Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Extra: El Terror Del Hechizo De Marionetas

Cierto día, el mago de la Sociedad Yakagi Suimei estaba visitando la habitación de Hydemary Alzbayne en la sede de la Sociedad.

De pie frente a la puerta de madera anticuada, usó la aldaba inspirada en un ouroboros. La voz plana de Hydemary lo llamó en poco tiempo, y Suimei abrió la puerta y entró. Una suave fragancia de palo de rosa llenó la habitación, que estaba uniformemente decorada con muebles antiguos blancos. Impresionó una sensación de tranquilidad en Suimei, pero al mismo tiempo, le dio al lugar una atmósfera extraña.

Como siempre, una chica de cabello largo y negro vestida con ropa muy parecida a la de un mago estaba sentada en la mesa. Parecía estar bordando.

“Bienvenido, Suimei-kun. ¿Qué pasa?”

Sin dejar de hacer lo que estaba haciendo, Hydemary ni siquiera lo miró mientras hablaba. Parecía que estaba cosiendo algunas piezas de tela, pero Suimei no le prestó atención y fue directo al grano.

“Nada mayor. Solo vine a hablar sobre mañana”.

“¿Acerca de mañana? Es lo mismo de siempre, ¿verdad? A pedido de la Asociación de las Mil Noches, tenemos que ir y contener a un mago por una razón u otra”.

Hydemary habló con el cinismo de quien sabe lo que le espera.

“… Es cierto que todo sigue igual, pero quiero hablar sobre cómo vamos a hacerlo”.

“Que dolor. De ninguna manera. Estoy ocupado en este momento.”

“Vamos…”

“Quiero decir, solo tenemos que capturarlos como siempre y entregárselos a esa persona de aspecto sombrío como siempre, ¿verdad?”

“Bueno sí.”

“Entonces, ¿qué hay que discutir? Podemos hacer nuestros preparativos mientras estamos en camino mañana”.

En otras palabras, Hydemary no tenía ningún interés en hablar de trabajo. No era como si Suimei no entendiera cómo se sentía, pero…

“Entonces, ¿qué tienes ahí?”

“¿Esto? Esto, verás, es una muñeca Suimei-kun”.

“Hmm, ¿una muñeca mía? Una muñeca mía, eh… ”

Siempre pensó que ella era bastante encomiable. Pensar que lo estaba convirtiendo en una muñeca…

“Espera, ¿una muñeca mía?”

“Así es. ¿Por qué estás tan sorprendido?”

“¡¿Por qué no lo estaría?! ¡Es una muñeca! ¡Una muñeca! ¡¿Qué diablos estás haciendo?!” Suimei gritó con voz estridente.

Una muñeca. Si hubiera una clasificación oficial de los artículos que los magos no querían que nadie poseyera, eso ocuparía el primer lugar por un amplio margen.

“Heehee, mira. Aquí está.”

Lo que Hydemary le mostró con orgullo a Suimei fue un muñeco de peluche bastante adorable con una cabeza grande.

“¿Qué hay con eso? No, podría ser que… ¿El monstruo del sótano te dio eso o algo así?”

“¿El profesor? Oh no. Lo hice yo.”

“¡Venga! ¡¿Por qué harías esa mierda?!”

“¿No es la respuesta obviamente por diversión? ¿Qué otra razón podría haber?”

“¡¿Qué tan divertido es eso?! Es una muñeca mía, ¿sabes?”

“Ves… ¿Cómo lo digo? Ser capaz de jugar con el siempre sarcástico Suimei-kun en la palma de mis manos definitivamente será divertido”.

“¡Alto ahí! ¡No hay ni una pizca de diversión en eso!”

“Además, tiene una función asombrosa añadida”.

Al escuchar eso, Suimei miró a Hydemary con una mezcla de sospecha y terror.

“Oye… ¿Qué quieres decir con ‘función’? En serio, ¿qué función? Tengo un mal presentimiento sobre esto”.

“Probablemente esté en lo cierto”.

“¡Quema esa cosa ahora mismo! ¡Este instante!”

“De ninguna manera. Finalmente lo hice varios cientos… No, varios miles de veces más lindo que el original. Además, está esa función que mencioné”.

“Escucha a la gente cuando… ¡Ugh!”

Mientras Hydemary levantaba ambos brazos del muñeco de peluche, Suimei imitó la acción. Era como si unas manos gigantes e invisibles tiraran de sus brazos hacia arriba con fuerza.

“¿‘Ugh’? Tsk, gruñendo así… Suimei-kun, como mago, debes ser más elegante”.

“T-Tú, hija de… Haciendo mierda con ese tipo de fuerza convincente…”

“Si voy a hacer algo, lo haré correctamente. ¿Entonces, cómo es eso? ¿Te ha impresionado esto una vez más mi genio?”

Suimei tuvo que ceder a eso. “…Si.”

“Heh, entonces parece que finalmente lo entiendes.”

“Con la salvedad de que nadie, amigo o enemigo por igual, debería bajar la maldita guardia a tu alrededor”.

Mientras Suimei bastante infeliz la maldecía, Hydemary simplemente actuó como si no tuviera nada que ver con ella.

“Sí, sí. El descuido es el mayor enemigo de uno. No puedes olvidar que incluso las chicas tan hermosas como las flores todavía tienen espinas, como las rosas. Todo placer viene con algo de dolor, ¿ves?”

“¿Y dónde está el placer en esto?”

“Yo por supuesto. Poder charlar con una chica tan linda no es más que un placer, ¿no es así? Especialmente para usted.”

“No me hagas parecer un perdedor triste que no tiene suerte con las mujeres”.

“¿Me equivoco?”

“Por favor, detente…”

Hydemary inclinó la cabeza hacia un lado y esperó, pero Suimei no pudo ofrecer ningún argumento. Eso era cierto. No tuvo suficiente suerte con las mujeres para decir definitivamente que no era un perdedor. Estaba celoso de sus amigos en Japón. Pensando en todo esto, Suimei se dio cuenta de que había algo más por lo que debería preguntarle.

“En realidad, ¿cómo diablos hiciste esa cosa?”

“Acabo de reunir los componentes estándar como tu cabello, sangre, recortes de uñas, etc. Eso es todo.”

“¡No coleccionas ese tipo de mierda!”

“Vaya, vaya… Cuando dices que las estoy coleccionando, ¿no me hace sonar como una especie de pervertido? Fue para la investigación mágica. Mira, una pose de pantera femenina”.

Hydemary puso el muñeco de peluche a cuatro patas y estiró la espalda. “¡Maldición! ¡Para! ¡Aaaaah!”

El cuerpo de Suimei obedeció sin piedad, imitando la pose en contra de su voluntad. No importa cuánto luchó, no pudo escapar del poder mágico del muñeco de peluche y las leyes de resonancia que usaba su magia de resonancia sensorial. Al ver a Suimei ponerse rojo brillante cuando se vio obligado a adoptar una pose tan vergonzosa, Hydemary comentó con su típica expresión indiferente.

“Vaya, vaya, esto es incluso más divertido de lo que pensaba”.

“¡No me divierte en absoluto!”

Suimei respondió, pero el alboroto de Hydemary estaba lejos de terminar. “Toque, toque…”

“¡¿Dónde diablos crees que estás pinchando?!”

¿En algún lugar… íntimo? Toque, toque.”

Hydemary estaba pinchando algo en alguna parte de la muñeca con su dedo índice. Suimei trató de objetar en un pánico nervioso, pero ya era demasiado tarde.

“¡Hrk!”

La cara de Suimei pasó de un rojo brillante a una pálida espantosa cuando se agarró de la entrepierna y se hundió en el suelo con los dedos de los pies alzados.

“Ah, colapsaste en agonía”.

“Hrgh… idiota. Eso es realmente cruzar la línea…”

“Lo siento, lo siento. Supongo que después de todo es la debilidad de un hombre, ¿eh?”

“Hijo de… recordaré esto…”

Suimei miró a Hydemary con rencor mientras se disculpaba. Luego, de pie frente a Suimei, que todavía estaba agonizando, Hydemary se inclinó como si mirara más de cerca. Y luego, en un tono siniestro…

“Hmm, ¿eso es realmente algo que deberías decirme considerando la posición en la que estás?”

“¿Q-Qué…? ¿Qué vas a hacer? ”

“No importa cómo se mire, soy un genio. Puedo pensar fácilmente en muchas formas de hacer algo tan trivial como sumergirte en las profundidades del terror”.

“Espera, tú… ¡¿Qué diablos estás planeando?!”

“Ahora, aquí vamos. Probemos con una pose de águila extendida, Suimei- kun”.

“¡PARA  ESTOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!”

Suimei gritó, pero no había nadie allí para detener tal tiranía.

-FIN DEL VOLUMEN 04-