Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Relación De Los Convocados

Parte 5

Después de eso, las cosas fueron aburridas por un tiempo. Una vez que se enteró de que no podía regresar a casa, aparte de las comidas que comía con la familia real o los paseos que hacía con Selphy, la mayoría de las veces permanecía confinada en su habitación. Pero entonces, un día, la noticia de la invasión de los demonios llegó al palacio.

Mirando hacia el techo, Hatsumi recordó ese día con claridad.

Esa mañana, Weitzer visitó su habitación. Nada de eso fue inusual. Venía a saludarla todos los días. Como tenía su propio horario, la hora de su visita no estaba predeterminada, pero se presentó particularmente temprano ese día. Y traía consigo noticias absurdas. Lo discutieron extensamente, pero Hatsumi recordó particularmente la conversación que habían tenido después de eso.

“Héroe-dono, ¿hay algo que te preocupe en tu vida diaria?”

Weitzer estaba sentado en una silla frente a ella y parecía bastante serio. Hatsumi, sin embargo, respondió con risas.

“Nada en lo absoluto. Todas las empleadas domésticas me cuidan muy bien”.

“Me alegra oír eso. Sin embargo, si surge algo, hágamelo saber de inmediato, Héroe-dono. Eres una invitada muy bienvenida del estado. No hay necesidad de ser tímida. Por favor, pídame cualquier cosa que desee”.

“Entonces me gustaría que dejaras de llamarme ‘Héroe-dono'”.

“¿Qué…?”

Weitzer pareció asombrado cuando dijo eso. Aparentemente, nunca había considerado que eso sería lo primero que ella pidió.

“Eso es… Um…”

Ser un héroe era un título de gran honor, y Weitzer se dirigió a ella como tal para mostrar su respeto. Como realeza, había muy pocas personas a las que el decoro exigía que tratara con tanta formalidad, por lo que significaba algo para él ser correcto con el héroe convocado de la nación. Al darse cuenta de que podría tenerlo entre la espada y la pared, Hatsumi abandonó el tema.

“Entiendo. La decisión es tuya.”

“Como desees.”

Ella le dio una salida y Weitzer inclinó ligeramente la cabeza. En lugar de humildad, pretendía mostrar su respeto. Sabía que a Hatsumi le costaba asumir su papel de heroína

¿Cómo podía ella sin prácticamente ningún conocimiento de quién era? Simplemente no le sentó bien. De hecho, todavía la estaba molestando incluso ahora.

“Oye, ¿es realmente cierto… que soy un héroe?”

Era una pregunta importante, pero Weitzer no dudó en responder.

“Pero por supuesto. Bajo la supervisión de la Iglesia de la Salvación, llevamos a cabo el ritual de invocación de héroes aquí mismo en los terrenos del palacio. Así fue como viniste a nosotros. No hay duda”.

“Pero aún…”

Incluso si la llamaban heroína, ¿qué significaba eso realmente? Sabía que la habían llamado aquí para derrotar a los demonios, pero todo se sentía tan irreal. Incluso abstracto. Tanto ella como Weitzer buscaban algo más concreto.

“He oído que el héroe convocado por el ritual de invocación recibe una bendición divina de la Diosa”.

“¿Pero qué significa eso? ¿Qué es específicamente?”

“Según las leyendas, es un poder que no se puede lograr por medios normales. Seguramente algunos de los cuentos son exagerados, pero debe haber algún tipo de cambio que puedas sentir. Algo físico”.

“Hmm…”

“¿Nada?”

“Quiero decir, no es como si pudiera comparar cómo me siento ahora con cómo me sentía antes…”

“Seguro que hay algo”.

“Si tuviera que decir… siento que puedo moverme mejor que otras personas. Me siento fuerte”.

Con eso, extendió la mano como si le estuviera pidiendo un apretón de manos a Weitzer. Tomando una indirecta, tomó su mano. Ella le devolvió el apretón.

“E-Esto es…”

Weitzer pareció aturdido. Y con razón, el agarre que tenía en su mano no se parecía a nada que una niña de su edad y tamaño debería ser capaz de producir. Sin duda fue sobrehumano. Y al darse cuenta de eso, los ojos de Weitzer se abrieron aún más. Esta fue una prueba tangible de que ella era la heroína.

“Este debe ser el poder de la bendición de la Diosa…”

“Honestamente, tengo sentimientos encontrados al respecto”.

“Para nosotros, es un placer que vale la pena celebrar”.

Sin lugar a dudas, su héroe había llegado. Para la gente de este mundo, ella era como una santa enviada desde los cielos. Todo era bastante confuso para Hatsumi, pero vio como Weitzer fruncía el ceño. Parecía que también había algo más en su mente.

“Pero para mí, personalmente… no estoy dispuesto a que te dirijas al campo de batalla”.

“…Si.”

Parecía que estaba tratando de ser considerado con Hatsumi a su manera. Pero al final, ella no pudo darle ánimo ni esperanza. La expresión de Weitzer se volvió bastante tensa. Era la cara que tenía cuando se dirigía a asuntos oficiales.

“Héroe-dono, debo disculparme por preguntar, pero me gustaría que visites y observes a los soldados”.

“Eso es de lo que estabas hablando ayer, ¿verdad?”

“Si. Los oficiales y hombres que son el orgullo de nuestro ejército quieren mostrarte su entrenamiento, Héroe-dono”.

Por supuesto, hubo más que eso. Entrenar para mostrar sus habilidades al héroe era sin duda una buena motivación para el ejército, pero también querían inspirar a Hatsumi.

Esperaban desencadenar algo en ella como héroe. La demostración no fue idea del rey, pero la gente que lo rodeaba lo presionó para que la organizara, o eso dijo Selphy. Sin embargo…

¿Quieren presumir algo así a una mujer…?

Puede que funcione muy bien en un hombre, pero a Hatsumi le costaba imaginar que algo así como una demostración militar encendiera cualquier cosa dentro de ella. Ella no tenía ninguna voluntad de pelear, así que tal vez estaban tan desesperados.

Por supuesto, también era cierto que estaban ansiosos por impresionar a su heroína.

“¿Qué hay de Selphy?”

“Ella tiene otros asuntos de los que ocuparse, así que, aunque sea presuntuoso, hoy te acompañaré”.

Esto fue inesperado. Normalmente Selphy era la que acompañaba a Hatsumi a todas partes.

“¿Está eso bien? Eres un príncipe, después de todo. ¿No tienes algo más que hacer?”

A Hatsumi le preocupaba que pudiera estar impidiéndolo de sus deberes oficiales, pero Weitzer negó con la cabeza.

“Estoy haciendo precisamente lo que debería hacer. Es un gran honor servir como escolta del héroe. Eso sí, lo considero un placer más que una obligación”.

Weitzer hizo todas las concesiones posibles para que Hatsumi se sintiera cómoda y se sintiera cómoda. Tenía su integridad, tanto como príncipe como como caballero.

“Gracias, Weitzer”.

“No hay necesidad de agradecerme. Te lo dije, es un honor y un placer. Por ti, Héroe-dono, te acompañaría hasta los confines de la tierra”.

“Eso es ir demasiado lejos…”

“No, de verdad…”

Justo cuando Weitzer comenzó a hablar, se escucharon pasos apresurados en el pasillo. Se acercaron rápidamente y se detuvieron justo afuera de la puerta de la habitación.

“Me pregunto qué pasa…”

“Es tabú correr en el palacio a menos que sea una emergencia. Lo que significa…”

“¿Ha ocurrido algo urgente?”

Weitzer asintió con una expresión sombría y se dirigió hacia la puerta. Para cuando llegó, se oyó un golpe en el otro lado. Sonaba como un guardia de palacio. Weitzer abrió la puerta y se dirigió a él en voz baja. Su conversación en voz baja duró unos momentos, y luego el guardia se despidió. Weitzer se acercó a Hatsumi de nuevo y se arrodilló ante ella.

“Héroe-dono, me disculpo por lo repentino, pero tendré que disculparme por un momento.”

“¿Paso algo?”

“No. Nada que deba preocupar a nuestro héroe”.

“…Ya veo.”

Aunque habló de ello como si no fuera gran cosa, estaba bastante claro que algo había sucedido. Hatsumi estaba interesada, pero en realidad no quería entrometerse. Vio a Weitzer irse, pero incluso después de que se fue, la expresión oscura en el rostro del guardia pesó mucho en su mente. Al final, se rindió y fue tras Weitzer ella misma.

Hatsumi preguntó a las domésticas adónde se había ido el príncipe y lo siguió. Finalmente, se encontró frente a la sala de audiencias del castillo.

Ella saludó cortésmente a los guardias en la puerta, pero luego escuchó una voz enojada que venía del otro lado. Sonaba como si alguien estuviera gritando, pero debido a que la puerta de la sala de audiencias estaba cerrada, no podía distinguir lo que estaban diciendo. Sea lo que sea, sin embargo, no sonaba bien. Decidió preguntarle a uno de los guardias qué estaba pasando.

“¿Qué es esto?”

“Es decir… realmente no podemos decir…”

El guardia parecía preocupado. Al darse cuenta de que no iba a responderle directamente, Hatsumi dio un paso adelante.

“Ábrelo”, dijo sin pestañear.

“¡P-Pero…! ¡Ahora mismo es…!”

“Por favor.”

Los guardias terminaron cediendo y amablemente abriéndole la puerta. Como era de esperar, los simples porteadores no podían rechazar una solicitud del héroe.

Al darse cuenta de la posición en la que los había puesto, Hatsumi se disculpó y luego entró en la sala de audiencias. En el interior, un hombre musculoso de piel oscura intentaba frenéticamente apelar al rey de Miazen.

“Mientras nos sentamos aquí y no hacemos nada, ¡Larsheem está siendo atacado!”

“Entiendo. Pero no puedo simplemente desplegar el ejército inmediatamente solo a petición suya”.

“¡Te lo ruego!”

El hombre musculoso estaba ansioso e inquieto como un animal enjaulado, como si pudiera lanzarse en cualquier momento. Parecía que la crisis que se avecinaba lo tenía extremadamente nervioso.

Tanto es así que incluso se atrevió a hablarle irrespetuosamente al rey. Pero tal vez porque entendieron la terrible naturaleza de sus circunstancias, ninguno de los presentes en la sala de audiencias dijo nada al respecto. Incluso el rey parecía comprensivo, pero su posición exigía que se mantuviera severo.

“Forvan-dono, entiendo tu difícil situación, pero cálmate”.

“¿Entonces…?”

Parecía que el hombre esperaba que el rey hiciera un seguimiento de alguna manera, pero no dijo nada más. Sin inmutarse, el hombre musculoso continuó defendiendo su caso. Mientras él y el rey hablaban, Hatsumi miró alrededor de la habitación. Entre los oficiales y generales presentes, Hatsumi vio a Selphy y se dirigió silenciosamente hacia ella.

“¡¿Hatsumi?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!”

“Weitzer me estaba visitando, pero tuvo que irse de repente cuando pasó un guardia. Me despertó el interés”.

Hatsumi le dio un breve resumen y Selphy pareció bastante sorprendida. Antes de que pudiera pronunciar una palabra, Hatsumi le preguntó sobre la situación actual.

“Entonces, ¿qué está pasando Selphy?”

“… Parece que los demonios han invadido Larsheem”.

“Los demonios…”

Al norte de la Alianza había un cinturón de tierra vacío que no era ni un territorio demoníaco ni humano. El ejército de demonios supuestamente no había mostrado signos de movimiento después de su invasión de Noshias, pero ahora habían aparecido de repente en Larsheem, que se encontraba en el extremo norte de la Alianza.

“Parece que estaban fingiendo ser dóciles cuando en realidad estaban trasladando sus tropas hasta la Alianza”.

“Y… ¿quién es ese hombre?”

“Es uno de los oficiales de Larsheem. Con solo los soldados en Larsheem y el apoyo que tienen de los países vecinos, no lo lograrán. Por eso este hombre vino a Miazen en busca de ayuda”.

“Parece que el rey no está considerando su solicitud favorablemente…”

Selphy asintió con la cabeza. El hombre le suplicó al rey una y otra vez, pero parecía que el rey solo lo estaba aplacando. Hatsumi tuvo que preguntarse por qué.

“La Alianza Saadias fue formada por los países del norte para apoyarse unos a otros, ¿no? No es solo una alianza de nombre. ¿Entonces realmente está bien no enviar ayuda en un momento como este? ”

“Es tal como dices. En el caso de que un país de la Alianza entre en crisis, los demás están destinados a ayudar. Por desgracia, un ejército no es algo que se pueda mover rápidamente”.

“Ya veo…”

Selphy quiso decir que ese era el verdadero problema aquí. Larsheem necesitaba ayuda inmediata, pero conseguir una gran fuerza organizada allí llevaría algún tiempo.

Sin embargo, aun así, el hombre seguía pidiendo ayuda a Miazen. Al contrario de su rugido emocional, Weitzer le habló de una manera tranquila, serena y racional.

Pero la respuesta no cambió. No había nada que pudiera hacerse instantáneamente. Sin embargo, eso no impidió que el hombre preguntara, de intentarlo.

Literalmente les suplicaba que salvaran a su país. Y era una visión lamentable y desesperada. El hombre estaba cubierto de heridas y vendajes casi de la cabeza a los pies. Probablemente había estado luchando consigo mismo antes de llegar a Miazen.

“Ah…”

De repente, el rey y los funcionarios se volvieron hacia Hatsumi. Sabía que la buscaban en busca de ayuda, de esperanza. Pero rápidamente apartaron la mirada. Según lo que había hecho, o no había hecho, antes de ahora, probablemente todos pensaban en ella como poco confiable.

El hombre continuó suplicando al rey. Los guardias del palacio intentaron alejarlo, pero era demasiado grande y musculoso para poder contenerlo. Gritó en desesperado desafío mientras intentaban obligarlo a retirarse.

“Hngh…”

Su grito rugiente sacudió a Hatsumi. Se sentía como si estuviera gritando directamente dentro de su cabeza. Resonaba y reverberaba en su cráneo como la campana de una torre de reloj. Entonces vio algo. Algo extraño.

“¿Qué…?”

Como si tuviera vértigo, el campo de visión de Hatsumi comenzó a girar y cambiar. Todo lo que podía ver ahora era un fondo gris a través de una tormenta de arena negra.

Antes de darse cuenta, había perdido el sentido de la visión periférica y solo podía ver lo que estaba muerto delante de ella. Fue como ver la televisión. Y luego, tan repentinamente como había llegado, la tormenta de arena se desvaneció como un ruido blanco cuando alguien cambió de canal.

Pero las cosas no habían vuelto a la normalidad todavía. Lo que vio a continuación no fue la escena emocional que se desarrollaba en la sala de audiencias, sino lo que parecía una especie de servicio fúnebre. Incapaz de mover nada más que los ojos, todo lo que pudo hacer fue mirar.

Fue un funeral de estilo occidental, y asistieron tanto japoneses como extranjeros. Era un grupo grande y diverso, pero todos iban vestidos de negro. Se extrañaría mucho al fallecido, eso era seguro. Hatsumi simplemente no sabía quién era.

Pero había un rostro que sí reconoció.

El niño que estaba leyendo un elogio ante la multitud de dolientes parecía una versión mayor del niño que había visto muchas veces en sus sueños.

Y parecía que la mayor pérdida fue suya. Mientras leía, ella podía escucharlo decir cosas como “padre” y “solo familia”. Debe haber estado sumido en el dolor. Apenas había palabras para expresar la angustia de estar solo en el mundo a una edad tan temprana.

Pero aun así, solo miró hacia adelante. Ya que caminaría solo hacia adelante de aquí en adelante, no podía permitirse el lujo de bajar la cabeza. Leyó el elogio de su padre con firmeza sin ni siquiera una señal de dejar que las lágrimas o la aflicción lo detuvieran.

Sus decididos ojos negros miraron fijamente a la distancia gris y nublada. Entonces el canal de repente pareció cambiar de nuevo y Hatsumi estaba viendo la sala de estar de alguna casa. El mismo chico estaba allí, murmurando algo en sueños.

“Yo… debo seguir adelante para poder realizar el sueño que mi padre me predicó… sin falta. Si me detengo, terminará aquí. Por eso… tengo que ir a salvarlos”.

Quizás por eso no había mostrado una pizca de debilidad mientras todos los demás estaban de luto. Pero después de afirmar inconscientemente su resolución, silenciosamente cayó en un profundo sueño. El funeral, el servicio, la reunión con todos los que habían venido a presentar sus respetos… Todo debe haber sido agotador. Pero ahora, mirando su rostro dormido, Hatsumi pudo ver una lágrima corriendo por su mejilla.

¿Fue esta visión un flashback de uno de sus recuerdos perdidos? La pantalla de su mente regresó brevemente a la tormenta de arena negra antes de volver a la realidad.

Una vez más pudo escuchar los gritos enojados del hombre de Larsheem, y pudo distinguir a Weitzer de pie frente a él. Era la misma escena que antes.

“Ah…”

“¿Estás bien, Hatsumi? ¿Qué pasa?” Preguntó Selphy. “S-Sí… estoy bien.”

Selphy parecía preocupada, probablemente porque Hatsumi parecía aturdida. Pero Hatsumi podía decir, basándose en la conversación que Weitzer estaba teniendo con el hombre, que solo había estado fuera de ella por una fracción de segundo. Pero eso fue todo lo que hizo falta. En esa fracción de segundo, Hatsumi había tomado una decisión. Alejándose de Selphy, se acercó a Weitzer y al hombre de Larsheem.

“Iré.”

“¿Eh? ¿Quién diablos eres tú?”

El hombre miró bastante desconcertado a una joven que de repente intervino en la conversación. Pero también lo hizo Weitzer, quien sin darse cuenta reveló su identidad en un grito de sorpresa.

“¡¿Héroe-dono?!”

“Espera, ¿eres el héroe?”

“Si. Mi nombre es Kuchiba Hatsumi, y parece que soy el héroe convocado por la Alianza”.

Ante eso, el hombre se burló y resopló.

“¿Oh si? Escuché que el héroe convocado era un cobarde que no levantaría una mano contra una mosca después de ser convocado”.

“¡Bastardo! ¡Cuidarás tus modales frente al héroe!” Weitzer lo reprendió de inmediato.

“¡Ha! Es la verdad, ¿no? Si no fuera así, entonces no hay forma de que ella se quede sentada aquí con lo que está sucediendo allá afuera”.

“E-Eso es… Hay circunstancias atenuantes…”, dijo Weitzer, su voz se encogió.

“Sí, a eso lo llaman cobardía”.

Eso era innegable. Aunque había sido víctima de algunos eventos muy extraños, era cierto que no había hecho nada. Ella simplemente se estaba escondiendo mientras esperaba que terminaran las bromas.