Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Relación De Los Convocados

Parte 9

Entonces, si pudieran, preferirían hacerlo de manera ordenada y discreta. Eanru luego habló como si de repente recordara algo.

“También hay un informe más de la Sombra Solitaria. El héroe de Astel partió hacia el estado autónomo”.

Jillbert levantó una voz atónita.

“¡¿Qué?! ¿No se suponía que ese héroe se quedaría en el Imperio?”

Se supone que sí. Pero parece que está en movimiento. Parece algo que no podríamos haber predicho”.

“¿Está realmente bien?”

Jillbert estaba haciendo una mueca, pero Clarissa parecía imperturbable.

“En el gran esquema de las cosas, probablemente no será un problema. En este nivel, creo que está dentro del margen de error”.

“¿O es eso, Jillbert? ¿No crees en ese hombre?”

Con Eanru burlándose de ella, Jillbert lo miró incómoda. “Eso no es lo que quiero decir…”

“A ese hombre le preocupa explicar las cosas a los demás. Su mente trabaja en un nivel completamente diferente al de nuestro yo irreflexivo. No, puede que sea mejor decir en una dimensión completamente diferente”.

“Lo entiendo. No tienes que explicarme eso después de tanto tiempo”.

“Muy bien. Entonces, Clarissa, te dejo a esta mujer.”

“Eanru, ¿a dónde vas ahora?”

“El siguiente es el héroe de la Alianza. Y tengo que ir a prepararme”.

Dejando atrás al héroe de Thoria, Eanru dejó el terreno baldío en el distrito de la herrería.

***

Más allá de las montañas que bordeaban el territorio humano, incluso más al norte que el precipicio al norte que era tan alto que amenazaba con perforar los cielos… Más allá de todo, en las escarpadas regiones polares, había un castillo que no podría haber sido construido por manos humanas.

Era enorme y tenía una apariencia majestuosa. Fue hecho con cuidado y fue elaborado con detalles que eran nada menos que de otro mundo.

Algo grueso rodeó el área alrededor de la estructura mientras se retorcía y se retorcía. Esta era actualmente la residencia del Señor Demonio, el castillo que servía como sede principal de Nakshatra.

Dentro de una cierta habitación del castillo del Señor Demonio, apiñados alrededor de una sola mesa cuadrada, varios seres vivos hechos de partes heterogéneas con forma de humanos estaban celebrando una reunión.

En la cabecera de la mesa, mirando a todos los allí reunidos, estaba lo que parecía una joven vestida con ropa pomposa. Tenía el pelo negro y la piel morena.

De pie justo detrás de ella había un hombre con mechones dorados colgando sobre su rostro. Y luego alrededor de la mesa en orden: había un hombre de largo cabello blanco, ojos rojos y una figura esbelta. Una mujer joven en flor con alas de murciélago negro azabache que le crecen desde la espalda.

Quizás incapaz de sentarse en una silla, había un objeto como un trozo de carne lo suficientemente grande como para monopolizar todo el ancho de la mesa con brazos y piernas que brotaban de ella. Y sentado frente a él había una masa de oscuridad vestida con una túnica con la forma de una figura humana alta.

Por fin, la joven de cabello negro sentada a la cabecera de la mesa abrió la boca con un tono arrogante.

“¿Parece que Mauhario fue derrotado, Vuishta?”

Vuishta era la masa oscura que vestía una túnica sentada frente al bulto de carne. Aunque su forma parecía insustancial, giró la parte de oscuridad donde debería estar su rostro hacia la chica y respondió.

“En efecto. Es exactamente como ha escuchado, Nakshatra-sama. Mauhario-dono murió en acción en la reciente lucha contra el héroe de la Alianza. Solo mi ejército y el de Moolah-dono permanecen dentro del territorio de la Alianza”.

Era la voz de un joven que provenía del interior de la túnica. Dicha voz informó de su derrota a la joven, Nakshatra, pero lo que siguió fue un tono intrépido que no dio indicios de que sintiera algo por su compañero caído.

“Sin embargo, esté completamente tranquilo, Su Majestad. Ya he llegado a un método para derrotar al héroe de la Alianza. Pronto, gracias a mi plan, definitivamente podré entregarte la cabeza de ese héroe”.

“Vemos. Si tiene un plan, está bien. Dejaremos ese asunto en manos de Moolah y de ti”.

“Gracias, Su Majestad”.

Quizás con la intención de inclinarse ante Nakshatra, la parte superior de la túnica se inclinó hacia adelante. Como se podía escuchar la confianza en la voz de Vuishta, una voz dudosa sonó en el aire sospechando que se estaba sobreestimando a sí mismo.

“¿Pero realmente irá tan bien, me pregunto?”

“… Lishbaum-dono, ¿qué quieres decir con eso?”

Vuishta se volvió hacia el hombre que estaba detrás de Nakshatra, Lishbaum. Lishbaum dio una rápida respuesta.

“Estaba pensando en el caso de Su Excelencia Rajas, una advertencia, por así decirlo. En la situación actual en la que hay cuatro héroes, no sabemos dónde sacaremos la alfombra debajo de nosotros”.

“Estoy absolutamente seguro de mi plan. Usando el gran ejército de Moolah-dono como distracción, atraeremos sus fuerzas principales y atraeremos al héroe y sus compañeros cuando se separen, luego los aniquilaremos”.

“¿Pero el héroe realmente quedará atrapado en ese esquema tan fácilmente?”

El que preguntó esto fue el trozo de carne. Después de preguntarle sobre la credibilidad de su plan con voz chirriante, Vuishta respondió con asombrosa confianza en sí mismo.

“Es probable que el héroe y los soldados de la Alianza estén tan felices de aniquilar a uno de nuestros ejércitos que no puedan mantener los pies en el suelo. Estoy 100 por ciento seguro de que caerán en mi trampa”.

“Ya veo. ¿Quiere decir que mientras el enemigo se divierte, usted hará uso de ese impulso?”

“Eso es exactamente lo que estoy diciendo, Lishbaum-dono”.

Después de que Vuishta confirmó sus intenciones, el hombre de cabello blanco y ojos rojos, Ilzarl, habló con desprecio.

“Para usar al Mauhario muerto… Espera, Vuishta, bastardo. ¿Usaste a Mauhario como cebo?”

Al escuchar esas palabras que estaban destinadas a criticarlo, Vuishta soltó una alegre risa ahogada como si su plan estuviera siendo elogiado.

“No seas absurdo. Todo lo que hice fue transmitir el deseo de Mauhario- dono de luchar contra el héroe en combate personal a Moolah-dono”.

“Ya veo. Así fue como ese maldito Mauhario terminó siendo utilizado como cordero de sacrificio”.

Pero consiguió su deseo, después de todo. Estoy seguro de que estuvo satisfecho de cumplir con el puesto”.

“Seguro.”

Ilzarl respondió en un tono plano. Por otro lado, al escuchar su intercambio, Nakshatra miró a Ilzarl con una mirada fría.

“¿Oho? Ilzarl, no podría ser… ¿Tienes alguna queja sobre el destino de Mauhario?”

“¿Yo, Su Majestad? Imposible. Mauhario perdió porque estaba débil. No hay nada más que eso. ¿Qué estabas tratando de aprender con esa pregunta?”

“Hmph, entonces está bien. Estábamos un poco nerviosos. Puede que te hayas dejado llevar por tus malditas emociones.”

“Simplemente imposible”.

Ilzarl resopló como si no le divirtiera en absoluto. Mientras el amo y el sirviente tenían una conversación sin sentido, la mujer con alas de murciélago que le salían de la espalda miró a Vuishta con duda.

“Entiendo lo que estás planeando Vuishta, pero al final, ¿cómo planeas derrotar al héroe de la Alianza?”

“¿Estás menospreciando mi poder, Latora?”

“El héroe de la Alianza es una mujer, ¿no es así? Si fuera yo, podría hacer algo divertido, como… Veamos, ¿fue en Noshias? Como la pequeña monada de allí. ¡Mmm! Ahahaha…”

Latora se rio con una sonrisa lasciva y retorcida en los labios. Mientras tanto, quizás reaccionando a lo que estaba hablando, el bulto de carne opuesto al de Vuishta le escupió con una voz chirriante.

“¿La Doncella de los Espíritus del Santuario? Hubiera estado bien matarla de inmediato”.

“Pero eso no es divertido, ¿verdad? Aaah, Rajas tenía la mente tan abierta sobre cosas como esta. Él también creía que un enemigo debería ser completamente derrotado antes de ser derrotado”.

Latora parecía decepcionado. El trozo de carne se hundió en el silencio y no tenía nada más que decirle. Interrumpiendo su conversación, Vuishta se volvió hacia Latora.

“No habrá ningún problema. Los ataques del héroe no funcionarán en mí. Hehehe, no soy yo quien ha robado la técnica de Lishbaum-dono”.

Quizás porque esa voz risueña lo frotó de la manera incorrecta, o quizás fue la forma en que Vuishta estaba hablando, el trozo de carne dio su sincero consejo.

“Seguro que ladras fuerte sobre una técnica que supuestamente estás tomando prestada”.

“De hecho, es un préstamo, pero he sublimado la técnica y he logrado convertirla en algo poderoso. Como tal, ¿no es ahora mi propia técnica?”

“Hmph.”

Al encontrar sus palabras impúdicas, el bulto de carne dejó escapar un ruido como si estuviera resoplando y envió un fragmento de metal volando de su cuerpo. Pero Vuishta no tomó ninguna medida para esquivarlo. Parecía que el fragmento lo golpeó, pero continuó y salió volando por el otro lado de su túnica.

“Hehehe…”

Ignorando a Vuishta, que se reía horriblemente, el trozo de carne se volvió hacia Lishbaum.

“Lishbaum, ¿estás bien con esto?”

“No me importa particularmente. Si es útil para Su Excelencia, entonces es lo que deseo”.

Lishbaum se inclinó ante Vuishta. Su expresión estaba oculta por sus mechones, pero parecía estar complacido. La risa espeluznante de Vuishta solo se hizo más fuerte cuando vio esto. Finalmente, Vuishta decidió poner fin a esta conversación y se dirigió a Lishbaum.

“Eso es todo sobre mi plan, Lishbaum-dono. ¿Estás más convencido de eso ahora?”

“Todo es como usted quiere, Su Excelencia. Les agradezco profundamente la compasión de poner fin a mis ansiedades innecesarias. Si es tan amable, Su Majestad…”

“Hemos terminado con este tema, ¿no? Ahora vete, Vuishta”.

Al escuchar la orden de Nakshatra, Vuishta se inclinó profundamente mientras retrocedía y desaparecía en la oscuridad. Nakshatra luego pasó al siguiente tema de conversación.

“Ahora bien, les daremos órdenes bastardos de aquí en adelante. Latora, Grallajearus, ustedes dos se unirán a Striga. ¿Y se llamaba Nelferia? Abrirás un camino hasta allí. Los ejércitos de Vuishta y Moolah están en la Alianza, por lo que llegar tan lejos debería ser un asunto sencillo”.

“¡Hurra! El héroe convocado del país en el camino había una mujer,

¿verdad? Estoy deseando que llegue. Me pregunto cómo debo atormentar a esta…”

“Todo es como usted quiere, Su Majestad. Espere un informe favorable”.

Uno respondió mostrando sus caninos y una voz encantadora, mientras que el otro respondió en voz baja en un tono áspero. Latora y Grallajearus se excusaron de la mesa y desaparecieron en la oscuridad. Ahora solo quedaba un demonio que aún no había recibido ninguna orden, y levantó la voz con sospecha.

“Oye, Nakshatra, ¿qué hay de mí?”

Aunque Ilzarl la interrogó con escepticismo, Lishbaum fue quien le respondió.

“Mis disculpas, Su Excelencia Ilzarl. Te ocuparás de otro asunto”.

“¿Estás planeando que trabaje de forma independiente para cumplir con tu maldito plan?”

“Si. Su Excelencia, desde aquí, me gustaría que se dirigiera al estado autónomo y recuperara el arma que dejó un héroe anterior”.

“¿Un arma? ¿No está bien dejar algo así en paz? Los que recibieron protección divina de la Diosa son una cosa, pero lo que sea que esgrimieron en una pelea no son realmente una amenaza”.

“Ilzarl. Esta es la solicitud de Lishbaum y tiene nuestra autorización”.

Al escuchar las palabras de Nakshatra, Ilzarl arqueó las cejas. Luego se volvió lentamente hacia Lishbaum.

“… Es una solicitud inusual. ¿Es una gran amenaza?”

“Es un objeto llamado Sacramento. Su propósito principal es algo completamente diferente, pero es posible que tenga el potencial de que un humano lo use para oponerse directamente a nuestro dios, Zekaraia”.

“¿Oh? Eso sí que es interesante. Bien entonces. Seguiré tu maldito plan”.

“Mi humilde agradecimiento”.

Lishbaum se inclinó respetuosamente. Sin embargo, Ilzarl podía sentir que no había ningún sentimiento detrás de sus palabras y que simplemente estaba siendo halagado mientras soltaba un bufido. Y luego, cuando salía de la habitación, dejó de caminar.

“¿Su excelencia?”

“Lishbaum, acabo de recordar que tenía una cosa que quería preguntarte”.

“¿Qué podría ser eso?”

“¿Qué tipo de persona derrotó a Rajas?”

Cuando Lishbaum escuchó esta pregunta, una leve sonrisa flotó en su rostro.

“Se dice entre los humanos que el héroe de Astel lo derrotó, ¿verdad?”

“Pero es falso”.

“¿Por qué piensas eso?”

“Intuición.”

“Bromeas”.

Lishbaum respondió con lo que fácilmente podría describirse como una falta de respuesta mientras aún mantenía su sonrisa. Ilzarl luego continuó hablando mientras rezumaba un aura seria.

“… Para alguien como Rajas que recibió gran parte de la protección divina de Zekaraia, no hay forma de que pierda ante un héroe que acaba de ser convocado y aún no se ha familiarizado con el poder de la Diosa”.

“Si fuera alguien que ya poseía un poder significativo, entonces no creo que fuera imposible”.

“No hay forma.”

“¿Cómo puedes declarar eso?”

“Por experiencia. De los héroes que lucharon contra la voluntad de Zekaraia hasta ahora, se necesita una cierta cantidad de tiempo antes de que puedan luchar al nivel de ustedes, bastardos, después de todo”.

“Entonces, ¿eso es lo extraño de que Su Excelencia Rajas fuera derrotado por un héroe?”

“Así es. No importa cómo se mire, era demasiado pronto”.

“Pero aun así, no tiene sentido preguntarme… Vaya, qué problemático”.

Eso dijo, pero Lishbaum en realidad no parecía preocupado en absoluto. A pesar de que había una existencia por ahí que era capaz de derrotar a un poderoso general demonio, su apariencia no daba ni un solo indicio de que lo consideraba una situación peligrosa. Era más bien como si estuviera usando una máscara de payaso mientras hablaba.

“Seguro que estás sereno. Como esperaba, sabes quién derrotó a Rajas, ¿no?”

“Incorrecto. Actualmente está bajo investigación”.

“¿Con esa clase de sonrisa débil? Tú eres el que debería mantener tus bromas bajo control”.

La actitud aduladora de Lishbaum aún no se rompió, e Ilzarl lo miró con frialdad. Al ver que no tenía ninguna intención de apartar la mirada, Lishbaum dejó escapar un suspiro como si se estuviera rindiendo y se quitó la máscara. Mientras lo hacía, la temperatura de la habitación descendió.

Cuando la habitación se enfrió lo suficiente como para congelar cualquier cosa y todo lo que había dentro, un sonido como si algo se estuviera rompiendo comenzó a llenar el aire.

En el breve momento en que ocurrió este fenómeno inusual, una atmósfera se extendió por la habitación, una lo suficientemente oscura como para inquietar incluso a un demonio.

Lo que se estaba esparciendo en la atmósfera de esa habitación en el castillo del Señor Demonio no era otro que el frío psíquico disparado por los magos.

“Perdóneme, Excelencia, pero ¿no es razonable que el que derrotó a Su Excelencia Rajas fuera el héroe después de todo? Basado en lo que Su Excelencia dijo antes, incluso si fuera alguien que poseyera una cantidad sustancial de poder de antemano, Su Excelencia Rajas aún sería imposible de derrotar. Incluso a manos de un héroe con la bendición de la Diosa”.

“Por lo tanto… Oho, ciertamente implicaría eso, ¿no es así?”

“Eso es correcto, Su Excelencia. Es un poco inconsistente”.

“… Entonces retiro mi declaración anterior. Incluso sin el poder de la Diosa, hay medios para derrotarlo”.

Esas eran las palabras que Lishbaum quería escuchar. Mostró una sonrisa siniestra que Ilzarl nunca había visto antes, y le dio la respuesta que quería.

“El nombre del que derrotó a Su Excelencia Rajas es Yakagi Suimei. Es un mago moderno afiliado a la Sociedad de Magos revivido por el rey mago Nestahaim.

Está clasificado como un mago de alto rango. En comparación con otros magos, los sistemas de magia que puede usar cubren un rango bastante amplio.

Y entre ellos, puede usar Abracadra, que puede hacer retroceder la divinidad del mismo nivel que Zekaraia al valle entre mundos; el Bless Blade que puede matar a las bestias que provocan el apocalipsis de un solo tajo; el Magnale dorado que ha soportado el rugido de un dragón rojo; y Enth Astrarle, que voló a dicho dragón sin dejar rastro. Con estas cuatro grandes magias de asombroso poder, ha derrotado a numerosos magos.

Y la magia que derrotó a Su Excelencia Rajas fue sin duda un rayo sagrado con el poder de un ángel guardián sagrado. Contra nosotros, eso sería lo más efectivo”.

“…Bastardo.”

“En el camino, ten cuidado si te encuentras con él. Estoy seguro de que Su Excelencia tiene una buena oportunidad contra él, pero ese hombre es del tipo que se levanta una y otra vez siempre que sus sueños no se hagan añicos. A menos que se le haga evidente la despiadada realidad de la que nunca podrá regresar, será bastante difícil lidiar con él”.

Dentro de esas palabras, Lishbaum disparó los sentimientos que recordaba haber pensado en su extraordinario destino. No era solo resentimiento y no solo ira. No fue del todo admiración, pero hubo algo de alegría.

Después de que su voz, que estaba llena de un torrente de emociones, se quedó en silencio, el general demonio restante desapareció en la oscuridad y se desvaneció.