Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 3

Capitulo 3: La Heroína Lloró

Parte 3

Finalmente, las dos chicas llegaron a la habitación de la madre mecánica en las profundidades de las ruinas. Si lo destruían, todos los monstruos que supervisaba dejarían de funcionar.

Vender sus sobras generaría más de cien mil payril, por lo que enfrentarse a una antigua ruina elfa era una especie de plan para hacerse rico rápidamente.

Sin embargo, me pregunto si algún aventurero todavía estaría tan emocionado después de ver esto, pensó Tisse después de retroceder inconscientemente medio paso al verlo frente a ella.

La madre mecánica era una masa de engranajes que controlaba a todas las demás criaturas mecánicas de la antigua estructura elfa. Y de pie frente a él, como para protegerlo, había un ensamblaje brillante de metal: un dragón mecánico.

A diferencia de los otros monstruos mecánicos que chillaban desagradablemente cuando se movían, el cuerpo del dragón era elaborado, casi ingenioso, en su construcción.

Sus partes apenas hacían ruido mientras se movía. Dentro de su cuerpo fluía alquitrán ardiente, y la chispa que parpadeaba en los recovecos de sus fauces abiertas evocaba la imagen de una lengua roja.

La creación fue legendaria, un arma definitiva. Las historias hablaban de un dispositivo como este que el anterior señor demonio había restaurado. Supuestamente, era tan poderoso que había matado a algunos de los últimos camaradas del Héroe y había obligado a ese Héroe a retirarse derrotado una vez.

Un sudor frío se formó en la frente de Tisse. Hasta ahora, nunca había creído que existieran los dragones mecánicos.

“¡Señorita Ruti!”

Tisse iba a sugerir que se retiraran por el momento y pedirían ayuda a Gideon y Rit. Era demasiado poderoso para que las dos se enfrentaran solas.

“Está bien.”

Sin embargo, Ruti parecía completamente indiferente. Su espada, el Santo Asesino de Demonios, colgaba a su lado con indiferencia. Ruti ni siquiera adoptó una postura preparada mientras se enfrentaba al enorme oponente artificial creado por los antiguos elfos.

***

Había una mansión en el centro de Zoltan.

Una vez había sido la morada de un invocador, pero finalmente se unieron al Gremio de Magos de otra ciudad y dejaron atrás a Zoltan. La estructura era uno de los pocos edificios en Zoltan que tenía un sótano equipado con defensas mágicas.

La mansión emitía una vibra espeluznante, disuadiendo a la mayoría de interesarse por ella. Esto dejó el lugar más barato para alquilar que sus casas vecinas. Fue una demostración perfecta de cómo Zoltan estaba atrasado en lo que respecta a la magia.

“Sin embargo, se adapta perfectamente a mis necesidades”.

Bui, el joven espadachín de piel oscura, dejó el informe que había terminado de leer en el escritorio en el que estaba sentado.

Los documentos contenían información sobre las ruinas de los elfos del bosque que existían alrededor de Zoltan.

Casi todos habían desaparecido cuando los árboles los invadieron, pero Bui había contratado investigadores y los pocos investigadores disponibles en Zoltan para investigar lo que quedaba.

A Bui se le había encomendado la tarea de encontrar un objeto en particular que los elfos del bosque habían ocultado.

A diferencia de otros sitios de elfos de los bosques, que habían crecido en los bosques circundantes, esta estructura se habría mantenido sin cambios porque necesitaba vigilar el precioso objeto que buscaba Bui.

Su investigación había involucrado la eliminación de lugares potenciales y delimitando la ubicación del objeto, y por fin, finalmente se estaba acercando al final de su búsqueda.

“No quedan estructuras de los elfos del bosque por aquí”.

Bui tamborileó con los dedos sobre el escritorio con un suspiro. Su misión se había vuelto problemática.

Proteger algo significaba mantener alejados a los intrusos, y eso significaba una estructura rodeada de paredes. Los malditos elfos del bosque deben haberlo sellado en algo que no sea uno de sus edificios.

“¿Recurrieron a su truco habitual y lo escondieron en una fortaleza natural? Si es así, ¿tal vez en el fondo del océano austral o en el Muro del Fin del Mundo?”

Si bien era innegable que cualquiera de los lugares sería difícil de penetrar tanto para humanos como para demonios, había criaturas acuáticas en el fondo del océano, y dragones, gugs y otros seres podrían sobrevivir al Muro en el Fin del Mundo.

Bui estaba buscando algo que los elfos del bosque querrían tener la certeza de que nadie jamás alcanzaría. Por lo tanto, era impensable que lo mantuvieran en un lugar donde cualquier cosa tuviera una probabilidad razonable de pasar.

En cuyo caso, si era un lugar en Zoltan en el que nadie podría entrar, solo quedaba un lugar.

“Las antiguas ruinas de los elfos”.

El sitio era una colección de edificios medio derruidos protegidos por guerreros sin bendiciones que continuaron moviéndose incluso después de miles de años.

Por lo general, los elfos del bosque evitaban los restos de sus hermanos ahora extintos. Sin embargo, el hecho de que hubieran establecido un asentamiento en la misma montaña que los antiguos elfos de Zoltan era prácticamente una confirmación.

Bui se puso de pie, volvió a comprobar para asegurarse de que no había nadie en las escaleras del primer piso, cerró la puerta del sótano con llave y luego accionó un interruptor escondido en la estantería cercana.

Un segmento de la pared se deslizó silenciosamente, revelando un conjunto de escaleras que conducían al subterráneo. Al descender, Bui llegó a una pequeña habitación con paredes de piedra.

Era una cámara oculta con poderosas defensas mágicas que probablemente había sido el laboratorio secreto del propietario anterior. Bui abrió el estante al fondo de la habitación que estaba cerrado con una llave mágica. Dentro había una única gema gris brillante y grande.

Su brillo antinatural inspiró malestar en quienes lo vieron, pero Bui no prestó atención cuando tocó la piedra y se bañó en el resplandor ceniciento.

La gema era un raro objeto mágico llamado incubus heartstone. Al sincronizar un ónix gris con él y luego enterrar ese ónix en el suelo, desencadenaría una maldición que privó a los que estaban cerca de su energía espiritual. Era un elemento que convertía la fuerza robada que almacenaba en poder mágico al que podía acceder el propietario de la piedra.

Era un elemento de las bóvedas del tesoro del señor de los demonios anterior y era la herramienta perfecta para los demonios Asura. Sin una bendición, la magia era difícil de usar de manera eficiente por sí mismos.

“¿Mmm? ¿Es esto todo lo que ha almacenado?”

La luz pálida se atenuó poco después de que Bui la tocara, y se transformó en una piedra gastada y opaca. Bui se concentró, comprobando si la caída repentina en su cosecha de energía espiritual era de alguna manera su culpa, pero ese no parecía ser el caso.

“¿Alguien ya notó la maldición e implementó contramedidas?” Bui gimió para sí mismo. Incluso el hada no debería haber podido bloquear el maleficio. Aun así, quisiera creerlo o no, el poder mágico proporcionado por la piedra del corazón del íncubo estaba lejos de ser suficiente para lo que necesitaba.

“Este no es ni de lejos suficiente poder mágico para investigar las antiguas ruinas de los elfos por mi cuenta”.

Necesitaría un cómplice.

Desafortunadamente, estaba muy lejos de las líneas del frente del ejército del señor demonio. No pudo llamar en apoyo, y no había aventureros en Zoltan que pudieran ser útiles.

“¿Qué debo hacer al respecto?”

Bui se tocó la sien con el dedo mientras se sumergía profundamente en sus pensamientos.

No sabía por completo que, en el mismo momento exacto, Ruti y Tisse ya estaban limpiando las ruinas.

***

Habían pasado dos semanas desde que Ruti llegó a mi tienda.

Los siguientes tres días, Ruti había estado fuera, pero después de eso, había aparecido con regularidad. Ella y Tisse se registraron como aventureras, y aunque no habían sido increíblemente proactivos al respecto, de vez en cuando estaban realizando misiones para eliminar a los goblins cerca de la ciudad.

Las dos chicas eran poderosas. Despejar a los goblins estaba por debajo de ellas, por decir lo menos. Parecía probable que la razón por la que tomaran las misiones fuera para evitar los impulsos de sus bendiciones.

Exterminar a los goblins, criaturas humanoides, que atacaban pueblos era la manera perfecta de lidiar tanto con los impulsos de la bendición del héroe de salvar a la gente como con el deseo de la bendición del Asesino de matar gente.

Es más, dado que todo lo que estaban haciendo era luchar contra oponentes débiles, Ruti y Tisse estaban tomando las misiones sin preocuparse por la cantidad de enemigos.

Había comenzado a correr la voz por la ciudad sobre nuevos aventureros confiables cuando la gente los veía dirigirse a los escondites de los goblins como si fueran a dar un paseo alegre y regresaran después de haberlos destruido.

Y… “Bienvenidos.”

“¡¿Eep?!”

Por alguna razón, la pareja había venido a ayudar en mi tienda hoy.

Había intentado que Ruti se parara en el mostrador, pero tal vez debido a su aura inherente y poderosa, los clientes gritaron reflexivamente cuando los saludó.

La reacción hirió a Ruti, pero también me enseñó algo nuevo.

“¿Quizás si pudieras sonreír un poco más, ellos no reaccionarían así?” Propuso Tisse.

“¿En serio?”

Había asumido que yo era el único capaz de notar que Ruti estaba triste por la reacción asustada del patrón, pero Tisse también lo había reconocido. Incluso le había dado algunos consejos a mi hermana pequeña.

“Sí, si logras sonreír un poco más grande, estoy seguro de que estará bien. ¿Te importa si te dejo el mostrador un poco más?” Yo pregunté.

“Está bien.” Ruti apretó un poco el puño. Estaba decidida a seguir intentándolo.

***

Mientras Ruti y Tisse atendían el escaparate, Rit comprobaba el recuento de las diversas medicinas almacenadas y hacía un inventario.

Siempre estábamos atentos a nuestras existencias, pero ahora era una buena oportunidad para ser más meticulosos, ya que teníamos ayuda adicional. Rit y yo habíamos estado hablando recientemente sobre cómo sería una buena idea hacer una revisión exhaustiva de todo  lo que teníamos.

“¿Te va bien aquí?” Entré al almacén con dos tazas de café.

Con papel y lápiz en la mano, Rit estaba haciendo todo lo posible por contar las muchas medicinas que habíamos almacenado.

“¡Argh! ¡Me rindo! ¡Me hiciste perder la noción de dónde estaba!” gritó con perceptible desesperación.

“Mi error, mi error. Te ayudaré después de esto, así que, ¿qué tal si te tomas un pequeño descanso?”

“Sí, me estaba cansando un poco”.

Los dos fuimos a la sala de estar y nos sentamos. Podíamos escuchar a Ruti hablando con los clientes en el frente.

“¿Quieres ir a ver cómo está?” Preguntó Rit.

“No tiene mucho sentido que ella lo haga si yo estoy parado sobre su hombro. Ese tipo de cosas la hará cohibida”.

“La conoces bien.”

“Ella es mi hermana pequeña, después de todo”. Rit y yo tomamos un sorbo de café.

“Mmm, hoy es especialmente fuerte. También mucha azúcar y leche. Pero sigue siendo delicioso”.

Hoy había puesto un poco más de esfuerzo en la preparación. Usé tres filtros de metal fino y vertí el agua caliente sobre granos de café molidos en grano. Las aberturas de los filtros quedarían bloqueadas por los granos, extrayendo el café más lentamente. Esto dejó la bebida muy potente, por lo que también agregué una buena cantidad de leche y azúcar.

“También hay té de hierbas como limpiador del paladar”.

“Porque este es un café para disfrutarlo en el momento, más que para el regusto persistente”.

“Cierto.”

“Gracias, está delicioso”.

Era una forma de hacer café fuerte para disfrutarlo a paso lento. El té de hierbas al lado era para restablecer ocasionalmente el paladar para que pudieras apreciar nuevamente ese sabor fresco del primer sorbo.

Rit y yo nos relajamos y disfrutamos. “Eso fue genial. Gracias.”

“Me alegra que te guste.”

Rit dejó su taza con una expresión satisfecha. Los dos nos miramos en silencio durante unos momentos. Pero en poco tiempo, Rit se puso de pie.

“Está bien, creo que voy a tomar el mostrador por un tiempo”, declaró. “¿Para qué?” Yo pregunté.

“Ya es hora de que también tengan un descanso”.

“En ese caso, iré”.

“No”, se negó Rit con una sonrisa. “Estoy segura de que Ruti quiere poder disfrutar tomando un sorbo de su bebida contigo después de todo”.

Rit salió de la habitación sin darme ninguna oportunidad de pronunciar una palabra. Le di un golpecito a una de las tazas. Hizo un buen sonido.

Aunque había mantenido el costo bajo, los platos que había elegido Rit eran de buena calidad.

“Está bien, creo que debería preparar algunas bebidas para los dos”. Dejando las tazas en una bandeja de madera, me dirigí a la cocina.