moguzo, como un oso, aplaudieron vacilantes. Las otras dos bocas estaban abiertas. Eran las de las dos chicas. Una era una maga de aspecto tranquilo. La otra tenía un arco y flechas, por lo que probablemente era una cazadora. Chicas. Realmente se sentían como chicas, no como material de soldado voluntario. Nadie en el grupo lo parecía.

Me están tomando el pelo, ¿verdad…? Esa fue mi sincera impresión. Pensaba que había trabajado con una buena cantidad de diversos soldados voluntarios. Algunos mayores, otros más jóvenes. Algunos más experimentados, otros menos. Pero nunca había visto a un montón de niños como ellos.

Parecían como si acabaran de convertirse en soldados voluntarios en formación. Normalmente, después de un día o dos en esta vida, la gente cambiaba un poco. Normal. En cierto modo, estos niños podrían ser los normales. Nosotros éramos los anormales. Nos habíamos ajustado. Nos guste o no. Hasta donde sabía, todos eran así. Estos niños eran normales, pero eran raros.

—E-Esta es Mary-san…

Cuando Ranta me indicó otra vez, la maga finalmente dijo con una inclinación vacilante—: Ho… Hola…

—Un… Un placer conocerte. —La chica cazadora también me saludó.

¿Qué se supone que debía decir? Las chicas desconfiaban de mí. Por supuesto que lo harían. Eso era de esperarse. Pero no había espinas. La cautela a la que estaba acostumbrada era más agresiva, más cercana a la hostilidad absoluta. Eso, o irritación y disconformidad. Disgusto. Con estas chicas, su cautela venía con una cantidad de desconcierto tan grande que no podía evitar sentirme confundida también.

No tenía idea de qué hacer. Me peiné el cabello detrás de la oreja con los dedos y miré a Haruhiro.

—¿Son todos?

—Sí…

Lo miré a los ojos y Haruhiro apresuradamente miró hacia abajo. Esa reacción. Era demasiado normal…

—Ah, sí. Estos son todos. Contigo incluida, somos seis.

—Ya veo —dije con un pequeño resoplido de risa. No podría seguir así si no me reía. Necesitaba cambiar de marcha. Esto era dificil. Demasiado difícil.

—Bueno, está bien. Mientras reciba mi parte, no me importa. ¿A dónde nos dirigimos? ¿Damuro?

—S-Sí… ¿supongo?

—¿Supones? Sé claro.

—D-Damuro. La Vieja Ciudad. Cazar goblins… En cuanto a lo demás, no lo sé.

—Está bien, lo que sea. Bueno, ¿qué tal si se adelantan? Los seguiré.

—… Oye, ¿sabes? —Ranta me miró con los ojos hacia arriba—. ¿N-No podrías, uh, hacer algo sobre tu forma de hablar, tu actitud…?

—¿Eh?

—… No, lo siento… De verdad, lo siento. No es nada…

Ni siquiera valía la pena mencionar a este hombre. Si podía callarlo tan fácilmente, él era fácil.

No hubo absolutamente ninguna conversación durante la caminata de una hora a Damuro. Incluso si hubieran tratado de hablar conmigo, dudo que hubiera respondido. ¿De qué hablaban normalmente estos niños? No podía imaginarlo. Solo sabía que no encajaban conmigo. Aunque ya nadie lo hacía.

He recorrido un largo camino, ¿eh?, pensé de repente. Debí haber comenzado en un lugar similar a Haruhiro y su grupo. No fueron tiempos lo suficientemente fáciles como para decir «Fue divertido en ese entonces». Pero, ya sabes, tal vez fue divertido.

Fue satisfactorio. Cuando miro a estos niños, siento que puedo recordarlo. No quiero recordar. Debería haber rechazado este trabajo. Cometí un error.

—… ¿Qué pasa si nos encontramos con ellos de nuevo?

Justo antes de entrar en la Vieja Ciudad, Haruhiro murmuró eso.

—Si lo hacemos —dijo Ranta en un tono extrañamente oscuro—, tenemos que matarlos. No estaré satisfecho hasta que haya cortado las orejas de ese blindado y  ese hobgob bastardos, y las haya ofrecido en el altar de Lord Skullhell.

—Pero… —El tono de la chica maga era menos oscuro y más frío. No le quedaba bien—. No podemos ganar. No como somos ahora.

Ranta se burló. —Lucharemos incluso si no podemos ganar.

—Si nos matan haciendo eso… —La voz de la chica cazadora tembló—. Si morimos así, todo será por nada.

—Morir no es bueno. —Moguzo asintió vigorosamente—. No quiero que nadie más muera.

Era extraño que un grupo no tuviera un sanador. Que este grupo nunca haya tenido un sanador para empezar, era imposible.

—Es alguien…

Empecé a decir, luego me mordí el labio. No había necesidad de preguntar.

No era que nunca hayan un sanador. Perdieron a uno.

Probablemente murió.

—… ¿Van a ir? ¿O no? No me importa cuál, pero que sea rápido.

Ranta miró hacia otro lado, chasqueando la lengua con desaprobación.

—Sigamos adelante, Haruhiro.

—Sí…

Los ojos de Haruhiro vagaron, como si dudara. Ahora que lo pensaba, ¿quién era el líder en este grupo? Tenía la sensación de que era Haruhiro, pero no estaba segura. Un grupo sin líder. Así se veían. Podría ser…

¿El sanador que murió era su líder…?

Si era así, si eso era lo que sucedió, ese era uno de los peores resultados posibles. No, era el peor.

Este trabajo me da miedo. Mucho miedo.

Incluso mientras pensaba eso, haría mi trabajo sin dejar que se notara. Esa era mi política, pero esta vez era muy difícil. La forma en que Haruhiro tartamudeó cuando dijo: «V-Vamos», sinceramente, me dejó bastante triste. ¿Cómo cazaban exactamente estos niños? No quería pensar en eso. Solo esperaba que entendieran la teoría más básica. No estaba pidiendo mucho, pero mis esperanzas aún estaban destrozadas.

Aunque no inmediatamente. Todos acechamos el área, y Haruhiro al menos parecía un ladrón cuando salió y exploró, pero no encontramos ninguna presa adecuada.

Bueno, claro que no. Parecía que estos niños habían reducido sus objetivos a solo grupos de dos goblins o menos. Pero los goblins no eran estúpidos. Sabían que obviamente era más seguro moverse en grupos. No iban a haber tantos goblins solos o en parejas.

En mi experiencia, los goblins en la Vieja Ciudad de Damuro generalmente viajaban en grupos de tres o más. ¿Cómo podrían estos niños acabar con un grupo de tres goblins? Ese era el primer obstáculo para cazar en la Vieja Ciudad y, de alguna manera, todo comenzaba ahí.

Básicamente, estos niños aún no estaban parados en la línea de salida.

Aun así, si esto continuara, nunca podríamos cazar, y eso significaría que no habría ingresos. Haruhiro parecía haberse decidido. El objetivo que encontró para nosotros justo después del mediodía era un grupo de tres goblins.

En las ruinas de un edificio, había un goblin con cota de malla y una lanza corta, y dos goblins vestidos con ropa hecha de tela, uno de ellos con un hacha y el otro con una espada corta. Haruhiro comenzó a explicar algo parecido a una estrategia.

—Primero, Yume y Shihoru lanzarán un ataque preventivo sobre el gob de la lanza. Yo, Ranta, Yume y Mary mantendremos ocupados el gob del hacha y el gob de la espada corta, entonces Moguzo y Shihoru matarán al gob de la lanza. Si es difícil para ustedes dos, Ranta o yo intervendremos para ayudar. Una vez que matemos al gob de la lanza, esto será fácil.

—Espera.

No era como si no hubiera anticipado esto. Sospechaba que estos niños ni siquiera sabían la teoría básica. No la sabían. Eso era todo. Pero era un shock. ¿No lo entendían? Por eso perdieron a su camarada.

—¿Por qué tengo que luchar contra los goblins?

—Eh… ¿N-No está bien? ¿Eh? ¿Por qué no…?

—No voy al frente. Soy la donadora, la razón debería ser obvia.

—Oye… —Ranta comenzó a gruñir, pero se compuso—, amiga.

—¿Amiga?

Estaba irritada. No enojada. No había necesidad de enojarse. Esto era trabajo.

Para mí, esto es solo un trabajo. Pero ¿qué hay de ustedes? ¿Están bien con esto?

Ranta vaciló. —¿T-Tú…? —se corrigió a sí mismo. Él se había intimidado solo, pero parecía que no le gustaba—. No, es extraño para mí dirigirme a ti así… ¡M-Mary!

—¿Dónde está mi -san?

—M-Mary… -san —una vena latía en la sien de Ranta, y todo su cuerpo temblaba.

¿Por qué está tan indignado? ¿Es un idiota?

—A-Ahora escucha, ustedes los sacerdotes llevan esa cosa con ustedes. Eso, ¿cómo se llama? ¿Bastón de sacerdote? Tienes uno, ¿verdad? Eso es para golpear cosas, ¿no? ¿O es solo un adorno?

—Sí. Esto es solo un adorno.

—Tú, pequeña…

—¿Pequeña?

—M-Mary… -san, tú, no podrías ser un poco más, ya sabes, más… uh, no sé. Olvídalo. Solo haz lo que quieras…

—Haría lo que quiera sin que me lo digas, ¿te das cuenta?

—¡Por ​​supuesto que lo harías! ¡Jajajaja! ¡Me lo imaginé! Maldición, ¿cuál es el problema de esta perra…?

—¿Podrías abstenerte de usar palabras tan sucias? Me ensucian los oídos.

—¡Lo siento mucho! ¡Mi culpa! Si realmente no te gusta, ¿por qué no pruebas algunos tapones para los oídos?

—¿Por qué debería tener que molestarme así?

—D-De todos modos… —dijo Haruhiro, rascándose el cuello mientras entraba para evitar que peleáramos—. Entiendo lo que estás diciendo. Mary se quedará en la retaguardia hasta que la necesiten. Um, tal vez cerca de Shihoru sería lo mejor. Shihoru es una maga, por lo que no se adelanta. Eso debería estar bien… ¿verdad?

Esperar hasta que me necesitaran. Ese era exactamente el papel de un sacerdote. Parecía que finalmente lo había entendido. La maga. Shihoru, ¿verdad? Ni siquiera había escuchado su nombre antes. ¿Qué pasaba con estos niños? Me hacían enojar. Si me irritaba demasiado, podría afectar mi trabajo.

—Suena razonable, ¿supongo?

—B-Bueno, iremos con eso entonces… Yume, Shihoru, por favor.

Cuando Haruhiro dijo sus nombres, la maga y la cazadora asintieron en silencio. El nombre de la cazadora era aparentemente Yume.

Yume y Shihoru estaban descaradamente enojadas. Realmente yo no les agradaba, porque ni siquiera me miraban a los ojos. Bueno, no es que me importara.

Puede que los tres chicos no se hayan molestado en explicarles lo suficiente por qué estaba yo aquí. Había signos que sugerían que eso era lo que sucedía.

Si era eso, entonces era difícil culparlas por desconfiar de mí. Quiero decir, normalmente dirías algo, ¿verdad? Quiero decir, ¿no era obvio que todo el grupo debería haberlo discutido primero? ¿No se estaban comunicando? Eran más que inexpertos; eran peores que un aprendiz, y tampoco parecían llevarse tan bien. En serio, ¿qué estaba pasando aquí?

Haruhiro se adelantó al grupo con Yume y Shihoru siguiéndolo. Luego, cuando se acercó al área en cuestión, Shihoru preparó un hechizo a su señal, y Yume preparó su arco. Shadow Beat, ¿eh? El hechizo de Shihoru golpeó al goblin de la lanza. Eso hizo que el goblin soltara su lanza, pero la flecha de Yume falló. Era un arma a distancia; ella estaba obligada a fallar a veces. Pero no así.

—… Eso fue horrible —murmuré, y Yume saltó un poco mientras apretaba más su arco.

Te enfocas demasiado en que fallaste tu disparo. No es mi especialidad, y no soy tu camarada, así que no te lo diré. Pero espero que te des cuenta. Incluso si es difícil ver tus propias falencias.

—¡No te preocupes por eso! —Haruhiro llamó a Yume mientras sacaba su daga.

Tienes cabeza para tranquilizar a Yume, ¿eh? Eso es impresionante, pero en realidad no es en lo que deberías centrarte en este momento.

Moguzo y Ranta atacaron a los goblins. El gob del hacha y el gob de la espada corta se interpusieron en su camino, y en ese momento el gob de la lanza estaba luchando para recoger su lanza. Haruhiro realizó un Backstab al gob de la espada corta. Fue solo un rasguño. Pero el gob de la espada corta se concentró en él. Ranta estaba manejando al gob del hacha. Moguzo fue por el gob de la lanza. Ahh, pero el gob de la lanza fue más rápido.

Agarró su lanza corta y apuñaló a Moguzo. Moguzo hizo un buen trabajo al meter los brazos y usar su espada bastarda para desviar la lanza. Era bastante hábil para ser un tipo tan grande. Yume sacó un machete y cargó a la batalla. Parecía que iba a apoyar a Haruhiro.

Eso era inusualmente atrevido para una cazadora. Diagonal Cross. El gob de la espada corta saltó hacia atrás y lo evadió, pero aún fue un ataque bastante bueno. ¿Yume era mejor en combate cuerpo a cuerpo?

—¡Ohm, rel, ect, vel, darsh​​…!

Shihoru usó Shadow Beat nuevamente. Parecía que estaba tratando de apoyar a Moguzo, pero el gob de la lanza se apartó. La sombra elemental que lanzaba Shadow Beat era lenta. Era difícil lograr que golpeara sin un poco de preparación. Pero el objetivo de Shihoru era bueno.

El gob de la lanza se distrajo un poco, así que Moguzo inmediatamente blandió su espada bastarda. Sin embargo, estaba demasiado lejos. No cortó nada más que aire. No entendía la diferencia de distancia. ¿Nunca antes había luchado contra un enemigo con una lanza?

Ranta estaba luchando contra el gob del hacha. No iba bien, pero ¿no podía hacer algo sobre la forma en que se movía? Había demasiado desperdicio.

¿Los caballeros oscuros eran así? No podía creer eso. Los caballeros oscuros se movían mucho, pero generalmente era con más precisión. Parecía una rana revoloteando en confusión.

Haruhiro y Yume tenían una ventaja de dos contra uno. Estarían bien.

Moguzo estaba en el extremo receptor de una ráfaga de estocadas del gob de la lanza, y lo hizo retroceder. Sin embargo, con su enemigo usando una lanza, eso solo empeoraba su situación. Simplemente no tenía suficiente experiencia. No sabía cómo pelear. Si yo fuera su camarada… No, incluso si fuera su camarada, no estaría en condiciones de decirle que haga esto o que haga eso.

—¡Ay…!

Ranta fue cortado el muslo izquierdo y saltó hacia atrás como una rana. Los goblins eran más pequeños que los humanos. Necesitaba tener especial cuidado con los ataques a su mitad inferior, pero no parecía saberlo.

—¡Yume, yo me ocuparé de ese, tú encárgate del gob del hacha!

¿Haruhiro planeaba que Yume ayudara a Ranta? Estaba mirando, y la decisión no fue demasiado lenta. Pero ¿era una buena? ¿Ranta necesitaba ayuda ahora?

—¡Mary, sana a Ranta!

—No —respondí de inmediato.

—¡¿No?! ¡¿Eh?! ¡¿Por qué no?! —Ranta protestó.

—No es una herida que requiera tratamiento inmediato. Lámela.

—… ¡Tú…! —Ranta desató su ira sobre el gob del hacha.

¿Ves? Estaba bien.

—¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea, maldita sea! ¡No pongas engreída solo porque eres un poco, bueno, muy atractiva! ¡Esto es una mierda! ¡Una mierdaaaaa…!

—¿No se supone que tengas dolor, Ranta?

—¡Tengo dolor! ¡Hatred…!

Ranta blandió su espada larga hacia abajo diagonalmente hacia el gob del hacha. Bueno, con un ataque tan obvio, no había forma de que lo golpeara. El gob esquivó fácilmente.

—¡Estoy derramando sangre aquí, ¿sabes?! ¡Por supuesto que duele! ¡Duele, maldita sea…!

El pequeño y espabilado gob barrió las piernas de Yume por debajo de ella, y aterrizó en su trasero con un grito de sorpresa. Por un momento, casi me puse en acción, pero Haruhiro estaba ahí. No se sabía si el enemigo tenía refuerzos y tenía que proteger a Shihoru. Además, los goblins parecían listos para huir.

—¡Tú…! —Haruhiro trató de colocarse entre el gob de la espada corta y Yume. El gob de la espada corta corrió. Estaba huyendo. Junto con los otros gobs.

Haruhiro parecía estupefacto. Ranta estaba frustrado. Moguzo, Yume y Shihoru parecían aliviados.

—Todos están agotados. —Les di mi honesta opinión. Tal vez no debería haberlo hecho. Pero no pude contenerme. Haruhiro me fulminó con la mirada, pero no respondió. Si hubiera dicho una sola palabra en respuesta, estoy segura de que no habría podido contenerme más.

Bien por todos ustedes. No murieron. Tuvieron suerte esta vez. Pero si siguen repitiendo esto, eventualmente lo pagarán.

No es que sea mi problema. No tiene nada que ver conmigo. Porque no soy su camarada. Ustedes probablemente no piensen en mí como una, y yo tampoco.

Tengo una sugerencia. ¿Por qué no renuncian? No creo que puedan ser soldados voluntarios. No están hechos para esto. Sin embargo, tampoco será fácil encontrar otro estilo de vida.

Altana era una base para el regreso del Reino de Arabakia a la frontera. Era solo una ciudad fortaleza. El Ejército de la Frontera estaba guarnecido ahí, y los soldados voluntarios los apoyaban.

El Ejército de la Frontera era un ejército profesional, por lo que no era fácil ingresar, y ya había suficientes personas para hacer todos los demás trabajos.

Cuesta más que solo dinero unirse a los herreros, o los artesanos, o los gremios de comerciantes, y aún así te obligarían a hacer trabajos forzados por una miseria de salario. Si fueras mujer, podrías trabajar en las tabernas u otros negocios de ese tipo, pero aún así, probablemente no era una vida fácil.

Básicamente, no teníamos más remedio que ser soldados voluntarios. Casi tienes que sospechar que había una conspiración para que te vieras obligado a hacerlo, así que las cosas eran así.

Terminamos el trabajo por el día. Lo llamo trabajo, pero nuestros ingresos fueron cero. Estaba en rojo. Esa noche, no fui a la Taberna Sherry, sino que me quedé en mi habitación.

Afortunadamente, la posada donde estaba alquilando una habitación tenía un baño adecuado. Podía tomar un largo y tranquilo baño solo a altas horas de la noche, por lo que más o menos siempre elegía ese momento para hacerlo. Siempre había sido un ave nocturna. Casi nunca me acostaba temprano.

El agua del baño estaba tibia. Necesitaba agregar más agua caliente para ajustar la temperatura. Era un dolor, pero estaba acostumbrada. Si pudiera lavarme el cuerpo y el cabello, y luego sumergirme en un baño a la temperatura adecuada, podría restablecer mis sentimientos.

Era una soldado voluntario, así que no era como si no pudiera soportar ir sin un baño. Pero, honestamente, sin este ritual que realizaba en la posada, hace tiempo que habría perdido cualquier tipo de equilibrio mental.

Sin embargo, mi ritual tenía una deficiencia. En el baño, trataba de vaciar mi cabeza, pero era difícil lograr un estado de nada. A veces pensaba en cosas que no necesitaba.

¿Iré a cazar con esos niños otra vez mañana?, la pregunta me pesaba. Me duele el estómago. Tal vez no debería, pensé. Nunca había abandonado un trabajo después de aceptarlo antes. Pero ¿había alguna necesidad de insistir en mantenerlo así? ¿Tal vez está bien? Voy a renunciar. Sin embargo, dudaba en hacerlo sin decir nada. Tendría que decirlo yo misma. No puedo trabajar con ustedes. No quiero morir porque me llevaron con ustedes.

Ustedes quieren morir, ¿verdad? Es por eso que son un total desastre, ¿verdad? Si quieren morir, entonces mueran. No me involucren en eso… No.

Eso no podía estar bien. Si quisieran morir, no habrían traído a una sanadora como yo. Esos niños estaban haciendo lo mejor que podían, a su manera. Simplemente no eran buenos en eso. Probablemente estaban sufriendo porque, sin importar lo que hicieran, no salía bien.

Eso tenía que ser frustrante y doloroso. Era lo mismo para nosotros. Las cosas iban bien, pero nos tropezábamos y fallábamos a veces. Lo superábamos y seguíamos adelante. Como podíamos superar las cosas, nos volvimos engreídos y cometimos un error fatal.

Todos cometemos errores. Puede ser un margen delgado que decida si esos errores son irreversibles o no. Todos aprendemos de nuestros errores. Para evitar repetirlos. Incluso podría decir que mientras no muramos, nos hemos ganado el derecho de cometer nuestro próximo error.

Mientras esos niños no murieran, mañana sería mejor que hoy para ellos. Podrían manejar la situación un poco más. Si tan solo pudieran vivir hoy y mañana.

Murmuré—: Hagamos un poco de trabajo. —Y deje que mis labios se hundieran en el agua. Yo no era su camarada. Pero podía trabajar. Haría mi trabajo como sanadora. Para que esos niños puedan vivir y ver el mañana. Hasta que esos niños se cansaran de tratar conmigo, quien solo trabaja. Hasta entonces, haría mi trabajo. Eso era todo lo que tenía. No me quedaba nada más ahora.