Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Capitulo 3: Crepúsculo, Danza

Parte 2

Después del peligroso encuentro con el pervertido, Lefille ahora se dirigía de regreso a la base con Reiji y compañía a cuestas. Después de descubrir que eran conocidos de Suimei, ella los estaba guiando de regreso a su casa.

“¿Entonces viniste al Imperio junto con Suimei, Lefille-chan?”

“Hmph… no estoy muy contenta de que se haya aplicado ‘-chan’ a mi nombre, pero… Bueno, lo que sea. Sí, así es como sucedió”.

“¿Eh? Pero Lefille-chan, ¿no había muchos demonios en el área en ese momento?”

Frente a las sospechas de Mizuki, Lefille se vio obligado a inventar una historia plausible.

“S-Sí, bueno, tuvimos suerte al pasarlos. Después de escapar de la ciudad de Kurant, llegamos a Nelferia”.

“Ya veo. Podríamos habernos perdido en alguna parte, ¿eh?”

“De hecho, nunca pensamos en revisar el registro de visitantes allí. Todos pensamos que Suimei aún no había llegado a la ciudad de Kurant. Qué punto ciego”.

Titania estaba preocupada por su descuido. En contraste, Mizuki, ahora que la mayor ansiedad que había estado cargando con ella todo este tiempo se había esfumado, estaba sonriendo alegremente y suspiró aliviada.

“Pero gracias a Dios, Suimei-kun está a salvo”.

“Si, en serio. Como de costumbre, tiene la suerte del diablo para salir de cualquier problema en el que se meta… ”

“En serio, sin embargo… Después de todo eso de ‘No quiero tener nada que ver con el peligro’, ¿qué está haciendo?”

“¿Pero no es así como siempre es? Siempre se queja al principio, pero de una forma u otra, siempre termina metiéndose el cuello en ello”.

“Si, tienes razón.”

Reiji y Mizuki estaban charlando alegremente sobre su amigo, a quien ambos estaban realmente agradecidos de escuchar que estaba bien. Lefille sonrió, ya que entendía muy bien de qué estaban hablando.

“Por lo que he oído, imaginé que todos eran amigos muy cercanos. Parece que tenía razón”.

“Conozco a Suimei-kun desde hace unos cuatro años, pero para Reiji-kun, han sido cinco o seis, ¿verdad?”

Fue solo un par de años de diferencia. Ambos eran lo suficientemente cercanos como para llamar amigos de la infancia. Mientras continuaban hablando de Suimei, lo buen tsundere de corazón que era, cómo siempre actuaba con calma, cómo siempre terminaba siendo el comediante y todo tipo de cosas, finalmente llegaron a su destino.

“Aquí estamos. Eso es todo.”

Al doblar la esquina, un callejón sin salida familiar apareció a la vista de Lefille. Solía ser un lugar sucio contaminado por un hedor omnipresente en el aire. Pero después de que Suimei usó un método de limpieza incomprensible, ahora estaba limpio y ordenado.

“Entonces él está viviendo en un lugar como este, ¿eh? Al bajar por este callejón, debo decir que esperaba algo mohoso. Esto es una agradable sorpresa.”

“Qué bonito. Estaba completamente seguro de que tendría un ambiente mucho más pintoresco y aburrido, ¿sabes?”

Titania y Mizuki estaban con los ojos muy abiertos ante la obvia disparidad en el paisaje en comparación con otros lugares de la zona. La atmósfera oscura, lúgubre y sucia había cambiado repentinamente por la brillante.

En parte se debía a que Suimei había puesto una capa gruesa y fresca de yeso en todo.

Continuaba diciendo que todas las casas de la zona estaban demasiado sucias, que eso le impedía estar de buen humor.

Parecía que incluso había lanzado magia en las mesas y sillas que quedaban afuera para que no se enmohecieran. Creía que el lugar al que llamaba hogar tendría que ser cuidado de la manera que él quería, o de lo contrario no estaría satisfecho. Y fue a este lugar al que se acercaron ahora. Lefille se acercó y abrió la puerta principal.

“Volví.”

Mientras lo hacía, Felmenia con delantal se acercó a saludarla. “Lefille, bienvenido de nuevo— ¿Oh?”

La expresión de su rostro era exactamente lo que uno esperaría de alguien que acababa de estar completamente sorprendido. Mientras miraba a todas y cada una de las personas detrás de Lefille, se congeló en el acto. Reiji y los demás sentían lo mismo. Después de una pausa antinatural, fue Titania quien levantó la voz.

“¡¿Llama Blanca-dono?!”

“¡¿Su alteza y Héroe-dono y Mizuki-dono?! Por qué están…”

Justo cuando estaba a punto de cuestionar qué estaba pasando, Felmenia de repente recobró el sentido. “Oh mierda” fue todo lo que pasó por su mente. Inmediatamente tomó el delantal que llevaba y lo tiró violentamente a un lado.

Sin verificar hacia dónde volaba detrás de ella, se volvió hacia el espejo de cuerpo entero instalado en la entrada.

Se revisó el cabello, las trenzas caídas junto a las orejas, la cara y todo tipo de cosas con movimientos rápidos y ágiles. Después de adoptar la misma expresión seria y fría que siempre tenía en Camellia, se inclinó ante los invitados.

“Quiero decir… Ha pasado demasiado tiempo, todos”.

Después de inclinarse profundamente y el tiempo suficiente para mostrar adecuadamente su respeto a sus superiores, Felmenia levantó la cabeza y se encontró con la mirada de Lefille.

“Lefille, ¿por qué estás junto con el grupo de Su Alteza Real?”

“Me salvaron después de que me peleé con un hombre extraño. Cuando les pregunté sus nombres, pensé que me sonaban familiares… Y ahora aquí estamos”.

Una coincidencia. Y uno bastante notable en eso. Felmenia todavía parecía bastante sorprendida. Reiji luego le hizo la pregunta.

“Sensei, ¿por qué estás aquí? ¿Pensé que estabas actuando bajo las órdenes directas del rey Almadious?”

“Um… Eso es cierto. Hablemos de los detalles más finos del interior”. Cuando los instó a entrar, una voz apática llamó desde el interior. “Oye, ¿tenemos un invitado?”

La figura de Suimei apareció en la entrada. Cuando vio a Reiji y los demás detrás de Felmenia, frunció el ceño con una expresión como si hubiera visto un fantasma.

“¿Eh…?”

Los tres lo llamaron mientras estaba allí en su propio mundo. “Cuánto tiempo sin verte, Suimei.”

“¡Oye, Suimei-kun!”

“Ha pasado bastante tiempo, Suimei.”

“¡¿HUUUUUUUUUUH?!”

***

Con la reunión sorpresa con el grupo de Reiji, Suimei los invitó a todos a la sala de estar después de que se recobró. Sin embargo, teniendo en cuenta el número de personas, no todas cabían cómodamente alrededor de la mesa.

Reiji, Mizuki y Titania tomaron sus lugares en la mesa mientras los caballeros se sentaron en sillas detrás de ellos.

Dado que Titania estaba allí, Felmenia dudó en sentarse en la misma mesa que la princesa y, en cambio, eligió pararse detrás de Suimei. Lefille estaba inquieta por la llegada de tanta gente y se escondía junto a ella.

En cuanto a Liliana, estaba sentada en el sofá. Suimei todavía estaba completamente desconcertado por esta repentina visita, y miró a todos uno por uno antes de hablar.

“Hombre, pensar que Reiji salvaría a Lefi…”

“Yo podría decir lo mismo. Nunca imaginé que Lefille-chan sería tu conocida. ”

“Increíble, ¿eh? El destino es algo misterioso, ¿sabes?”

Cuando Mizuki intervino, los labios de Suimei se curvaron en una sonrisa traviesa.

“¿Qué? No, ¿’Oh, esto debe ser la guía de las estrellas’?”

“¡Dios! ¡¿Cómo puedes ser tan cruel justo después de que llegamos?!”

Mizuki infló furiosamente sus mejillas porque Suimei intencionalmente mencionara su pasado. Suimei y Reiji sonrieron ante su encantadora reacción.

Por supuesto, todo esto no tenía sentido, era incomprensible o simplemente extraño para todos los demás. Titania, que estaba sentada junto a Reiji, se volvió hacia Felmenia, que todavía estaba de pie detrás de Suimei.

“Estaba preocupado por lo que te sucedió después de que partiste de la Ciudad de Kurant, pero parece que tu deber se refería a Suimei. ¿Es así, Flama Blanca-dono?”

“Si. Por orden de Su Majestad, he confiado mis humildes habilidades a Suimei-dono”.

“Como era de esperar, Flama Blanca-dono tiene un fuerte sentido de responsabilidad, ya veo”.

“¿Qué? Ah, no, no es nada tan… ”

“De nuevo con la humildad. Para asumir la responsabilidad de convocar a Suimei, ¿no solicitó mi padre que la Llama Blanca misma lo apoyara? Si ese no fuera el caso, no habrías viajado a través del peligro hasta el Imperio, ¿verdad?”

Cuando Titania llegó a su conclusión, Reiji asintió con la cabeza. Parecía orgulloso de su maestra y su dedicación, pero seguramente estaba leyendo demasiado y exagerando.

“En ese momento, estaba seguro de que ibas de camino a encontrarte con el hombre que destruyó a ese ejército de demonios, pero… parece que mi predicción fue inexacta”.

Eso no era cierto. Pero no había forma de que nadie pudiera decirle eso. Sin embargo, al vislumbrar la aguda intuición de Titania, Felmenia y Lefille parecían un poco nerviosas.

“¿Por qué estás en el Imperio de todos modos, Suimei?”

“Estoy buscando una forma de regresar. Así que emprendí mi propio viaje”.

“Ya veo. Por eso dejaste el castillo. ¿Qué pasó a partir de ahí?

“Creo que ya lo sabes, pero viajé junto con Lefi y un cuerpo comercial. A mitad de camino aquí, terminamos en un pequeño problema con los muchachos del cuerpo comercial y nos separamos de ellos, pero atravesamos el bosque y salimos a la Ciudad Kurant”.

“Entonces… ¿los demonios?”

“Bueno, los encontramos un poco. Una cosa llevó a la otra y acabamos viviendo juntos…”

Así, con una sonrisa sombría y un aire de confianza extrañamente satisfecho de sí mismo, Suimei contó una historia plausible. Reiji y los demás que escuchaban parecían haberlo comprado también. Sin embargo, Mizuki no perdió la oportunidad de hacer una broma.

“¿Una cosa llevó a la otra y terminaste viviendo junto con una linda niña?

¿Qué significa eso, Suimei-kun?”

“Ah, y fue entonces cuando apareció Menia y comenzó a enseñarme magia”.

“Suimei-kun simplemente me ignoró casualmente…”

Fingiendo no ver a Mizuki disparándole dagas, Suimei alineó su historia con soltura. Felmenia y Lefille, que estaban escuchando la conversación detrás de él, hicieron expresiones un tanto disgustadas mientras se susurraban en secreto.

“Realmente puede soltar esas mentiras con calma…”

“Se podría decir en serio que se ha vuelto un poco malvado. Y eso no es un cumplido”.

Naturalmente, estaban asombrados, y no particularmente de una manera agradable. Sin el menor indicio en su rostro, Suimei estaba alimentando casualmente a sus amigos con mentiras como si todo fuera una cuestión de hecho. Por supuesto que estaban asombrados.

Conociendo las circunstancias, solo pudieron verlo como una vergüenza, aunque sus amigos lo creyeron sin vacilar. Tenían que preguntarse si este era su propio tipo de magia.

Pero cuando la conversación llegó a su fin, Reiji desvió su atención hacia Liliana, quien estaba sentada en silencio en el sofá al otro lado de la habitación.

“Ahora que lo pienso, ¿quién es esa niña de allí?” Suimei volvió la cabeza como si estuviera preocupado. “Eso es… Bueno, hubo circunstancias especiales”.

Era difícil hablar de ello, pero se lo había contado. Fue todo un dilema. Cuando todos los ojos se posaron en ella, Liliana se puso de pie y bajó la cabeza humildemente.

“Mi nombre es Liliana Zandyke”.

“Liliana-chan, ¿eh? Espera, ¿no es Liliana Zandyke…?”

Parecía que Reiji había escuchado su nombre antes. Miró hacia el techo y comenzó a hurgar en sus recuerdos para tratar de recordar dónde. Incluso en el ruidoso crisol de conversaciones de las calles de la ciudad, las conversaciones sobre  la persecución humana todavía parecían estar revoloteando. Quizás, como era de esperar, Titania también conocía el famoso nombre.

“Uno de los Doce Élite del Imperio. En este momento, debería estar en la lista de buscados de la ciudad”.

“¡Eso es! Ahora que lo pienso, ¿no nos enteramos de que ella era la culpable de algún tipo de incidente?”

“… ¿No acabo de decir que hubo circunstancias especiales?”

Suimei dejó escapar un suspiro mientras se encogía de hombros exageradamente, y luego comenzó a darle a Reiji y los demás un resumen de lo que había sucedido.

***

“Ya veo…”

“Eso es bastante complicado, ¿eh?”

Al escuchar el resumen de Suimei de los incidentes y las circunstancias de Liliana, Reiji y Mizuki la miraron llenos de lástima al principio, pero finalmente terminaron suspirando al final de la historia.

Suimei miró a Lefille abrazando a Liliana y acariciando suavemente su cabello mientras él asentía en silencio con la cabeza.

Quizás debido a su separación de Rogue, Lefille había estado tratando de animar a Liliana desde que llegó a la casa. Suimei no quería hacer ni decir nada que pesara demasiado en su corazón, pero tenía que explicarlo. Y cuando su historia llegó a su fin, Reiji lo miró con una expresión muy seria.

“Entonces, ¿qué planeas hacer con Liliana-chan?”

“¿Hmm? Oh, la estaré protegiendo aquí”.

“Pero eso no resolverá nada, ¿verdad?”

“Así es. Es por eso que nuestro otro objetivo es encontrar al verdadero culpable y detenerlo. Después de eso, podemos simplemente explicar la situación y entregarlos”.

“Eso puede ser así, pero ¿la gente del Imperio no exigirá que entregues a Liliana-chan también?”

“Las probabilidades son ocho o nueve sobre diez, sí”.

Suimei estuvo de acuerdo con la evaluación de Reiji. Incluso si hubiera sido controlada, no cambió el hecho de que había realizado el acto. No era difícil imaginar que las personas que exigían la entrega de Liliana estaban en su futuro. Pero mientras él la cuidara, no había forma de que Suimei lo hiciera en silencio.

“Bueno, si se trata de eso, ¿deberíamos huir todos a un país diferente?”

En este mundo, si lograban pasar la frontera, era probable que nadie del Imperio pudiera perseguirlos. Hizo que huir a otro país fuera una opción viable. Cuando lo sugirió, Suimei sonrió tanto a Lefille como a Felmenia. Felmenia asintió en silencio. Y después de una breve pausa de sorpresa, Lefille mostró una sonrisa atrevida.

“Realmente eres una persona impulsiva”.  Liliana luego se puso de pie, su rostro palideció. “P-Pero, eso es…”

Tenía una expresión ansiosa, una que indicaba que no deseaba causar problemas a los demás. Pero antes de que pudiera terminar de plantear una objeción, Suimei dejó escapar una risa alegre.

“No me importa en absoluto, sabes. Pero si todos están en contra, pensaré en otra mano para jugar”.

“Estoy aquí  por el bien de apoyar a  Suimei-dono. Cumpliré con  las intenciones que tenga Suimei-dono”.

“Lo mismo para mí. La vida en el Imperio es buena, pero acompañaré a Suimei-kun a donde quiera que vaya”.

“¿Ves? No es un problema.”

Incluso cuando Suimei le sonrió a Liliana, diciéndole que no tenía que preocuparse, no hizo nada para calmar su melancolía. Sin embargo, ya estaba decidido. No tuvo más remedio que resignarse. Cuando llegaron a esa conclusión, Suimei volvió la cabeza.

“Entonces así es como es.”

“Debidamente anotado”.

Reiji cerró los ojos y asintió. Mizuki sonrió con ironía como si estuviera cuidando a un problemático mejor amigo.

“Eres tan bondadoso como Reiji-kun, ¿no es así, Suimei-kun?”

“¿Qué? No me pongas en la misma categoría que este tipo, Mizuki. Realmente no soy bondadoso ni nada…”

“¿Oh si? A pesar de decir que rechazaste la idea del peligro y te negabas a acompañarnos, ¿quién es el joven imbécil que se está esforzando por todo este lío?”

“G-Gee, me pregunto…”

A pesar de que se hizo el tonto, todos los ojos estaban enfocados en él. “¡Bien vale! ¡Sí, soy yo! ¡Lo siento por eso!”

El hecho de que estuviera atrapado entre la timidez y la ira fue cortesía del ataque que lo atacaba por todos lados. Suimei levantó la voz en un modesto intento de ocultar su vergüenza.

Fue una escasa resistencia, pero fue todo lo que pudo ofrecer contra el preciso contraataque de Mizuki.

Para Suimei, esta era la primera vez que se encontraba en una situación como estar acostado en una cama de clavos.