Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Epilogo 2: Hombre De Espejismos

Mientras corría por la capital imperial por la noche, Rogue Zandyke recordó la primera vez que conoció a Liliana. Había ido a reprimir un incidente que estaba sucediendo en un pequeño pueblo. En ese momento, la división de inteligencia del ejército aún no se había establecido. Rogue era solo un oficial en el ejército.

Después de enterarse de un ominoso ritual que tenía lugar en una aldea en la parte  norte del Imperio, se mudó con sus subordinados para investigar.

No estaba seguro de que implicaba exactamente el ritual, pero a su paso, un ser ominoso apareció en las inmediaciones y los cadáveres de muchos niños comenzaron a aparecer aquí y allá.

Después de investigar los pueblos cercanos, descubrieron que era una tradición transmitida de generación en generación. Cada año, sacrificaban niños malditos a un ser maligno diferente del Dios Maligno Zekaraia.

Cuando llegaron al pueblo en cuestión, estaban en medio de la realización del ritual. Los círculos mágicos estaban dibujados con sangre por todo el lugar. El ritual involucró a todos los aldeanos, y se reunieron alrededor de una sola persona, derramando todo tipo de palabras de odio de sus bocas.

La víctima de todo esto fue Liliana, que aún era una niña pequeña. Incluso sus verdaderos padres, que deberían haber sido cariñosos, formaban parte de la multitud que los vitoreaba.

Todos la trataron como a un monstruo. En el santuario donde se llevó a cabo el ritual, la gente abarrotó a la niña acurrucada y temblorosa. Todavía podía recordar el brillo primario de su ojo derecho.

Cuando los soldados intentaron detener el ritual, los aldeanos los atacaron.

Dijeron que si el ritual no se realizaba, el mal asaltaría la aldea. Antes de que nadie se diera cuenta, todos los aldeanos habían perdido la cabeza. Quizás fue un efecto de la oscuridad de Liliana. Rogue no sabía si era natural o algo más.

Pero de cualquier manera, no podía soportar lo que estaban haciendo. No se debería permitir que suceda con una niña pequeña para negar su felicidad. No era algo que la gente debería poder hacer. Después de reprimir a los aldeanos arrasadores, el chamán en el centro del ritual dejó atrás unas pocas palabras de advertencia para Rogue.

“Esa niña es una niña con la habilidad natural de maldecir a los demás… Eventualmente toda la humanidad será perjudicada por ella…”

Pensando en ello, las palabras del chamán pueden haber sido una maldición en sí mismas cuando Rogue se llevó a Liliana con él. Siempre aparecieron en el fondo de su mente.

En el fondo, también debe haber pensado en Liliana como una maldita. Y después de cómo la había tratado, ya no tenía derecho a estar a su lado. Lamentó haber tenido que dejarla ir, pero estaba seguro de que si la confiaba a ese joven que siempre había creído en ella, seguramente podría vivir feliz.

El joven le había dicho que incluso si no estaba conectado por sangre, que si se consideraba su padre, debería haber actuado así hasta el final. Debería creer en su propia familia. Esa fue la fuente de la ira del joven. Pero Rogue no había podido creer en ella. Totalmente atrapado solo en lo que estaba sucediendo, había abandonado a la chica que una vez salvó con sus propias manos.

“…”

Mientras miraba hacia el lugar del que estaba huyendo, la voz de Liliana sonó en su cabeza.

“Coronel, ¿por qué siempre… tiene que aceptar nada más que trabajos dolorosos?”

Cuando pensó en eso, Liliana siempre pudo haber sentido simpatía por él.

“Coronel, si me convierto en soldado… ¿le sería útil?”

Cuando pensó en ello, Liliana pudo haber querido de todo corazón ayudarlo.

“Coronel, ¿por qué los nobles… lo odian tanto?”

Sí, cuando pensaba en ello, todo lo que ella le preguntaba era siempre por preocupación de él.

Rogue fue condenado al ostracismo por los nobles. Ella se había enterado y se dio cuenta de lo difícil que estaba pasando él. Liliana era una niña inteligente, después de todo.

Debe haber sido por eso que intentó salvarlo. Fue ridículo. Pensar que solo entendería su consideración y su dolor después de todo este tiempo… Esa era exactamente la razón por la que no tenía derecho a llamarse a sí mismo su padre.

Y ya no tenía espacio para criticarla. Seguramente ese resplandor brillante de las estrellas fugaces lo había lavado todo. Pero aún no había terminado. Todavía tenía algo que hacer.

Si Liliana iba a vivir en paz y tranquilidad, habría que ocuparse de la fuente del mal conocida como la nobleza. Incluso si ese joven estaba con ella, seguramente les aguardaría algún tipo de retribución. Y así, como el que llevó a Liliana a tanta violencia, tuvo que hacer su movimiento. Manteniendo esos pensamientos en su corazón, silenciosamente miró al cielo.

“Aunque tengo el deseo, no sale como yo quiero…”

¿Por qué este mundo era tan duro solo para aquellos que eran débiles? Solo otorgaba dolor a quienes vivían adecuadamente y les robaba la felicidad. Mientras dirigía estas preguntas al cielo, no había señales de que le llegara ninguna respuesta. No, en cambio, lo que escuchó fue una voz desconocida.

“Una de las Siete Espadas y un coronel de la división de inteligencia del ejército imperial… Rogue Zandyke-dono, ¿correcto?”

Rogue bajó la mirada. Un solo hombre había aparecido en el camino frente a él. Con el pelo largo, de color púrpura claro, tenía algo de aire pasajero.

Su ropa tampoco era familiar para Rogue, pero podía decir que era cara y elegante. El hombre era bastante delgado, pero incluso bajo su ropa suelta que parecía la vestimenta habitual de los nobles de algún país, Rogue podía sentir que su cuerpo estaba entrenado. Mientras Rogue lanzaba una mirada atenta al hombre que tenía delante, el hombre le devolvió una pregunta sin contexto.

“¿Qué piensas de este mundo?”

Sin saber cuáles eran las intenciones de este hombre al preguntar tal cosa, Rogue regresó con una pregunta propia.

“¿Qué quieres decir?”

“¿No crees también que el camino de este mundo es simplemente irracional?”

“…”

Sintiendo que los pensamientos más íntimos en lo profundo de su corazón habían sido revelados, el cuerpo de Rogue se puso rígido por un instante.

Sin embargo, rápidamente recuperó la compostura y rechazó las palabras del hombre como tonterías.

“No hay forma de que tenga quejas sobre el mundo que hizo la Diosa Alshuna”.

“Eso es una falsedad”.

“¿Qué te hace decir eso?”

Rogue lanzó otra pregunta al hombre cuyo rostro decía que lo sabía todo. Y cuando respondió, su expresión no cambió.

“¿No lo es? Si no es una falsedad, entonces todas esas veces que pensaste en tu hija mientras le suplicabas a la Diosa en oración todos los días por un deseo que nunca sería concedido terminarían siendo una falsedad”.

“Entonces ya sabes sobre eso…”

Desconcertado por la conjetura del hombre, Rogue, sin saberlo, terminó reconociendo lo que dijo. Eso era cierto. Había rezado por el cuerpo de Liliana que estaba siendo devorado para que fuera sanado por la Diosa. Todas las mañanas, sin falta, caminaba hacia la Iglesia de la Salvación. Sin embargo, no importa cuántas oraciones ofreció, nunca fueron escuchadas.

“Aunque pueda ser presuntuoso, creo que entiendo tus sentimientos hacia el mundo”, dijo el hombre, apuntando sus fríos ojos grises directamente a Rogue. “Este jardín en miniatura creado por la Diosa está hecho para ser irracional. ¿No es por eso que existen los demonios? La existencia de la Diosa en sí misma es un cúmulo de irracionalidad, después de todo”.

En este mundo donde la Diosa era adorada como todo virtuoso, este hombre estaba mostrando desprecio por ella sin una pizca de vacilación. Debe haber tenido una razón para reclamar todo esto tan fuerte, a pesar del hecho de que si alguien lo escuchaba, sería tratado como sospechoso de inmediato.

“Zandyke-dono, me gustaría que nos prestaras tu poder”.

“¿Qué piensas hacer con mi poder?”

“Usted ya sabe. Si la Diosa difunde la irracionalidad, lucharemos contra ella y cambiaremos el mundo”.

Las palabras que salían de la boca del hombre eran como una conspiración para usurpar a un dios. Cualquiera que lo oyera quedaría atónito. Esto incluía a Rogue. Su voz al interrogar al hombre estaba llena de desconcierto.

“Ridículo. ¿Estás sugiriendo que piensas matar a la Diosa? Eso es imposible.”

“Quiero hacerlo. Y con ese fin, me gustaría contar con su apoyo”.

Rogue miró al hombre frente a él. Había aparecido, había hablado mal de la Diosa y ahora estaba pidiendo su ayuda. Rogue sintió que parecía tan firme como una roca en sus creencias. Iba a cambiar el mundo. Corregiría la irracionalidad de la misma. Había algo en él que dejaba claro que no era solo un estafador.

En este momento, Rogue no tenía adónde ir y nadie lo esperaba. No había pensado en lo que haría después de terminar de hacer lo que debía hacer.

Sin embargo, lo que este hombre estaba sugiriendo, para analizar lo que había causado que Rogue se lamentara de dolor, puede no haber sido una mala propuesta. Preparándose para asentir con la cabeza al hombre, Rogue comenzó a hablar tranquilamente.

“Entonces hay una cosa que me gustaría preguntar”.

“Habla.”

“Se trata de mi hija. En este momento, hay una amenaza para ella que debe eliminarse. Quiero que lo eliminen lo antes posible. Si está hecho, te prestaré mi espada”.

Rogue presentó sus condiciones. Sabía que era una demanda irrazonable, pero si este hombre tenía el poder de desafiar a un dios, esa solicitud sería simple.

Demostraría que toda su charla no era solo charla. Entonces, en cierto modo, la demanda de Rogue fue una prueba. Sin embargo, el hombre asintió sin la menor vacilación.

“He escuchado tu deseo. Para mañana por la mañana, todos aquellos que evitarían a Liliana Zandyke desaparecerán de esta capital imperial”, declaró.

Rogue no tenía idea de qué estaba respaldando la confianza de este hombre, pero lo sabría a la mañana siguiente. Pensando en esto, se dio cuenta de que todavía tenía algo que preguntar.

“Mis disculpas, pero una cosa más”.

“¿Qué es?”

“No sé el nombre de la persona a quien prestaré mi espada”.

Al escuchar esto, una sonrisa de repente flotó en el rostro del hombre. ¿Fue simple alegría? ¿O tal vez estaba realmente feliz en el fondo? Rogue no pudo captar el matiz de su expresión, pero el hombre le respondió en voz baja.

“Mi nombre es Gottfried. No dude en llamarme como tal”. Con eso, el hombre, Gottfried, se volvió para irse.