Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)
Volumen 15
Capítulo 1: ¿La Calma Antes De La Tormenta?
Parte 5
El extraño silencio llenó el espacio entre nosotros. De repente pensé que vi a mi proverbial ángel del hombro y al diablo del hombro sonriéndose el uno al otro por encima de mi cabeza.
«¡Ahora es tu oportunidad! ¡Ponla en ese sofá!» Dijo mi diablo del hombro (que se parecía a Hikaru-san).
«¡No hagas eso! ¡Las relaciones sexuales ilícitas y el sexo prematrimonial son solo para chicos malos!» Dijo mi ángel de hombro (Minori-san), con los brazos cruzados. Los dos rodearon mi cabeza como si estuvieran en un carrusel. «Solo para tu información», agregó, «¡conseguirlo con otro chico estaría A-OK!»
Estaba empezando a preguntarme si ella era realmente un ángel, o si en realidad ambos eran demonios… Espera, ¿no se supone que ambos se parecen a mí, de todos modos?
«Oh—»
«Oh…»
Ambos, cada uno con la esperanza de romper el hielo de nuevo, miramos hacia arriba al mismo tiempo, con el resultado de que de repente nos miramos a los ojos y las cosas se pusieron aún más incómodas.
No podía apartar los ojos de la cara sonrojada de Myusel.
Sus propios ojos parecían un poco húmedos, ¿eh? ¿Estaba esto, como, ya sabes, en el dicho? ¿El que dice que un hombre que no come una comida que se le presenta no es un hombre? ¿Era esta una de esas cosas en las que si no hacía un movimiento, realmente lastimaría a Myusel realmente profundamente, y de repente estaría en una ruta de un solo sentido hacia el mal final? ¡¿Eh?!
¡¿Por qué sentí que mis opciones se habían reducido a una?! ¡El punto de guardado! ¿Dónde estaba el punto de guardado?
¡¡Ahhhhhh!!
Tuve que hacer algo. Tuve que hacer algo. ¿Pero qué? Para ser un otaku cuya cantidad de años sin una novia equivalía exactamente a la cantidad de años de estar vivo, me sentí contra la pared, casi sin poder siquiera pensar. Mi cabeza daba vueltas: ¿podría suceder realmente aquí?
¿Ahora? Y luego pensé que vi la cara sonriente de Hikaru-san. Todo fue inmensamente confuso. Y finalmente…
Ella no dijo nada. No dije nada.
Ambos nos quedamos sentados en los sofás, intensa y dolorosamente conscientes el uno del otro.
***
Su piel pálida casi parecía brillar en la poca luz.
«Shinichi-sama…» Tumbada en la cama, Myusel dijo mi nombre, sus mejillas sonrojándose levemente. Desnuda como el día en que nació, ni siquiera llevaba su tocado, la prueba misma de su condición de sirvienta, y le habíamos quitado la cinta que sujetaba su mechón de cabello largo. Ahora estaba extendido sobre la cama, como una gasa contra las almohadas y las sábanas.
«U-Um, por favor… no mires demasiado…» Se puso una mano sobre el pecho y se llevó la otra entre las piernas, logrando ocultar su modestia. Pero solo: sus brazos temblaban.
El rubor rosado de la vergüenza le dio a todo su cuerpo una gracia esbelta, mientras que la forma en que empujó hacia abajo sobre su pecho y entre sus piernas solo enfatizó su suavidad, hizo que fuera aún más claro que a pesar de lo delgada que era, también tenía lo justo en curvas. Un deseo brotó dentro de mí de tomar esas curvas en mis manos, de apretarlas, de saborear la sensación de ellas bajo mis dedos.
«¿Qué puedo decir…?» Incluso yo pensé que era un poco retorcido, pero tenía que decir lo que estaba en mi cabeza. «Eres adorable. Absolutamente hermosa. Linda.»
“Er… Oh. G-Gracias… s-señor…” dijo Myusel, retorciéndose un poco como si se frotara la mano entre las piernas. La demostración de timidez era deliciosa a su manera. Me incliné sobre ella, con cuidado, lentamente, para no poner demasiado peso sobre ella. Antes que nada, quería sentir su piel contra la mía. Quería que la distancia entre nosotros fuera lo más cercana posible a la nada.
Ella estaba caliente. En nuestros estómagos, en nuestras caderas, se sentía como si nuestros cuerpos se derritieran entre sí. Y sin embargo, incluso en ese momento, me sentí impaciente. La impaciencia no desapareció. Y entonces…
«Myusel…”
«¿S-Sí…?»
Acerqué mi rostro al de ella. Ella debió haber entendido lo que quería, porque después de un momento de mirada de sorpresa, cerró lentamente los ojos.
Los delicados labios rosados que una vez se habían mantenido cuidadosamente apartados ahora parecían invitarme a seguir adelante. Se abrieron muy levemente, buscándome, y sentí que mi mente giraba de emoción. Ella no me estaba rechazando. De hecho, ella me deseaba.
Puede que te sorprenda saberlo, pero incluso hasta ese momento, siempre había una parte de mí que temía que Myusel de repente dijera: «¿Sabes qué? No lo creo» o «Simplemente no eres mi tipo.» Pero estuvo bien. Esto estaba bien. Podría convertirme en uno con ella. Ella también lo quería. Y cuando me di cuenta de eso, sentí que se hacía cada vez más difícil, me refiero a mi pulso.
«Shinichi-sama…”
«¿Si?»
«Yo…» Myusel casi gimió la palabra, su respiración se aceleró. «Quiero a tu hijo, Shinichi-sama… Tu bebé…”
Mi corazón dio otro salto. Una amplia gama de posibles respuestas pasaron por mi mente, desde las verdaderamente desagradables hasta las comedias románticas. Pero al final, ninguno de ellos parecía apropiado. En cambio, respondí con una no respuesta, palabras que se usaban en exceso pero que salían directamente de mi corazón. «Myusel, te amo».
«Sí, señor…» Diminutas gotas se deslizaron por las esquinas de sus ojos cerrados con fuerza. Estaba tan cerca de ella, que parecían estar más allá de la punta de mi nariz. Y luego presioné mis labios contra su boca temblorosa…
***
«…………….Sí. Eso fue lo que paso,” murmuré, mirando distraídamente al techo. Un delgado rayo de luz fresca de la mañana se coló entre las cortinas y pude ver el polvo bailando en el aire. El aumento gradual de la temperatura debe haber puesto en movimiento el aire de la habitación. “Así fue el sueño. Y ahora se acabó”.
…………………………..
…………………………..
…………………………..
¡¡Ahhhhhhhhh!!
Sí, me escuchaste. Era un sueño, todo solo en mi estúpida y apestosa cabeza inconsciente. ¡¡Maldita sea, maldición, maldición, maldicioooooon!!
«Urrrgh…”
No hace falta decir que, en pocas palabras, en otras palabras, toda la escena en la que me acosté con Myusel había sido una fantasía en mi cerebro dormido. Parecía tan real, era como si aún pudiera sentir su piel bajo mis manos. Pero eso solo hizo que la decepción cuando me desperté mucho peor… Prácticamente podía escuchar a alguien gritar: “¿Pensaste que tenías un final feliz? ¡Apesta ser tú! ¡Todo fue solo un sueño!»
La verdadera Myusel, después de nuestra incómoda charla el día anterior, había insistido en que el té estaba frío y que lo haría fresco, y luego prácticamente huyó de la habitación.
Y sí trajo té recién hecho y caliente, pero para entonces éramos los dos los que nos habíamos calmado, y aunque las cosas todavía se sentían un poco raras entre nosotros, no pasó nada más.
En otras palabras, no hay nada que ver aquí, amigos, sigan adelante. Supongo que mis sentimientos de decepción por ese hecho inspiraron mi sueño. En serio, era mucho más realista de lo que jamás había pedido, hasta la calidez y la suavidad de su carne. Todo fue un poco demasiado estimulante para un virgen como yo…
«Es como si pudiera presionar mis dedos en ella y ella estaba suave, pero todavía había esa resistencia…”
«Mn…»
“Sí, así como así. Fue tan real…” Y luego me detuve. «¿Eh…?»
Se suponía que me había despertado de mi sueño, pero ese sentimiento, dolorosamente plausible, todavía estaba allí bajo mis dedos, de hecho, en toda la palma de mi mano. ¡¿Pero por qué?!
«Mn…» alguien gimió a mi lado.
Escuché una orquesta de cuerdas chillando en mi cabeza cuando me volví para mirar. Pude ver una espalda pálida. Como si fuera quien fuera, acabara de darse la vuelta mientras dormían.
«¿Eh…?»
¡¿Qué pasaba con esta espalda suave y de aspecto suave?! Y otra pregunta: qué pude ver de la espalda, que estaba justo hasta la cintura; todo lo que estaba debajo de lo que estaba escondido debajo de las sábanas, pero lo que pude ver parecía … bueno, era claramente … esto era de una chica …
«¡¿Qu-Qu-Whooooaaaaaaa?!» Exclamé, en algún lugar entre un grito y un grito.
¡Era una espalda, la espalda de una niña, la espalda de una chica desnuda! ¡ATRAS, ATRAS! Podía ver la nuca, algunos pelos sueltos sobre la piel, las suaves líneas que bajaban desde el cuello, todo tan profundamente, profundamente erótico, incluso estando allí.
Y mientras me enfrentaba a esta espalda desnuda, también me acababa de despertar por la mañana y mi mitad inferior estaba haciendo lo que hacía todas las mañanas: ¡algo completamente imperdonable!
¡No! ¡No es la cuestión!
Entonces, eh, um, lo que sentí hace un momento, fue que no eran los últimos vestigios de mi sueño, pero, ya sabes, er, ¿podría ser posible? Tuve ese tipo de sueño porque podía sentir esa piel mientras ¿estaba durmiendo? Espera… ¡¿en realidad fue un sueño?! Podría ser posible que yo… realmente… realmente… hicimos Myusel y yo… ¿lo hicimos?
¿Q-Q-Q-Q-Q-Qué voy a hacer? Quiero decir, no, no me arrepiento exactamente, pero ¿está esto realmente bien? ¿Está permitido? ¿Un otaku sin valor, antiguo guardia de seguridad doméstico como yo y una mujer hermosa como Myusel…?
«Shinichi-sama…» Mientras yacía allí sintiendo que estaba a punto de estallar, se escuchó una voz al otro lado de la puerta. «Buenos días señor.»
«Oh, Myusel», dije reflexivamente, «Buenos…”
¿Eh?
Myusel estaba al otro lado de la puerta. Entonces… ¡¿Quién estaba en la cama a mi lado?!
Espera, tuve otro problema. «Voy a entrar, señor».
Le respondí a Myusel instintivamente, y ella lo tomó como un permiso para entrar. Ahora estaba a punto de abrir la puerta.
“Um… Shinichi-sama,” dijo mientras entraba. Ella no pareció darse cuenta de que me miraba con los ojos saltones, simplemente entró con un carrito lleno de los preparativos matutinos habituales: mi ropa para el día, un cuenco de agua para que me lavara la cara, etc. «Er, sobre ayer…”
Tenía los ojos hacia abajo, por lo que aún no se había dado cuenta de que no era el único en la cama.
“¡S-Sí, ayer! ¡Ayer, sí!» Dije, frenéticamente levantando las sábanas con la esperanza de esconder a quien estaba a mi lado. “¡Uh, caramba, ese té de ayer seguro estuvo bueno! ¿T-Tal vez puedas hacerlo de nuevo en algún momento?”
«¿Qué? Oh, sí”, dijo Myusel, asintiendo, aunque parecía desconcertada. Probablemente quería hablar sobre toda esa discusión durante el té anoche, pero yo estaba ansioso por terminar la conversación y salir de allí lo más rápido posible.
Sentí un movimiento debajo de las sábanas a mi lado. Me obligué a sonreír mientras estiraba la mano para contener a quienquiera que fuera. “¡Uh, puedes dejar las cosas ahí! ¡Bajaré a desayunar en un segundo! ¿Okay?»
«Er, por… por supuesto», dijo Myusel, una nube pasando por su rostro. Probablemente se había dado cuenta de que estaba evitando deliberadamente el tema de esa incómoda charla de la noche anterior. Pero dadas las circunstancias, dejar que esto continúe podría ser aún peor. Incluso podría…
«¡Ungh…!»
La persona contra la que estaba presionando se movió de nuevo.
¡Okay, ahora es peor!
Y entonces… «Mrf…”
Las sábanas se fueron shwmpf, y quién debería aparecer sino— «¿Eh?» Dije tontamente— o era ¿Myusel?
Ninguno de los dos esperaba a la persona que vimos. Esta es…
«¿Clara?»
«Buenos días…»
Clara, el soldado hombre tigre del reino de Bahairam, se estiró sin el menor atisbo de vergüenza. Las sábanas se deslizaron de ella, revelando no solo sus hombros, sino también su pecho modesto (una expresión educada), sus abdominales tonificados, ¡e incluso su adorable ombligo…! De acuerdo, técnicamente todo debajo de su cintura todavía estaba cubierto, pero esto fue más que suficiente para decir «No te preocupes, no llevo nada».
«¡Shinichi-sama…!» Los ojos de Myusel se agrandaron mientras miraba de mí a Clara y viceversa. Y luego los vi comenzar a rebosar de lágrimas…
«No, espera, ¡lo entendiste todo mal!» Lloré. «Esto no es, quiero decir, no lo es, no hicimos nada malo, ¿de acuerdo? O al menos, ¡creo que no lo hicimos! No estaba tratando de echarte de mi habitación, aunque es un hecho que sabía que esto sería un problema si lo veías y ¡ahhhhh!» Estaba tan sobreexcitado que incluso yo ya no estaba seguro de lo que estaba diciendo. Finalmente…
«¿Qué está pasando? ¿Paso algo?» En la puerta detrás de Myusel apareció…
«¡¿Amatena?!» Ella era la superior militar de Clara, una versión de Elvia cambiada de paleta, es decir, una de las hermanas mayores de Elvia. No la había visto en un tiempo. «¿Qué? ¿Eh? ¡¿Por qué?!»
¿Por qué estaban estas dos aquí? Sí, una vez se habían escondido en nuestra mansión cuando las cosas se habían puesto demasiado calientes en Bahairam, pero ambos eran miembros del ejército de Bahairam; es decir, agentes enemigos desde el punto de vista del hostil del Imperio de Eldant. No podían simplemente entrar aquí en cualquier momento que quisieran.
«Tengo otra pregunta: Clara, ¿qué estás haciendo?» Dijo Amatena, dándole a su subordinada una mirada escéptica. Una vez le había dado órdenes específicas a Clara para que se abriera camino en mis afectos, así que no pareció desconcertarla descubrir a Clara desnuda en mi cama.
«Señora. Estoy tratando de asegurar la cooperación de Shinichi-sama presentándole un hecho consumado», dijo inexpresivamente. “He observado esta táctica en obras japonesas. Creo que la expresión es trampa de miel”.
«Ya veo. Buen trabajo.»
«Gracias señora.»
«¡Espera un segundo!» Lloré. Sonaban como si todo esto fuera completamente normal. «¿Qué está pasando aquí? ¡¿Qué está pasando realmente aquí?! »
“Shinichi,” dijo Amatena. «Tenemos un favor que pedirte». Pasó junto a Myusel y entró en la habitación, deteniéndose junto a mi cama. “O quizás más exactamente, hay algo que debemos pedirle que atienda. Urgentemente, en eso.»
«¿Un favor…? ¿Urgentemente?»
Ni Amatena ni Clara eran las personas más expresivas del mundo, pero Amatena se veía aún más grave de lo habitual, tal vez incluso casi acorralada. Luego miró por encima del hombro a Myusel y dijo: «Hemos venido a instancias de Falmelle Faugron».
Myusel se quedó congelado por la conmoción. «¿Qué…?»
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