Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Relación De Los Convocados

Parte 8

Fue Jillbert quien habló a continuación. Parecía que ella también reconocía a Liliana, que en ese momento parecía bastante incómoda.

“Aah, sí. Esos incidentes fueron realmente algo, ¿eh?” dijo, tratando de entablar una conversación amistosa con ella para que se sintiera cómoda.

“No…”

“Yo también viví en el Imperio, ¿sabes? Si puedo ser de alguna ayuda, no tenga miedo de preguntar”.

“…Muchas gracias.”

Quizás Jillbert simpatizaba con ella. Después de que Jillbert le dio una palmada en el hombro, Liliana mostró su gratitud con una ligera reverencia. Y cuando su intercambio algo incómodo llegó a su fin, Jillbert miró a Suimei.

“¿Entonces? ¿Por qué estáis en la Alianza?”

“Estamos haciendo turismo. Después de los incidentes, nos vamos a tomar unas pequeñas vacaciones para relajarnos”.

“¿Hmm? Es bastante admirable para un idiota como tú”.

“Lo juro, cada palabra que sale de tu boca…”

Jillbert sonrió. Parecía divertirse. Suimei le devolvió una mirada severa de irritación, su frente temblando. Tenía que considerar la posibilidad de que les estaría haciendo un favor a todos al arrancarle la lengua bífida. Luego, Lefille se unió a la conversación.

“Entonces, ¿qué estás haciendo aquí en la Alianza, hermana? ¿Jill?”

“Tenemos trabajo además del turismo”.

“Clara y yo nos conocemos desde hace mucho. Tengo conocidos enanos en el distrito de la fabricación de armas,  así que estamos  haciendo nuestras rondas para saludar”.

“Estoy aquí para una inspección de la iglesia en la Alianza, ¿sabe? Y como las dos teníamos negocios aquí, vinimos a visitar Miazen juntas”.

“Qué maravilloso.”

Después de más charlas al borde de la carretera, las dos mujeres se separaron del grupo de Suimei y se dirigieron al norte. Suimei pareció un poco sorprendido mientras los veía caminar hacia la noche.

“Bueno… Esa fue una coincidencia bastante extraña, ¿eh?”

“Y así fue. Nunca me hubiera imaginado que estábamos destinados a encontrarnos con ellas dos en Miazen”.

Felmenia estuvo de acuerdo con Suimei. Mientras lo hacía, Lefille miró hacia el cielo del este, que había comenzado a oscurecerse.

“También deberíamos estar regresando. Ya está anocheciendo”.

“Sí… vamos.”

Con eso, Suimei y las chicas regresaron a sus alojamientos antes de que oscureciera por completo.

***

Después de separarse de Suimei y los demás, Clarissa  y Jillbert se adentraron en el distrito de fabricación de armas hasta un lote baldío donde se almacenaba temporalmente chatarra, muy, muy lejos de cualquiera de las calles principales.

Ya estaba bien entrado el crepúsculo cuando llegaron allí. Era la hora del día en que las luces interiores y las farolas de maná comenzaron a encenderse aquí y allá.

Sintiendo una indescriptible sensación de nostalgia mientras miraba hacia el oscuro cielo nocturno índigo, Jillbert se subió a una caja vacía que olía a hierro y tomó asiento.

“¡Hup!”

Al encontrar un buen lugar para sentarse y calmarse, Jillbert sonrió. Sin pensar en nada, miró el humo negro que brotaba de las chimeneas de las herrerías. Finalmente, desvió su mirada hacia Clarissa, quien por alguna razón, torció su rostro en una expresión sombría.

“… Este lugar no es muy cómodo”.

“¿Lo crees? Me gusta bastante. Se puede escuchar el sonido de martillos de forja y fuelles por todo el lugar”.

“Estoy seguro de que todas esas cosas son agradables y reconfortantes para ti, pero ese no es el caso para mí”.

Con eso, Clarissa se tapó las orejas y se enroscó la cola. El sonido constante de metal golpeando proveniente de las herrerías debió ser demasiado ruidoso para sus sensibles oídos teriantropos. Al presenciar la rara escena de Clarissa enroscando su cola, Jillbert se rio ligeramente antes de mostrarle una cara de alivio.

“Sin embargo, estoy feliz por la hija de Sombra Solitaria”.

“…Sí, tiene usted razón.”

“Antes fingiste no darte cuenta de ella de inmediato, pero te estabas haciendo el tonto, ¿no?”

“Naturalmente. Por favor, no subestime los ojos de un teriantropo. Aunque honestamente me siento aliviado de verla algo alegre”.

Al escuchar a Clarissa hablar de la niña de esa manera, la sonrisa feliz de Jillbert se convirtió en una maliciosa.

“¿Qué es eso? ¿Te sientes culpable?”

“Como si debieras estar hablando. Antes, cuando hablaba con la oscuridad, con Liliana Zandyke, estaba tratando de expiar, ¿no es así?”

“Hmph. Fue nuestro descuido lo que le causó problemas y, al final, no hicimos nada al respecto. Eso fue lo mínimo que pude hacer…”

Jillbert bajó los ojos tímidamente. Liliana nunca tuvo la intención de pasar por el tipo de sufrimiento que tuvo durante la misión de Romeon.

Realmente, Clarissa y Jillbert podrían ser culpables apropiadamente por permitir que sucediera. Era algo conveniente hablar solo de los pecados que llevaban después de todo este tiempo, pero era todo lo que podían hacer. En consecuencia, Clarissa le devolvió a Jillbert un gesto de complicidad.

“Ciertamente.  Pero  nuestras  preocupaciones  tal  vez  sean  ahora  una ansiedad innecesaria”.

“¿Dices eso solo porque ella está con ese mocoso?”

“Si.”

Cuando Clarissa le dio una sonrisa agradable, Jillbert la miró como si algo acabara de darse cuenta.

“Entonces, ¿por qué la hija de Sombra Solitaria está junto con ese idiota? ¿Hiciste algo detrás de escena?”

“No, yo no hice tal cosa”.

“¿Entonces…?”

“Según la Sombra Solitaria, Suimei-sama fue quien derrotó a Romeon.”

“¿Wuh? ¿Ese tipo? Eso es una broma, ¿verdad? ¿Ese tipo de mocoso de tercera categoría realmente hizo eso?”

“Si.”

Clarissa respondió sin dudarlo. Como si ella encontrara esto absolutamente increíble, Jillbert frunció el ceño enormemente. Entonces, de repente, surgió una tercera voz de la nada.

“¿Oh? ¿Conociste al humano que puso fin a ese alboroto?”

Era la voz de un joven. Mirando a su alrededor, las chicas vieron un dragonnewt parado en la entrada del terreno baldío. Su cabello verde brillante flotaba con la suave brisa. Detrás de sus orejas había dos cuernos plateados. Llevaba ropa blanca que parecía un atuendo tradicional japonés, sus brazos estaban escondidos dentro de sus mangas largas.

“Siempre apareces de la nada, ¿eh? Pero dejando eso de lado, llegas tarde”.

Mientras Jillbert lo miraba críticamente, Eanru se rio alegremente como si no sintiera culpa en ese frente.

“Aah, lo siento, lo siento. Tenía algunos asuntos menores en otro lugar. Entonces, sobre lo que acababas de hablar…”

“¿Sobre ese mocoso?”

“Puedo confirmar lo que dijo Clarissa. Estoy seguro de que la Sombra Solitaria dijo que el nombre del hombre era Suimei… o algo así, ¿verdad?”

“Dragón, ¿es eso realmente cierto?”

Jillbert entrecerró los ojos y lo miró con total atención, y Eanru asintió en respuesta a ella.

“Si es como dice la Sombra Solitaria, entonces sí. Según su relato, parece que el hombre vio a través de todos los hechizos de Romeon y llamó a las estrellas de los cielos para derrotarlo y la oscuridad que lo cubría. Sin embargo, La Sombra Solitaria no dio más detalles que eso… Es una pena que no haya sido parte de tu afortunado encuentro con él”.

Después de escuchar la explicación abreviada de lo que sucedió, la admiración se reflejó en el rostro de Jillbert.

“Hombre… Ese mocoso realmente derrotó a Romeon cuando se volvió loco, ¿eh? Aunque seguro que parece un títere total”.

“Al contrario, Jill. Incluso en el Pabellón Crepuscular en el Imperio, cuando Suimei-sama se enfrentó al héroe de El Meide, lo abrumó por completo”.

“¿Le hizo eso al héroe de El Meide? Ese héroe, si mal no recuerdo… era bastante capaz, ¿no? ¿No se habló de él desde el principio sobre pelear y golpear a esos malditos demonios?”

Al recordar la destreza de Elliot en el campo de batalla en el momento en que fue convocado, Jillbert miró a Clarissa como si no le creyera en absoluto.

“Oh, Dios mío, Jill. ¿Estás dudando de mis ojos?”

“El héroe tiene la protección divina del ritual de invocación, ¿verdad? No hay forma de que haya alguien con el poder de superar eso”.

“¿Oh? En ese caso, ¿en qué nos convierte eso?”

“Excepciones”.

“En ese caso, no es tan extraño que haya otras excepciones, ¿correcto?”

“…”

Jillbert le dio al sofisma de Clarissa una mueca de incredulidad. Clarissa luego negó con la cabeza y continuó.

“El maná que llena el cuerpo de Suimei-sama supera con creces lo que posee el héroe de El Meide. Por eso, no hay duda de que el poder que posee supera al del héroe de El Meide”.

Clarissa afirmó esto con una mirada inquebrantable. Pensando que sonaba un poco como si estuviera alabando a Suimei, Jillbert de repente se dio cuenta de algo.

“Oye, Clara. ¿Podría ser que él es el tipo que estabas pensando en traer como compañero antes?”

“En efecto.”

Cuando Clarissa asintió, diciéndole que estaba en lo cierto, Jillbert se llevó la mano a la cara.

“Oye… ¿De verdad, ese mocoso…?”

“Derrotó a Romeon después de ser engañado por el poder de las tinieblas. ¿Tienes alguna duda sobre sus capacidades?”

“Eso es… no tengo ninguna objeción, pero…”

“No me importa en absoluto mientras sea fuerte”.

Eanru era un tonto, pero Jillbert seguía sin estar convencida. Su expresión aún era bastante sombría. Hacía una mueca como si algo desagradable estuviera atrapado entre sus dientes. Al  verla mirar de esa manera, Clarissa habló una vez más.

“Jill, ¿lo odias tanto?”

“No es así, pero se lleva bien con Lefille. Y ahora mismo, está cuidando a la hija de la Sombra Solitaria, ¿verdad? Si pasa algo, sentiría lástima por esos muchachas”.

“Oh, Dios, después de todo eres bastante bondadosa, ¿no es así?”

“E-Ese no es realmente el caso…”

Cuando Clarissa sonrió y señaló eso, Jill estaba nerviosa. Golpeó la caja en la que estaba sentada y miró hacia otro lado mientras se ponía roja. Y luego, en un total de ochenta, hizo una expresión inquieta y dudosa antes de interrogar a Clarissa.

“Pero Clara, ¿por qué lo quieres tanto? Para hacer lo que debemos, solo la fuerza no es…”

“Lo vi por primera vez después del asunto con el héroe de El Meide, pero mi recomendación también se basa en otros factores. Romeon, por ejemplo”.

Con eso como prefacio, Clarissa pasó a explicar su razonamiento.

“Cuando Suimei-sama se involucró por primera vez en ese incidente, fue para proteger a la pequeña Lefille-san de las inexplicables expectativas de la Diosa. Y con ese fin, todo se habría resuelto si lo único que hiciera fuera capturar a la culpable de los hechos, Liliana Zandyke. Pero Suimei-sama no se dejó seducir por el corto plazo y no perdió de vista su propio sentido de la justicia. Se concentró en lo que debería estar haciendo, independientemente de las dificultades que le ocasionaría, y salvó a Liliana, quien también fue víctima de todo. Honestamente hablando, me sorprendió que alguien en este mundo tuviera ese tipo de determinación”.

“Bueno, ciertamente lo encuentro bastante admirable, pero…”

“¿Estás diciendo eso en serio?”

El tono escalofriante de Clarissa hizo vacilar a Jillbert. Sus frías palabras implicaron que a Jillbert le faltaba algo.

“Jill, ¿no lo sentiste? Cuando Suimei-sama y los demás caminaban directamente hacia nosotros, todos tenían una apariencia amable. Lefille- san, Stingray-san y Liliana Zandyke estaban sonriendo. Cuando vi cómo eran, me pareció deslumbrante”.

“Eso es…”

Estaba en completo contraste con la primera impresión de Jillbert de Suimei. Y tal vez fue ese contraste lo que provocó algo en ella ahora. Antes, Suimei y los demás caminaban juntos mientras tenían una agradable conversación sobre asuntos triviales. Era casi como si estuvieran viviendo una vida completamente normal y pacífica.

Un grupo feliz de amigos era algo común que se podía ver en cualquier lugar. Pero después de todo el sufrimiento que enfrentaron en el Imperio, fue algo especial con este grupo en particular. Ni siquiera Jillbert podría negar eso.

Dentro de ese círculo de sonrisas, había una joven que debería haber sido atormentada por la oscuridad. Por lo que Jillbert había escuchado, esta joven había pasado todos los días desde que era una niña caminando más y más profundamente en la oscuridad. Nadie se habría sorprendido si se la hubiera tragado entera. Entonces, ¿cómo era posible que ella pudiera sonreír así ahora?

Fue una sonrisa del corazón. Uno que decía que estaba realmente en paz. Uno que decía que estaba libre de las garras de la oscuridad. Una sonrisa que era prueba de que se había salvado, se podría decir.

Era probable que esa sonrisa no fuera más que un hilo de esperanza en la maraña de posibles destinos enterrados bajo la oscuridad.

Era seguro asumir que todos los demás hilos solo habrían llevado a la desesperación. Pero ese hombre había luchado por agarrar ese hilo. Obtuvo una victoria sobre la Diosa que solo podría llamarse un milagro.

Eran completamente ignorantes de exactamente cómo había logrado tal hazaña. Pero la razón por la que estaba tan fascinada con él era porque su figura mientras caminaba hacia la puesta de sol parecía más deslumbrante que el sol mismo.

“… Pero aun así, todavía no creo que sea una buena opción”.

“¿Aunque veas por qué lo hago?”

“Es precisamente por eso, Clara. Entiendo que ese mocoso no opera abiertamente. También entiendo que es como nosotros en que es diferente. Pero no creo que él sea igual de diferente que nosotros. Es demasiado deslumbrante. Si somos la oscuridad del mundo, entonces él es la luz dentro de la oscuridad. Y en la oscuridad, brilla aún más. La luz que emite es espectacular. Entonces, ¿cómo puedes decir que es como nosotros cuando ambos lo sabemos mejor? Ese mocoso nunca debería mezclarse con gente como nosotros”.

“Eso… Ciertamente puede ser cierto.”

La razón por la que Clarissa estuvo de acuerdo probablemente fue porque compartía la misma premonición. Y luego, como si estuviera echando agua a su pequeño intercambio, Eanru intervino en la conversación.

“Puede que no haya necesidad de preocuparse tanto por eso, ustedes dos. Los que son fuertes se entrelazan bien. Después de reunirse con ustedes dos y de haber derrotado a Romeon, es posible que él ya esté involucrado de todos modos”.

“No digas esas tonterías, dragón. Realmente no puedes leer la habitación, ¿verdad? ”

“Solo digo que es una posibilidad”.

“Eso es lo que estoy diciendo que es una mierda”.

“En ese caso, ¿debería simplemente no hablar?”

“No seas tan dramático, maldita sea”.

Uno de ellos hablaba muy serio y el otro estaba completamente exasperado. Clarissa interrumpió allí para volver al asunto principal en cuestión.

“Por cierto, Eanru, ¿cómo es ese asunto del que hablamos?”

“¿Hmm? Aah, ahora que lo mencionas, la hemos estado ignorando”.

“¿Eh?”

“El que está justo detrás de mí es el héroe que fue convocado en Thoria. Crimson Pain la trajo esta mañana y la entregó a la Sombra Solitaria”.

Después de una breve explicación, Eanru dio un paso hacia un lado. Mientras lo hacía, una mujer que vestía una túnica marrón clara y suelta apareció detrás de él. Parecía que había estado parada allí todo el tiempo. Confirmando lo que dijo Eanru, su apariencia coincidía con la descripción del héroe de Thoria. Al ver esto, Jillbert habló en broma.

“Ese maldito Crimson Pain, haciendo esta mierda detrás de escena… ¿No te enteraste, Clara?”

“Me lo dijeron justo antes de que dejáramos el Imperio”.

Parecía que Jillbert estaba un poco molesto por no haber sido informado de antemano. Lanzando otra mirada a Clarissa, saltó de la caja y echó un vistazo a la cara del cuarto héroe.

“Sin tener en cuenta su intención real y traerlos de todos modos… Entonces, ¿qué pasa con este?”

Jillbert estaba preguntando si venía de buena gana y Eanru dio una breve respuesta.

“Esta mujer se negó, así que parece que le robaron la conciencia”.

“Ya veo. Eres bastante desafortunado, ¿no es así?”

Jillbert miró al héroe de Thoria con lástima. Sin embargo, debido a que las acciones del héroe estaban bajo control, permaneció completamente en silencio. Sintiendo que no tenía sentido tratar de hablar con ella, Jillbert dejó escapar una queja ociosa insatisfecha.

“Pero ya sabes, si vamos a hacer cosas como esta, preferiría que me mantengan al tanto. Por casualidad teníamos dos héroes juntos en el Imperio, ¿ves? Hubiera sido más rápido hacer algo al respecto primero… Pero supongo que existía el riesgo de crear enemigos más poderosos además de los dos héroes…”

“Pero al final, todo salió bien, ¿no? Escuché que el hombre que derrotó a Romeon es un amigo muy cercano del héroe de Astel. Si el héroe fuera convocado desde otro mundo y ese hombre estuviera debidamente unido, probablemente terminaríamos entrando en conflicto con ese hombre. Sin embargo, personalmente, eso sería exactamente lo que quiero”.

“Sí, sí, lo entiendo”.

Jillbert desvió la mirada y asintió apáticamente con Eanru. Pero al menos tenía razón. Por supuesto, no se trataba de querer enfrentarse a los tres. Tanto Clarissa como Jillbert pensaron que seguir su estrategia en el Imperio se habría vuelto bastante difícil si Suimei decidía ayudar a Reiji. Naturalmente, querían evitar entrar en conflicto con los muchos poderes que se reunían alrededor de los héroes en el Imperio en ese momento.

“Bueno, incluso sin decírselo a ustedes dos, parece que harán un movimiento de todos modos”.

“¿Eso es sarcasmo?”

“Estoy diciendo que eres bastante hábil. Si fuera un asunto tan insignificante, ustedes dos lo lograrían con facilidad, ¿verdad?”

“Bueno, ahora que lo mencionas, no puedo negar la posibilidad”.

Clarissa también estuvo de acuerdo con Eanru allí. Asegurar a los héroes sería un pequeño sacrificio por una gran causa.