Kono Yuusha (NL)

Volumen 5

Capitulo 61: Despertar Y Resignación

Es otro hermoso día en el mundo espiritual, pero mi mente está consumida por mi inminente desaparición. No puedo disfrutarlo.

A lo lejos están Jonde y Kiriko, balanceando sus espadas de práctica de madera. Sentadas en la mesa de un café en el jardín están Aria y Adenela, bebiendo el té que Cerceus les trajo mientras charlaban.

Es un día tranquilo. Un día normal. Es decir, hasta que Aria se congele. Siento que el aire se pone tenso a nuestro alrededor.

“¿Qué pasa, Aria?” Pregunto mientras me acerco a ella. Ella nota mi presencia y mira hacia arriba.

“Rista, recibí un mensaje de la Gran Diosa Ishtar. Ella te pide que vayas a su habitación de inmediato”.

“¡O-Okay! ¡Gracias!”

Corro a la habitación de Ishtar en el santuario. Mi corazón se acelera. Cuando entro por la puerta, Ishtar adopta su habitual expresión tranquila y me dice con severidad:

“El Señor Demonio de Ixphoria ha despertado”.

¡A-ah…! ¡Por fin es el momento…!

Tenía la sensación de que este era el caso… ¿Por qué otra razón Ishtar pediría verme personalmente? No recuerdo la última vez que estuve tan nervioso.

“El Señor Demonio, que ha estado envuelto en la niebla hasta ahora, se reveló brevemente… como si supiera que estaba mirando y quisiera anunciar su despertar…”

“¡Yo — yo — tengo que decirle a Seiya!”

“Parece que Seiya Ryuuguuin está en la plaza ahora mismo”. Después de expresar mi gratitud, salgo corriendo por la puerta.

Tal como lo demostró el poder de clarividencia de Ishtar, encuentro a Seiya en la plaza hablando con un dios.

“No, soy el Dios del Vino. No sé nada de eso”.

Seiya parece estar preguntando algo al dios corpulento, pero esto es una emergencia, así que entro.

“¡¡Seiya!! ¡Ishtar dijo que el Señor Demonio se ha despertado!”

“Okay.”

El dios del vino se rasca la mejilla.

“Bueno, eh… Parece que tienes mucho en tu plato, así que te dejo con eso”.

Después de que el Dios del Vino se vaya, sugiero que abramos una puerta de regreso a Ixphoria. Seiya, sin embargo, niega con la cabeza en silencio.

“Aún no.”

“¡¿Qué?! ¡¿Seriamente?!”

“Solo espera un poco más”.

Eso es un shock. Pensé que querría irse de inmediato una vez que escuchara que el Señor Demonio se había despertado.

“Oh. Está bien… supongo que podríamos esperar un poco más…” Si Seiya no está listo, entonces planeo esperar hasta que lo esté. “Héroe, ¿cuánto dura exactamente ‘un poco más’?”

Me giro en la dirección de la voz seria para encontrar a Jonde y Kiriko de pie detrás de mí. Parece que estaban escuchando nuestra conversación.

“¿Q-Qué pasa, Jonde? Esa mirada en tu cara… me estás asustando”.

Jonde levanta una mano para detenerme, luego se enfrenta a Seiya una vez más.

“Te he estado viendo pelear por un tiempo, así que sé relativamente bien lo lento que eres para actuar. Escuché que fracasaste la última vez debido a tu impaciencia, porque deseabas salvar a Ixphoria ya su gente del sufrimiento tan pronto como pudieras. Por lo tanto, me duele tener que decir esto, pero recientemente, parece que no estás haciendo nada más que perder el tiempo en el mundo espiritual”.

“¡S-Seiya nunca perdería el tiempo así! ¿Verdad, Seiya?”

Me doy la vuelta y miro a Seiya, pero no dice una palabra.

“Incluso ahora, te escuché hablando con el Dios del Vino sobre los espíritus y todo eso. Me resulta difícil creer que esa charla inútil te ayudará a derrotar al Señor Demonio”.

Estoy de pie sobre alfileres y agujas, esperando que Seiya le diga a Jonde que se calle o le sirva té en la cabeza. A pesar de todas mis preocupaciones, Seiya simplemente nos da la espalda.

“Te avisaré cuando sea el momento de ir”.

Seiya luego se aleja, dejándonos con esas palabras. Jonde chasquea la lengua. Kiriko, sin embargo, murmura:

“Siento que Seiya… está esperando algo”.

“¿’Esperando algo’? ¿Cómo qué?”

“No lo sé. Es solo un sentimiento que tengo”.

Kiriko  tiene  un  sexto  sentido  cuando  se  trata  de  cosas  como  esta. Desafortunadamente, no tengo idea de qué podría ser ese algo.

Una vez más, Kiriko y yo dormimos juntas en la habitación que Cerceus nos presta.

“Rista…”

Kiriko, acostada a mi lado, me llama. “¿Q-Qué pasa, Kiri?”

“Me encanta pasar tiempo contigo todos los días. Es muy divertido… Parece que Jonde quiere salvar a Ixphoria lo antes posible, y yo también, por supuesto … pero al mismo tiempo, me gustaría que pudiéramos seguir haciendo esto para siempre”.

Hace una pausa, luego se rasca la cabeza tímidamente. “No está bien que me sienta así… ¿verdad?”

“Siento lo mismo, Kiri. Estoy tan feliz y no quiero que esto termine”. Esos son mis sentimientos honestos.

“Rista, ¿recuerdas cuando estaba triste allá en Baraque y me dijiste que ‘le pasan cosas buenas a la gente buena’?

Kiriko envuelve su mano alrededor de la mía. A pesar de que es una máquina, sus manos siempre se sienten tan calientes para mí.

“Bueno, ¡lo mejor que me puede pasar es que seas siempre feliz!”

“¡Kiri…!”

Un calor se esparce por mi corazón. Al mismo tiempo, me siento avergonzado de mí mismo. Kiriko siempre está poniendo a los demás antes que a sí misma y, sin embargo, aquí estoy, una diosa, solo preocupada por mí.

Ahí es cuando me doy cuenta. En el fondo, he estado evitando la batalla final contra el Señor Demonio. Tenía miedo de morir. Pero… ¿y si Seiya supiera exactamente cómo me siento?

¡Entonces eso significaría que Seiya estaba esperando…!

***

Al día siguiente, me dirijo a la habitación de Ishtar sola. “Gran Diosa Ishtar, tengo una petición”.

Declaro claramente mis intenciones.

“Seiya podría usar el ataque final de Valkyrie, Gate of Valhalla, nuevamente durante la batalla contra el Señor Demonio Ultimaeus. Si eso sucede, usaré Order para salvarlo, incluso si eso significa ser castigado por las deidades del plano interior una vez más…”

Después de un segundo, Ishtar, con una expresión seria, asiente firmemente.

“Muy bien. Parece que ha tomado una decisión. Si llega ese momento, te permitiré usar Order”.

“Muchas gracias.”

Enderezo mi espalda antes de continuar:

“¡Derrotaré a Ultimaeus y salvaré a Ixphoria incluso si me cuesta la vida!”

“¿Incluso si te cuesta… tu vida…?”

“¡Si! ¡Soy una diosa! ¡Debo salvar el mundo y estoy dispuesta a arriesgar mi vida para hacerlo! ”

“Ristarte…”

“¡Por supuesto, no planeo morir! Cuando Celemonic me maldijo, Seiya me dijo: ‘No te rindas tan fácilmente. Sigue luchando hasta el final’, ¡y eso es lo que planeo hacer!”

Después de pensarlo toda la noche, finalmente expresé mi determinación en palabras.  Mi miedo se ha desvanecido. Incluso me siento alegre. Después de sonreírle a Ishtar, me inclino profundamente antes de salir de su habitación.

En el Café du Cerceus, Seiya se sienta en una mesa de jardín, se cruza de brazos y cierra los ojos. No parece que quiera hablar con nadie en este momento, pero me acerco a él sin dudarlo ni un segundo.

“Seiya, ¿estás listo?”

“Te dije que te avisaría cuando sea el momento de ir”.

Después de respirar profundamente, miro a Seiya y levanto la voz:

“¡Estoy lista para irme! ¡Estoy lista para enfrentar cualquier destino que me aguarde!”

Seiya mira en mi dirección. Noto que está mirando algo detrás de mí. Cuando me doy la vuelta, Jonde y Kiriko también están mirando a Seiya. Sus ojos arden con determinación.

“¡Héroe, estoy listo para enfrentar mi destino también!”

“¡Y-Yo también!”

Nos quedamos en silencio por un rato hasta que Seiya me lanza una mirada penetrante, pero no retrocedo ante su ira. En cambio, expreso mi voluntad inquebrantable en palabras:

“¡Seiya! ¡Derrotemos al Señor Demonio! ¡Vamos a salvar a Ixphoria esta vez!”

“¡Seiya…!”

“¡Héroe…!”

¡Vamos a restaurar la paz en Ixphoria para que personas como la reina Carmilla y Kiri puedan vivir libremente como quieran! ¡Incluso si eso significa que voy a…!

“¡Vamos, Seiya Ryuuguuin! ¡Por el futuro de Ixphoria! ”

Seiya finalmente se pone de pie, luego nos mira a Kiriko, Jonde y a mí en ese orden antes de mirar fijamente al cielo.

“Estoy perfectamente preparado”.

… Un escalofrío recorre mi espalda. Seiya ni siquiera dijo eso antes de nuestra batalla contra el Señor Demonio en Gaeabrande. Pero lo hizo esta vez… Al igual que lo hizo antes de cualquier otra batalla de la que salió triunfante.