Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 14

Capítulo 3: ¿Toransusekusharu?

Parte 4

Era una imagen tradicional, de hecho. Pero la mayoría de ellos también se centraron en la acción: “¡de repente, un chico se convierte en una niña!” O viceversa. La mayoría de las  preguntas barridas de por qué o cómo debajo de la alfombra.

Lo que sea. El punto era que todavía no teníamos idea de por qué mi conciencia se había encontrado en el cuerpo de una mujer.

“Oh…” dijo Myusel, mirándonos. “¿Qué pasa, Myusel?”

“Tenemos visitantes… Iré a abrir la puerta”. Ella salió de la habitación. Con sus sentidos elfos, tenía mucho mejor oído que cualquiera de nosotros los humanos.

Ni siquiera había notado nada, pero ella se había dado cuenta de que alguien venía a la casa, tal vez había escuchado el carruaje estacionarse afuera o algo así. ¿Pero quién podría ser tan temprano en la mañana?

Estaba considerando las posibilidades cuando noté que Elvia estudiaba atentamente mi rostro.

“¿Qué, tengo algo en los dientes?” Le pregunté, mirándola a los ojos, y ella rápidamente sacudió la cabeza, un poco disgustada.

“Uh, no, eh…” Al principio no pudo encontrar la palabra, hasta que finalmente salió: “Estaba pensando, niño o niña, eres muy bonita de cualquier manera, Hikaru -sama”.

Me encontré sin saber cómo responder a eso. Había estado escuchando cosas como “Es tan lindo para un niño” o “Es demasiado lindo para ser un niño” desde que tengo memoria, por lo que no pensarías que esto me hubiera sorprendido tanto. Pero por alguna razón, las palabras de Elvia realmente dejaron una impresión.

Parpadeé Entonces suspiré. “¿Es realmente este el momento para eso?”

“Uh, oh, cierto. Lo siento por eso.” Elvia sonrió, un poco avergonzada, y se rascó la cabeza. Ella realmente no tenía mucho filtro. Supongo que se podría decir que ella llevaba su corazón en la manga a lo grande.

“De acuerdo, si uno de nosotros tuviera que convertirse en una niña, mejor que Shinichi-san”, le dije, mirándolo. “Probablemente ya se estaría desmoronando”. Luego estaban la ropa a considerar, y la ropa interior. Al menos estaba listo para ir con la vestimenta adecuada. “O tal vez le gusten esos protagonistas en manga que intercambian sexo y se miran en el espejo. Ponerse caliente y molestarse por su propio cuerpo desnudo.”

“¡Yo no lo haría! ¡Nunca! ¡De ninguna manera! …Probablemente.”

No estaba seguro de eso último. Tampoco Minori-san, quien se rio; incluso no pude resistir una pequeña sonrisa.

En ese momento, Myusel regresó. “Um, ¿Shinichi-sama?”

“¿Si? ¿Quién era, Myusel?”

“Um, sí, bueno… Su Majestad está aquí”.

“¡¿Qué?!” Shinichi-san hizo una doble toma. Minori-san y yo estábamos tan sorprendidos como él. Era cierto, la emperatriz a veces esquivaba sus deberes oficiales el tiempo suficiente para pasar el rato con nosotros, pero nunca se había presentado tan temprano en la mañana.

De hecho, generalmente íbamos a verla antes de la escuela. ¿Hubo algún tipo de emergencia? Todavía estaba tratando de resolverlo cuando entró Su Majestad, acompañada por sus caballeros guardaespaldas.

“Disculpe por llegar tan temprano y tan repentinamente”, dijo, mirando a nuestro alrededor. “Pero ha sucedido algo muy grave y deseamos asegurarnos de que todos estén informados de inmediato”.

“¿Algo serio?” Pregunté en nombre del grupo, mientras Myusel hacía pasar a la emperatriz a un lugar en el sofá.

“¿Recuerdas el objeto que viste ayer?” “¿La cosa del ataúd con la baba?”

“En efecto. Cuando lo inspeccionamos esta mañana, faltaba el contenido”.

“¡¿Qué?!” exclamamos y nos miramos el uno al otro. Entonces, ¿ese gel misterioso que había estado en el “ataúd”  había desaparecido? Eso significaba que alguien debía haberlo tomado, o de lo contrario…

“Simplemente no lo entendemos”, dijo la emperatriz con el ceño fruncido, su confusión evidente en su rostro. El ministro Cordobal no estaba con ella esta mañana; Supuse que estaba ocupado investigando lo que había sucedido. Si el ladrón hubiera guardado la sustancia pegajosa en algún lugar del castillo, ya sería el crimen del siglo, pero si estuvieran corriendo por allí, entonces las cosas serían aún más complicadas.

“Lamento escucharlo, pero ¿por qué pensaron que necesitábamos saber lo primero?” Yo pregunté. Esto fue claramente un gran problema, por supuesto, pero seguramente no necesitábamos estar entre los primeros en ser informados. Demonios, podría habernos informado cuando nos presentamos para hacer nuestro informe antes de la escuela.

Pero Su Majestad respondió: “Una inspección minuciosa reveló huellas húmedas, como si el gel hubiera salido del contenedor”.

“¿Se arrastró?”

“Quizás podría haber dejado simplemente una marca cuando un ladrón lo quitó, supusimos”.

Es cierto: algunas pistas húmedas no eran suficientes para justificar la suposición de que las cosas gelatinosas se movían por su propio poder.

Pero Su Majestad nos dijo que, si bien no había nada que sugiriera que alguien había entrado en la habitación donde se guardaba el ataúd, se encontraron más “huellas” en la grieta entre la puerta y el piso, como si el gel se hubiera deslizado mediante.

“¿Entonces quizás fue realmente un Slime?” Shinichi-san se aventuró.

“Es demasiado pronto para llegar a esa conclusión”, respondió Su Majestad. “Pero sigue siendo que se descubrieron rastros de su movimiento. Cuando los seguimos, parecían liderar en dirección a esta mansión. Hay algunas otras casas en esta área. Siempre que la cosa no se haya perdido en el bosque, tememos que haya llegado a tu residencia, Shinichi.”

“Huh…” Shinichi-san asintió. “Pero en realidad no hemos visto nada inusual… no creo…” Él miró a nuestro alrededor. No, no habíamos visto ninguna sustancia gelatinosa misteriosa y autónoma. Podría estar escondido en algún lugar, por supuesto, probablemente podría expandirse y contraerse a voluntad, para esconderse debajo del piso o detrás de una puerta. Pero si estuviera aquí, todavía no nos habría hecho ningún daño.

“Muy bien, entonces,” dijo Su Majestad, obviamente aliviada. Entonces un filo entró en su voz. “Siendo ese el caso, Shinichi, procederemos directamente al Taller Guld. Vendrás con nosotros.”

“¿Qué? ¿Por qué?”

“Porque no tenemos otras pistas sobre la verdadera identidad de esa cosa”.

Ya habíamos estado en el taller el día anterior en busca de pistas, pero Su Majestad pensó que podríamos haber perdido algo, y quería mirar de nuevo. También planeó hablar con enanos que habían excavado el ataúd.

“Uh, pero ni siquiera hemos desayunado…”

“No morirás por falta de desayuno”. Su Majestad se levantó del sofá y tomó el brazo de Shinichi-san con demasiada firmeza para ser ignorado. Definitivamente tenía una debilidad por el adorable tirano, porque se dejó arrastrar fuera de la sala de estar. Minori-san también se puso de pie.

“Yo también iré. Y Hikaru-kun, creo que es mejor que te quedes en casa y no vayas la escuela”.

“Sí, creo que es un plan”. No pensé que podría pasar por algo como un día normal en este cuerpo.

“Oye, ¿crees que deberíamos haber mencionado el problema con Hikaru- sama a Su Majestad?” Elvia preguntó. La emperatriz no parecía haber tenido la menor idea de que me había convertido en una niña. Tal vez eso fue una medida de lo convincente que era mi apariencia diaria. ¿Sería un error de mi parte sentirme un poco satisfecho conmigo mismo?

“No hay necesidad de darle más de qué preocuparse”, dijo Minori-san, recogiendo su maleta, la que tenía la ametralladora de 9 mm. “Myusel,

¿podrías ir a la escuela hoy para reemplazar a Hikaru-kun?”

“S-Sí, señora. Oh, um, empacaré el desayuno en cajas bento para ti”. Se apresuró a salir de la habitación. Era lo suficientemente dulce como para imaginar a todos comiendo en el carruaje en el camino. Ella había usado algunos ingredientes para el desayuno en la cena la noche anterior, para poder juntarlos con un poco de pan para preparar algunas comidas en caso de necesidad.

“Lo siento. Y gracias —dije, inclinando la cabeza. Minori-san se fue, siguiendo a Shinichi-san y Su Majestad. Elvia y yo la seguimos hasta el pasillo y la vimos irse.

***

El desayuno involucró a los que quedamos en la casa (yo, Elvia, Brooke y Cerise) comiendo lo que Myusel había preparado. Después, fue como siempre. Brooke fue a hacer la jardinería, Cerise fue a hacer algunas tareas domésticas y Elvia regresó a su habitación. En cuanto a mí, me encontré con algo de tiempo libre y, finalmente, también volví a mi habitación.

Solté un suspiro mientras me acomodaba en mi espacio. Sin Shinichi-san, Minori-san o Myusel aquí, la mansión parecía terriblemente tranquila. Brooke pasó la mayor parte de su tiempo afuera, y Cerise estaba haciendo una limpieza al aire libre, por lo que en ese momento éramos solo Elvia y yo en la casa. Y con ella encerrada en su habitación dibujando la mayor parte del tiempo, era natural que el lugar pareciera un poco vacío.

Finalmente tomé una novela en la que me encontraba, pero de alguna manera no me pareció del todo bien, y en poco tiempo la cerré nuevamente. Parece que no pude calmarme.

Si resultaba que no podría ir a la escuela en absoluto mientras estuviese en este cuerpo, entonces Myusel tendría que completar mi enseñanza. Había algunas cosas que podía hacer en casa en mi calidad de empleado de Amutech, pero en la medida en que Myusel se hiciera cargo de mis deberes de enseñanza, tal vez tendría que hacerme cargo de sus tareas domésticas, al menos algunas de ellas.

Dejé que mis ojos deambularan mientras pensaba, cuando de repente vi el espejo en la pared, algo que había traído de Japón. Nunca salí de mi habitación sin revisarme.

Cualquier disfraz de cosplay, no solo el atuendo de una mujer, es delicado: la ilusión puede ser arruinada por las cosas más pequeñas.

Quería asegurarme de que mi cabello se viera bien, obviamente, pero también busqué accesorios fuera de lugar, el más mínimo rastro de bigote, la calidad de mi piel y cualquier otra cosa que pueda hacer que la gente sienta que algo está mal. Si alguien cuestionó lo que estaban viendo, había fallado.

Por lo tanto, cada vez que iba a salir en público, en cualquier lugar donde la gente pudiera verme, siempre me miraba desde la perspectiva de un tercero. Había sido una costumbre mía incluso en Japón.

Ahora miré al espejo y me vi a mí mismo: Ayasaki Hikaru. A simple vista, era todo lo que veía; Parecía como siempre cuando usaba ropa de mujer.

Pero escondido debajo del atuendo estaba el cuerpo de una mujer real. Cuando me quité la ropa interior, eso fue evidente.

No solo el bulto de mi pecho o la falta de un bulto entre mis piernas, sino también cosas más sutiles. Incluso la forma exacta de mis huesos parecía muy ligeramente diferente. Cuando volví a mirar a mi otro yo, el cuerpo masculino todavía dormía en la cama, me recordó aún más poderosamente que en realidad era una mujer ahora.

No me importa decir que siempre tuve confianza en mi capacidad de vestirme de manera convincente.

Trabajé duro para que mi lenguaje fuera neutral en cuanto al género, para que pareciera más femenino, y siempre había prestado mucha atención a las curvas de mi cuerpo.

Tenías que ser más que delgada para ser una chica creíble; tenías que tener cuidado de que ninguna parte tuviese más musculatura de lo que debería. Fui diligente con mi maquillaje, por supuesto, y me afeité el bigote meticulosamente para que los poros no se abrieran y se vieran negros.

Y, sin embargo, a pesar de todo ese esfuerzo, cuando me enfrenté al cuerpo de una mujer real, se hizo evidente que no era uno. Tome esas curvas, por ejemplo.

Ahora que tenía el cuerpo de una mujer, había más gordura, no gorda, pero todo, el pecho naturalmente, pero también mi trasero y muslos, mis brazos e incluso mis dedos, eran más carnosos, sin la dureza del músculo.

Supongo que esto es lo que realmente significaba tener una piel suave. Honestamente, mientras pasaba mis dedos por mis brazos, se sentían bien incluso para mí.

Me quedé allí por un momento, masajeando mis brazos. Probablemente habría parecido bastante extraño si hubiera habido alguien a quien ver.

Pero no hubo; Yo era el único allí. Tal vez esta sería la oportunidad perfecta para conocer el cuerpo de una mujer, para aprender algo sobre ellos para futuras referencias. Haría que mis disfraces fueran aún mejores cuando volviera a mi cuerpo masculino.

Estaba mi pecho hinchado, el último símbolo de la feminidad. Había una forma en que la curva de mi cuerpo se fruncía ligeramente desde debajo de mi costado hasta mi ombligo. Y luego, entre mis piernas, había…

“……………………”

Sería una mentira, por supuesto, decir que nunca había visto una antes. Cualquiera que pudiera hacer una búsqueda en Internet tenía una gran riqueza de tales cosas a su alcance. Incluso podría ver los videos en sitios web en el extranjero, lugares donde no los censuraron como lo hacen en Japón.

Había visto mi parte justa, en parte como investigación cuando estaba tratando de hacer mi “mirada” correcta, y en parte por un interés animal más descaradamente. Era, como creo haber dejado claro, un hombre, con los deseos de un hombre.

Entonces, aunque sabía que estaba mirando mi propio cuerpo, no pude evitar que mi corazón acelerara cuando vi todas las suaves curvas de mi forma desnuda.

Argh. Supongo que esto significa que nunca más puedo reírme de Shinichi- san. Miré reflexivamente al suelo, lejos de mi espejo. Pero aún podía ver mi propio cofre en mi visión periférica. Me dije a mí mismo que no le prestara atención, pero eso nunca iba a suceder.

“¿Eh…?”

Al intentar apartar la vista de mí mismo, me di cuenta: situado en la hendidura entre mis senos, la más pequeña de las luces rojas brillaba. Pero no venía de mi piel. De hecho, parecía que emanaba de algún lugar profundo de mi pecho. Como si algo enterrado allí brillara.

Di un paso más cerca del espejo, mirando fijamente la luz en mi pecho. Lo que sea que haya sido debe haber estado brillando bastante brillante para ser visible a través de mi piel; parecía una esfera del tamaño de una pelota de golf. De hecho, parecía extrañamente familiar.

“Es de ese ataúd…”

Sí, eso fue todo. La gelatina en ese recipiente similar a un ataúd había tenido un pequeño objeto similar flotando en él. Obviamente, no podía ver el patrón o el color lo suficientemente bien como para asegurarme de que era exactamente lo mismo.

“¿Qué demonios…?”

¿Qué estaba pasando aquí? Puse una mano en el espejo, inclinando la cara lo más cerca que pude de la cosa. Sólo entonces-

“¡Hikaru-sama!”

“¡¿Eeek?!” Grité cuando la puerta se abrió volando. “¿Qué, qué, qué?”

Me di vuelta para encontrar a Elvia parada allí. La simpática bestia llevaba la misma sonrisa inocente que siempre hacía.

Déjele a ella irrumpir en la habitación de una persona sin llamar y nunca darse cuenta de que había hecho un falso paso.

“¿Q-Qué estás haciendo aquí?”

“¿Huh? Oh, solo pensé, hey, Hikaru-sama se convirtió en una niña. Me pregunto si está bien”. Ella respondió alegremente. Ella sonaba completamente sincera.

“¡No! ¡Quiero decir, ¿qué pasa con la cerradura…?!”

Cuando cerramos nuestras puertas, se activó una cerradura mágica que se suponía que hacía imposible abrir la puerta desde el exterior. Por lo menos, Elvia no debería haber sido capaz de entrar a bailar.

“¿Cómo pasaste la cerradura?” Exclamé, mientras casi inconscientemente movía mis manos para cubrirme. Elvia, aparentemente ajena, me miró directamente. Asaltada por una repentina oleada de vergüenza, me retorcí, tratando de esconderme de ella, intentando hacerme lo más pequeña posible.

“Oh, tomé prestada la llave de Myusel”, dijo Elvia, rascándose la cabeza con timidez.

Ah, sí: Myusel tenía copias de seguridad de todas nuestras llaves, por lo que no tuvimos que caminar con ellas. Eso ayudó a reducir el riesgo de dejarlos caer en algún lugar fuera de la mansión. Todo fue muy lógico.

Mientras tanto, Minori-san, el guardaespaldas de Amutech, estaba con Shinichi-san. Lo que significaba que en este momento, no tenía a nadie que me mantuviera a salvo si surgía la necesidad, nadie excepto Elvia. Supongo que Myusel le había dado la llave en parte porque sabía que Elvia era mi mejor aliada dadas las circunstancias.

“Bien, bien, ¡pero no deberías irrumpir en la habitación de una persona! ¡Al menos podrías tocar primero!”

“Lo siento por eso.” Elvia inclinó la cabeza, pero todavía no parecía sentirse particularmente culpable. La miré por el rabillo del ojo mientras me acercaba desesperadamente a mi cama, agarrando mi ropa y sosteniéndola frente a mí para cubrirme.

Si ya se. Elvia no quiso decir ningún daño. De hecho, como ella misma dijo, había tenido mi  mejor interés en el fondo. Pero fue tremendamente vergonzoso para cualquiera saber que me estaba examinando desnuda en el espejo.

No pude mirarla. ¿Pensaba que ahora era una especie de pervertido enloquecido por el sexo? Sin mencionar que no llevaba un hilo de ropa y no quería que ella me viera de esa manera.

“De todos modos, me voy a vestir…” dije, tratando de indicar que Elvia debería salir de la habitación, cuando de repente algo se me ocurrió. Yo era una mujer ahora. Y también Elvia.

Entonces, en realidad, era bastante extraño estar actuando avergonzado.