Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 5

Capitulo 3: En La Tarde De La Luna Nueva

Parte 1

Mientras las estrellas brillaban en el cielo, una tenue luz azul trazó un círculo vacío en el aire. Era como si una placa de laca negra estuviera suspendida en el cielo.

“En la noche de luna nueva, nunca compitas contra un espadachín”.

Como mago, el padre de Suimei había tenido su parte de enfrentamientos con todo tipo de maestros de la espada. Y esa noche, Suimei recordó una advertencia que su padre le había dicho que nunca olvidara.

Las espadas eran excelentes reflectores de la luz de la luna. A la luz de la luna directa, era casi como si brillaran con la intención asesina del portador.

En el momento justo, se podía ver literalmente el arco que trazaba la hoja en el aire cuando se acercaba para dar el golpe final.

No hace falta decir que fue una historia diferente en la noche de luna nueva. Ni la luz artificial ni la luz emitida por el resplandor del maná revelaron el parpadeo de una espada de la misma manera. Y así, sin la luz natural de la luna, la espada de un maestro espadachín era prácticamente invisible por la noche.

Y en un mundo como este, donde las noches eran especialmente oscuras, era bastante fácil predecir cómo se desarrollaría una pelea así. Con la esperanza de que su segundo encuentro con Hatsumi no llegara a eso, Suimei miró hacia el cielo oscuro y profundo con una expresión preocupada. Para ver, en esta noche sin luna, Suimei estaba planeando colarse en el palacio una vez más.

Descendiendo de la alta pared con púas, aterrizó suavemente en un seto dentro de los terrenos del palacio. Después de mirar alrededor, se dio cuenta de que el lugar era bastante enorme.

Estaba el edificio principal, tres anexos separados con jardines, el cuartel de los guardias y una capilla separada por algunos bosques. Hacer un recorrido por todo el lugar puede ser un asunto de todo el día.

Las cosas habrían sido un poco más fáciles si hubiera sabido a dónde se dirigía, pero su destino era diferente al de su última visita. También tenía que preocuparse por si Hatsumi estaría sola ahora o no. Después de la última vez, probablemente estaría mucho más alerta. Era fácilmente posible que tuviera una escolta con ella, pero Suimei tendría que averiguarlo por sí mismo.

“Bueno, Liliana dijo que sale sola a un abrevadero por la noche…”

Si eso fuera cierto, las cosas no deberían ser tan difíciles. Pero el gran palacio de Miazen era el colmo del lujo: tenía dos abrevaderos. Y Suimei tendría que investigar a ambos.

Mientras pensaba las cosas, Suimei se escondió detrás de un árbol. No era realmente necesario teniendo en cuenta que ya estaba usando magia para disfrazar su presencia, pero no podía evitarlo. Era la naturaleza humana comportarse de acuerdo con el estado de ánimo de la situación.

Había soldados apostados esporádicamente alrededor del pozo donde una criada estaba sacando agua. Parecía que este lugar era frecuentado por todo tipo de personas, por lo que Suimei lo descartó rápidamente. Si Hatsumi salía para estar sola, era difícil imaginar que hubiera venido a un lugar tan popular para hacerlo. Sin embargo…

“Un pozo de agua, ¿eh? ¿Para qué va a venir a un lugar como este de todos modos?”

Lo primero que me vino a la mente fue tomar una copa, naturalmente. Pero seguramente habría sirvientes atendiendo cada una de sus necesidades mientras permaneciera en el castillo. Como Suimei acababa de ver, sacar agua era claramente el trabajo de una criada, no el de un héroe. La única otra cosa en la que realmente podía pensar…

“Usar agua para entrenar con la espada… ¿Quizás?”

Suimei no estaba muy familiarizado con las formas de la espada, pero podía pensar en un par de formas diferentes en las que el agua podría ser útil mientras practicaba. Incluso podría estar usándolo para algo como entrenamiento de resistencia. Eso también explicaría por qué quería estar sola. Era natural buscar la soledad para entrenar. Pero eso dejó a Suimei con otra preocupación.

“Ella estará armada y lista, así que si soy descuidado… Aunque finalmente tendremos la oportunidad de estar solos juntos…”

Sin darse cuenta de que lo que dijo podría interpretarse fácilmente de la manera incorrecta, Suimei saltó al techo más cercano.

Con la ayuda de su magia de vuelo, aterrizó en silencio y luego corrió a lo largo de la azotea mientras escaneaba el suelo debajo. Se alejó del complejo principal y se dirigió hacia el segundo abrevadero cerca de la capilla, que estaba reservado estrictamente para la familia real.

El manantial estaba rodeado por una gran arboleda, como para ocultarlo del resto del palacio. Era bastante solitario y las patrullas en esta zona eran escasas, por lo que era el lugar ideal para venir si alguien quería estar solo. Todo lo que quedaba era que Suimei encontrara a Hatsumi.

“Oh, mierda. Parece que vienen aquí…”

Justo cuando saltó desde la azotea, Suimei vio a una sola guardia que se dirigía en la misma dirección. Rápidamente se ocultó y pensó en ponerla a dormir, pero finalmente decidió salvar su magia. Seguramente un guardia de patrulla no sería un problema en un área tan grande. Pero hablando de eso, Suimei no pudo ver nada parecido a un manantial desde donde aterrizó.

“Entonces… ¿está detrás de la capilla?”

Suimei murmuró para sí mismo mientras veía al guardia alejarse. Luego se movió sigilosamente alrededor del edificio y se encontró con un muro de piedra hecho de manera muy diferente a los de la capilla. Parecía servir como un divisor de algún tipo, pero con el costado abierto de par en par, no estaba haciendo un buen trabajo para mantener nada afuera.

Desde el otro lado de la pared, Suimei podía escuchar el sonido del agua salpicando, mucho más y mucho más fuerte de lo que esperaba. Los ruidos llegaban a intervalos irregulares, dejando claro que había alguien allí.

Después de confirmar que no había nadie más cerca, Suimei se deslizó por el agujero en forma de puerta en la pared. Un poco más allá, había un gran pozo de piedra con lo que parecía un desagüe en el pavimento cercano. Había un balde suspendido de un accesorio de metal sobre el pozo, y junto a él estaba…

“… ¿Eh?”

“¿Eh…?”

Kuchiba Hatsumi, completamente desnuda.

Aparte de dejar escapar un grito ahogado de sorpresa, Suimei estaba completamente paralizado. Embrujada, incluso. El cabello dorado bastante poco japonés de Hatsumi, heredado de su abuelo, estaba resbaladizo por el agua. Su piel brillante también estaba goteando.

Las líneas de su cuerpo dibujaron formas asombrosas que Suimei no pudo evitar seguir con la mirada. Su figura era cautivadora.

Mirándolo a cambio, Hatsumi hizo una exclamación igualmente estupefacta. Se sentó allí congelada, todavía sosteniendo un balde de agua sobre su hombro y todo.

Pensando en ello lógicamente, todo esto tenía perfecto sentido. Por supuesto, había un pozo detrás de la capilla donde la gente podía venir a purificar sus mentes y cuerpos.

La cultura del baño estaba encerrada en una sola región de este mundo. En cualquier lugar fuera de eso, la gente prefería usar una esponja húmeda para lavarse. Pero para alguien que estaba acostumbrado a la experiencia del baño completo, eso simplemente no se sentía bien. Era perfectamente comprensible que quisieran salir a un pozo para al menos enjuagarse.

“Um, ya sabes, esto es, um…”

Aunque completamente incoherente, Suimei hizo todo lo posible por encontrar una excusa. Quería dejar en claro que no había sido su intención espiarla. Sin embargo, parecía que eso era lo que Hatsumi había tomado. Parecía que estaba a punto de gritar.

“Tú per—”

“¡E-Espera un segundo!”

Sabiendo que cualquiera que la oyera vendría corriendo, Suimei corrió hacia Hatsumi. Después de protegerse del cubo que ella le arrojó, él la sujetó.

“¡Urgh!”

“¡E-Espera! ¡Por favor, cállate! ¡Te lo ruego!”

Suimei se deslizó hábilmente detrás de ella y la agarró. Para evitar que ella alzara la voz, le tapó la boca con la mano derecha. Lo repentino de todo les hizo perder el equilibrio, y ambos cayeron de espaldas sobre sus traseros.

Pero Suimei no estaba en absoluto preocupado por eso. No, con un guardia todavía patrullando el área, toda su atención estaba en tratar de evitar que una mujer en pánico gritara un asesinato sangriento en medio de la noche.

Tan pronto como eso sucediera, todo habría terminado. El primer guardia aparecería, luego otro y otro hasta que la situación se convirtiera en una repetición de la última vez.

Perdería por completo su única oportunidad real de hablar con Hatsumi, por lo que Suimei quería evitarlo sin importar qué. Sin embargo, Hatsumi, naturalmente, no estaba muy contento con la situación.

Ella se retorcía lo mejor que podía para intentar escapar de su agarre. Suimei apretó su agarre alrededor de ella con su brazo izquierdo. Estaba concentrando su magia en tratar de formar una barrera, así que todo lo que tenía para contener a Hatsumi era su propia fuerza.

“¡Mm! ¡Mmmph! ”

“Como he estado diciendo, solo ahórrame la violencia…”

“Mmm— ¡Hom!”

“¡Ay! Mierda, solo un poquito más…”

Suimei hizo todo lo posible para invocar frenéticamente su magia. Había sido descuidado, era lo que debería haber hecho en primer lugar. Pero no tenía sentido patearse por eso ahora. Tenía que concentrarse en desplegar Phantom Road de inmediato.

Formar la barrera requirió la mayor parte de la concentración de Suimei. Cuando finalmente se completó, Hatsumi parecía haberse calmado un poco.

Ella había dejado de luchar, al menos. Y con la barrera ahora aislándolos del mundo exterior, Suimei dejó escapar un suspiro de alivio mientras soltaba la boca de Hatsumi.

“Lo siento por eso. Yo no tenía…”

“¡¿No tenías elección?! ¡Pervertido!”

Suimei todavía la sostenía, pero Hatsumi no dudó en reprocharle con el mismo vigor que acababa de usar para morderlo.

“D-Di lo que quieras, pero no tenía idea de que estabas aquí así…”

“¡Suficiente! ¡Ahora déjame ir! ¡¿Cuánto tiempo planeas agarrarme el pecho, idiota?!”

“¿Qué—?”

Al escuchar esas palabras, Suimei finalmente se dio cuenta de la clase de posición en la que estaba. Había estado tan concentrado en agarrarla que no se dio cuenta de que su mano izquierda había agarrado firmemente su pecho. Tardó unos segundos en evaluar la situación.

Luego, algunos más para poner en orden sus pensamientos. Al darse cuenta de que estaba tardando demasiado en reaccionar, Suimei se puso completamente rojo. Rápidamente lo soltó y saltó hacia atrás. Ahora que lo pensaba, pensó que había agarrado algo suave cuando apretó su agarre sobre ella…

“¡L-L-L-L-L-Lo siento!”

“¡Apuesto a que lo eres, pervertido! Primero te escabulles en mi habitación en medio de la noche, ¡y ahora me estás acercando sigilosamente mientras me baño para que puedas manosearme! Si ese no es el comportamiento de un idiota total, ¡no sé qué es!”

“¡Ay!” Suimei respondió con voz histérica. “Yo-yo-yo no tengo ningún argumento allí…”

De la manera más inusual, dócilmente se puso de rodillas para disculparse. Mientras tanto, a Hatsumi le resultaba difícil adoptar una postura mientras se mantenía cubierta.

Con solo sus brazos y manos, estaba haciendo todo lo posible por ponerse decente, aunque no estaba funcionando del todo.

Tenía un brazo sobre su pecho, pero no pareció notar los dos destellos rosados que se deslizaban por debajo. Al ver sus mejillas enrojecerse tímidamente mientras lo miraba, Suimei finalmente se dio cuenta de lo que podía hacer.

“U-Um, por favor toma estos…”

Suimei humildemente fue a buscar su ropa que estaba colgada cerca y se la entregó. Mantuvo la mirada hacia abajo para evitar mirar inadvertidamente cualquier cosa, pero solo para estar seguro, mantuvo los ojos cerrados con fuerza también. Hatsumi le quitó la ropa, pero permaneció en guardia.

Cuando ya no pudo escuchar el sonido del crujir de ropa, Suimei finalmente levantó la cabeza. En el peor de los casos, podría ser abatido en el acto, pero no parecía que ella tuviera su espada en la mano. Tal vez fue algo bueno que se hubiera encontrado con ella mientras se estaba bañando. Cuando miró a Hatsumi, ella miraba a su alrededor con recelo.

“Grité bastante… ¿No viene nadie?”

“Esta área ha sido aislada ahora mediante magia. Puedes gritar todo lo que quieras, pero nadie te va a escuchar”.

“En otras palabras, ¿crees que me has pillado?”

Hatsumi le dio a Suimei una mirada más afilada que cualquier cuchillo. Incluso su tono fue considerablemente directo. Suimei levantó ambas manos en el aire como si suplicara su inocencia.

“Quiero decir, no es como si tuviera la intención de hacerte daño…”

“Creo que ya has hecho suficiente daño”.

“Lo siento. Me disculpo. Por favor perdóname. Esa parte no fue a propósito”.

Suimei se postró y se disculpó de tantas formas como pudo pensar. Al verlo comportarse de manera tan diferente a la última vez que se había infiltrado en el palacio, Hatsumi se sorprendió comprensiblemente y dejó escapar un tremendo suspiro.

“… ¿Entonces? ¿Por qué estás aquí?”

“Como dije la última vez, vine a hablar”.

“¿Acerca de que somos amigos de la infancia?”

“Así es.”

Suimei asintió con una expresión solemne, pero Hatsumi no se inmutó.

“Creo que lo negué la última vez, ¿no? ¿Cómo es que un amigo de la infancia de otro mundo viene a visitarme, hmm?”

“También fui convocado a este mundo. No hay otra posibilidad excepto esa, ¿verdad?”

“¿Cuáles son las probabilidades…? En otras palabras, ¿también eres un héroe?”

“No, me atrapó en la casa de Reiji… Se convocó a otro amigo mío y me arrastraron con él. ¿Escuchaste que ocurrió un accidente durante el ritual de invocación en el reino de Astel?”

“Ahora que lo mencionas, eso me suena…”

“Y es por eso que estoy aquí ahora mismo”.

Suimei sonaba como si estuviera bastante harto de ser víctima de los caprichos del destino, pero Hatsumi continuó mirándolo con ojos dudosos. Al darse cuenta de que todavía no se estaba comunicando con ella, hizo una mueca.

“Entonces, ¿qué tengo que decirte para que me creas? ¿Los nombres de tus padres? Tus especialidades ¿Sus pasatiempos? ¿Las cosas que te gustan…? Si  nada de eso funciona, también puedo hablar sobre tus secretos más profundos y oscuros o tu pasado vergonzoso”.

“¡¿Mi qué?! ¡¿Cómo es que conoces  mis  secretos más profundos y oscuros?!”

“Hemos estado saliendo desde que éramos pequeños mocosos, después de todo. Somos primos que vivíamos al lado del otro, ya sabes”.

“¿Qué? ¿Primos…? ¿Es eso cierto?”

Suimei asintió en respuesta a su aparente sorpresa de que fueran familia. Parecía que eso era suficiente para comenzar a derrumbar su muro de duda, por lo demás incondicional, aunque su expresión todavía era un poco incómoda.

“¿Así que todavía no me crees?”

“… ¿Crees que realmente puedo creer todo lo que alguien diga?”

“Bueno, eso es justo…”

Hatsumi era una heroína con amnesia, lo que la colocaba en una posición precaria. Cualquier cantidad de personas podría estar esperando entre bastidores para aprovecharse de ella.

Era perfectamente comprensible que mantuviera la guardia alta, y eso incluía con respecto a otras personas y lo que le dijeron con una saludable cantidad de escepticismo. Sin saber en quién podía o en quién no podía confiar, lo había pasado mal.

Suimei dejó caer los hombros y se rascó la cabeza con frustración. Si las palabras no podían convencerla, no tenía otra forma de demostrar que lo que decía era cierto.

Todo lo que podía hacer era rezar para que recuperara su memoria. Mientras reflexionaba sobre la situación, Suimei se cruzó de brazos y dejó escapar un gemido. Hatsumi lo miró fijamente y, en poco tiempo, habló con una voz algo resignada.

“…Entendido. Te creeré. Si realmente estuvieras planeando derribarme, no lo harías de una manera tan indirecta”.

“¿De verdad?”

“No parece que quieras hacerme ningún daño, al menos. Además, sabes cosas sobre mí que no le he contado a nadie, y más. Y una cosa más. ¿Podrías decir mi nombre completo?”

“Kuchiba Hatsumi”.

“¿Y tu nombre es?”

“¿Es Yakagi Suimei?”

“Yakagi… Suimei…”

“¿Qué pasa?”

Suimei  miró  a  Hatsumi  con  una  expresión  de  desconcierto  mientras continuaba murmurando su nombre como si algo le molestara.

“…Es al revés.”

“¿Eh?”

“Cuando lo dices, se invierte. Cuando la gente de este mundo dice mi nombre, también parece decirlo de una manera que les resulta más fácil de pronunciar. Pero tu nombre me suena natural. Además, puedo ver que lo que estás diciendo realmente coincide con el movimiento de tu boca. También es bastante evidente que somos de la misma raza. Pensando en ello de manera racional, hay muchas más cosas a tu favor que en contra”. Hatsumi se detuvo allí  un momento antes de continuar. “De lo que sospeché la última vez fue que parecías saber demasiado… por eso no podía creerlo de inmediato. También me pillaste con la guardia baja entrando a hurtadillas de esa manera”.

Eso fue comprensible. ¿Quién confiaría fácilmente en un intruso? Sin embargo, ahora que habían superado eso, Suimei dejó escapar un suspiro de alivio.

Ahora finalmente podía hablar con ella sobre lo que había querido en primer lugar. Pero Hatsumi volvió a dirigirle una mirada severa.

“Habiendo dicho eso, no es como si planeara bajar la guardia contigo”.

“¿Eh?”

“Así es.”

“¡¿Qu-Qué?! ¡¿Estás diciendo que me crees?!”

“Así es, con reserva. Incluso si eres un conocido mío e incluso si me estás mostrando tu favor, todavía no sé si eres de confianza o no, ¿ves?”

Ya fueran conocidos, amigos o primos, Hatsumi todavía no tenía forma de saber si realmente se podía confiar en Suimei. Era perfectamente razonable que permaneciera cautelosa. En consecuencia, ella lo interrogó en un tono algo agresivo.

“¿Entonces? ¿Por qué hiciste algo imprudente como infiltrarte en el palacio? ¿No había otra forma de visitarme?”

“Eso de nuevo, ¿eh? Aparentemente, no es sencillo concertar una reunión con el héroe. Ni siquiera pude hacerlo usando al maestro del gremio en el Pabellón Crepuscular como intermediario”.

“¿Es eso así?”

“Si. Parece que la familia real lo prohíbe”.

Al ver a Suimei poner los ojos en blanco y encogerse de hombros, Hatsumi frunció el ceño como si todavía encontrara todo esto dudoso.

“El rey y los demás son buenas personas”.

“No sé nada de eso, pero…”

Suimei hizo una cara pensativa, dudando en continuar. Se preguntaba si realmente debería decir lo que piensa aquí. En verdad, parecía que la familia real de Miazen estaba usando a Hatsumi.