Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Hacia La Alianza Saadias

Parte 5

Y justo cuando su conversación estaba llegando a un punto crítico, un golpe inesperado llegó a la puerta de la habitación de invitados. Reiji y los demás se volvieron hacia la puerta, y una voz familiar vino del otro lado.

“Disculpe. Me informaron que el héroe Reiji estaba aquí, pero… ¿puedo?”

“Si. Ese eres tú, ¿no es así, Elliot? Por supuesto, entra”.

Con el permiso de Reiji, Elliot y Christa entraron en la habitación. “Hola, Elliot. ¿Qué te pasa hoy?”

“Nada en realidad. Me dijeron que viniera al castillo, así que lo hice. Y ya que estoy aquí, decidí venir a saludarte también”.

“Perdón por las molestias, pero gracias por venir”.

“Sin embargo, debo admitir que tenía algo de lo que quería hablar”.

Antes de pasar a lo que Elliot quería hablar, Reiji interrumpió con algo que tenía que decir primero.

“Por cierto, parece que hiciste todo tipo de arreglos para nosotros con respecto a lo que sucedió”.

“Aah, ¿eso…? Hmph, me molesta que las cosas vayan exactamente como lo planeó ese hombre, pero no podía rechazarlo cuando todo era por el bien del héroe, después de todo”.

“Gracias. Nos salvaste”.

“No, no, no necesitas preocuparte por eso. De hecho, puedes pensar en mí como entrometido. Ah, pero si vuelves a ver a ese tipo, dile que me debe una. Lo único correcto es pagar las deudas”.

“Hahaha… Lo tengo”.

Parecía que se esforzaría en no mostrar piedad a Suimei. Reiji reconoció su solicitud con una sonrisa. Mizuki luego inclinó la cabeza hacia un lado.

“Sé que es bastante repentino preguntar, pero ¿qué planeas hacer desde aquí, Elliot-kun?”

“¿Hmm? Ah, bueno, pasamos bastante tiempo discutiéndolo, pero estamos planeando detener nuestras llamadas de simpatía y comenzar a reunirnos con los otros héroes convocados”.

“Ya veo… Eso también es bastante importante, ¿no?”

Reiji estaba un poco aturdido. Nadie le había sugerido nunca eso, así que la idea nunca se le había pasado por la cabeza.

“Este es mi asunto contigo hoy. Quiero que podamos mantenernos en contacto antes de pasar a la batalla decisiva. También es importante que podamos movilizar los ejércitos de todas las demás naciones. En este tipo de situaciones, francamente, lo mejor es actuar en armonía, ¿no? Aunque no sé si seremos capaces de confiar completamente en el poder de la iglesia para eso”.

La cooperación se encontraba en un nivel preocupante entre las naciones, probablemente debido al cinismo de la mayoría de los líderes mundiales actualmente en el poder. Parecía que Elliot había pensado mucho en la subyugación de los demonios.

“Por eso, cuando se trata de eso, tendremos que poder reunir nuestras fuerzas. Hablando francamente, no creo que una orden de la iglesia sea suficiente. Así que pensé que primero empezaría con la Alianza, que está más cerca de nosotros en este momento…”

Una expresión amarga se apoderó del rostro de Elliot mientras se apagaba.

“Ah, pero también escuché que se dirigían hacia la Alianza. Me gustaría tener la oportunidad de ver a Lefille-chan y Felmenia-chan de nuevo, pero ese hombre estará con ellos, ¿no es así?”

“¿Realmente no te gusta tanto Suimei-kun, Elliot-kun?”

“La mera visión de su rostro de alguna manera me ofende mucho. Escuché que el héroe convocado por la Alianza era bastante hermoso, así que es lamentable, pero… ¡Ay!”

“¡Elliot-sama!”

“Sí, sí. Sólo era una broma. Una broma, ¿de acuerdo?”

Elliot trató de calmar a Christa con nerviosismo. Desde la perspectiva de Reiji y Mizuki, parecía que un Nioh estaba parado detrás de Elliot. Después de tratar de calmar su ira por un tiempo, se aclaró la garganta de manera antinatural para intentar aclarar el aire.

“¡Ehem! Entonces, en resumen, pasaremos por Astel para encontrarnos con el héroe en Thoria. Entonces, sobre ustedes tres…”

“Nos dirigimos al estado autónomo”, declaró Mizuki mientras levantaba los brazos con entusiasmo.

“¿El estado autónomo, dices?” Christa preguntó.

“También pondremos nuestras llamadas de solidaridad en espera y vamos a conseguir un arma legendaria que dejó un héroe pasado”.

“¿Arma legendaria…? Ah, esa cosa”.

“¿Oh? ¿Lo sabes, Elliot-kun?”

Parecía tener alguna idea de lo que estaban hablando. Pero cuando se le preguntó al respecto, su expresión cambió rápidamente de una comprensión a una perplejidad.

“Sacra… algo u otro, ¿no? Tenía un nombre así”.

“¿Eh? ¿Sakura? ¿Qué hay de Sakura?”

“Elliot-sama, es Sacramento”.

“Si, eso. También escuché que era una gran arma, pero cuando fui a verla, era solo una decoración con una gema azul”.

“¿Podría ser… tú lo tomaste?”

“Bueno, tenía la intención de hacerlo”.

Elliot se detuvo allí. Reiji no estaba seguro de lo que eso significaba, y tampoco sabía qué quería decir Elliot con que el arma era “solo una decoración”. Mientras Reiji y sus compañeros levantaron una ceja colectivamente, Christa les dio la respuesta a su pregunta no formulada.

“Según los registros escritos, es seguro que se transmitió como un arma. Sin embargo, según la leyenda, no se transformará en un arma hasta que sea empuñada por… alguien que se considere apropiado”.

Christa dudó en decirlo. Titania luego miró a Elliot. “Pero Elliot-sama, no parece que lo lleves.”

“Eso es correcto. Cuando lo probé, no pasó nada en absoluto”.

“¿Por eso lo dejaste?”

“En efecto.”

Elliot sonrió débilmente y luego se volvió hacia Reiji.

“Pero eso no significa que no debas ir. No me reconoció, pero es muy posible que lo reconozca a usted, después de todo”.

“No hay necesidad de ser tan humilde, Elliot-sama…”

“No se puede negar la posibilidad. Imagino que hay alguna condición especial establecida para su activación”.

Elliot habló con un tono bastante alentador y miró a su alrededor. Reiji se vio obligado a asentir reflexivamente, tal era el poder persuasivo de su actitud. Luego miró a Elliot con un poco de envidia.

“¿Oh? ¿Qué pasa, Reiji? Mirándome así… ”

“No, solo estaba pensando que realmente eres algo”.

“Puede que me esté retorciendo frenéticamente detrás de todo esto”. Reiji no pudo decir si Elliot estaba hablando en serio o no.

“Pero… eres fuerte, ¿verdad?”

“¿Hmm?”

“Cuando peleaste contra mí, te reprimiste. Y por lo que Suimei me dijo, esa vez que luchaste contra la princesa Graziella, tampoco hiciste todo lo posible”.

Después de un largo momento de silencio, una expresión fría cruzó por el rostro de Elliot mientras resoplaba.

“Ser visto por ese hombre… Me pone de los nervios”.

“Entonces, Elliot-sama, ¡¿en ese momento…?!” Christa jadeó.

“Así es. No hice todo lo posible. No era el momento ni el lugar. Pero una derrota es una derrota”.

Mientras Elliot aceptaba galantemente su derrota, Christa se acercó a él con un paso contundente a la vez. Parecía estar en algún lugar entre la incredulidad y la ira.

“¡Elliot-sama! ¡¿Por qué no lo diste todo?! ¡Hubiera estado bien simplemente convertir a Su Alteza Imperial en una pulpa!”

Ella no parecía ser capaz de soportar el hecho de que Elliot había perdido de esa manera, y comenzó a patear su pie desafiante. Mizuki miró esto con sorpresa antes de hablar.

“Espera un segundo, estamos en el castillo imperial, ¿sabes…? Christa- san, estás diciendo algunas cosas bastante salvajes, considerando todo…”

“¡Urk!”

Finalmente dándose cuenta de lo que había estado haciendo, Christa miró a su alrededor abruptamente.

No importa la razón, obviamente sería malo si alguien la escuchara mostrando tanto desprecio por la princesa, mucho menos por la propiedad imperial.

Al ver que Christa de repente se quedó en silencio por su error, todos los demás se rieron un poco. Pero poco después de eso, Titania recuperó una expresión seria mientras se volvía hacia Reiji.

“Entonces, Reiji-sama, ¿qué piensas de ir al estado autónomo?”

“Sí, intentemos irnos. Creo que es mejor ser codicioso de fuerza en este momento. Así que vamos a probar si puedo usar este sacramento o no”.

“¡Muy bien! Estado autónomo de la Alianza Saadias, ¡aquí vamos!”

Reiji reveló una expresión algo mansa y preocupada mientras Mizuki levantaba su puño enérgicamente en el aire.

“Pero… no es que nos vayamos de inmediato…”

“Qué quieres decir con que no somos— ¡¡Ah!!”

Mizuki dejó escapar un jadeo fuerte y dramático. Parecía haber recordado finalmente exactamente por qué estaban en el Imperio para empezar.

“¿Oh? ¿Pasa algo?” Preguntó Elliot, intrigado.

“Hay algunas circunstancias, ves, Elliot-sama, pero no es nada con lo que debas preocuparte,” respondió Titania de una manera serena.

“Bueno, eso está muy bien. Sin embargo, si va a asistir, sería mejor hacerlo más temprano que tarde. Los demonios no te esperarán exactamente”.

Después de darles esa advertencia, Elliot apareció de repente como si recordara algo y le dirigió una sonrisa cínica a Reiji.

“En cualquier caso, también lo tienes bastante difícil, ya veo”.

“¿Qué quieres decir con eso?”

Fue Reiji quien pidió una aclaración, pero Titania y Mizuki también se quedaron allí con la cabeza ladeada. No tenían idea de por qué Elliot se encogía de hombros y negaba con la cabeza. No les había dado una pista suficiente para comprender su significado. Pero sin ayudarlos más, se alejó.

“No es nada. Lo entenderás muy pronto. Ya es hora de que nos vayamos, Christa.”

“Si. Como tú quieras.”

“Bueno, entonces adiós.”

Con eso, Elliot salió de la habitación acompañado de Christa. “¿A qué se debió todo eso?”

“Ni idea…”

Reiji y Mizuki se miraron, completamente desconcertados. Pero solo unos segundos después, pudieron escuchar pasos afuera de la puerta. ¿Quizás Elliot había regresado, o quizás era alguien más? Mientras todos comenzaban a preguntarse quién era…

“Disculpe.”

Una voz de mujer los llamó desde el otro lado de la puerta. Sin esperar respuesta, abrió  bruscamente la puerta y entró. No  era otro  que su oponente de la otra noche, Graziella Filas Rieseld.

Hoy, no vestía su exagerado uniforme militar, sino ropa normal.  Sin embargo, vestida de esa manera, apenas parecía una princesa imperial.

Quizás esto era lo que vestía casualmente. Su escote estaba expuesto, pero su estilo era tan casual que no hizo nada para acentuar su voluptuosidad.

Su rostro voluntarioso y orgulloso, sin embargo, transmitía cierta irritación e insatisfacción. En todo caso, parecía hosca.

Parecía que apareció porque algo la estaba molestando. Mientras tanto, al ver aparecer a su enemigo natural, Titania pasó de su habitual expresión amable a una fría en un instante.

“Su Alteza Imperial Princesa Graziella, ¿tiene algún tipo de negocio con nosotros?”

Al ver el estado en el que se encontraba Graziella, Titania no intentó ocultar la hostilidad en su tono.

“No mires así”.

“No creo que lo sea”.

“Dios mío, parece que soy bastante odiada”.

Graziella estaba un poco cansada de la agresión dirigida a ella, pero Titania la enfrentó con la compostura de un espadachín mientras continuaba cuestionándola.

“Entonces, ¿cuál es su negocio con nosotros hoy?”

Más o menos ya tenía una idea de por qué Graziella estaba allí. Dando voz a sus preocupaciones, Mizuki interrumpió con una expresión ansiosa.

“¿P-Podría ser sobre lo que pasó la última vez…?”

“¿Hmm? No, eso ya se ha resuelto. No tengo intención de volver a mencionarlo después de todo eso. Además, solo sería contrario al decreto del Emperador seguir acosándote después de que mi padre ya lo haya considerado irrelevante”.

“Ya veo…”

Al escuchar que sus ansiedades eran infundadas, Mizuki dejó escapar un suspiro de alivio. Parecía que Graziella tenía una personalidad sorprendentemente refrescante.

Aunque dijo que había dejado atrás el pasado, todavía le guardaba un leve rencor, aunque no tenía intención de mencionarlo. Quizás aún no había llegado a eso… Pero, avanzando, finalmente dio la respuesta a la pregunta anterior de Titania.

“Y así, en lo que respecta a por qué estoy aquí, parece que los estaré molestando bastardos de hoy en adelante”.

“¿Qué?”

“¿Eh?”

“¡¿Q-Qué significa eso, Su Alteza Imperial?!”

Titania gritó con tal vigor que saltó de su asiento. Sin siquiera pedir su consentimiento al respecto, Graziella había hecho una declaración audaz sobre sus futuros juntos. Titania estaba profundamente conmocionada y Graziella le respondió con una expresión amarga.

“Quise decir exactamente lo que dije, Su Alteza Real Titania”.

“¡No, pero eso…!”

“En resumen, los acompañaré bastardos en su viaje”.

Titania se dejó caer en su silla con gran fuerza. Era todo lo que podía hacer. Reiji y Mizuki también parecían bastante sorprendidos y dudosos. Graziella luego les ofreció algunos consejos sinceros.

“No es necesario que todos ustedes hagan esas muecas. Aflojar. Aunque debo admitir que también soy bastante reacia a este asunto”.

“¿Entonces por qué…?”

“Si un oráculo me dijo que lo hiciera, entonces no tengo otra opción”.

“¡Qué… el oráculo de Alshuna…!”

“Así que esto es de lo que Elliot estaba hablando…”

Reiji finalmente entendió lo que quería decir. Elliot sabía de antemano que esto sucedería, por lo que había dicho lo que hizo.

Probablemente predijo su desconcierto actual y se estaba riendo como un pequeño diablillo en este momento. Reiji no pudo dejar de frotarse la frente, y las chicas no pudieron recuperarse mientras miraban a Graziella.

“¿No hay objeciones, supongo?” ella preguntó.

“… Incluso si lo hubiera, no podemos hacer nada más que obedecer el oráculo de Alshuna”.

El estado mental de Titania debe haber sido muy complejo ya que ella lo admitió. Su rostro mostraba que lo hacía a regañadientes. Después de darle una breve mirada, Graziella volvió su atención a Reiji y Mizuki.

“¿Y ustedes dos?”

“Lo estoy… Mientras no pelees, entonces está bien, pero…”

Aún abrumada, Mizuki se apagó al final. Tranquilizado, Reiji suspiró y se recompuso mientras se dirigía a Graziella.

“Tengo una condición”.

“¿Qué sería eso? ¿Estás diciendo que debería pasar una noche contigo o algo así? Ciertamente te mueves rápido, ¿no?”

“¡E-Eso no es! ¡¿Qué te hizo pensar eso?! ¡Esta conversación es lo único que se mueve rápido!”

Reiji se puso de pie nervioso y dejó escapar un gran grito de protesta por la bomba de Graziella. Observando su pánico sin prestarle atención, ella avivó las llamas con indiferencia.

“¿Qué? No me importa particularmente, ¿sabes?”

“¡Me importa!”

“¡A mí también!”

Incapaces de dejar pasar eso, Titania y Mizuki objetaron instantáneamente. Después de hacer una expresión aburrida, Graziella volvió a mirar a Reiji una vez más.

“Entonces, ¿cuál es tu maldita condición?”

Con un suspiro rápido y cansado, Reiji la miró con seriedad mientras se aclaraba.

“Me gustaría que dejaras de llamarnos bastardos”.

“Hmph. Ciertamente, incluso si es solo temporal, llamar bastardos a mis compañeros es bastante irrespetuoso, ¿eh? Bien entonces.”

Ella aceptó fácilmente su condición sin ninguna objeción. Reiji tenía la impresión de que era una mujer altiva, pero inesperadamente fue comprensiva. Al igual que cuando dijo que había dejado atrás la otra noche, Reiji todavía se sorprendió al descubrir que tenía una personalidad mucho más refrescante de lo que había pensado.

“Bueno, entonces, Reiji, el héroe de Astel, Su Alteza Real Titania, y Mizuki, nuestra invitada de otro mundo, espero trabajar con ustedes”.

“I-Igualmente…”

Todos quedaron desconcertados por la actitud repentinamente humilde de Graziella. Titania en particular se veía especialmente estupefacta. Mizuki, por otro lado, filtró una pregunta completamente desconcertada ante este desarrollo tan inesperado.

“¿Qué nos va a pasar…?”

Parecía que su pequeño grupo se había convertido de repente en una combinación bastante tempestuosa de personas.