Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14++: Si Pudiera Verte Otra Vez

Historia Extra 5: Quien Era Yo Hasta Ayer

Parte 5

El interior de su cabeza es Waradeganf.

Mientras estaba en la Taberna Sherry, bebiendo licor destilado del continente—: ¡Oye, oye, oye! —Un hombre extrañamente frívolo se me acercó.

—¡Ey! —El hombre levantó su mano derecha. Tenía una taza de cerámica a su izquierda. Todo, desde su voz, su rostro y su apariencia, a la forma en que actuaba, no era nada sino frívolo. ¿Había algún hombre que la palabra «frívolo» fuera más adecuada para describirlo? Este hombre era como un avatar de frivolidad.

Bajé la vista hacia el mostrador, lamentando haber mirado involuntariamente en la dirección de este hombre.

—¡Ey! —gritó alegremente el hombre—. ¡Oye! ¡Oye! ¡Oye!

… Obstinado.

Estaba tratando de ignorarlo. El hombre tenía que saber eso.

—¡Ey, ey, ey! ¡Eyeyeyeyeyyyy! ¿Ey…?

El tono de su voz se debilitó, como se esperaba. Ya era hora de que se rindiera.

—¡Oh! ¿Creías que me iba a rendir? ¡Bueno, no! Yo no, soy diferente. Eso es lo que me separa de tu Joe promedio, ¿sabes? ¡Es una broma!

Suspiré. O más bien, el suspiro salió solo. ¿Qué pasaba con este tipo? Era frívolo e irritante en un nivel que excedía mi imaginación más salvaje.

Últimamente, cuando había estado bebiendo en el bar así, muy pocos soldados voluntarios me habían llamado sin causa. Sin embargo, si tenían negocios conmigo, ese era otro asunto.

Por ejemplo, si el sacerdote de su grupo se enfermó repentinamente. O si su sacerdote murió. O si su sacerdote se cansó de ellos y se fue. O, en el mejor de los casos, si todavía tenían un sacerdote, pero planeaban ir a un lugar un poco peligroso, por lo que querían uno más por seguridad. Estar ahí en caso de emergencia, para llenar una vacante o como una segunda sanadora. Esos eran mis roles, y había una gran cantidad de demanda por los sacerdotes. Pero no mucha oferta.

Eso se debía a que, normalmente, dado que eran una necesidad para cualquier grupo, había muchas personas dispuestas a tomar un sacerdote. Incluso si fueran un poco incompetentes, no se verían excluidos.

Cuando un sacerdote trabajaba por cuenta propia, un grupo o clan intentaría reclutarlo en poco tiempo. Sin embargo, incluso sin esa invitación, un sacerdote podría plantear la idea por sí mismo y entraría en un grupo con pocos problemas.

Había rechazado todas las ofertas para unirme a un clan. Por eso, si los soldados voluntarios iban a acercarse a mí por algo, era para hacerme llenar una vacante, o para actuar como una segunda sanadora. La mitad de la razón por la que estaba aquí bebiendo en Sherry era por negocios. Básicamente, estaba buscando trabajo.

Podía ganar lo suficiente para mantenerme alimentada de esta manera, así que no tenía quejas. También tenía una meta, y estaba trabajando para lograrla, pero no tenía idea de cuándo podría lograrla. No tenía planes para cambiar mi estilo de vida. No veía ninguna necesidad de hacerlo.

No quería que nadie se interpusiera en mi camino.

Y mucho menos este playboy.

Sin mirar al playboy y tener cuidado de no poner ninguna emoción en la palabra—: Desaparece —le dije—. No estoy de humor para hablar con alguien como tú.

—¡¿Qué?!

El playboy, por alguna razón, giró tres veces en el acto. Fue un giro brusco.

—¿No quieres hablar conmigo-buina?

—… ¿Buina?

Oh. No pude evitar mostrar interés. El playboy no perdió su oportunidad de seguir presionando.

—¡Bueno! ¡Lo entiendo, lo entiendo, lo entiendo! ¡Lo entiendo! ¡Lo veo, justo a través de ti! ¡Yay, yay! ¡Yahhh!

—¿Q-Qué entiendes?

—¡Bien! ¡Haré esto breve! ¡Lo que entiendo es que no lo entiendo!

El playboy, por alguna razón, dijo eso con una mirada serena. Fui sorprendida. Nunca antes me había encontrado con un hombre que pudiera poner tanto esfuerzo en una conversación tan vacía e inútil.

—… Si entiendes que no lo entiendes, vete ya. Pero si quieres hablar de negocios, eso cambia las cosas.

—¿Negocios? ¿Qué es negocios? ¿Cios-nego? ¡¿Vamos a hablar de Cios-nego aquí?!

—¿C-Ciosnego…?

—No, pero, ahora en serio, es como, totalmente extraño, ¿sabes? —El playboy se sentó en el asiento junto a mí—. Suceden muchas cosas en la vida. Un material de asazasaz, ¿sí?

—… ¿Asaz?

—¡Sí! ¡Eso! Este lugar no es un par de dados, ¿eh? ¿Me entiendes? ¿Eh? ¿Cómo era tu nombre?

—Mary…

—¡Sí, eso era! ¡Mary, Mary, todo lo contrario! ¡Qué buen nombre!

—… Aunque creo que no te lo dije antes.

—¡¿No lo habías hecho?! De ninguna manera, ¿en serio? Sí, la verdad es que sabía que aún no lo había escuchado. Perduuna. Dije eso, como, sabiendo que no lo sabía. Esa es mi técnica. ¿Entiendes?

—Yo… no sé qué se supone que debo entender.

—¡Seamos alegres! Este lugar no es un paraíso, pero el interior de mi cabeza sí lo es. ¡Waradeganf! ¿Verdad?

—… Perdón por no ser alegre.

—¡No lo seas! ¡No has hecho naaaada malo! ¡De hecho, está bien! ¡Se vuelve dulce, más dulce, más dulce, ¿verdad?! Oye, oye, oye, Mary-san, ¿serías mi adorable costilla?

—¿Costilla…?

—¡Uy, me equivoqué! ¡No mi costilla, mi novia! ¡Mi amante! ¡Eso o mi esposa!

—¿Cómo pudiste confundir esas palabras…?

—¡Sí, ese es el máximo secreto!

—Paso.

—¡Gowuh! ¡Bueno, entonces comencemos como amigos!

—No necesito amigos.

—¡Waaa! ¡Waa, waa, waa, waa, waaaa! ¡No digas algo tan triste! ¡No, no! ¡Seamos amigos! ¡Seré solo tu amigo de por vida! ¡Yo, como, quiero muchísimo ser tu amigo! ¡Tengo que serlo!

Me suplicó que fuera su amigo, parecía que podría ponerse a cuatro patas y suplicar, pero no dejé que eso moviera mi corazón ni un milímetro. Pero, aunque este hombre era increíblemente tonto, podría ser sorprendentemente serio sobre esto.

—No puedo ser tu amiga. Sinceramente, no necesito amigos. Solo compañeros de trabajo —le dije.

—¡Está bien!

Eso fue rápido, pensé, pero si le diera una reacción, sentiría que había perdido. Espera, ¿era una cuestión de victoria o derrota aquí? Realmente no lo sabía. Pero, espera, él no se iba. Se empinó su taza, tragó el resto de la bebida parecida a una cerveza y le dijo—: ¡Traéme otra azebrec fría! —Estaba pidiendo otra bebida. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba planeando quedarse aquí…?

—Mary-san. Te entiendo ¡Renunciaré a lo de los amigos! ¡Porque, como, soy un hombre! ¡No somos amigos! ¡No somos novio y novia! ¡No somos marido y mujer! ¿Qué tal, como, padre e hija…?

—No es probable.

—Lo supuse. Sería un poco incómodo. Bueno, ¿entonces qué hay de ser hermanos…?

—Tampoco.

—Eso pensé. Bien, ¿qué tal esto? ¿Podríamos ser vecinos?

—… ¿Vecinos?

—¡Ama a tu caballo! ¿Era así como dice el dicho? ¿Eh? ¿Es caballo? ¡No, no caballo, vecino! ¡Veeeecinoooo…! Disculpa, disculpa. Lo siento mucho. Hombre, me siento, como, realmente fuerte esta noche. ¡Agudo número mágico quince! ¿Por qué quince? ¡Ni siquiera yo lo sé! ¡Bokeracho! ¡Hurra! De todos modos, mi azebrec está aquí. Mary-san, Mary-san, Mary, ¿puedo dejar el honorífico? ¡¿Puedo?! Está bien ya que somos vecinos, ¿verdad? ¡Wahey! ¡Rompe los límites! ¿Podemos abrir la puerta a un mundo nuevo? ¡Abre la pueeeerta! ¡Oh, sí!

Estaba empezando a tener dolor de cabeza por alguna razón… ¿Cómo podía unir tantas palabras sin sentido? ¿Qué estaba pasando dentro de la cabeza de este hombre?

—¡Wah! —El hombre de repente se encogió. Se puso muy pálido y todo su cuerpo se estremeció.

—… ¿Q-Qué? ¿Pasa algo?

—Me acabo de dar cuenta de algo, totalmente devastador, yo*…

—¿Yo…?

[NT: Así está escrito, por eso Mary pregunta]

El hombre asintió y luego, dejando la taza sobre el mostrador, se cubrió el rostro con ambas manos.

—… Hombre, estoy loco. Como, en serio. ¿Cómo pude olvidar algo tan importante…?

—¿Así? ¿Qué es?

—Mi nombre.

El hombre sacó la lengua por el rabillo de la boca, cerró un ojo y adoptó una pose extraña.

—¡Mi nombre es Kikkawa! ¡Uf! Olvidé por completo presentarme. ¡Eso estuvo cerca! ¡Casi te dejo con un recuerdo misterioso sin nombre! Eso sería cruel, ¿no? Se sentiría mal, ¿verdad? ¿Verdad, verdad? ¡Wahey! ¡Entonces, soy Kikkawa! Mary, déjame decir, encantado de conocerte yoo-hoo.

—Encan…

Cierro la boca. Eso estuvo cerca. Casi había dicho: «Encantada de conocerte». Yo… realmente no quería decir eso.

Kikkawa no era una cara familiar. Podría ser un novato.

Es peligroso, pensé, pero no de la forma habitual.

Contuve el aliento y tomé un sorbo de licor destilado. El poderoso alcohol quemó mi garganta mientras se deslizaba hacia mi estómago. Cuando el calor disminuyó, yo también me había enfriado.

—Kikkawa. Sé tu nombre ahora.

—¡Yahoo! ¡Me siento honrado! ¡Yippee!

—… Ahora que lo sé, hemos terminado aquí. Vete.

—Guau. ¿Por qué? ¿Para qué?

—Te lo dije, no tengo intención de hablar de otra cosa que no sea trabajo. Es una molestia.

—¿Nada se conversaciones?

—Sí.

—¿Nada de charlas?

—Correcto.

—¿Nada de hablar de amor…?

—Absolutamente no.

—Oof…

Kikkawa tenía una expresión extraña en su rostro y se dejó caer sobre el mostrador. ¿Por qué no se iba a pesar de haberlo rechazado descaradamente?

Era una prueba de nuestras voluntades ahora. Me quedaría callada para siempre. Sin importar qué, no respondería. No me iba a mover de este lugar.

… Pero Kikkawa también era terco. Era impresionante cómo no hacía ningún sonido. La mayoría de los clientes se habían ido en este punto. La Taberna Serry, que estaba abierta hasta la mañana todos los días, estaba a punto de cerrar.

Habiendo quedado sin paciencia, miré a mi lado y Kikkawa estaba durmiendo. Estaba muerto para el mundo, con una sonrisa en su rostro.

—… ¿Qué le pasa a este tipo?