Isekai Mahou wa Okureteru (NL)

Volumen 4

Capitulo 1: Geo Malifex

Parte 2

Pero luego, como si estuviera poniendo en escena un motivo oculto, inmediatamente siguió con su propia entrada.

“Sin embargo, creo que hay algo que debemos decidir antes de eso”.

“¿Algo sobre lo que debemos decidir…?” Rogue preguntó con escepticismo.

“Responsabilidad, ¿verdad? En ese caso, ciertamente tiene razón”.

Rogue frunció el ceño ante la vaga declaración del estadista, pero Reanat se dio cuenta de inmediato de su intención. Luego dirigió su mirada fría a Rogue.

“Si la investigación continúa, eventualmente encontrarán a su hija. Si, en ese momento, Liliana está decidida a ser la criminal, ¿qué harás?”

“Por favor espere un momento, alteza. ¿No se ha determinado todavía si Liliana tiene la culpa?”

“Pero en el caso de que lo sea, ¿cómo asumirás la responsabilidad? Ese es el asunto que nos ocupa en este momento”.

Uno de los estadistas resumió el significado de Reanat para Rogue. Seguramente se estaban apresurando demasiado al determinar un castigo tan pronto. Cuando Rogue miró discretamente al estadista, pudo verlo reír con una sonrisa. Era obvio que estaban planeando imputar cargos falsos a Liliana. Pero tal vez porque Reanat tenía a Rogue en alta estima, agregó al resumen del estadista.

“Rogue, tanto tú como tu hija sois grandes activos para el Imperio. También me gustaría creer que es inocente. Sin embargo, también debes saber que nuestro país tiene leyes estrictas. Por lo tanto, para prepararnos para el peor de los casos, esto es algo que debemos decidir”.

Uno de los estadistas intervino de nuevo allí, y agregó: “Artículo 12 de las Directrices Militares Imperiales, cláusula número 3. Un coronel como usted no tomaría eso a la ligera, ¿verdad? Cuando llegue el momento, creo que también deberías desear un castigo adecuado”.

“Entonces, Rogue”, dijo el príncipe, “¿tienes algún tipo de respuesta para nosotros?”

Rogue esperó a que todos guardaran silencio y luego respondió a la pregunta de Reanat.

“… Los fracasos de mi hija son también mis fracasos. Renunciaré a mi rango en el ejército y dejaré mi asiento como uno de los Doce de élite”.

“Entendido.”

Cuando el reconocimiento de Reanat resonó en la habitación, uno de los estadistas levantó la voz una vez más.

“Así es como debería ser. Creo que es apropiado que el coronel asuma la responsabilidad de las acciones de su propia hija”.

“¿No es un poco severo?”

“Estamos hablando del responsable en última instancia de que las cosas terminen en este estado. Es apropiado… ¿No lo cree así, coronel?”

“…Lo entiendo completamente.”

Bajo presión, Rogue se inclinó una vez más. Al observar todo esto por un momento, Reanat luego habló.

“El hecho de que se haya retrasado la resolución de este incidente es algo que Su Majestad también se está tomando en serio. Con la actividad demoníaca en aumento y una posible invasión en el horizonte, no podemos tener una agitación interna en la nación que no se resuelva”.

El noble que hizo la primera declaración estuvo de acuerdo con entusiasmo con el príncipe y agregó: “Tienes mucha razón. Debemos dedicarnos seriamente a la investigación. Sin embargo, parece que el héroe del Estado Santo también está involucrado”.

“Soy consciente de que será difícil involucrarme. Sin embargo, también es cierto que a este ritmo no llegaremos a ninguna parte. Por lo tanto, en lo que respecta a la investigación de este caso, habrá un cambio”.

“¿Un cambio, alteza?”

“En efecto. Hasta ahora, la policía militar y la división de inteligencia han estado trabajando juntas en la investigación. La sede de investigación está integrada entre los dos. Por lo tanto, por el momento, el mando de la sede estará a cargo de esta persona”.

Reanat emitió una breve orden para que dejaran entrar a alguien y la puerta se abrió. El que emergió y caminó al lado de Reanat fue…

***

El golpe de un visitante en la puerta principal resonó en toda la residencia Yakagi en la capital imperial. Felmenia fue a buscarlo y rápidamente regresó de la entrada para informar. En cierto sentido, fue exactamente como Suimei esperaba.

“Suimei-dono, es la policía militar de la capital imperial”.

Felmenia entregó esta noticia con una expresión seria, y Suimei reconoció con calma lo que dijo. En la actualidad, Suimei estaba ahora en una forma física mucho mejor después de dedicarse por completo a su recuperación durante los últimos días. No estaba del todo en condiciones óptimas, pero al menos estaba de nuevo en pie y podía manejar su vida diaria nuevamente.

Por el  momento, quería recuperar todo el tiempo que había perdido mientras no podía moverse y se preguntaba por qué empezar. Ésta resultó ser una de sus principales consideraciones. Las dos chicas, sin embargo, parecían muy preocupadas. Lefille, que estaba junto a Felmenia, fue la siguiente en hablar.

“La policía militar… Suimei-kun, ¿qué hacemos?”

“Veamos… Por ahora, reunámonos con ellos”.

“Pero una vez que lo hagas…”

“Lo sé.”

Indicando que lo había pensado bien, Suimei se dirigió a la entrada donde la policía militar estaba esperando.

Dependiendo de la situación, existía la posibilidad de que las cosas se deterioraran rápidamente, pero no pasaría nada si simplemente los dejaban esperando.

Mientras se acercaba, Suimei saludó al policía que estaba esperando en la entrada, quien le devolvió una cortés reverencia. Su uniforme era extremadamente pulcro y bien cuidado, su conducta era vivaz y sus palabras también eran muy amables.

“Es un placer conocerlos. Estoy afiliado a la policía militar del Imperio, Tercer Regimiento. Eres Suimei Yakagi-san, ¿cierto?”

“Si. ¿Qué negocio te trae por aquí hoy?”

“Iré directo al grano. Me gustaría que nos acompañaras, Yakagi-san”.

El policía respondió cortésmente a Suimei, quien fingía ignorancia. Y como lo indicó su respuesta, había varios otros oficiales parados afuera de la puerta. Suimei supuso que planeaban llevarlo a la estación e interrogarlo a fondo sobre los eventos de esa noche. Suimei respondió al hombre con una voz algo preocupada.

“Ya veo… Mis disculpas, pero estoy bastante mal de  salud en este momento. ¿No sería posible dejarlo para otro día?”

“Eso… me temo que no”.

“¿Qué quiere decir?”

“En caso de que no cumpla con nuestra solicitud, el alto mando nos ha ordenado que lo llevemos a la fuerza”.

Fue un enfoque bastante violento. Sin embargo, al policía militar que dio esta noticia tampoco le pareció agradarle la idea. Actualmente se estaba frotando la frente con los dedos.

Esto probablemente se debió a que simpatizaba con la condición de Suimei y realmente no quería obligarlo.

Pero ahora que sabía que la fuerza estaba sobre la mesa, Suimei sabía que no podría salir de esto. Incluso si usaba magia para deslizarse en ese momento, otro miembro de la policía militar simplemente vendría y volvería a preguntar más tarde. Al final, la situación no cambiaría.

“Somos conscientes de sus circunstancias, pero me temo que debo pedirle que venga conmigo. ¿Podrías?”

El policía militar una vez más le pidió cortésmente a Suimei que cumpliera. Lefille, que estaba de pie detrás de Suimei, tiró del puño de su manga. Mientras se inclinaba hacia ella, ella le dio voz a la ansiedad que sentía en su interior.

“Suimei-kun, tengo un mal presentimiento sobre esto…”

“Sí yo también. Pero creo que realmente no tengo otra opción que seguir aquí”.

“¿Está bien?”

“Quiero tener una mejor idea de lo que está pasando de todos modos”.

Suimei quería determinar algo más que la ubicación de Liliana. Actualmente tenía a Felmenia reuniendo información para él, sin embargo, aún no sabía cómo iba la investigación del gobierno.

Solo estaba planeando cómo hacer su movimiento, por lo que el momento de todo esto fue bastante oportuno. Pero incluso después de decirle a Lefille eso, el ceño amargo en su rostro decía que no estaba del todo convencida. La que intentó cambiar de opinión fue Felmenia. Tratando de mostrarse valiente y digna de confianza, dio un paso adelante con valentía.

“Lefille, los acompañaré. De esa manera no hay necesidad de preocuparse”.

“Está bien… te dejaré Suimei-kun.”

Lefille exprimió algunas palabras de asentimiento abatidas. Parecía que la preocupación de Suimei no era lo  único en su mente. Lefille estaba impaciente con la situación actual.

Después de encogerse, tuvo que resignarse a participar en cualquier conflicto.

No podía hacer correctamente las cosas que antes hacía con facilidad, incluida la defensa. Suimei la miró por encima del hombro y pudo ver la creciente frustración en su pequeño rostro. Aún atrapada por la imagen de su figura solitaria, Suimei salió de la casa con Felmenia.

***

Suimei y Felmenia caminaban ahora por la calle, escoltados por varios policías militares. Los agentes se colocaron delante y detrás de ellos. Parecía que los estaban deteniendo, pero no eran ni sospechosos ni criminales. En verdad, la policía los estaba manejando con mucha cortesía.

Según Felmenia, los soldados y la policía militar del Imperio eran muy estrictos en cuanto a disciplina. Gracias a eso, su comportamiento en general fue bastante ejemplar.

Suimei recordó haber escuchado algo similar cuando llegó al país con Lefille. Dado que el ejército del Imperio era tan estrictamente disciplinado, era bien conocido incluso entre las otras naciones por su calibre. Sonaba algo análogo a la estricta disciplina del ejército alemán.

Era muy posible que, al igual que Alemania una vez en el pasado, el Imperio estuviera progresando por el camino de la modernización como una nación militarista.

El diseño de las calles y áreas residenciales de la capital imperial de Filas Philia se diferenciaba del de la capital real de Astel en que era más moderno. P

or lo que Suimei había escuchado, esto era algo más que se destacaba en el Imperio sobre las otras naciones. Si las cosas continuaran aquí como lo habían hecho en el mundo de Suimei y Nelferia se desarrollara lo suficiente como para recrear la primera y la segunda Revolución Industrial, era muy posible que también repitieran los mismos fracasos del mundo de Suimei.

La naturaleza y el misterio todavía estaban en armonía aquí, pero no había forma de saber si eso seguiría siendo cierto para siempre.

“Suimei-dono, ha pasado bastante tiempo desde que tomaste un poco de aire fresco, ¿no es así?”

“¿Hmm? Si, tienes razón.”

Tal como ella dijo, habían pasado varios días desde que Suimei había salido. Debido al daño a su cuerpo astral, había estado postrado en cama todo este tiempo. Ni siquiera tuvo el tiempo libre de dar un relajante paseo. Y tal vez porque no ha estado afuera en un tiempo, el paisaje de la ciudad le pareció un poco inquieto.

Los ciudadanos de la capital imperial parecían estar agitados. Suimei robó miradas a las personas por las que pasaban, y era como si todos estuvieran en alerta máxima por algún peligro invisible. Incluso los niños que estaban corriendo afuera parecían temerosos y no parecían divertirse. Mientras Suimei estaba a punto de poner esta impresión en palabras, Felmenia adivinó sus pensamientos.

“Mientras convalecía, Liliana Zandyke fue incluida en la lista de buscados. La capital imperial ha estado en este tipo de estado desde entonces”.

“Esperaba esto hasta cierto punto, pero se ha vuelto bastante apestoso, ¿eh?”

“Es porque se ha dado a conocer la identidad detrás del culpable. La gente debe sentir que el peligro está cerca”.

“Pero estamos hablando de un soldado local. Este nivel de miedo es un poco…”

“Liliana Zandyke siempre fue alguien con reputación de usar magia extraña y poderosa. Tiene un título como parte de los Doce de élite y fue nombrada una posición especial dentro del ejército; siempre ha sido reconocida como un símbolo del miedo dentro del país. Pensándolo de esa manera, esta actitud con respecto a ella parece bastante natural”.

“Para los ciudadanos normales, eso es todo lo que parece, ¿eh?”

Felmenia asintió, pero Suimei solo pudo dejar escapar un suspiro ante la situación.

“Aunque es solo una niña… No, porque es una niña”.

Normalmente, adquirir fuerza requería varios años de dedicación. Sin embargo, desafiando todas las expectativas, Liliana era una maga genial incluso a su corta edad.

El hecho de que tuviera la fuerza a pesar de ser simplemente una niña era algo que asustaba a mucha gente. Además de eso, estaba la forma extraña en que hablaba y se comportaba, lo que solo intensificaba esa impresión.

Liliana tenía muchos enemigos para empezar, pero a la luz de los acontecimientos recientes, parecía que toda la ciudad se había vuelto contra ella. No podría mostrar su rostro por ningún lado. No había forma de saber qué le pasaría a ella si lo hacía en un mundo como este.

Existía la posibilidad de que la alta sombra la estuviera protegiendo, pero no necesariamente estaría mejor de esa manera. Lo que la sombra le había dicho a Liliana esa noche sonaba muy parecido a palabras de tentación. Pensando en la forma en que la estaban usando, a Suimei no le costó imaginar que no dudarían en cortarla y dejarla a un lado.

Mientras Suimei miraba al espacio pensando en tales cosas, Felmenia de repente comenzó a hablarle mientras lanzaba magia. No hubo ningún cambio en lo que Suimei escuchó de su voz, pero fue absolutamente silencioso para todos los demás. Ella le estaba hablando en un susurro mágico.

“Estás bastante preocupado por esa chica, ¿no es así, Suimei-dono? Escuché que solo hablaste con Liliana Zandyke en algunas ocasiones, así que ¿por qué irías tan lejos por ella?”

“¿Eso es raro?”

“¿Qué? No, eso no es realmente lo que quise decir, pero…”

“Está bien. Incluso yo sé que es un poco extraño”. Suimei mostró una sonrisa incómoda y comenzó a mirar a lo lejos. “¿Cómo lo digo? Hay momentos en este mundo donde la única solución es rendirse silenciosamente, ¿verdad? Odio eso. La felicidad está por delante para aquellos que se niegan a darse por vencidos, por lo que verse obligado a hacerlo es algo terrible, ¿sabes?”

“Suimei-dono…”

Eso era realmente lo que sentía. Suimei simplemente no se atrevía a aceptar que la resignación era la respuesta correcta. No podía soportar la idea de que la gente se quedara ahogada en un mar de lágrimas sin esperanza de salvación. Así se multiplicó el dolor. Y esa chica se estaba ahogando incluso ahora. Suimei recordó lo que había dicho esa noche.

“Nadie me necesita para nada más que luchar”.

Esas palabras que salieron directamente de la boca de Liliana no fueron más que un lamento, un signo de dolor por su propia desgracia. Ella fue perpetuamente condenada al ostracismo.

Y esas eran las palabras de alguien que se aferraba con fuerza a su lugar en el mundo para establecer su propia existencia. Por eso Suimei no pudo mirar para otro lado. No podía dejar cosas así. Y mientras Suimei estaba reflexionando sobre su paradero, Felmenia le hizo una pregunta.

“La razón por la que quieres volver a tu mundo, si estoy en lo cierto, es porque incluso allí, ¿tienes algo por lo que luchar?”

“Bueno sí.”

Mientras daba su respuesta corta y vaga, Suimei miró a su alrededor. Entonces se dio cuenta de algo.

“Ahora que lo pienso, ¿no impusieron la ley marcial?”

El ambiente en la ciudad era diferente, pero todavía había gente caminando. Estaba claro que no se habían impuesto limitaciones a los ciudadanos ni a sus movimientos.

En una ciudad densa y amurallada como esta, la probabilidad de toparse con criminales era bastante alta. Normalmente, hasta que el criminal sea capturado, se impondrán restricciones a la ciudadanía para evitar cualquier movimiento innecesario al exterior.