Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 14

Capítulo 3: ¿Toransusekusharu?

Parte 6

En ese momento, sin embargo, una serie de recuerdos pasaron por mi mente. Nunca tuve un sentido muy distinto de mí mismo.

La gente solía decir que no era un niño muy necesitado, pero creo que fue un malentendido. Mis deseos estaban dirigidos muy hacia afuera: quería hacer felices a las personas, quería que me reconocieran, que me elogiaran. Quería que me vieran.

Siempre había tenido rasgos suaves y femeninos, y mis padres pasaron por una fase en la que me vestían con ropa de niñas y luego decían sobre lo linda que era.

Simplemente no podía sacar ese momento de mi vida de mi cabeza y comencé a pensar que tal vez eso era lo que la gente realmente quería de mí.

Y si eso era lo que todos a mí alrededor querían, tenía que alcanzar esa expectativa. Se convirtió en mi razón de ser, o eso empecé a pensar.

Lo siguiente que supe fue que descubrí que era alguien constantemente consciente de la mirada de los demás, sin un verdadero yo para llamarlo mío.

Estaba, en una palabra, vacío. No tenía nada sobre lo que realmente pudiera discutir apasionadamente, la forma en que Shinichi-san defendió un anime dado o se enorgulleció con orgullo de cierto personaje.

No tenía un interés tan intenso que influyera en la forma en que hablaba y actuaba, como Minori-san y su BL. Sí, yo era un poco otaku; Sabía mucho sobre el anime y el manga y cualquier otra cosa, pero eso era principalmente para apoyar  mi  cosplay,  o eso  podía  dejar  detalles  relevantes  en  las conversaciones con mis amigos otaku. Fue totalmente superficial. Ayasaki Hikaru era como un globo, flotando sin nada dentro de él.

Es por eso que lo que dijo Elvia… No puedo describirlo del todo, pero casi me pareció una especie de perdón. Permiso. Tú eres tú. Eres Ayasaki Hikaru, antes que nada. Y eso está bien. Eso es bueno. Eso era lo que sonaba como si me estuviera diciendo.

“Y cuando estaba peleando con Myusel y Su Majestad, te pusiste de mi lado, Hikaru-sama”.

“Bueno, quiero decir…”

Alguien tuvo que hacerlo. Obviamente, Elvia había llegado tarde a la batalla por el afecto de Shinichi-san. Francamente, me molestó un poco, me hizo sentir un poco mal por ella, que ella era la que obviamente tenía verdaderos sentimientos románticos por Shinichi-san, era el más consciente de él como miembro del sexo opuesto, y sin embargo, apenas pareció notarla.

De alguna manera, Elvia y yo éramos polos opuestos. Era toda inocencia, sin secretos, todo lo que pensaba salía de su boca. Podría ser un poco torpe a veces, pero se lanzó a todo lo que hizo. Ella sabía exactamente quién era. O al menos, ella me lo parecía. Casi podría estar celoso.

“Tal vez no es el lugar de un hombre lobo decir esto, pero…” Elvia sonrió, casi con timidez. “Eres un amigo muy importante para mí, Hikaru-sama”.

No dije nada. No pude.

“Listo, todo limpio”, dijo, enjuagando la última de las burbujas de mi cuerpo.

“Gracias, Elvia”, le dije. Y luego pensé, si todavía estuviera en mi cuerpo masculino, nunca hubiéramos tenido la oportunidad de hablar así. Entonces, oye. Tal vez no fue tan malo, esto se convirtió en una niña. Me sonreí un poco.

Miré hacia abajo, hacia mi pecho. La pequeña luz roja allí parpadeaba, como si estuviera pasando el tiempo con mi corazón palpitante.

***

“Entonces, ¿lo que estás diciendo es… que esas cosas salieron del ‘ataúd’ y se convirtieron en este cuerpo?”

No mucho después de salir de mi baño, me sorprendió encontrar a Shinichi- san y los demás ya llegando a casa desde la escuela. Sin embargo, en lugar de dirigirse a sus propias habitaciones como solían hacer, llamaron a todos a la sala de estar y presentaron su hipótesis.

Específicamente, que este cuerpo femenino mío fue creado por esas cosas amorfas del ataúd. Por lo menos, tenía la ventaja de resolver varios misterios a la vez, incluido dónde se había ido la sustancia pegajosa y por qué de repente era una niña.

“No tenemos ninguna prueba real, pero Petralka está en el castillo ahora investigando la posibilidad”, dijo Shinichi-san.

“Huh, está bien”, respondí, y asentí. Shinichi-san me parpadeó. “¿Qué?”

“Tú… no pareces muy sorprendido”.

“Oh”, dije con una pequeña sonrisa. Es cierto que la idea podría haber sido sorprendente, pero ya había visto esa luz en mi pecho. Seguro que se parecía mucho al resplandor rojo que había estado flotando en esa gelatina. De hecho, había estado pensando en líneas no muy diferentes de la hipótesis de Shinichi-san.

“Sin embargo, estoy un poco impresionado”, dijo Minori-san. “Al ver que el slime toma una forma como esta. Si no supiera mejor, podría pensar que era un cuerpo humano real”.

“Tiene la temperatura corporal adecuada y la piel se siente muy humana.

¿Quieres tocarlo?” Dije, tendiéndole una mano a Minori-san. Se detuvo por un segundo, sobresaltada, pero luego tomó mi mano.

“Wow”, dijo, “se siente real”.

“¿Y tú, Shinichi-san? ¿Quieres echar un vistazo? Mi pecho está justo aquí.”

“¡¿Qué?!”

Obtuve sus ojos casi fuera de la cabeza cuando alcancé el cuello de mi camisa. Sabía, en teoría, que todavía era un chico de corazón, pero reaccionó ante mí como si fuera una niña, y la incongruencia me hizo reír.

“Déjalo, lo digo en serio”, dijo Shinichi-san con un largo suspiro. Solía tener ventaja sobre mí en nuestra vida diaria, por lo que sería una pena no aprovechar la oportunidad de modificarlo un poco. “De todos modos, Hikaru-san, en cuanto a por qué esa cosa de Slime se convirtió en ti, tengo que pensar que tiene algo que ver con esa gargantilla que Romilda te dio”.

“Realmente no puedo pensar en otra cosa”, dije. Eso fue lo único que había cambiado recientemente.

La teoría de Shinichi-san era que las cosas gelatinosas siempre habían ido junto con la gargantilla; que era una forma de, por ejemplo, hacer que un cuerpo doble para alguien.

La sustancia pegajosa copió la forma física de quien se puso la gargantilla, luego la persona en cuestión podía controlarla de forma remota, como un avatar en un juego en línea. Y debido a que la conciencia de una persona obviamente no podía controlar dos cuerpos a la vez, el cuerpo original permaneció dormido.

“Así que estoy pensando que si te quitas la gargantilla, quizás tu conciencia volverá a tu cuerpo real”.

Esa sería la conclusión natural, efectivamente. Podría volver a mi propio cuerpo. Eso debería hacerme feliz.

Entonces, ¿por qué no?

“Eso es…” Simplemente no podía perderme de alegría.

“¿Hikaru-san?” Shinichi-san casi se levantó del sofá, mirándome perplejo. Supongo que había ido camino a la habitación, mi habitación, donde dormía mi cuerpo masculino para quitarse la gargantilla.

Pero mi muestra de vacilación lo detuvo. Minori-san, Myusel y Elvia me miraron sorprendidos. Pude ver por qué pensarían que era extraño. ¿No estaría una persona normalmente ansiosa por volver a su propio cuerpo? Pero…

Si vuelvo a mi cuerpo masculino…

¿Todavía podría compartir la misma cercanía con Elvia, como la que tuvimos hoy en el baño? Género diferente. Mismo género. Esa única cosa marcó la diferencia en la forma en que las personas reaccionaron ante ti.

De alguna manera tuvo que hacerlo. En realidad, para ser justos, no pensé que Elvia le atribuiría tanta importancia. Pero no tenía la confianza de poder seguir interactuando con ella de la misma manera.

Tuvimos esa conversación en el baño exactamente porque había estado en el cuerpo de una niña.

“Admito que probablemente tengas razón, pero… ¿podríamos esperar un poco antes de quitarnos la gargantilla?” Dije. “Es una buena teoría, pero sigue siendo solo una teoría. Tal vez la gargantilla no tiene nada que ver con eso después de todo. O si lo hace, ¿qué pasa si hay una orden que se supone que debemos seguir para quitársela, una que podría ser peligrosa de estropear? ¿Qué pasa si mi conciencia nunca vuelve? ¿Qué pasa si desaparece de este cuerpo y el otro no se despierta? Seguro que no querría eso”.

“Bueno…” Shinichi-san comenzó, pero no había mucho más que pudiera decir. Pensé que mis razones eran bastante convincentes, si lo decía yo mismo. Y no estaban completamente fuera del ámbito de la posibilidad. Toda la doble conexión del cuerpo de gargantilla era solo una teoría.

“Es cierto,” dijo Minori-san. “Todos los puntos justos”. Ella y Shinichi-san asintieron el uno al otro.

“En este momento, no hay nada realmente problemático sobre este cuerpo aparte de ser un género desconocido”, dije. “Me gustaría esperar y ver cómo van las cosas un poco. Tal vez Su Majestad pueda descubrir algo más seguro.”

Y con eso, concluyó la discusión del día sobre el “Incidente de Intercambio de Género de Ayasaki Hikaru”.

***

Mi conciencia flotó gradualmente desde las profundidades del sueño. Abrí los ojos y noté que me despertaba.

“…………………………Mn.”

La luz del sol que entraba por la ventana parecía tan brillante. Cerré reflexivamente los ojos que acababa de abrir y esperé a que se acostumbraran a la luz. Parpadeé un par de veces, y cuando ya no me dolió, finalmente abrí los ojos por completo y asimilé lo que estaba a mí alrededor.

Lo primero que vi fue a mí mismo, durmiendo tranquilamente a mi lado. Después de mi decisión la noche anterior de permanecer en mi cuerpo femenino un poco más, había elegido dormir junto a mi cuerpo original. Admito que fue una experiencia un poco inquietante, pero quería estar allí si algo sucedía. A pesar de lo surrealista que era quedarse dormido mirando tu propia cara.

“Mn… Mnnn……”

Di un vago estiramiento y me senté. Todo mi cuerpo se sentía extrañamente letárgico, como si mis articulaciones y músculos estuvieran demasiado flojos, demasiado fáciles de mover.

No podía recordar haber tenido esa sensación ayer, pero tal vez había estado acumulando inconscientemente la ansiedad desde que me convertí en mujer. De todos modos, este no era momento para disfrutar de una siesta.

Me llevaría media hora maquillarme y otra media hora peinarme. Esa fue una hora preparándose para el día. Eso no había cambiado desde que me convertí en mujer; en todo caso, tuve que prestar aún más atención que antes.

Y tenía que tener cuidado en caso de que algo fuera sutilmente diferente, lo que podría ser un dolor de cabeza.

En esta casa, todos desayunamos juntos. No me convendría hacer esperar a todos porque llegaba tarde.

Me levante de la cama. Pies en el piso. Y fue entonces cuando noté algo… apagado.

No, esa no era la palabra correcta para eso. Era algo más profundo que “apagado”.

“No…” murmuré, incrédulo.

Rápidamente pasé una mano sobre mi cuerpo. Incluso con la ropa puesta, me di cuenta de que dos cosas que habían estado allí ayer ya no estaban. Y abajo, algo que no había estado allí ayer, estaba. Todo lo cual significaba…

Me llevé una mano al cuello. La gargantilla estaba allí.

“Estoy… ¿de vuelta a la normalidad…?” Susurré. Volví a mirar al “yo” que dormía en la cama. Allí estaba ella, todavía vestida con el pijama que me había puesto anoche. Shinichi-san y yo habíamos adivinado que ese cuerpo podría haber sido creado por el slime gelatinoso del ataúd, pero el otro Ayasaki Hikaru todavía estaba allí, sin signos de estar a punto de colapsar en una sustancia pegajosa sin forma.

¿Era posible que la cosa no pudiera volver a su forma original después de tomar el cuerpo de alguien?

“Ah… Eso explicaría la forma del ataúd”. Asentí para mí mismo. Si todo lo que necesitabas era algo para almacenar algo de gelatina, no había necesidad de darle forma de ataúd. Una pelota, o tal vez un cilindro, podría haber tenido más sentido.

“Caray…”

Suspiré, no muy segura de lo que sentía. Me sentí aliviado y decepcionado. Fuera lo que fuese, evidentemente su conciencia regresó automáticamente a su cuerpo original con suficiente tiempo.

La extraña sensación que sentí en mis articulaciones y tejidos probablemente fue simplemente por no moverlos durante un día entero. Algo así como cuando duermes demasiado, tu cuerpo puede sentirse más lento y pesado de lo normal.

En cualquier caso, supongo que mis aventuras como niña habían tenido un límite de tiempo. Me quité la gargantilla y la puse en mi escritorio.

Marché en su lugar, balanceé mis brazos y, de lo contrario, me aseguré de mover mi cuerpo un poco. Todavía sentía algo de esa fatiga, pero había vivido en este cuerpo durante casi veinte años, y me resultaba familiar. De hecho, esta mañana, había una cierta parte de mí que realmente había despertado…

“Suspiro…” Miré de un lado a otro entre el cuerpo masculino en el que estaba ahora y el femenino acostado en la cama. Supongo que debería haber estado feliz de volver a mi antiguo yo. Pero tampoco pude evitar sentir cierta soledad. Fue divertido, no entender realmente lo que yo mismo estaba sintiendo.

“Eh… Oh, bueno”. Solté otro suspiro y me puse a maquillarme. Este cuerpo había estado fuera por un día entero, y parecía que esto podría tomar un tiempo. Me volví hacia el espejo y me puse a trabajar.

***

Al día siguiente, nos llevamos a la mujer y a la gargantilla al Castillo de Eldant. Los magos estaban desesperados por ponerles las manos encima, deduje.

Fue un poco perturbador ver algo con mi cara arrastrada como un cadáver, pero estaba seguro de que sería mejor para todos si tuvieran la oportunidad de echar un buen vistazo y descubrir qué era. Además, si lo mantuvimos sin saber exactamente qué podría hacer, ¿quién sabe qué podría pasar? (Estaba pensando aquí en la “armadura prohibida” que había atormentado a Shinichi-san no hace mucho tiempo).

“Entonces supongo que eso significa que todo terminó, ¿eh?” Shinichi-san dijo. Él y los demás estaban encantados de que hubiera recuperado mi propio cuerpo.

Emocionado… Esa sería la forma normal de sentirse.

Incluso Elvia estaba en eso: “¡Bien por ti!” dijo ella, sonriendo tan brillantemente como siempre. Su actitud hacia mí… realmente no había cambiado. Supongo que ella había querido decir lo que había dicho en el baño, acerca de que yo era su amiga, independientemente de si era hombre o mujer. Tal vez el hecho de que no pudiera sentirme feliz por todo esto solo mostró cuán retorcido estaba.

En cualquier caso, volvimos a nuestras vidas normales. Nada ha cambiado. Era la misma rutina familiar, como si todo lo de convertirme en una chica nunca hubiera sucedido. Y eso fue genial, hasta donde llegó. La vida era más fácil para mí en mi cuerpo acostumbrado, de muchas maneras.

“Está bien…” De vuelta a casa desde la escuela, cerré la puerta de mi habitación, pasando el tiempo hasta la cena con algún trabajo misceláneo. Eso también fue igual que de costumbre. Pero entonces…

“¡Hikaru-sama!”

Sin previo aviso, la puerta de mi habitación se abrió de golpe.  Miré sobresaltada y encontré a Elvia parada allí con una gran sonrisa en su rostro.

“Elvia…”

“¡Pedí prestada la llave de Myusel!”

“No es lo que realmente me preocupaba. ¿Recuerdas nuestra conversación el otro día sobre tocar?”

“Hee hee. Lo siento por eso.” Ella sacó la lengua juguetonamente; ella claramente no quiso decir ningún daño. Pensé en regañarla un poco más, pero de repente me sentí cansada y, en cambio, suspiré.

“Muy bien. ¿Qué deseas?”

“¡Ejem!” Elvia sonrió aún más como si dijera que me alegra que lo hayas preguntado “Aquí, dibujé esto”. Se acercó a donde estaba sentado en mi silla y sacó algo de detrás de su espalda. Era una hoja de papel del tamaño de una página B4, una imagen. “Puedes tenerlo, Hikaru-sama. Quiero decir, si te gusta”.

“Esto es…”

Yo. La foto era yo. Era un retrato de cuello para arriba: por el diseño específico del vestido gótico-lolita y el hecho de que no llevaba la gargantilla, me di cuenta de que era un dibujo de la chica que había estado poco antes.

Tomé la página, sintiéndome un poco aturdido. Miré a Elvia, preguntando

¿Por qué? con mis ojos, y ella se rascó la nariz con el dedo índice, un poco avergonzada. “Aw, pensé que te veías tan bonita Hikaru-sama, que no pude evitar querer dibujarte”.

“Así que como era…” Tenía razón; Era una foto de mi cuerpo femenino.

¿Pero  qué  puedo  decir?  Después  de  un  momento,  pregunté:  “…

¿Realmente era tan bonita?”

“¡La más bonita!” Dijo Elvia, apretando su puño enfáticamente. “¡Por supuesto, siempre eres bonita, Hikaru-sama! Pero es solo como, uhh… ”

Pude ver lo que quería decir: quería elogiar el cuerpo de mi niña, sin implicar que mi cuerpo masculino habitual no era lo suficientemente bueno, y simplemente no sabía las palabras. Algo como eso.

Viendo a Elvia retorcerse mientras trataba de averiguar qué decir, no pude reprimir una sonrisa. “Lo entiendo, lo hago. Gracias Elvia.” Miré su foto y entrecerré los ojos.

Solo porque había vuelto a mi cuerpo normal, no significaba que los eventos de unos días antes no hubieran sucedido.

Sí, Elvia todavía me trataba como siempre lo hacía. No importaba si era mujer u hombre, o si era un hombre que se convertiría en mujer y luego volvería a ser hombre. Era como siempre lo fue, no la más aguda a veces, pero ciertamente la más abierta y segura de sí misma. Suficiente que casi podría estar celosa.

Entonces…

“Me hace muy feliz”, le dije. Y, teniendo cuidado de no arrugar o doblar la página, abracé la imagen contra mi pecho.

-FIN DEL VOLUMEN 14-