Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 15

Capitulo 4: Buscando Conexiones

Parte 3

Ahora que lo pienso, la futura Lea realmente se veía exactamente como la Lea que yo conocía. ¿Fue eso porque ella era Leviatán? Si bien el futuro Satsuki claramente había envejecido, me sentí un poco extraño al ver a Lea que no parecía envejecer un día. Pero la doctora me había pedido que no pensara demasiado en eso, así que decidí no profundizar más.

“Escucha, Lea… lamento preguntar, pero ¿podrías dejar ir a ese Rekka?”

“¿Laputa… y Satsuki? ¿Están las dos aquí también?” Lea murmuró como si acabara de notarlos.

Parecía que no tenía ojos para nadie más que para mí. La doctora sonrió con ironía, como si supiera que eso pasaría.

“Sé que puede ser una decepción, pero ¿escucharías nuestra historia, Lea? Te prometo que no te ocuparemos demasiado de tu tiempo”, preguntó luego.

Aproximadamente media hora después… “…”

Si bien inicialmente se sorprendió al descubrir que yo era Rekka Namidare del pasado, escuchar por qué habíamos venido a encontrarla puso una expresión de conflicto en el rostro de Lea.

“Entiendo tu solicitud”, dijo con un pequeño asentimiento.

“Entonces…”

“Pero primero quiero que me prometas algo”.

“¿Qué es?”

“No me importa prestarte mi poder, Rekka. Sin embargo, te pido que no lo uses para luchar contra las otras heroínas. No quiero lastimar a las amigas con los que pasé esos días felices…”

Con “esos días felices”, ¿se refería al tiempo que pasó con las heroínas en esta línea de tiempo? Pensando en ello, Lea siempre fue la más sincera de las heroínas… Probablemente fue por los miles de años que había pasado encerrada y sola.

“Sí, puedo prometerte eso, Lea. Este puede ser un período de tiempo diferente, pero tampoco tengo ninguna intención de lastimar a nadie. Solo quiero salvarlas”.

“Heh… supongo que eres Rekka, después de todo”, dijo Lea con una sonrisa. “Puede contar con mi ayuda”.

“Gracias, Lea”.

“Dicho eso…”

De repente, Lea se sonrojó.

“¿Tienes algo de comer? No he comido nada desde que me encerré en este planeta”, preguntó tímidamente.

***

“Ahora, ¿a dónde vamos ahora?” preguntó la doctora, entregándome algo.

Era una lista de todas las heroínas que eran comunes tanto a mi pasado como a esta línea de tiempo.

“Hom nom…”

Lea estaba masticando felizmente comida espacial en la parte trasera de la cabina. Sabía que estaba bien ayunando durante miles de años desde que lo había hecho una vez antes, pero también era capaz de comer sin cesar cuando quería. La dejo saborear en paz su primera comida en años.

“¿Hm?” Mirando hacia atrás en la lista, noté algo. “Ahora que lo pienso… Esta lista contiene muchas heroínas que guardé en mi primer semestre de secundaria”.

“¿Oh? Sí, supongo que sí”, dijo la doctora asintiendo. “Si bien su destino y el destino futuro de Rekka divergieron gracias a la interferencia de la agencia, ambos heredaron el linaje Namidare en su decimosexto cumpleaños. No es como si tu destino pudiera cambiar en un centavo, ¿ves?”

Cuando lo expresó de esa manera, tenía sentido. Si bien la interferencia de la agencia, es decir, R, marcó la diferencia, tanto yo como el futuro Rekka teníamos el mismo punto de partida.

Los dos éramos adolescentes del Japón rural con la misma educación y círculo de amigos. Conocer a R fue donde las cosas empezaron a cambiar para mí, pero fue un cambio gradual. Entonces, aunque el futuro Rekka y yo terminamos en lugares completamente diferentes, teníamos los mismos orígenes.

“Hablando de…”

“¿Hm?”

“Me he estado preguntando sobre esto por un tiempo, así que hay algo que me gustaría preguntar”, dije, mirando a la doctora, a Satsuki y a Lea. “¿Qué tan diferente soy de la versión de mí que ustedes conocen?”

No es como si escucharlo cambiara algo, pero al menos quería saber qué tan diferentes habíamos terminado. Sobre todo, solo tenía curiosidad. Pero las tres mujeres se miraron…

“Esa es una pregunta difícil. ¿Qué diferente? Hmm…”

“Son la viva imagen del otro exteriormente”.

“Sin embargo, no sé los fundamentos”.

Entonces… ¿tal vez no era tan diferente después de todo?

“Ah, pero hay una cosa, una cosa bastante importante, que los diferencia a los dos”.

“¿Y qué es eso, doctora?”

“Bueno, veras”, comenzó la doctora. “Rekka del futuro ya no es humano”.

“¿Ya no… humano?” Repetí como un loro sin comprender.

¿Qué… qué significaba eso? Mi cabeza se llenó instantáneamente de preguntas. Sabía con certeza que definitivamente todavía era un ser humano, pero el futuro yo… ¿no lo era? ¿Qué diablos había pasado?

“Lo siento, quizás esa fue una mala elección de palabras. Más específicamente, dejó de ser humano”.

“Eso es lo mismo”, respondí.

“¿En serio? Creo que hace una gran diferencia si se hizo voluntariamente o no”, respondió la doctora, rascándose la mejilla.

“Eso es justo… ¿Pero por qué renuncié a ser humano?”

“Eso es obvio”, dijo la doctora, señalando entre las chicas y yo. “Para salvar heroínas, por supuesto”.

“…”

“Seguro que te vienen a la mente uno o dos ejemplos, ¿no? Historias en las que tuviste que superar tus límites humanos, historias en las que te acorralaron para hacer una elección imposible”.

“Si…”

Cuando lo expresó de esa manera, comprendí lo que quería decir. Había pasado por tanto… Si hubiera aceptado compartir la magia de Satsuki, me habría convertido en un contratista omnisciente. Si Rosalind hubiera tomado mi sangre, me habría convertido en vampiro.

Me las había arreglado para salvar el planeta de Rain, pero si no me hubiera comido la carne inmortal de Raul, habría sucumbido a las mutaciones causadas por la droga de Shirley.

Si hubiera perdido ante la Máscara de la Codicia, me habría convertido en un demonio. Si cualquiera de esos eventos se hubiera desarrollado de manera diferente, es muy posible que yo mismo me hubiera vuelto inhumano.

Y cuando lo pensé en esos términos, me di cuenta de la suerte que tenía de seguir siendo humano.

“Entonces, ¿en qué se convirtió el futuro Rekka? ¿Un vampiro?”

“…”

Ante mi pregunta, las tres mujeres se miraron… y empezaron a contar con los dedos.

“En parte contratista omnisciente, en parte vampiro, en parte espíritu, en parte sacrificio de demonio, en parte mago de sangre, y… Um, ¿qué otra sangre tomó?”

“Parte dragón, parte ondina, parte zorro de nueve colas, parte oni, parte diablo y ángel, parte alienígena de quinta dimensión y parte observador de séptima dimensión… ¿Qué más había?”

“Bueno, no recuerdo exactamente qué partes había intercambiado por actualizaciones cibernéticas, pero también creo que se equipó con varias tecnologías antiguas…”

“Si, vale. Lo entiendo. Gracias.”

Así que el futuro yo se había vuelto loco por el asunto del abandono de la humanidad. ¿No fue demasiado para una sola persona? De todos modos,

¿cuántas cosas en parte puede ser un hombre? Y estamos hablando del mismo tipo que desapareció… ¿Quién podría secuestrar a alguien así? Seguramente tendría que ser más que un Rey Demonio o un mal antiguo…

¿Y sin embargo, un simple ataque terrorista lo había eliminado? Quizás esa fue una mala forma de decirlo, pero tenía que preguntarme. Sin embargo, solo hacer girar mis ruedas ahora no me llevaría a ninguna parte. Tenía que concentrarme en lo que estaba justo frente a mí.

“Muy bien, vamos a buscarla a continuación”, dije, extendiendo la lista y señalando el nombre de una heroína en particular.

***

En el futuro, existía una tecnología especial para viajar entre mundos. Al parecer, había sido creado por algunos científicos de la Tierra y el espacio exterior con la ayuda de un hechicero en particular.

Ella había usado su magia especial de invocación y teletransportación para establecer puertas entre mundos ya conocidos y hacer caminos estables hacia y desde ellos.

Desafortunadamente, una vez que estalló la Guerra de Todos, esas puertas se convirtieron en vías de ataque en lugar de comercio.

Pero la hechicera que había hecho que todo sucediera, Harissa Hope, era la próxima heroína que estaba pensando en reclutar.

“¿Pero por qué Harissa?”

“¿Hm?” Ante la pregunta de Satsuki, me volví para mirarla. “Hay dos razones. La primera es porque Harissa es una paloma. Sospecho que será más fácil conseguir su cooperación por eso”.

“¿Cuál es la segunda razón?”

“La segunda razón es su magia,” respondí. “Le prometí a Lea que nuestro objetivo es reunir aliados, no luchar. La magia de Harissa hará que sea mucho más fácil”.

Además de su magia de invocación y teletransportación, Harissa tenía hechizos realmente ingeniosos como invisibilidad y curación.

Su magia de invisibilidad en particular nos había salvado toneladas de veces en el pasado. Fue genial para moverse en secreto y hacer escapadas sigilosas. Pero dejando de lado su magia, Harissa fue la primera heroína que salvé…

Pensé que cuanto más nos acercáramos a mis orígenes, menos diferencia debería haber entre mi yo futuro y yo. En resumen, la futura Harissa y el futuro Rekka deberían haberse conocido en circunstancias muy similares a las de Harissa y yo. La historia debería ser más o menos la misma. Quién sabía qué diferencias tuvieron lugar después de eso, pero…

De todos modos, el mayor obstáculo a la hora de negociar con las heroínas del futuro fue el hecho de que yo no era en realidad el Rekka que conocían. Efectivamente, era un completo extraño.

Un paso en falso podría significar un lío de problemas. Entonces, para aliviar ese riesgo, pensé que comenzar con las heroínas que mejor conocería —y las heroínas que mejor me conocían— sería lo más seguro.

Ahora, para poner las cosas en marcha, nos dirigimos al reino de Aburaamu, la patria de Harissa. Mencioné anteriormente que se habían establecido caminos entre varios mundos, pero no era como si cualquiera pudiera usarlos. Incluso en la Tierra, ingresar a un país extranjero requería varias aduanas e inspecciones.

Y si intentara entrar en una nación en guerra, sería rechazado en la puerta como algo natural. En ese sentido, tener a la doctora con nosotros fue como un as en la manga.

Era una figura respetada entre los pacifistas y aparentemente había estado antes en Aburaamu en misiones diplomáticas, por lo que no tuvimos problemas para ingresar al país.

“¿Esta es la capital de Aburaamu?” Murmuré mientras miraba la ciudad desde la ventana de la nave espacial.

La última vez que visité Aburaamu… Bueno, en realidad no tenía idea de cuánto tiempo había pasado desde que no sabía qué período de tiempo era, pero Aburaamu ciertamente había cambiado. Por lo que recordaba, era extremadamente medieval: castillo de piedra y todo.

Pero el capital que se extendía ante mí ahora era más como algo salido de una fantasía de ciencia ficción.

Todavía había casas de madera y piedra en las afueras de la ciudad, pero el corazón de la ciudad había sido reformado para dar cabida a enormes grupos de rascacielos futuristas. Y, sin embargo, el castillo en medio de todo esto todavía tenía un aspecto medieval… ¿Qué demonios estaba pasando aquí?

“La ciudad parece una especie de caos”.

“Eso es lo que sucede cuando diferentes mundos chocan… Pero no es necesariamente algo malo, ¿sabes?” dijo la doctora. “Aburaamu ha estado recibiendo tecnología a través del comercio con la Tierra y otros planetas. Es por eso que el nivel de desarrollo aquí se siente tan desigual. El castillo en sí encarna eso a la perfección, por el bien de la apariencia y la tradición, su exterior es el mismo que siempre fue, pero su interior ha sido remodelado y actualizado bastante a fondo”.

“No me digas…” dije, asintiendo.

“La guerra también es un tipo de intercambio intercultural, por lo que este tipo de cosas ocurren”.

La doctora terminó su explicación justo cuando aterrizamos nuestra nave espacial en el muelle junto al castillo. Aparentemente, el muelle se había instalado para ayudar a facilitar la diplomacia intercultural.

“Está bien, L. Cuento contigo”.

“Siendo la situación como es, no me quejaré… Pero siento que me estás dando un paseo en tus hombros, y no me gusta. Es humillante”.

“Eso es quejarse, ¿sabes?”

L continuó refunfuñando mientras se subía a mis hombros. Luego usamos su hologema para cambiar nuestra apariencia y dejamos el barco con la doctora y los demás.

“Bienvenidos, miembros de la agencia. Por aquí”, dijo el caballero que había venido a recibirnos.

Su atuendo tenía la misma sensación de mezcolanza que tenía la ciudad, pero supongo que esa era la moda en Aburaamu en estos días.

Nos condujo al interior del castillo y la doctora no estaba bromeando, el interior había cambiado bastante. Espera… Dios mío, ¿eso es un ascensor? Recuerdo haber visitado el Castillo de Osaka en una excursión cuando era un niño de escuela y estar totalmente sorprendido al ver un ascensor allí.

Esto era igual de malo, si no peor. Pero, bueno… ya que llevaba a L sobre mis hombros, ver el ascensor fue un alivio.

De todos modos, atravesamos el castillo que había visitado dos veces antes. Si bien el interior del edificio se había mejorado y remodelado en gran medida como dijo la doctora, no parecía que la sala de audiencias del rey hubiera cambiado mucho.

¿Fue este uno de esos acuerdos de tipo “equilibrar lo antiguo y lo nuevo”? Realmente no entiendo ese tipo de cosas, así que decidí no poner demasiada capacidad intelectual en pensar en ello.

“Bienvenidos, miembros de la agencia”, dijo el anciano calvo de pie junto al rey cuando entramos en la habitación.

¿Por qué parecía tan familiar? ¿Podría ser tal vez el nieto o algo del ministro que una vez conocí aquí? Bueno, no parecía reconocerme, probablemente no tenía idea de quién era yo, así que decidí no preocuparme por eso. En respuesta a su saludo, la doctora le ofreció una cortés sonrisa.

“Perdónanos por visitarnos con tan poca antelación. Venimos hoy con la esperanza de pedir un favor importante”.

“¿Oh?”

Escuchar la palabra “favor” hizo sonreír al ministro, pero había un brillo en sus ojos. Seguro que esa sonrisa no significaba nada bueno…

“Pensé que el credo de la agencia era permanecer neutral e imparcial con todos los poderes políticos”.

“Pensaste bien. Nunca buscaríamos aliarnos con ninguna entidad en particular”.

“¿Es eso así?”

“Así es”.

“Entonces, ¿qué negocio tienes con nuestro reino?”

“Como dije, la agencia tiene un favor importante que pedir”, dijo la doctora, finalmente yendo al grano. “Buscamos frustrar la Guerra de Todos acercándonos a Rekka Namidare en el pasado… Ese ha sido nuestro objetivo durante muchos años, como estoy seguro de que lo saben”.

“Pero por supuesto.”

“Nuestra solicitud se refiere a ese objetivo”.

“¿Y cuál podría ser esta solicitud, específicamente?”

La doctora hizo una pausa para tomar un respiro antes de responder a la pregunta del ministro: “Buscamos la cooperación de la hechicera real de Aburaamu, Harissa Hope”.

“…”

“Naturalmente, solo sería una medida temporal. Por vergonzoso que sea admitirlo, la agencia está experimentando una especie de contratiempo en sus operaciones, y su ayuda sería muy apreciada para ayudarnos  a superarlo”.

“Hmm… Sí, eso es una noticia terrible”, respondió el ministro, acariciando su barba.

No podría decir exactamente por qué… Pero por alguna razón, parecía que no nos estaba tomando en serio.

Mientras pensaba eso, el ministro respondió: “Lady Harissa es nuestra hechicera real, ¿comprende? Dejarla ir sería muy difícil, por lo que no podemos responderle fácilmente”.

“Entiendo la carga que le impondría nuestra solicitud, pero espero que considere ayudarnos”.

“Aun así…”

“Por lo menos, si nos permitiera hablar con la propia Harissa…”

La doctora intentó negociar una reunión con Harissa en persona, pero el ministro rápidamente negó con la cabeza.

“Lady Harissa siempre está ocupada, ¿sabe? Además, su vida está constantemente amenazada por poderes externos. Desafortunadamente, no podemos permitirle que se reúna con entidades extranjeras”.

“¡¿Qué?! ¡¿Crees que la vamos a asesinar?!” Grité.

Lo que el ministro estaba sugiriendo era tan absurdo que no pude evitarlo. Pero mi pequeño arrebato hizo que el ministro y los demás funcionarios de la sala me miraran… Ups. Se suponía que debía mantener la cabeza gacha mientras estábamos aquí.

“Ejem,” tosió el ministro, aclarándose la garganta con fuerza. “En cualquier caso, espero que comprenda que Lady Harissa es un activo valioso que no podemos dejar de lado. Si insiste más en este asunto, le exigiremos que demuestre su buena fe”.

“…”

“Ahora, estoy seguro de que están cansados de su viaje aquí. Tenemos habitaciones disponibles en la casa de huéspedes, así que ¿por qué no te quedas aquí por la noche? Si hay algo más de lo que desee hablar, vuelva por la mañana”.

“Que así sea… Con mucho gusto aceptaremos su generosa oferta”.

Y así, nuestro primer encuentro en Aburaamu llegó a su fin sin que ni siquiera viéramos a Harissa.