Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Merazophis

Parte 1

Tengo que volverme más fuerte para proteger a la joven señorita.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que tomé esa decisión?

En el camino, de algún modo gané el puesto de Cuarto Comandante del ejército demonio.

Estoy seguro de que es principalmente porque soy una amistad del Señor Demonio.

Pero a pesar de que me convertí en su comandante debido a esa relación, el Cuarto Ejército ha estado siguiendo mis órdenes fielmente.

Para ellos, soy solo un hombre desconocido que apareció con el Señor Demonio y de repente se convirtió en su líder.

Estarían en su derecho de dudar de mí. Ni siquiera soy un demonio, soy un vampiro.

He estado ocultando esa verdad y viviendo como un demonio, por lo que estoy seguro de que mi identidad sigue siendo un misterio para ellos.

Así que no siento más que gratitud por mis hombres, por tratarme como su comandante de todas formas.

Técnicamente, necesité ponerme manos a la obra para poder ganarme este puesto.

Originalmente, el Cuarto Ejército estaba bajo en mandato de Sir Balto.

Sin embargo, estaba tan ocupado con su trabajo que su hermano menor, Sir Bloe, generalmente estaba a cargo.

Me uní al Cuarto Ejército bajo el mando de Sir Bloe y rápidamente subí de rango.

Cuando Sir Bloe se convirtió en el comandante oficial de un ejército diferente, todos los demás subieron de rango, incluido yo.

A partir de entonces, mi rango siguió subiendo, y cuando Sir Balto se retiró oficialmente de su puesto como comandante para centrarse en sus responsabilidades políticas, el Señor Demonio, Lady Ariel personalmente me nombró el nuevo comandante.

Es de conocimiento público que Lady Ariel me trajo al territorio de los demonios.

Por lo tanto, me imaginé que mucha gente se opondría a que un recién llegado se convirtiera en comandante tan pronto.

Pero para mi sorpresa, no hubo quejas de ninguno de los otros comandantes ni de las filas del Cuarto Ejército.

Me pareció extraño, pero Lady Ariel simplemente sonrió.

“Realmente no te das el crédito suficiente, Merazophis”, dijo.

Y, “No hay nadie más calificado para ser comandante que tú.”

Aunque Lady Ariel afirma que no me doy suficiente crédito, creo que ella me da demasiado.

La verdad es, que no soy más que un humilde sirviente.

Incluso si he renacido con la inusual raza de vampiro, mi naturaleza fundamental no ha cambiado.

Para un humano común como yo al convertirse en vampiro, hay pocos cambios aparte de ganar un poco más de poder.

E incluso eso no es nada con la fuerza que tomé de la joven señorita, quien es una vampiro Progenitor.

No refleja ninguna excelencia por mi parte.

Pero cuando dije todo esto, Lady Ariel simplemente me advirtió: “Demasiada modestia resulta desagradable, ¿sabes?”

… La verdad es, que sé que tiene razón.

Con mi poder, soy más que capaz de ser comandante.

Los que me rodean simplemente miden con precisión mi valor.

Pero hay una parte de mí que no quiere admitir esto.

Para la mayoría, imagino que ser muy valorado sería un motivo de celebración, no de negación.

Pero hay una razón por la que pienso que debería reaccionar de esa manera.

Tengo miedo de relajarme demasiado.

Muchas cosas han ido mal en mi vida.

Por supuesto, estoy seguro de que mucha gente se siente igual que yo.

Como muchos otros, me encontré con bastantes obstáculos como persona común.

El primero de ellos fue el amor no correspondido.

La mujer a la que servía, ahora la difunta madre de mi joven ama.

Como su sirviente, me enamoré de ella, un amor que estaba condenado al fracaso.

Ella ya era amada y estaba enamorada de su prometido, quien por supuesto era el padre de mi joven ama.

Dada mi posición, y por respeto a su relación, naturalmente no podía actuar según mis sentimientos, así cayó el telón sobre mi primer amor.

Y el siguiente gran obstáculo que encontré fueron sus muertes.

Mi amor jamás se cumpliría, pero quería que la mujer que amaba fuera feliz, al menos.

Así que la serví a ella, y finalmente, también a su marido.

Y, sin embargo, ambos murieron por un acto de violencia sin sentido.

Todavía siento un profundo odio hacia la Iglesia de la Palabra de Dios, que los arrinconó, y sobre todo a Potimas, quien les quitó la vida con sus propias manos.

Pero no fui lo suficientemente fuerte.

No tuve el suficiente poder para salvarlos.

Estos dos son los obstáculos más grandes que no he podido superar, pero me he encontrado con muchos pequeños, también.

Muchas veces he tropezado por mi falta de habilidad y he lamentado mi propia incompetencia.

En resumen, he pasado mi vida tropezando con una barrera infranqueable tras otra.

Por lo tanto, no estoy acostumbrado a ser respetado por los que me rodean.

Mi señor me encontró de confianza, pero difícilmente de una manera en que me ganara una reputación.

Nunca me habían dado un papel como el de comandante que me pone a cargo de muchos otros, ni me han evaluado como alguien digno de ese papel.

Por eso temía que se me subieran a la cabeza tan grandes elogios, tentándome a dormirme en los laureles.

¿Qué pasaría si empiezo a sentir que esto es lo suficientemente bueno?

¿Que ya he trabajado lo suficiente?

Todavía no soy lo suficientemente fuerte.

Decidí hace mucho tiempo dedicar mi vida a la joven señorita, así que es aún más importante que esté listo para protegerla del peligro.

Pero sus enemigos son terriblemente poderosos, y una fuerza tan escasa como la mía no puede protegerla de ellos.

Potimas, el líder de los elfos.

La religión de la Palabra de Dios, que llevó a mi señor y a mi señora a la muerte.

Ambos son demasiado poderosos como para que yo pueda hacer algo solo.

Pero aun así, debo perfeccionarme para poder al menos comenzar a resistirlos.

Nunca deseé experimentar de nuevo la impotencia que sentí cuando perdí a mi señor y a mi señora.

Y, sin embargo, es difícil no desanimarse.

Soy una persona corriente.

No importa lo mucho que luche, jamás podré conseguir la fuerza que deseo.

Sé que las personas increíblemente poderosas que me rodean son raras y excepcionales, pero sigo avergonzado de no poder reunir ni una fracción de su poder.

Y lo que es más difícil aceptar para mí es que la joven señorita, a la cual se supone que debo proteger, me está dejando atrás rápidamente.

La joven señorita ha crecido mucho.

No era más que un bebé cuando residíamos en Sariella, y aún era solo una niñita cuando viajamos al reino de los demonios, así que pensé que seguiría siendo una niña incluso después de nuestra llegada.

Pero ahora, la joven señorita está comenzando a convertirse en una hermosa joven parecida a su madre.

Cuando aún era humano, una persona mayor me dijo una vez que los niños crecen rápido.

Pensé que la joven señorita todavía era una niña, pero empezó a subir los escalones hacia la madurez antes de que me diera cuenta.

No solo en su apariencia, sino también en su fuerza.

La joven señorita ya es tan poderosa que no podría esperar igualarla.

Soy mucho más débil que la persona a la que debo proteger.

Ese conocimiento pesa mucho en mi corazón.

Y cuando veo l me o mucho que me ha superado, hasta ahora tanto que nunca podré alcanzarla sin importar cuánto esfuerzo le dedique, una parte de mí se siente tentada a renunciar a seguir adelante.

Soy un cobarde.

Verdaderamente, un patético cobarde.

Incluso si no puedo alcanzarla—no, especialmente porque sé que no puedo alcanzarla—no debo dejar de esforzarme por conseguir metas mayores, o la brecha entre nosotros solo aumentará más.

Incluso ahora, cuando estoy corriendo con todas mis fuerzas, la brecha ya se está ampliando.

Así que no debo permitir que los elogios y el reconocimiento de otros debiliten mi determinación y compromiso.

No puedo contentarme con cómo están las cosas.

Absolutamente no debo dejar de intentar alcanzarla.

Incluso si una persona común como yo nunca podrá ponerse a la par, no importa cuánto lo intente, no puedo dejar de seguir adelante.

Aunque sea un cobarde, siempre debo mantenerme firme.

Especialmente después de lo que acabo de experimentar.