Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 3

Capitulo 1: Una Vida Tranquila Y Pacífica

Parte 4

Me aseguré de explicar las advertencias generales de uso, para que no se quemaran ni nada.

“Y estos deben estar calientes por la noche, así que si no te importa, ¿podrías correr la voz sobre ellos en la taberna cuando regreses a casa?”

“Pero no hay forma de que esto no cueste un brazo y una pierna, ¿verdad?” bromeó un artesano semiorco.

Sonriendo, respondí: “Por el bajo precio de un solo cuarto de pago, obtienes uno de estos y cinco monedas de cobre”.

“El precio de dos whiskies, ¿eh? ¡Puedo simplemente descartarlo como el costo de las bebidas que normalmente calentaría!”

“Pero todavía vas a beber, ¿verdad? No te lastimes trabajando mientras estás borracho”.

“Si lo hago, contaré contigo para obtener algunas buenas medicinas”.

“Si te lastimas por una razón tan estúpida, me aseguraré de cobrarte por la nariz por la medicina”.

Todos los artesanos se echaron a reír.

Cuando la gente se calentó, su estado de ánimo se fundió con ellos. Los artesanos parecían estar muy animados cuando volvieron al trabajo.

Los dejé con sus deberes y me fui a visitar a Stormthunder en su tienda de muebles, los diversos repartidores, el Dr. Newman y su enfermera, Eleanora, haciendo visitas a domicilio, el enano Grihardr reparando una olla junto al fuego, la alta elfa Oparara tirando de su carrito de comida, y muchos otros.

Mi última parada fue la casa de Mogrim. Quería darle un calentador como agradecimiento y hablar sobre comprarle polvo de hierro en el futuro. Simplemente parecía divertido, pero su esposa, Mink, que miraba el escaparate, estaba interesada.

Con suerte, todas las personas a las que les di una muestra les estarían contando a sus amigos y vecinos sobre los calentadores Loggervian.

“Eso debería ser perfecto en lo que respecta a los anuncios”.

No fue hasta que terminé de distribuir las bolsas que me di cuenta de que ya se había oscurecido. El trabajo había tardado mucho más de lo que esperaba.

Dado que el invierno era tan corto aquí, había pensado que los calentadores no tendrían una demanda tan alta, pero todos parecían realmente interesados.

Ciertamente no fui ingrato por la respuesta, pero dondequiera que fui, la gente quería saber más sobre ellos y cuándo estarían disponibles para comprar. Algunos incluso intentaron hacer pedidos por adelantado para mañana.

“Ugh, qué frío”.

Una fría brisa nocturna pasó mientras caminaba por un sendero bordeado de árboles. La luna se hacía más brillante gradualmente a medida que el sol se hundía más. Varias estrellas entusiastas ya brillaban.

Mi aliento blanco se fundió en el aire cuando el último rayo de luz del día se desvaneció en el cielo.

“Red.”

Alguien me llamó. Era una voz clara y brillante que era música para mis oídos. Mirando a mi alrededor, vi a Rit saludando.

“¿Por qué estás aquí?”

“Tenía la sensación de que volverías pronto, así que salí a verte”, admitió Rit con una expresión tímida.

Quizás era solo el frío, pero sus mejillas estaban teñidas de carmesí.

Había tardado más de lo que esperaba, pero aparentemente, Rit había previsto exactamente cuándo regresaría. Sabía lo suyo cuando se trataba de cosas como esta.

“Mmm.”

Rit me miró a la cara e hizo una expresión como si hubiera notado algo. Y luego se quitó los guantes.

“Hey.”

Puso ambas manos en mis mejillas. Todavía estaban calientes por estar en sus guantes y se sentían muy bien. Era como si estuvieran derritiendo gradualmente el frío que se había filtrado en mí.

“Tu cara se está poniendo roja. ¿Qué tal? ¿Cálido?”

“Sí… gracias.”

Las manos de Rit eran agradables, por supuesto, pero podía sentir la misma cantidad de calor brotando dentro de mí. Es posible que mi corazón también haya comenzado a latir un poco más rápido.

“¡Ah!”

Mientras me sumergía en el consuelo de la ternura de Rit, ella llamó mi atención con una suave exclamación.

“¡El cielo!”

“¿Mmm?”

Rit parecía complacida por algo mientras miraba al aire.

Girando mi cabeza hacia arriba de nuevo, vi pequeños copos blancos revoloteando desde el oscuro cielo nocturno estrellado. Había estado pensando en lo frío que estaba todo, pero nunca hubiera imaginado que nevaría.

“Esto es bastante raro para Zoltan. Supongo que fue arrastrado por los vientos del Muro del Fin del Mundo”.

“Es la primera vez que veo nieve desde que llegué aquí. Pensé que ya había tenido suficiente en Loggervia, pero al verlo así, ¡se ve encantador!”

“Si. Tampoco se va a acumular aquí, por lo que podemos verlo caer sin tener que preocuparnos por lidiar con él más tarde”.

La tierra natal de Rit, el Ducado de Loggervia, estaba muy al norte. Llegó el invierno, y estaba bañado en una blancura uniforme sin importar dónde se mirase. No encontrarías montones y montones de nieve como esos en Zoltan, pero ¿alguna vez Rit pudo verla revoloteando suavemente de esta manera en Loggervia?

La acerqué gentilmente.

“¿Vamos a verlo caer un poco?” Yo propuse.

“¿Está seguro? Hace bastante frío”.

“Cierto. Tampoco me quedan calentadores”.

Tenía la intención de hacer lo suficiente para tener algunas sobras, pero las críticas fueron sorprendentemente buenas, y cuando estaba en la taberna explicando el producto, un grupo de clientes cercanos que nunca antes habían venido a nuestra tienda se habían reunido.

Si bien era excelente para los negocios, me había dejado sin calentadores Loggervian para mí. Por eso había tenido tanto frío cuando Rit me encontró.

“Heh-heh-heh”, dijo Rit, rompiendo en una gran sonrisa. “La verdad es… Ta-daa”.

Rit sacó pretenciosamente uno de los calentadores de su escote con una floritura.

“Pensé que sería una buena idea tener uno para presumir en caso de que algún cliente pasara por aquí, así que reservé uno”.

“Oooh, gran idea”.

Pero ahora éramos dos y solo un calentador. Los números no cuadraron.

“Todavía estoy bien, así que caliéntate”, dijo Rit mientras ponía la bolsa en mi mano. “Soy de Loggervia; este nivel de frío no es nada especial”.

“De ninguna manera. No podría soportar verte congelada mientras me siento cómodo”.

“Nrrr.”

Rechacé su sugerencia, por supuesto. Pero sabía muy bien lo terco que podía ser Rit en momentos como este. A este ritmo, terminaría sin que ninguno de nosotros use el calentador, lo que también sería un desperdicio. Hrmph… Después de pensarlo un poco, tomé la mano de Rit con el calentador todavía en mi palma y comencé a caminar.

“Vamos a dar un pequeño paseo”.

“?”

Rit siguió mi ejemplo mientras avanzaba, girando hacia un camino que conducía a los árboles. Caminando por la estrecha ruta con las hojas caídas bajo los pies, llegamos a un pequeño claro.

“Estoy seguro de que nadie nos molestará aquí a esta hora de la noche”.

“¿Eh? ¿Oh? ¿Va a pasar algo? ¿Vas a hacer algo?”

Rit de repente se sonrojó y comenzó a inquietarse. Ella me estaba mirando mientras escondía su boca detrás del pañuelo rojo alrededor de su cuello.

¿Eh? Espera, no quise decirlo de esa manera…

“Ah, ummm, perdóname”.

“¿Eh?”

Desabroché los botones de mi capa y luego acerqué a Rit lo suficiente como para cubrirnos a los dos. El calentador estaba justo entre nosotros cuando nos miramos a los ojos. De esta forma, el calor nos protegería de la fría noche invernal.

“De esta manera, ninguno de los dos se congelará”.

“Ah.”

Rit se volvió del color de una remolacha mientras apartaba la mirada apresuradamente, y luego volvió a mirarme a la cara mientras sus manos vacilaban antes de que finalmente las envolviera alrededor de mi espalda y me abrazara.

“… Tu cuerpo es tan cálido”, dijo Rit mientras entrecerraba los ojos.

El lindo rostro de Rit estaba justo frente a mí, y solo un poco de nieve se había enredado en su hermoso cabello rubio. Capté un olor agradable.

El pecho de Rit se había puesto un poco sudoroso en su abrigo, y podía sentirlo presionando contra el mío cuando ella me abrazó más fuerte.

Rit se sonrojó cuando me miró, su expresión estaba llena de afecto puro y directo. Después de calmarse un poco, miró al cielo.

“Al verlo así… La nieve es realmente hermosa”.

Sus palabras hicieron que algo hormigueara en la parte de atrás de mi cuello, pero mis ojos permanecieron fijos en su rostro.

“¿Qué pasa? Todo lo que has hecho es mirarme… Me ves todo el tiempo, ¿verdad? ¿Qué pasa con la nieve?”

“Pero nunca volveré a verte en la nieve en este momento… Me cautivó”.

Oh no, no quise decir lo que estaba pensando en voz alta. ¿Qué estoy haciendo? Podía sentir mis mejillas ardiendo.

“L-Lo siento por decir una cosa tan extraña.” Traté frenéticamente de darme una excusa mientras Rit escuchaba con la boca abierta y sorprendida. Realmente pensé que la había cagado.

“Eh-heh… Eh-heh-heh…” Cuando comencé a inquietarme, Rit rompió en una sonrisa feliz. “Yo soy la que fue tomada por sorpresa allí, así que ¿por qué te estás poniendo tan rojo?” Las mejillas de Rit estaban de un color escarlata brillante, y sonreía mientras se burlaba de mí en un tono que era ligero y juguetón, como si estuviera flotando en la luz del sol.

“No era mi intención sorprenderte… solo estaba avergonzado porque mis pensamientos se me escaparon”.

“¿No eres tímido?”

En lugar de responder, presioné mi frente contra la de Rit.

Mientras la nieve caía del cielo nocturno, nos abrazamos bajo una sola capa. Nuestras cabezas estaban juntas mientras reíamos. No había señales de nadie más cerca.

“Somos solo nosotros dos”.

Rit estaba pensando lo mismo que yo. Me dieron ganas de reír. Se sentía tan hermoso que no podía soportarlo. La besé suavemente.

Concentré mis cinco sentidos en Rit mientras mi corazón se hinchaba como si estuviera a punto de estallar.

Nuestros labios se rompieron cuando compartimos una sonrisa tímida y luego miramos al cielo.

“La nieve es bonita”.

“Si.”

Estábamos acurrucados bajo una sola chaqueta, calentados por un calentador solitario, viendo caer la nieve bajo el frío cielo nocturno. Este tipo de vida tranquila era excelente.

“Después de esto, estoy seguro de que todos querrán venir a comprar un calentador mañana”.

“Sí, me lo imagino”.

“Estoy seguro de que las ventas serán mucho mejores mañana”, dijo Rit mientras me sonreía.

Ver esa sonrisa de repente me hizo darme cuenta de por qué quería hacer algo sobre la falta de clientes. Fue porque quería poder compartir momentos felices como este junto a Rit.

Preocuparse por ella, hacer algo en equipo y luego celebrar o sentirse abatidos juntos. Solo quería pasar tiempo con ella.

“Sin embargo, no se sabe si los clientes vendrán mañana”.

“¿En serio? Creo que lo harán”.

“Gracias. Pude darlo todo hoy porque creíste en mí”.

Rit ladeó levemente la cabeza mientras me miraba. Ella apretó sus brazos alrededor de mí de nuevo, acercándose más. “No te esfuerces demasiado. Estoy feliz de poder ver la nieve contigo”. Ella se sonrojó y esbozó una sonrisa suelta. No pude evitar sonreír.

“Bien, divertirme contigo no es algo que haya intentado”.

“Exactamente. Ya has hecho mucho. Así que, por mi bien, trata de no extralimitarte”.

En el gran esquema de las cosas, si pudiera estar junto con Rit de esta manera, entonces eso sería suficiente. Rit se quedaría conmigo independientemente de lo que lograra.

“Realmente hace calor así”.

“Sí… realmente lo es…”

Cayó la noche mientras estábamos allí. La luz de la luna arrojaba un pálido resplandor sobre la nieve que bailaba mientras caía al suelo.

Los dos compartimos una noche tranquila mirando al cielo.