Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Phelmina

Parte 1

Mi nombre es Phelmina.

Solo Phelmina.

Hubo un tiempo en que yo también tuve un apellido, pero ya no.

Nací en una distinguida familia de demonios y no quería nada en mi vida.

Mi padre es el jefe del ministerio de finanzas, así como el Décimo Comandante del ejército demonio, una posición sólida como una roca desde cualquier punto de vista.

Para ser precisos, debería decir que era el Décimo Comandante, pero seguía siendo el caso cuando vivía con mi familia.

No había un Décimo Ejército real, por lo que era un título de papel, pero aun así pagaban lo suficientemente bien como para que nuestra familia fuera bastante rica.

Pero aunque no nos faltó de nada, mi familia era, en consecuencia, bastante dura.

Aquellos que están en la cima deben estar en posesión de una cantidad acorde de fuerza y espíritu.

Estoy segura de que todas las familias de demonios nobles crían a sus hijos con estas creencias, no solo la mía.

Los rumores de que mi familia es mucho más dura con sus hijos que las demás carecen de fundamento.

Aprendizaje de memoria, entrenamiento y lecciones de etiqueta.

Desde muy joven, así es como pasé mis días, y creo que me convertí en una señorita decente que no avergonzaría a mi apellido.

Al menos, solía creer eso.

Porque tras cierto incidente, mi familia me repudió…

Cubierta bajo mi capucha, lanzo una mirada furtiva a la persona de mi lado…

“¿Qué?”

… Tan solo para que se diera cuenta de inmediato.

Esta persona, que ahora me mira con el ceño fruncido, es Sophia Keren.

Ella es la causa de mi expulsión de mi propia familia.

Incluso ahora, solo pensar en lo que pasó me hace hervir la sangre.

“Oh, nada.”

“Claro.”

Una breve conversación.

No somos lo suficientemente cercanas como para mantener una charla amistosa, ni ahora es el momento ni el lugar para ello.

Ahora mismo, estamos escondiéndonos en el bosque, esperando para emboscar al enemigo.

Mirando a mi alrededor, veo a otros miembros de nuestra banda de capas blancas escondidas alrededor de la zona.

Como todos nosotros estamos usando una habilidad de Sigilo de alto nivel, sería casi imposible ver a alguno de ellos sin saber de antemano que estaban allí.

Este pequeño grupo de soldados excepcionalmente talentosos es el Décimo Ejército.

Cuando mi padre estaba a cargo, las filas estaban integradas únicamente por soldados privados de nuestra familia, la mayoría de ellos con poca utilidad para la batalla.

Pero esos días terminaron.

Cuando mi padre dejó el cargo de comandante y uno nuevo ocupó su lugar, el Décimo Ejército renació como un operativo pequeño pero increíblemente de élite.

Comparado con los demás ejércitos, el nuestro apenas es una décima parte del tamaño.

Pero cada individuo puede luchar tan bien como cien de cualquier otro.

Incluso estaría dispuesta a apostar que podríamos defendernos y aguantar en una batalla cara a cara contra alguno de los otros ejércitos.

Así de poderosos son los soldados del Décimo Ejército.

La parte más aterradora es que estos soldados de élite fueron entrenados en el lapso de unos pocos años.

Claro que difícilmente puedo juzgar, ya que soy uno de ellos.

Pero los otros ejércitos no saben la verdadera fuerza del Décimo Ejército.

No ha pasado mucho tiempo desde que nos establecimos, y somos bastante pequeños como ejército, así que todavía no hemos tenido la oportunidad de demostrar nuestro poder.

Pero hemos estado trabajando mucho más duro entre bastidores, bajo las órdenes de nuestra comandante: recopilando información, llevando a cabo asesinatos, y otras misiones varias.

Como tal, la gente parece asumir que nos especializamos en este tipo de subterfugios.

No se equivocan del todo, pero en realidad, ese es simplemente un aspecto de nuestros talentos; sobresalimos igual de bien en combate normal.

Lamentablemente, no hemos tenido la oportunidad de demostrarlo.

Tampoco hoy será una excepción.

Los otros ejércitos están invadiendo audazmente el territorio humano, pero nosotros seguimos acechando entre las sombras.

Estoy segura de que el hecho de que no podamos mostrar osadamente nuestra destreza en la batalla también es la razón del mal humor de Sophia.

Sophia tiene un poderoso deseo de ser el centro de atención y también le encanta pelear.

Sin embargo, en cierto modo, este es el campo de batalla más importante de todos.

Qu es exactamente la razón por la que estamos aquí.

“……”

Silencio absoluto.

Todo el Décimo Ejército se desplaza para tomar sus posiciones y prepararse.

Nuestros sentidos, agudizados por nuestras habilidades, han detectado pasos de personas que se mueven por el bosque.

Así que seguimos respirando y esperamos.

Dado que todos nuestros miembros tienen la habilidad Silencio, nadie nos detectará por nuestra respiración o los latidos del corazón, y la habilidad Inoloro evitará que tampoco nos detecte el olfato.

La única manera posible para que nos puedan detectar sería con una habilidad como Clarividencia.

No hay una forma real de defenderse, pero con el hábil uso de habilidades como Sigilo y Ocultación, podemos minimizar los riesgos hasta cierto punto.

Dudo que nuestro objetivo esté usando constantemente habilidades de detección, así que mientras que no sepan que estamos aquí, es casi seguro que no nos detectarán.

Y mientras calmamos nuestra respiración, esperamos a que nuestros objetivos pasen por debajo de nuestros pies.

Los pasos se acercan y empiezan a pasar por nuestra unidad oculta.

A juzgar por el sonido, es probable que haya unos cien.

Los únicos caminos a través de este bosque son los senderos de animales, por lo que no es muy adecuado marchar con una gran cantidad de tropas.

En consecuencia, es mucho más difícil para cualquiera el controlarlo.

Tal es la naturaleza de la tierra de nadie que se encuentra entre los reinos humano y demonio.

Hay fuertes humanos colocados en todos los lugares donde pudiera ser posible que un ejército marchara.

Estas zonas intermedias son conocidas como tierras de nadie, donde con frecuencia ocurren pequeñas escaramuzas entre humanos y demonios.

Este bosque es una de esas zonas.

Y parecía que mientras que la mayoría de las fuerzas demoniacas están marchando a la batalla, el enemigo había estado planeando pasar a través de las tierras de nadie para invadir el territorio demonio.

Como el Décimo Ejército, nuestro trabajo es aniquilar esa incursión.

Nuestros otros miembros también han sido posicionados en otras secciones de las tierras de nadie, con la tarea de destruir a cualquier enemigo que intentase abrirse camino, así como a los humanos que ya vivían en esas zonas.

Pero el objetivo principal está aquí.

Aguanto la respiración y espero la señal.

En poco tiempo, llega.

Un hilo tan fino que el ojo apenas puede verlo está envuelto alrededor de mi dedo.

Siento un tirón.

Con esa señal, todos nosotros saltamos a la vez.

Emergemos de nuestros escondites y atacamos al enemigo como uno solo.

Mi especialidad es lanzar un arma llamada chakram.

Lo lanzo más allá de Sophia mientras ella carga en línea recta, y se incrusta en el cráneo de mi objetivo.

Un momento después, Sophia ataca a otro enemigo, y después de eso, el resto de los miembros también atacan.

Nuestro primer ataque sorpresa es un éxito total, sin dejarle tiempo a nuestras víctimas para que se defendieran.

Presionamos el ataque contra un enemigo aturdido mientras ellos intentaban averiguar qué estaba pasando.

Menos de la mitad de ellos pueden contrarrestar la segunda oleada de ataques, por lo que esto también causa una cantidad significativa de daño.

Solo cuando comenzamos a lanzar nuestra tercera ronda de ataques, el enemigo finalmente entiende que han sido emboscados y empiezan a defenderse.

En este punto, ya han tenido muchas bajas.

El hecho de que avanzaran por un sendero estrecho en una sola fila también nos favorecía.

Aplastamos su hilera desde ambos lados en un ataque pinza, dividiéndolos y derrotando a los elementos aislados.

Además, es difícil moverse por senderos estrechos incluso en el mejor de los casos.

No hay posibilidad de montar una defensa organizada aquí.

La lucha se reducirá a una simple competición de fuerza individual.

Desafortunadamente para nuestros enemigos, nuestro ataque inicial ya ha mermado su número, y todavía no se han recuperado de su confusión.

Por no mencionar nuestra fuerza.

En verdad, no veo cómo podríamos perder.

“¡Emboscada! ¡Estamos bajo ataque!”

“¡¿Qué?! ¡Maldita sea!”

Mientras el enemigo entra en pánico, los soldados del Décimo Ejército simplemente atacan en silencio.

“¡POOOTIIIMAAAAS!”

Corrección: todos excepto una, que grita mientras blande su mandoble.

“¿Así que nos estabais esperando, hmm?”

De pie frente a la gritona Sophia hay un elfo con un desagradable brillo en los ojos.

Nuestro objetivo principal: Potimas Harrifenas.

Él más los elfos bajo su mando.

“Tenéis mi permiso para usar vuestras armas. Matadlos.”

Potimas da una orden con voz tranquila pero penetrante.

Inmediatamente, los elfos empiezan a cambiar.

Algunos de ellos transforman sus manos para revelar algo llamado cañón de pistola.

Otros sacan armas de formas similares o crean cuchillas brillantes en sus manos.

De inmediato, las armas comienzan a hacer ruido mientras escupen balas.

Pero como ya esperábamos esto, reaccionamos sin entrar en pánico.

Algunos de nosotros creamos barreras mágicas para escudarnos. Mientras que otros predicen la trayectoria de las balas y las esquivan.

“¡¿Qué—?!”

Mientras que los elfos retroceden sorprendidos, es hora de nuestro contraataque.

Incluso Potimas parece desconcertado por este desarrollo, a juzgar por como su expresión se torna más oscura.

Así es—sabemos todo sobre ti.

Como los elfos usáis esas extrañas armas llamadas máquinas.

Porque la Comandante del Décimo Ejército no es otra que la mismísima maestra.

“¡Hmph!”

El mandoble de Sophia cae sobre Potimas, quien lo bloquea con su brazo derecho.

Estoy segura de que ese brazo está hecho de algún tipo de máquina o algo, pero la espada de Sophia lo atraviesa con facilidad.

“Tch.” Potimas chasquea su lengua. “No tengo otra opción. Barrera Antitécnica—“

Las palabras de líder elfo se cortaron a mitad de frase.

Porque su cabeza y su cuello fueron separados abruptamente por la persona que apareció de repente detrás de él.

“… ¿Te importaría no interrumpir justo cuando las cosas se estaban poniendo bien?”

Sophia parece malhumorada porque le han robado a su oponente.

Pero la culpable no responde, sino que aplasta silenciosamente la cabeza cortada de Potimas.

Aproximadamente en ese mismo momento, la destrucción de las fuerzas de los elfos se completa.

Cero fugitivos. Cero supervivientes. Y cero bajas por nuestra parte.

Tan pronto como confirmo esto, me arrodillo.

“Misión cumplida, Maestra.”

El resto de la unidad sigue mi ejemplo y también se arrodilla frente a la Maestra.

Solo Sophia continúa de pie.

La Maestra simplemente asiente en silencio sin darnos ni una mirada.

Nuestra maestra, la Comandante del Décimo Ejército… Lady Blanca.