Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 14++: Si Pudiera Verte Otra Vez

Apéndice 2: Aullando Bajo la Luna, Soy un Lobo

Parte 5

Corazón roto.

El Bachrose-go regresó al puerto en Roronea sin problemas. Para ese entonces, Momohina había dejado de huir y esconderse de Kisaragi, y en su lugar lo seguía hasta el punto en que dijo—: Estás siendo demasiado pegajosa, aléjate de mí. —Aunque a pesar de eso, Kisaragi no la alejó, por lo que Momohina nunca lo dejó solo tanto como le hubiera gustado. Llegó al punto en que también iba a dormir envuelta fuertemente alrededor de él por la noche.

Momo-san seguro ama a Gicchon, ¿eh?

A Yume también le agradaba Kisaragi. Si lo hubiera conocido antes de conocer a Haruhiro y los demás, probablemente habría ido con él. Pero cuanto más crecía su afecto por Kisaragi, más se daba cuenta de lo importante que eran sus amigos para ella.

Yume trató de calmarse y pensarlo. Con todo lo que había sucedido, no había garantía de que pudiera reunirse con Haruhiro y los demás. Tal vez podría, o tal vez no, pero Yume ya no tenía miedo.

Cuando pensaba en no volver a ver a sus camaradas, sentía que algo le destrozaba el corazón, le retorcía el cuello y le hacía trizas el cuerpo.

Era realmente doloroso, pero no tenía intención de apartar los ojos de ello y pasar sus días pensando distraídamente en cómo le gustaría ver a todos de nuevo. Ella solo se aferraba a la esperanza de poder hacerlo. Se prepararía para el peor resultado, pero nunca se rendiría, establecería una meta y trabajaría para alcanzarla. No podía darse el lujo de tener miedo.

Los principales líderes de la Compañía Pirata K&K, con excepción del no muerto jefe de sección, Jimmy, estaban todos fuera. Habían estado ocupados tomando barcos aquí y allá, en parte para buscar a Momohina.

Los oficiales de K&K eran el director general Giancarlo, MCS (un título que aparentemente significaba Mujer Compañera Sanadora) Ichika, EPD (Elfa con Pechos Decepcionantes. ¿Ese era un título de trabajo?). Mirilieu y EMN (Enano Mujer Noctámbula. Difícil de ver este como un título de trabajo apropiado). Heinemarie.

El incorregible sahuagin Ginzy seguía siendo el capitán del Neo Mantis-go también. Él, por supuesto, no sabía que Momohina estaba bien. Iba a estar muy feliz cuando se enterara.

Una vez que cargaron los suministros, rodeados por los vítores de los piratas y los residentes de Roronea, el Bachrose-go zarpó apresuradamente del puerto. Kisaragi no le dijo a Yume: «Tienes que tener prisa, ¿verdad?», pero eso tenía que ser de lo que se trataba.

Ella estaba llegando muy tarde. Apresurarse ahora no iba a ayudar, pero todavía quería llegar a Grimgar tan pronto como pudiera. Si pudiera, se habría transformado en un pájaro y habría volado hasta Altana.

El Bachrose-go no se dirigía a la Ciudad Libre de Vele, y obviamente tampoco a Igor, sino a un puerto completamente diferente.

Ese puerto tenía un nombre difícil, Nugwidu, y estaba situado al sur de Vele. Había un grupo inusual de personas llamadas Zwiba que vivían en el área alrededor de Nugwidu desde hacía mucho tiempo, y se decía que habían formado un pequeño país.

Los zwiba tenían su propio idioma, costumbres y cultura, y no interactuaban con las otras razas de ninguna manera. Si los Zwiba veían a alguien que no era un Zwiba, lo atacaban, lo capturaban y luego, de todas las cosas, se le comían.

Yume sabía que eran raros y súper peligrosos desde hace tiempo, y quería evitarlos.

Pero ¿por qué Kisaragi conocía a los Zwiba? Dijo que era porque en realidad había sido capturado y luego casi comido por ellos antes.

—Digo, sabes cómo está mi brazo, ¿verdad? Me miraron y dijeron: «Eso es raro. ¿De verdad está bien comer a este tipo?». Entonces, mientras estaban ocupados confundidos, sucedieron cosas y terminamos haciéndonos amigos.

¿Qué tenía que pasar para que alguien se hiciera amigo de las personas que habían intentado comérselo? Yume no podía imaginarlo. Sea lo que fuere, el Bachrose-go se dirigía a puerto en Nugwidu.

Los Zwiba eran extremadamente xenófobos, por lo que carecían de la tecnología para construir grandes barcos o puertos. Según Kisaragi, cualquier barco Zwiba que no sea un barco de pesca que salía de Nugwidu nunca regresaba. Podría ser que los Zwiba vinieran del otro lado del mar y trataran de regresar a su tierra natal.

Según Kisaragi, en lugar de ir a Vele, sería más rápido regresar a Altana a través de Nugwidu. Podían dirigirse hacia el oeste desde Nugwidu, hacia las Llanuras Ventosas, y luego, si seguían dirigiéndose hacia las montañas Tenryu en el sur, no habría preocupación de perderse.

En lo que respecta a Yume, Kisaragi estaba garantizando que ese era el caso, y no tenía ninguna razón para dudar de él. Ella no se sentía preocupada en absoluto. Tenía muchas ganas de conocer a estas personas Zwiba.

Momohina se quedó en el Bachrose-go. Iba a trabajar con Yume hasta que llegaran a Nugwidu, y le dieron los últimos toques a su entrenamiento.

Corrieron y saltaron sobre el barco que se balanceaba, practicando. Después de un primer día satisfactorio del viaje, en la mañana del segundo día, Yume se despertó en una hamaca en la cabina.

Tal vez porque había pasado tanto tiempo viviendo casi desnuda en la isla, se sentía como una molestia usar ropa. Sin importar lo que llevara puesto, se lo quitaba mientras dormía.

Se despertó desnuda de nuevo hoy. Sería algo malo si se quedara así, así que se puso una blusa corta que era suficiente para ocultar su pecho y unos pantalones súper cortos, luego se echó un poco de agua en el rostro y se enjuagó un poco la boca.

Cuando subió a cubierta, acababa de salir el sol, pero no había nada que lo bloqueara en el mar, por lo que ya estaba brillante. A Yume le gustaba el mar un poco antes que esto, con el sol a punto de salir. El mar al ponerse el sol también era agradable, pero a veces la hacía sentir sola.

Debería haberse despertado antes. Mientras caminaba por la cubierta, sintiéndose un poco decepcionada, encontró a un hombre cerca de la proa, desnudo de la cintura para arriba, haciendo lo que parecían ejercicios.

¿Quién era? Estaba mirando hacia otro lado, por lo que no podía ver su rostro. Ella conocía a toda la tripulación del Bachrose-go. No. Este hombre no era parte de la tripulación.

Era realmente fornido. Los músculos de su espalda parecían la cara de un monstruo aterrador. Pero, aunque era alto, no era demasiado grande. No había desperdicio. Había entrenado hasta el extremo, y su cuerpo era como una cuchilla bien afilada.

En algún momento, Yume se encontró mirando.

El hombre hacía cosas como girar lentamente los brazos, estirar las articulaciones, inclinarse y pararse sobre una pierna. No estaba haciendo nada tan especial, pero ella no podía apartar sus ojos por un segundo.

El hombre era fuerte.

Increíblemente, increíblemente fuerte.

Su corazón se aceleró, y hubo un zumbido en todo su cuerpo. ¿Necesitaba orinar? No, era diferente de eso. ¿Qué era este sentimiento, como si algo la estuviera oprimiendo por dentro?

El hombre se dio la vuelta.

En ese momento, se dio cuenta de que su cabello corto era plateado.

—Oh, eres tú.

—Fwuh.

Yume iba a llamar su nombre, pero, por alguna razón, no salió.

Ella lo conocía. Había venido a Grimgar el mismo día que ella. No eran amigos, pero eran camaradas, al menos en el sentido más amplio de la palabra.

No se habían encontrado en mucho tiempo. Sin embargo, eso no era solo para él. Había estado sola con Momohina por mucho tiempo. No había visto a nadie en mucho tiempo.

—… ¿Estabas a bordo? ¿En este barco…? ¿Ehhhh? ¿Por qué?

—Estuve en el continente rojo por un tiempo. Tengo tratos con K&K. Estaba en el Archipiélago Esmeralda, esperando un barco a Grimgar.

—Ohhh… está bien. Así que subiste en este barco, ¿eh? Um… Yume, ella no tenía idea. No hasta ahora.

—Aunque yo sí lo sabía. No pude evitar escuchar que Kisaragi encontró a las dos mujeres que desaparecieron después de que su barco se metió en problemas.

—Oh. Si estuviste en Roronea, habrías escuchado, ¿sí? Si sabías… ¿por qué no dijiste algo?

—Te vi ayer, pero tú y Momohina estaban saltando y rebotando.

—Ohhh, entrenando. Estábamos haciendo eso, ¿eh? Bueno… Um, eh, ah…

¿Por qué se ponía tan tensa cuando intentaba decir su nombre?

Había algo mal con Yume. ¿Cuál era su problema? Ella lo pensó, pero quedó en blanco. Sea lo que fuere, era inconveniente no poder pronunciar el nombre de una persona que conocía cuando estaban frente a ella. Tuvo que obligarse a decirlo.

—¡Renji!

Cuando lo gritó en voz alta, Renji parpadeó.

—… ¿Qué?

—Hmmm, eh… ¿Yume se preguntaba si sabías algo acerca de dónde están Haru-kun y los demás? Yume, ella estaba lejos entrenando, y luego pasó eso, con el barco y la tormenta… No los ha visto en mucho, mucho tiempo.

—He estado en el Continente Rojo durante aproximadamente un año, y no había regresado a Altana durante casi un año antes de eso.

—¿Ah, sí? Entonces no hay forma de que lo sepas, ¿eh?

—Escuché que Haruhiro montó un dragón en el Archipiélago Esmeralda. Supongo que te separaste de ellos después de eso, ¿eh?

—Sí… Eso fue hace mucho… mucho tiempo, ¿eh…?

—Bueno, es el Jinete de Dragón.

Cuando Renji de repente sonrió, la tensión en el corazón de Yume se desvaneció.

Había pensado que Renji nunca sonreía, y que era una persona más difícil de tratar que esto. O tal vez era el flujo del tiempo lo que había cambiado a Renji.

—No morderá el polvo tan fácilmente. Después de todo, incluso tú lograste sobrevivir.

—… Mm-hm. Sí. Cuando tú lo dices, suena condensante.

—¿Quieres decir convincente?

—Eso es. Sí. Convincente.

De repente, Yume tuvo un pensamiento. Renji había cambiado. Yume sentía que ella  también era diferente de antes de naufragar en la isla. Probablemente no había nada que no haya cambiado. Entonces la gente también cambiaba.

Haruhiro y los demás probablemente también eran totalmente diferentes de antes.

—Pensaba que era bueno juzgando a las personas.

Los ojos de Renji estaban enfocados en algún lugar en la distancia.

—Estaba equivocado. Pensé que ustedes eran basura. No era cuestión de si podría usarlos o no. Estarían muertos en poco tiempo. Estaba ese tipo Manato, ¿verdad? Hombre, sacó el palito corto. Se murió rápido. Moguzo. Si hubiera sobrevivido, se habría vuelto más fuerte. Cualquiera que se involucrara con ustedes moriría. Hasta el último. Todos morirían. Era instinto. Nunca lo dudé. Ni un poco.

Las palabras que goteaban de la boca de Renji como grandes gotas de lluvia eran como contenedores transparentes y vacíos.

Se hacían añicos cuando golpeaban el suelo. Pero no eran contenedores, solo su voz, solo palabras, así que no quedaba nada ahí.

—Cada uno de ustedes iba a morir. No era que los estuviera subestimando. Así es como pensé que era. Como cuando viertes agua sobre el fuego, se apaga. Nunca he sido indeciso. Es ridículo. Si tienes tiempo para detenerse y pensar, debes caminar hacia adelante. Estarás mucho más adelante así. ¿Qué es lo que hay para tener indecisión? Es tonto.

—Renji.

—Sí.

—¿Pasó algo…?

—Nada.

Renji bajó los ojos y presionó una mano contra su cabeza, como si se estuviera rascando el cabello plateado. Había una sonrisa en sus labios. Era como si todo lo que podía hacer fuera reírse de eso.

—No pasó nada. Soy yo. Ni mas ni menos. Nada más. Espero que puedas encontrar a tu grupo.

—… Sí. Gracias.

Renji levantó un poco la mano cuando se fue. Eso fue todo lo que vio de él durante el día, pero permaneció en su mente todo el tiempo.

Al día siguiente, Yume caminó alrededor del barco, buscando a Renji. El Bachrose-go era un barco realmente grande. Aun así, no era tan ancho como un castillo, ni tan complejo como un laberinto. En las escaleras dentro del barco, no encontró a Renji, pero sí encontró a otro hombre con un corte buzz que reconocía.

—¡Hohhhh! Um, ehh, ¿cómo te llamabas…?

—Ron.

Ron, el hombre del corte buzz, miró el rostro de Yume, metió la barbilla y bajó los ojos. Luego dejó escapar un suspiro.

—Estoy sorprendido de que puedas caminar con ese… desvergonzado atuendo cuando estás en un barco con un montón de hombres hambrientos de una mujer.

—¿Eh? ¿Atuendo? ¿Desgonzado?

—No, no es desgonzado. Desvergonzado. Es desvergonzado. Quiero decir, ¿sabes? Es, eh… erótico, ¿supongo…?

—Erótico, ¿eh? Hmm. ¿Sexy?

—… Sí, más o menos. No, eso es exactamente.

—Mwohhh. Nunca nadie ha llamado sexy a Yume.

—Bueno, creo que los gustos son parte de eso. Simplemente encuentro sexys a las chicas como tú.

—Ronron es del tipo que encuentra a Yume sexy, ¿eh?

—Sí, es cierto, pero no digas eso. Es vergonzoso. No, sé que lo dije primero. ¡Mierda! ¡Ahora parece que estoy confesando mis sentimientos por ti!

—¿Ronron se está confiando a Yume?

—Confiando no. ¿Qué confiaría? ¡Es confesando! ¡Y no, no lo estoy! ¡Como si lo haría! ¿Y quién dijo que podrías llamarme Ronron? Eso es, eh, ya sabes, para las personas que son más cercanas… ¿Como un chico y una chica que están saliendo? Es una forma de conuminar sus sentimientos…

—Escucha, Yume ya ha sido corregida en este caso, pero no es conumicación, es, eh, ¿comundicar…?

—¿Eh? ¿Comundiar…?

—¿Comunliar? ¿Era eso?

—Lo que sea que estés tratando de decir, está mal.

—Yume también estaba pensando en eso.

—… Hablar contigo es agotador. ¿Qué tipo de reino mágico existe a tu alrededor? Es como si estuvieras en una dimensión diferente, pero hay una parte de mí a la que le gusta…

—¿Ah, sí? Yume se está divirtiendo hablando contigo, así que a ella también le gusta, ¿eh?

—Oi, oi, oi. ¿Es esta una confesión inversa? ¿En serio? Digo, ahora estoy libre. No, quiero decir, básicamente siempre estoy libre. No es que no sea popular ni nada, obviamente. Siempre estoy en movimiento. No he podido tener nada que dure…

—¡Oh!

—¡¿Q-Qué?! ¡¿Ya quieres salir?!

—Mmm, mira, Yume, ella estaba haciendo algo. Ella lo acaba de recordar. Ayer por la mañana, estaba hablando con Renji.

—¡Oh, al final todo se trata de Renji, ¿eh?! ¡Siempre es así! ¡Con mujeres y hombres! ¡Renji, Renji, Renji, Renji, Renji! ¡Mierdaaaaa!

Ron de repente golpeó su cabeza contra la pared. Se estaba golpeando tan fuerte que Yume estaba estupefacta. Le tomó un tiempo, pero cuando se le ocurrió que debía detenerlo, Ron ya había dejado de repetir los golpes de cabeza.

—… ¿Sabes qué? Lo entiendo. Quiero decir, también me gusta Renji, a mi manera, ¿de acuerdo? Es un gusto de hombre. Entonces, entiendo el sentimiento, sí. Lo sé tan bien que duele…

Ron presionó su frente contra la pared, juntando sus manos en puños. ¿Qué lo había frustrado tanto? Estaba apretando los dientes con tanta fuerza que podías oírlo.

Yume agarró a Ron por el hombro y la mandíbula. —¡Va-mos! —Ella lo atrajo más cerca y lo hizo mirarla. Por lo que podía ver, la frente de Ron se había puesto roja, pero no estaba sangrando.

—Bueno. Parece que estás bien.

—.. ¡P-Para!

Ron apartó las manos de Yume y apartó la vista de ella.

—V-Voy a caer por ti…

—¿Hm? ¿Caer dónde?

—En mi corazón.

—Nngh. ¿Eso es realmente posible? ¿Caer así? Como, woosh, plop.

—… Estoy cayendo en este momento. Cayendo fuerte, ¿de acuerdo? ¿Qué pasará si no puedo olvidarte más…?

—Yume sería más feliz si la recordaras.

—De eso estoy hablando, de la forma en que eres así…

Yume no estaba muy segura de qué estaba hablando Ron. Cuando ladeó cabeza, Ron se aclaró la garganta, como si tratara de suavizar las cosas y volver a la normalidad.

—Escucha… sobre Renji.

—Sí. ¿Dónde crees que está?

—¿Podrías dejarlo solo por ahora?

El tono de Ron cambió por completo, volviéndose sombrío.

Yume miró la cara de Ron. Ella pensó que podría estar llorando. No lo estaba. Pero era una mirada extraña en su rostro. Sus ojos estaban vacíos, pero estuviera temblando aquí y allá. Como si estuviera en mitad de una sonrisa. Se formaron arrugas en su frente, y también parecía enojado.

—Estoy seguro de que no has escuchado. Él no te lo diría. Ese es el tipo de persona que es Renji.

—¿Decirme…? ¿Sobre qué?

—¿Te acuerdas de Sassa?

—La chica, ¿verdad? La de tu grupo.

—¿No recordabas mi nombre, pero si recuerdas a Sassa…? Bueno, lo que sea. Ya ves, Sassa, ella…

—¿Ella qué?

Antes de que Ron pudiera decir las palabras, Yume tuvo una idea de lo que había sucedido.

Era exactamente lo que ella esperaba.