Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 15

Capitulo 5: Más Allá De Mil Millones De Estrellas

Parte 5

Había asumido que solo estábamos hablando de soldados que luchaban por una causa que no entendían y otras personas que habían sido arrastradas a las cosas, pero aparentemente no se limitaba a eso.

“Si también me salvaste en tu mundo, entonces quizás lo conozcas. El jefe de los chicos que quieren hacer un negocio con la guerra se llama Rey Satamonia. Es un trabajo realmente desagradable”.

“Viejo cara de sapo, ¿eh?”

Se refería al rey del planeta Satamonia, con quien se había comprometido una vez antes de que yo le pusiera fin. Aparentemente, estaba causando aún más problemas aquí en el futuro.

“Pero, ¿qué pasa con el material de chantaje que tenías sobre él? Algo sobre cómo había estado cometiendo el mal en todo el espacio exterior…

¿No puedes usar eso para ponerlo en su lugar? ”

“Ah, ¿eso?” Iris suspiró, señalándose a sí misma. “Estás hablando con la mujer que técnicamente es la causa de la Guerra de Todos, ¿sabes? ¿Qué pierna me queda para apoyarme en términos de acusar a otros de atrocidad?”

“…!”

Ver la expresión de Iris hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. Escuché cómo estuvo profundamente involucrada en la serie de eventos que desencadenaron la Guerra de Todos, pero no creía que la responsabilidad debiera recaer sobre ella.

No lo creí… No lo creí, pero ¿qué importaba eso? Iris tenía una mirada tan fría y torturada en su rostro en este momento. Era un símbolo de toda la angustia por la que había pasado por esto. ¿Qué consuelo sería para ella la opinión de un extraño como yo?

“…”

Incapaz de decir nada, me mordí el labio.

“Bueno, así es como es”, dijo finalmente Iris con un gesto de la mano. “Si estoy fuera de escena, no quedaría nadie para oponerse al Rey Satamonia. La federación comenzaría a vender armas y soldados en todo el universo a precios despiadados. Y una vez que comience la carrera de armas, tendremos una nueva guerra en nuestras manos”.

“… Entonces, ¿cómo podemos detener el ataque a la agencia?”

“Bueno”, dijo Iris, deteniéndose a pensar por un momento. “La principal condición sería la entrega total y completa de la agencia. De no ser así, hay dos opciones. La primera es traerte de regreso a la Gran Federación Galáctica como Rekka Namidare”.

La doctora y yo ya habíamos acordado que ese sería nuestro último recurso. Al darle a la federación lo que querían, yo, al menos podríamos evitar una pelea.

“Pero para ser honesta, eso requeriría mucha actuación para que funcione después del hecho. No estoy realmente interesada en todo eso. Y además, incluso si las cosas van bien, solo sería cuestión de tiempo antes de que se corriera la voz de que te teníamos, lo que inevitablemente significaría que otras naciones y potencias intentarían venir por ti”.

“Sí, la doctora me advirtió de eso…”

Al final, solo estar yo aquí fue un problema. Incluso si pasamos hoy… En el instante en que mi presencia se hiciera pública, iba a haber una pelea.

“Eso nos deja con la segunda opción, que es esencialmente la agencia que entrega todos sus activos tecnológicos patentados… En otras palabras, la doctora tendría que ser puesto bajo custodia”.

“Así que ha llegado a eso, ¿verdad?” preguntó la doctora, arqueando una ceja con disgusto.

“Bueno sí. Con tu cerebro, eres un arma en ti misma. Sospecho que la única razón por la que el rey Satamonia y sus matones aceptaron esta misión fue por ti. De lo contrario, habríamos pasado más tiempo debatiéndolo y, finalmente, acabamos enviando una flota más pequeña”.

“Pero sabes que solo hago herramientas defensivas, ¿no?”

“Lo sé, pero incluso esos pueden usarse como armas”.

“…”

La doctora guardó silencio. Si fuera acogida por la Federación Galáctica, probablemente se vería obligada a usar su inteligencia excepcional para desarrollar armas para ellos. Eso no fue fácil de tragar… ¿Pero qué se suponía que debíamos hacer?

“En resumen, después de realizar una operación de este tamaño, debe regresar a casa con algo para compensar el costo, ¿verdad?” Yo pregunté.

“Básicamente, sí”, respondió Iris.

Los dos pagos aceptables que Iris había sugerido éramos la doctora y yo. Pero si no pudiéramos entregar a ninguno de los dos, entonces…

“¿Tiene la agencia algo más de gran valor?” Le pregunté a la doctora. “Bueno…” respondió, mirando a Satsuki.

“No, aparte de eso.”

La detuve en seco. Tampoco había forma de que entregara a Satsuki.

“Si ya sé. Pero con toda seriedad, no creo que tengamos nada que valga tanto como nosotros tres. Todos nuestros fondos se han invertido en investigación, por lo que, para empezar, somos pobres”. La doctora levantó la vista brevemente y suspiró antes de volver a mirar a Iris. “Pero no es como si estuvieras buscando la guerra sin ninguna razón, ¿verdad?”

“Por supuesto no. Solo quiero encontrar al verdadero Rekka… Aunque admito que esta vez me engañaron”.

“Dejemos eso en el pasado. No tiene sentido quedarse con eso para siempre”, dijo la doctora, avanzando con fuerza la conversación. “Entonces, ¿cuánto crees que podemos salir con la nuestra?”

“¿Salirse con…?”

“Comencemos con la batalla contra la agencia. Suponiendo que tengamos que pelear al menos una vez como dijiste, ¿qué pasa si llega un empate?

¿Se retiraría entonces tu flota?”

“Como dije, el Rey Satamonia y los de su calaña estuvieron de acuerdo con esto, por lo que mi flota es bastante grande. No importa qué tan bien defendida esté la agencia, no puedo simplemente regresar y decir: ‘No pudimos vencerlos’. Ellos nunca lo aceptarían”.

Ya veo…

Mientras escuchaba la conversación entre Iris y la doctora, algo finalmente hizo clic. Mi enfoque de esto fue incorrecto. Estuve asumiendo todo este tiempo que los resultados  de la guerra estaban más o menos predeterminados.

Pero ahora me estaba dando cuenta de que incluso si un lado ganaba, no había necesariamente nada que ganar con eso.

Entonces, mientras Iris y los demás discutían formas de que esto sucediera sin que tuviéramos que entregar a nadie, mis pensamientos tomaron un giro similar. ¿Qué tipo de historia podríamos inventar donde una flota de este tamaño no pudiera lograr su objetivo y nadie lo cuestionara?

Por fin tenía algo específico en lo que pensar ahora, pero no era un problema fácil de resolver. Había muy pocas razones plausibles por las que una flota federativa de este tamaño perdería ante algo. Especialmente la agencia, por pequeña que fuera.

Tampoco tendría ningún sentido si Iris intentara reclamar que la flota ganó contra la agencia, pero no obtuvo nada al respecto.

Tendría que traer algún tipo de botín para que el rey Satamonia y los demás belicistas fueran felices.

Algo… Tenía que haber algo. ¿Pero qué? ¿Qué permitiría a Iris volver a casa con las manos vacías sin que nadie lo cuestionara? ¿Qué historia tendría que contar?

Tokiwa…

De repente me vino a la mente el rostro de la presidenta del club de literatura ligera. Ella siempre estaba escondida en su habitación escribiendo, soñando con convertirse en autora. De todas las heroínas que conocía, ella era la mejor narradora.

Entonces, si le dijera que estaba atrapado aquí, ¿qué diría? Sí, es cierto… Una vez me dio un consejo sobre el bloqueo del escritor.

“Cuando te quedas atascado… A veces solo tienes que cambiar un poco las cosas”.

Solo tenía que cambiar las cosas… ¿Pero cómo? ¿Qué se suponía que debía cambiar? Había ciertos elementos en esta historia sobre los que no podía hacer nada, como el elenco. No podía cambiar el hecho de que estaba aquí, y no podía cambiar el hecho de que Iris y su flota estaban aquí.

Tampoco hubo ningún cambio en la premisa de la historia en este punto: si la flota de la federación atacaba a la agencia, no había forma de que no ganaran a menos que hubiera una gran conmoción.

Tendría que ser algo así como una súper arma secreta escondida en el cuartel general de la agencia capaz de acabar con una flota completa… Pero no podríamos jugar eso sin causar graves pérdidas a la flota de Iris, lo que la colocaría en una posición igualmente terrible al regresar a casa. Regresamos al punto de partida.

“Digamos que la agencia se rinde antes de la pelea. Luego puede venir a inspeccionar y darse cuenta por sí mismo de que la propina que recibieron fue mala. Si no hay Rekka, no hay problema, ¿verdad?”

“En ese caso, doctora, le exigiríamos que venga con nosotros”.

“Mierda…”

La doctora e Iris continuaron su discusión, pero no estaban progresando mucho.

Tengo que cambiar algo… ¿Pero qué? ¿Cómo?

Tenía que haber una forma de que la federación “ganara” sin que tuviéramos que entregarnos ni a mí ni a la doctora. ¿Qué podría hacer que una trama como esa sea razonable?

No, si lo razonable era todo lo que queríamos, entonces podríamos decir que la doctora y yo huimos y lo dejamos así. Pero eso todavía dejaría a Iris en agua caliente…

¡Ah, maldita sea! ¡¿Por qué no puedo pensar en nada?! Si solo fuera todo algún tipo de error… Espera un minuto. ¿Era qué?

“¿Oye, Iris?”

“¿Si?”

Iris detuvo su conversación con la doctora y se volvió hacia mí.

“Hay algo que me gustaría preguntar si puedes recordar. El aviso que recibió la Gran Federación Galáctica… ¿Qué dijo exactamente?”

“Hmm…”

Iris me miró dubitativa por un momento, pero sin ninguna objeción en particular, empezó a pensar en ello. Después de un tiempo…

“El informe que recibimos fue anónimo y bastante vago. Todo lo que decía era algo sobre cómo la presencia de Rekka Namidare se había confirmado en este universo a través de diversas magias y tecnologías, y que la agencia te retenía—”

“Espera”, dije, deteniendo a Iris para poder hacer una pregunta vital. “La parte del mensaje sobre la agencia que me retiene… ¿Dijo exactamente dónde estaba detenido?”

“¿Eh? Solo hay una agencia, ¿no?”

“¡Lo sabía!” Grité, golpeándome las rodillas con las manos. Iris me miró con curiosidad.

“¿De qué se trata esto, Rekka?” preguntó la doctora, aparentemente también encontrando extraño mi comportamiento.

“Es como usted dijo, doctora. Los extremistas son una rama de la agencia, pero eso no es muy conocido”.

“Así es.”

“Lo que significa que, desde el exterior, la agencia es una organización unificada. Pero, en verdad, no lo es”.

“¡Aha!” exclamó la doctora, aparentemente llegando a la misma conclusión que yo.

“¿Y qué? Realmente no lo sigo. ¿Estás diciendo que la agencia en realidad consta de dos facciones? ¿Qué tiene eso que ver con…?”

“Los extremistas son los que retienen a Rekka Namidare”.

“¿Eh?”

“Eso es todo lo que necesitas decirles”.

La agencia era una organización en lo que se refería al mundo exterior, pero parte de ella se había dividido en un grupo extremista que ahora funcionaba completamente por separado. Habían establecido su propia sede y todo. Eso nos dio la oportunidad de enviar a Iris tras los extremistas,

¡y aún podría decir que había atacado a la agencia!

“Iris, regresa al centro de comando después de esto y dile a tu gente esto: descubrió que las personas que esconden a Rekka Namidare son en realidad extremistas. No nos importa si ganas contra ellos. Pero la doctora pertenece a una facción completamente diferente de la agencia, los pacifistas, por lo que la federación no puede exigir políticamente nada de ella ni de los otros pacifistas, ¿verdad?”

“Podría ser capaz de salirme con la mía… Pero con esa lógica, los pacifistas y estos supuestos extremistas son en realidad dos entidades diferentes”.

Al escuchar esto, Iris se volvió hacia la doctora en busca de confirmación. Ella asintió y dijo…

“En efecto. Estamos en muy malos términos entre nosotros y tenemos opiniones divergentes sobre casi todo. Es muy justo decir que somos dos entidades diferentes”.

“Hmm… ¿Y dónde podría estar esta base extremista?”

“¿No lo sabría yo?” Pregunté, volviéndome hacia ella. “Bueno, sí”, dijo con un pequeño asentimiento.

En un  momento, ella había estado del lado  de los extremistas. Por supuesto que ella sabría dónde estaba su base. Si la flota de la federación estaba tan segura de ganar, entonces solo teníamos que cambiar su objetivo…

Esto es lo que quisiste decir con cambiar las cosas, ¿verdad, Tokiwa? Tal vez estaba equivocado y ella simplemente se enojaría conmigo por malinterpretar lo que había dicho, pero en este momento le estaba agradeciendo desde el fondo de mi corazón.

“Muy bien. Atacaré a los extremistas bajo los auspicios de que son parte de la agencia. Esa información no se puede refutar con la información que alguien tiene ahora, por lo que ni siquiera el Rey Satamonia podrá desafiarla. Además, la doctora no tiene ningún vínculo con la facción extremista, por lo que no podemos legítimamente exigirle nada con respecto a las acciones de la facción radical”.

Iris resumió el plan para todos, luego me miró. “¿Q-Qué?”

“Nada. Es solo… ”

“¿Solo qué?”

“Esto me trae recuerdos… El verdadero Rekka que me salvó, Satsuki y Harissa era un humano normal en ese entonces. Exprimía hasta la última gota de ingenio para salvarnos, así como así”.

“…”

Había escuchado cómo el futuro Rekka había sufrido una transformación que lo convirtió en algo sobrehumano. Seguro que eso le dio más opciones a la hora de resolver historias. Después de todo, tenía mucho más en lo que confiar que solo en su ingenio.

Si bien no se trataba de cuál era mejor, ver mis métodos de la vieja escuela era claramente nostálgico para Iris.

“Por ahora, tenemos nuestro plan. Todo lo que me queda es que regrese. Me inventaré algo sobre el lugar al que fui y lo que pasó con los intrusos. Buena suerte a todos ustedes por su parte”.

“Ah, espera un minuto…”

Cuando Iris se puso de pie, la llamé apresuradamente. “¿Qué pasa?”

“Um, hay una cosa más que me gustaría preguntar”.

“¿Qué es?” preguntó, con los brazos cruzados.

“Si es posible, me gustaría que se abstuviera de atacar también la base de los extremistas”.

“¿Por qué?”

“Mis heroínas podrían estar retenidas allí, así que me gustaría tener tiempo para rescatarlas”, respondí con sinceridad. “Pero realmente no quiero ver a nadie morir aquí”.

Al final, eso fue todo. Y en respuesta a mi ingenua solicitud, Iris dijo… “Realmente no has cambiado nada”.

Luego me tocó la frente suavemente con su dedo y sonrió.