Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Epilogo 1: Mientras Uno Sonríe

“Cielos, ¿qué podría significar esto…?”

Con el ceño fruncido, Suimei llegó a la entrada del callejón que conducía a su base. La razón de su consternación era la confusa noticia que los caballeros que habían ido a hacer el reconocimiento habían traído consigo.

Ayer, Suimei y los demás lograron derrotar al cerebro Romeon sin problemas y despejar las sospechas contra Liliana. Suimei estaba pensando en sus planes de aquí en adelante después de pasar toda la noche mientras información sorprendente le llegaba revoloteando.

Hace un momento, cuando una campana siniestra sonó en toda la ciudad, la cáscara del cuerpo de Romeon fue atada a una estaca en la plaza sur. Pero todo estaba bien y bien.

El Imperio tenía la necesidad de declarar al público que el criminal detrás de los incidentes del coma había sido capturado. Aunque su respuesta fue un poco apresurada, no fue irrazonable.

La otra cosa que informaron los caballeros se refería a los folletos que se distribuían para explicar a los ciudadanos lo que realmente había sucedido con respecto a los incidentes. Incluyó que el hecho de que Liliana fuera considerada sospechosa fue un error.

No solo eso, estaba escrito que con el fin de capturar al verdadero criminal, a pesar de que ella misma estaba siendo perseguida, ella tomó un papel en su captura.

Esto tampoco era descabellado. Los altos mandos del Imperio necesitaban inventar una historia apropiada para explicar por qué no habían podido detener a la persona que se consideraba el principal sospechoso durante tanto tiempo.

Sin embargo, el hecho de que el aviso oficial salió antes incluso de que pasara un día, y que fue tan lejos como para limpiar el nombre de Liliana y defenderla ante el público en general, hizo que Suimei ladeara la cabeza.

En este momento, la capital imperial estaba en un estado mucho más tranquilo que cuando Suimei había llegado por primera vez. No importa a dónde fuera, ahora la gente solo elogia a Liliana.

Era como si toda la animosidad por ella se hubiera desvanecido en la noche. Además de eso, incluso se habló de los nobles que habían estado en coma recuperando la conciencia, dejando a Suimei completamente perplejo. Lefille, que estaba detrás de Suimei, levantó el ala de su sombrero y entrecerró los ojos.

“Qué historia tan extraña. Este es, por supuesto, el resultado de algo que hiciste, ¿verdad, Suimei-kun?”

“No puedo hacer ese tipo de cosas. Publicar sobre Romeon en un tablón de anuncios es fácil, pero ser capaz de cambiar la opinión de la gente sobre algo, francamente hablando, es bastante absurdo, ¿sabes?”

Manipular los sentimientos de toda una ciudad en el lapso de unas pocas horas era ridículo. La forma en que Suimei podría pensar en hacerlo sería colocar magia en el tablero de anuncios para sobrescribir los sentimientos de cualquiera que lo viera. En cierto sentido, usaría las palabras para infectar a la población. La pregunta entonces era si eso era algo que los altos mandos del Imperio podían o harían.

No era imposible, pero no tenían ninguna razón real para salir de su camino para hacerlo. Y si tenían los medios para hacerlo era otra cuestión. También estaba la cuestión de cómo podrían ocultar el hecho de que se había aplicado magia al tablero de anuncios. Así que, considerando todo, que todo esto hubiera sucedido tan rápido y sin problemas era una locura. Y mientras las cosas se habían calmado, Suimei planeaba irse.

“Suimei-kun, parece que nada saldrá de pensar en ello más.”

“No estoy completamente convencido, pero supongo que tenemos que dejar de averiguarlo…”

Cuando regresó a la base con Lefille a cuestas, Reiji, Felmenia y los demás estaban saliendo. Reiji llamó a Suimei cuando lo vio.

“¿Es como pensamos, Suimei?”

“Si.”

Cuando Suimei confirmó brevemente que lo que los caballeros les habían dicho era de hecho la verdad, la expresión de Reiji se volvió bastante severa. Con una arruga entre sus cejas, dejó escapar un gemido dudoso.

“… ¿Qué significa todo esto?”

“¿Quién sabe? No importa cuánto lo piense, no lo entiendo, así que terminé simplemente renunciando a encontrar la respuesta”.

“¿Eso es… realmente bien?”

“Obviamente no lo es. No lo es, pero no hay nada que pueda hacer al respecto”.

“¿Podría ser que lo esté haciendo ese hombre?”

“Rogue-san, ¿eh?”

Ciertamente era posible que Rogue se moviera en las sombras, pero era difícil imaginarlo manejando tanto por su cuenta. Además, lo más probable es que ya no estuviera en la capital imperial.

“Bueno, está bien, ¿no? Con esto, la gente de la ciudad ya no tiene que vivir con miedo, así que las cosas han mejorado, al menos”.

“Suimei, eso es un poco irresponsable…”

Reiji dejó caer los hombros con incredulidad. Suimei se estaba devanando los sesos por lo que estaba pasando, pero sin una conclusión, dejó una sensación inquietante en la boca del estómago. Se las habían arreglado para resolver el caso de Liliana a tiempo, pero todavía había partes que no entendía.

También estaba la cuestión de cómo Romeon había llegado a conocer los nombres salvajes. No quedaba nada en los recuerdos de Romeon que lo explicara.

Suimei sintió que las cosas estaban en movimiento en algún lugar que no podía ver. Y no sabía si las fuerzas detrás de ellos eran buenas o malas.

“Además, todos, lamento que esto sea tan repentino, pero en dos o tres días, voy a necesitar que todos se vayan”.

Al recibir este repentino aviso de desalojo, Mizuki gritó con un tono de sorpresa.

“¡E-Espera un segundo, Suimei-kun! ¡Eso es demasiado repentino! Además, dado que el problema de Liliana-chan ha sido resuelto ahora, no hay necesidad de que tú y los demás abandonen la capital imperial, ¿verdad?”

“Es verdad. Pero pronto iremos a la Alianza Saadias, así que tendrás que encontrar otro lugar para quedarte mientras estás en la capital imperial”.

“¿La alianza? ¿No es el estado autónomo? ¿Por qué?”

Mientras Mizuki inclinaba la cabeza hacia un lado, Reiji le respondió cuando un pensamiento le vino a la mente.

“¿Es para encontrar una manera de volver a nuestro mundo?”

“Así es. Había algo así escrito en el libro que Menia me trajo antes”. Al escuchar esto, Titania dirigió una mirada de reproche a Suimei.

“Suimei, dices que estás buscando un camino de regreso, pero ¿eso significa que una vez que lo encuentres, tienes la intención de dejar a Liliana sola?”

Las palabras de Titania para él fueron más agudas que nunca. Pero era comprensible. Por un lado, Suimei decía que cuidaría de Liliana, mientras que por el otro, decía que quería volver a su mundo. Al escucharlos uno tras otro, sonaban como declaraciones contradictorias. Pero Suimei había pensado en esto él mismo.

“Por supuesto no. Una vez que encuentre un camino de regreso, me llevaré a Liliana conmigo y la cuidaré adecuadamente. Después de todo, es razonable que haga algo hasta que ella sea capaz de valerse por sí misma”.

“S-Sí, eso es… obvio. Si Suimei me dejara y se fuera solo… ¡sería un problema!”

“Dije que todo irá bien”.

“¿Real y verdaderamente? ¿Sin lugar a duda?”

Con nerviosismo, Liliana estaba a punto de gritar mientras interrogaba preocupada a Suimei. Mizuki, parada a su lado, sonrió con una amplia sonrisa como si acabara de encontrar una nueva arma.

“Ella está muy apegada a ti, ¿eh?”

“Realmente tienes que decir que todas y cada una de las veces…”

Era su intercambio habitual. Mizuki lo empujó, y Suimei respondió como si estuviera fuera de lugar. Pero entonces Felmenia intervino.

“S-Suimei-dono.”

Cuando lo llamó, lo miró con ojos expectantes y suplicantes. Quizás ella también quería ser reconocida como una de sus alumnas. Parecía insegura y ansiosa mientras esperaba una respuesta, lo que solo podía significar…

“¿Menia también quiere venir?”

“¡S-Sí! ¡Por supuesto! Si llega al punto en el que puedo ir y venir, ¡sin falta!”

Ella dio una respuesta enérgica y encantada a la pregunta de Suimei como si algo extraordinariamente bueno hubiera sucedido. Suimei luego miró por encima del hombro y le preguntó a Lefille lo mismo.

“¿Qué pasa con Lefi?”

Lefille, sin embargo, infló un poco las mejillas como si estuviera haciendo un puchero.

“Qué frío. Ya sabes que iría contigo a cualquier parte”.

“Ya veo.”

Lefille no tenía un solo pariente vivo en este mundo. No tenía un lugar al que regresar ni un lugar al que llamar hogar, por lo que Suimei pensó que sería bueno traerla de regreso a su mundo con él.

Mientras toda la conversación terminaba, Suimei se dirigió hacia la casa por su cuenta. Es decir, hasta que Felmenia llegó corriendo tras él como un cachorro. Se detuvo y la miró cuando llegó a la puerta principal.

“Suimei-dono, hay algo que me gustaría preguntarte.”

“¿Qué es?”

“Se trata de lo que me enseñaste ayer, la entropía mística”.

“Ah, ¿eso? Sí, es bastante complicado. Si tiene alguna pregunta, no deje de responder”.

Suimei agarró el pomo de la puerta y entró. Felmenia entró detrás de él. Parecía estar perpleja con algo, ya que tenía la cabeza inclinada hacia un lado.

“Incluso si uno aumenta la entropía, la proporción de ‘los componentes que establecen las leyes místicas’ y ‘los componentes que establecen las leyes físicas’ eventualmente volverá a la normalidad, ¿verdad?”

“Sí, como expliqué ayer. ¿Tiene preguntas al respecto? ”

“Pero Suimei-dono, si ese es el caso, entonces ¿no sería posible usar magia continuamente hasta el punto en que todas las leyes físicas del mundo están desordenadas?”

Al escuchar esas palabras, Suimei se quedó inmóvil de espaldas a ella. Con la mano en la puerta para cerrarla, todo su cuerpo se puso rígido. O más bien, era más como si el tiempo se hubiera detenido por completo para él. Estaba congelado en su lugar.

“…”

“¿Suimei-dono?”

Felmenia no estaba segura de lo que estaba pasando. Suimei casi siempre respondía de inmediato, por lo que su comportamiento actual era ciertamente extraño. Ella tuvo que preguntarse si la respuesta era algo que él realmente no sabía.

“¿Qué vas a hacer con ese conocimiento?”

“¿Fue… no fue algo que debería haber preguntado?”

“No, no es eso… Es algo sobre nuestro mundo, así que no pensé que tuviera mucho que ver contigo”.

“… ¿No tiene algo que ver con este mundo también?”

“No puedo decirlo definitivamente. Aunque, honestamente, mientras haya humanos cerca, hay ocho o nueve de cada diez posibilidades… ”

“…?”

Felmenia no pudo comprender firmemente de qué estaba hablando Suimei. Mientras fruncía el ceño, Suimei comenzó a responder su pregunta inicial.

“Tal como dijiste, incluso cuando los componentes que establecen las leyes físicas y místicas se mezclan, la gran cantidad de componentes físicos en el espacio circundante devolverá el equilibrio a las leyes físicas. Sin embargo, la mezcla de componentes es un fenómeno irreversible; no es como si los componentes que se mezclaban volvieran a su estado original”.

“Entonces, en ese caso, si uno continúa usando magia, ¿el mundo eventualmente entraría en un estado en el que todas las leyes se desordenarían?”

“Así es. Aunque vuelve a su estado anterior, el lugar que ocupa el ser humano es un mundo cerrado. Llegará inevitablemente el momento en que las leyes científicas, el orden natural, los fenómenos naturales y el sentido común de los humanos acaben siendo una amenaza. Hasta entonces, los humanos tendrían que encontrar la manera de huir de él, o tal vez si logran resolver los misterios del cosmos… ”

“¿Misterios del cosmos…?”

Suimei no le respondió allí, sino que continuó explicando conceptos que Felmenia podía entender.

“El mundo está hecho de leyes físicas conocidas como la ‘teoría de la eternidad universal’. Si esas leyes están desordenadas, no importa cuántos experimentos se realicen, no podrían obtener ningún resultado utilizando esas leyes como base. En otras palabras, en ese punto, la humanidad ya no podría desarrollar más la ciencia. Y cuando el desarrollo científico se detenga, los beneficios de actividades académicas similares se agotarán. El desarrollo también se detendría allí. Al final, incluso el desarrollo de la magia lo haría, ya que también se basa en el conocimiento del mundo”.

Mientras Suimei continuaba sin preguntar, Felmenia sintió escalofríos como si pudiera decir que esto era algo que no debería haber tocado. Su expresión estaba llena de tensión y miedo. Sin embargo, Suimei aún continuó.

“Cuando se pierda el desarrollo del conocimiento, la humanidad no podrá alcanzar nuevos conocimientos y no nacerá nada nuevo. Ese tipo de mundo está casi muerto. Mientras exista el concepto de tiempo en el mundo, los humanos siempre estarán en una posición en la que no podrán escapar del progreso del tiempo. Si pierden la capacidad de oponerse al flujo del tiempo creando cosas nuevas, entonces es solo una cuestión de rutina antes de que mueran lentamente. Un mundo sin desarrollo no es más que el caparazón de un mundo. Un desperdicio. En otras palabras, este momento final sería cuando la entropía mística se desborde”.

De repente, una sensación helada se arrastró por la espalda de Felmenia. Suimei estaba aludiendo a cosas que no deberían estar relacionadas con este mundo, pero aun así, sentía que estaba en peligro.

“Entonces… ¿es la magia algo que no debería existir?”

“No, ese no es el caso. Exista o no la magia, tanto lo místico como lo físico deben mantenerse en equilibrio”.

“¿Es eso posible?”

“No.”

Suimei cortó toda esperanza que tenía con una sola palabra. Felmenia lo miró con ansiedad en los ojos.

“Creo que lo mencioné cuando apareció en Astel ese fenómeno del fin del mundo. El final está predeterminado. Si la magia continúa desarrollándose, entonces el desarrollo del mundo llegará a su fin. Si la ciencia continúa desarrollándose, eventualmente los recursos del mundo se secarán y el mundo sucumbirá a la muerte por calor. Por supuesto, si la humanidad se propaga demasiado, puede pensar en ellos como desbordando el contenedor que llamamos mundo. Y el resentimiento reprimido del que les hablé antes se acumularía y aceleraría el deterioro del mundo entero. El uso de recursos y el desarrollo del conocimiento, incluso en un mundo donde la población está controlada, acabará con un mundo. Pero también lo harán el estancamiento y la falta de desarrollo. En resumen, todos los nacidos en el mundo están destinados a perecer”.

No había esperanza. Al comprender la gravedad de eso, Felmenia se quedó sin habla. Incluso si de lo que Suimei estaba hablando era algo que sucedería en un futuro lejano, no cambiaba el hecho de que todos en el mundo algún día encontrarían su fin en vano mientras se volvían locos y consumidos lentamente.

“Mientras los humanos sean una forma de vida inteligente, creo que es muy probable que este mundo, como el mío, esté regido por la teoría de la eternidad universal. Si lo piensas así…”

“¿Entonces nuestro mundo también encontrará su fin algún día?”

Cuando Suimei se dio la vuelta, Felmenia estaba parada allí mirándolo con ojos que le pedían respuestas. Quería saber qué debía hacer. Al igual que un maestro que mira a una estudiante con problemas, le sonrió gentilmente.

“Bueno, no hay razón para ser tan pesimista al respecto. Ciertamente, el fin del mundo está predeterminado, por lo que a la larga todo es bastante inútil. Pero aun así…”

Mientras decía eso, Suimei llamó a Liliana, que estaba rodeada por Reiji y los demás. Al ver eso, Liliana se deslizó fuera del círculo y se acercó a la puerta.

“Suimei… ¿Qué pasa?”

“No es nada, de verdad. Está el caso de buscar un medio para regresar a mi mundo, pero después de todo, creo que también deberíamos buscar a Rogue. Tener que estar separado de él así… Lo odias, ¿verdad?”

“¡Oh… sí!”

Con Suimei acariciando suavemente su cabeza, se había puesto tímida. Al ver eso desde la distancia, Reiji y los demás los observaron cálidamente.

“Ah…”

Habiendo descubierto lo que Suimei estaba tratando de decir, Felmenia levantó la voz. Al ver esto, Suimei sonrió con un corazón tranquilo.

“Incluso si el mundo no vale nada, si incluso un poco de él puede permanecer en un estado en el que todos puedan sonreír, ¿no es eso algo bueno?”