Assassins Pride (NL)

Volumen 4

Lección 07: Las Alas del Orgullo

Parte 3

Las llamas cubrieron el patio como una cortina, impactando los látigos que caían. Un destello instantáneo como el de un relámpago corrió sobre sus cabezas y el terror se propago aún más entre las personas.

Las cuerdas de anclaje fueron cortadas una después de otra, algunas perforaron las paredes del castillo y otras golpearon fuertemente el patio central. La Duquesa Almedia pregunto a su lado mientras controlaba las llamas de <Mana> con los movimientos de su dedo como un director de orquesta.

–Oí, joven <Dragoon>. ¿Qué le ocurre a ese extraño barco?

–No lo sé. Las personas que estaban en el puente deberían haber notado alguna anormalidad, pero… Las cuerdas de anclaje ya se podían contar con una mano y la popa de la ballena de 300 metros estaba enormemente levantada hacia el cielo. Aunque mirándolo desde abajo era algo sublime, el interior del barco seguramente era un gran desastre. Serge inmediatamente movió su brazo y hablo hacia el personal de mantenimiento que debería estar a la espera.

–¡Suelten el gas del globo! ¡La flotabilidad es demasiado grande—

Justo antes de que terminara de hablar, las 5 cuerdas de anclaje restantes se soltaron todas a la vez. Las líneas cortantes atacaron a las personas desordenadamente y la Duquesa Almedia al instante empujo sus brazos hacia adelante. Una excesiva cantidad de llamas se expandieron, y los truenos que perforaban los oídos continuaron atravesando el patio central.

–<Primavera> está…

Delante de donde las personas miraban estupefactas, la ballena liberada de sus cuñas comenzó a elevarse hacia el cielo. Dejando a su amo, intentaba dirigirse hacia algún lugar. Justo como un símbolo de mal augurio, su sombra negra cubría el cielo.

En ese momento, pudieron oír el grito de un ángel.

–¿¡Salacha-san!?

Serge se giró hacia esa voz. Al mismo tiempo, una sombra que salió corriendo hacia el balcón voló hacia el cielo mientras escupía vapor violentamente. Mientras atraía las miradas de los ciudadanos con su increíble poder de vuelo, comenzó a perseguir a la ballena del cielo.

En el instante en que reconoció el cabello color flores de cerezo que estaba acostumbrado a ver en los brazos de esa sombra, un escalofrió atravesó la espalda de Serge.

–¡¡Salacha!!

Olvidándose de sí mismo, comenzó a correr y salto con fuerza mientras levantaba su <Espada Sagrada> sobre la barandilla. Haciendo uso de las trascendentales técnicas de vuelo de los <Dragoon>, reforzó muchas veces su poder de salto. Mientras el viento gemía en su oído, Serge se convirtió en una flecha y se arrojó en dirección al alto cielo.

Quizás debido a la experiencia que había acumulado como <Dragoon> o un poder explosivo al pensar en su hermana menor, la velocidad de ascenso de Serge justo atrapo la popa del barco volador.

Poniendo su palma en el fondo del barco y actuando como un péndulo, saltó una vez más hacia arriba. Repitiendo sus saltos algunas veces, aterrizo en la cubierta mientras su traje real se agitaba.

El <enemigo> seguramente había anticipado eso. A poca distancia estaba esperando la llegada del Rey. Sujetaba desde atrás a la chica de cabello color flores de cerezo que vestía un disfraz de ángel, y en su cuello estaba colocando la punta de su Lanza Mecánica. El rostro de Salacha estaba pálido y grito con una voz temblorosa.

–¡Hermano…!

Serge miro de reojo hacia el exterior del barco. La altura desde el Distrito del Rey Santo ya había superado los 100 metros. Incluso un <Dragoon> no tenía posibilidades de seguirlos. Además, el globo aún continuaba flotando hacia arriba. Hasta estrellarse con las linternas que rodean la ciudad, sin ninguna vacilación—

Agarrando la <Espada Sagrada> en su mano izquierda, Serge se puso de pie con un tono ligero completamente diferente al de hasta ahora.

–Ya que no te habíamos encontrado entre los criminales que atacaron el tren, ya lo había pensado, pero… nunca pensé que tomarías un método como este sin preocuparte por las apariencias, Kushana.

Quien tenía capturada a Salacha era una mujer alta que vestía una ropa de combate que marcaba sus líneas corporales. Como siempre, la armadura de vuelo que llevaba y la Lanza Mecánica reflejaban una luz de mal agüero.

Siendo llamada por su nombre, se quitó sus gafas protectoras. Su rostro galante y de espíritu fuerte, además de su delicado cabello rubio frambuesa que ondeaba hasta su espalda quedaron expuestos. Desde sus delicadas manos las gafas protectoras fueron llevados por el viento y ante esos sensuales labios que estaba acostumbrado a ver, Salacha soltó un lamento.

–¡¡Kushana Nee-san…!!

–Ya se los dije a Gibson-kun y los demás, pero ustedes los de la casa secundaria deberían apreciar más sus vidas. … ¿Qué le hiciste a los tripulantes del <Primavera>? A causa de tu plan de asesinatos ha habido una gran cantidad de sacrificio por parte de personas sin relación. Sin embargo, justo como vez, yo sigo muy vivo.

–Silencio. Esta vez voy a empalar ese tonto rostro tuyo.

Respondiendo con una voz afilada como una cuchilla, el ultimo asesino—la heredera de la casa secundaria de los Shicksal, Kushana Shicksal, sujeto ostentosamente a la hija de la casa principal.

–Suelta tu arma. No pienses que puedes competir con mi Lanza favorita con esa basura.

–……

Serge miro su mano, y su rostro se reflejó en la cuchilla como un espejo. Aunque sabía la importancia puesta en las cuatro <Piedras Sagradas>, se encogió de hombros con una actitud calmada.

–No tengo problema en tratar mi vida a la ligera, ¿Sabes?—Allí va

Él movió su brazo con fuerza y la noble espada que arrojó voló desde la cubierta. Fue tragada hacia la superficie mientras giraba, pero solo podía rezar para que no atravesara la cabeza de nadie.

Finalmente, el Rey estaba desarmado. Ni sus caballeros guardaespaldas, ni las personas que lo apoyaban. Mientras su elegante túnica era agitada por el viento, centro su mirada en el enemigo, y mientras tanto la princesa cautiva apeló con una voz triste.

–¡Te lo ruego, por favor detente ya, Kushana Nee-san! ¿¡Por qué tienes que llegar hasta este punto!? ¿Ya olvidaste esos momentos cuando recogíamos flores juntas en el patio de la mansión…?

–No he olvidado nada. Sobre ustedes los hermanos.

Incluso mientras suavizaba su tono, su mirada que observaba el frente no titubeo.

Incluso mientras era atravesado por la flecha de hostilidad, Serge aflojo las esquinas de su boca.

–¿Tanto quieres la corona del Rey? ¿Qué quieres lograr agarrando el timón de este país?

–No me hagas decir lo que ya sabes. ¿Existe algo como la corona del Rey?

¿Eh??

Salacha quien fue tomada completamente desprevenida miro hacia ella.

Los Shicksal de la casa principal y la casa secundaria intercambiaron miradas desde el frente, dispersando chispas tranquilamente.

–Te matare y luego también moriré. Desde el principio nosotros la casa secundaria, nos preparamos para eso.

–¡Ese es un acercamiento bastante serio! ¿Recuerdas la promesa de matrimonio que intercambiamos cuando éramos niños?

–Ahora vamos a cumplir esa promesa. Aquí será el lugar de ceremonias. El globo de este barco parece que usa un gas explosivo. Tu <perro guardián> no puede dispararnos por eso.  Mientras dejo que este barco se siga elevando, lo estrellare contra las linternas. Si incluso una chispa se crea dentro del globo será el fin. Nos juraremos amor eterno mientras somos envueltos en las llamas, y nuestras almas fundidas juntas caerán hasta el infierno sin poder escapar. Romántico, ¿No crees?

–… Fumu.

Pareciendo aceptar seriamente la situación, Serge puso su dedo en su barbilla. Salacha quien aún estaba en medio de un torbellino de confusión medio trago la charla de los dos, sin poder sentirlo como real.

–¿Por, qué…?

–Lo sabía, aún se lo escondes a Salacha, ¿Eh? Parece que aún queda un mínimo de juicio en ti.

Incluso después de escuchar el murmullo de su prima, Kushana no dirigió su mirada en su dirección. La hostilidad iba y venía solo entre los herederos de las casas principal y secundaria.

–La casa Shicksal es una maldición para Flandor. El tiempo esta contado. Si dejamos libre a ese hombre, tarde o temprano el dios de la muerte vendrá a declarar nuestro tiempo final. Debemos evitar eso…

–Eso es inimaginable, ¿Sabes? Pienso ser un buen Rey para todos en Flandor.

–¿En serio? Me pregunto cuántas personas seguirán apoyando que estés sentado en el trono después de 1 año.

Salacha miro el rostro de su hermano y luego miro a su prima alternativamente. No podía entender sus verdaderas intenciones ocultas en sus claras miradas. En su cabeza que era sacudida dentro de ese torbellino de dudas, la más incomprensible declaración de Kushana resonó finalmente.

–Tú y yo no somos necesarios para este mundo. La Familia Shicksal—Estará bien si solo queda Salacha.

–¿Eh……?

Completamente en blanco, Salacha fue arrojada justo después. Liberando a su rehén, Kushana preparo su Lanza Mecánica y corrió hacia Serge. Ambos liberaron su <Mana> al mismo tiempo y desde la armadura y arma de Kushana brotó una gran cantidad de vapor.

La velocidad de la Lanza que fue intensificada por la <Ambrosia>, supero incluso los reflejos del Rey. Perforo superficialmente el hombro de su ropa ceremonial, pasando hacia atrás junto con una marea de sangre. La presión excesiva golpeo el aire, azotando el espacio como una onda sónica.

–¡Es el momento de retirarse, Serge! ¡Y yo iré contigo!

Como si reflejara su odio, el vapor brotó desde todo su cuerpo. Su Lanza Mecánica dibujo un arco borroso y mientras hacia gemir el aire, ataco dos y tres veces.

Serge se deslizo entre los ataques con todo lo que tenía, pero su extravagante túnica se convirtió en su enemiga. El pomo de la Lanza tiro de su dobladillo y un ataque perforo hacia el momento en que su postura se derrumbó.

–¡Ug, guh…!

Confiando en la fuerza centrífuga, el mango golpeo su costado y Serge voló hacia atrás. Al mismo tiempo, se dispersó una gran cantidad de vapor. Su presión de <Mana> era casi la misma. Pero la Lanza Mecánica del enemigo tenía su fuerza multiplicada por la <Ambrosia>, y tras tomar una postura al caer, desde sus labios goteaba un hilo de sangre.

Salacha cubrió su boca.

–¡¡Hermano…!!

–Vaya, vaya, no quería mostrarle este aspecto vergonzoso a mí hermana menor, ¿Sabes?

No tenía el tiempo libre como para estar bromeando. Montando en el viento el <Dragoon> mártir se precipito y libero una estocada con la intención de empalar su cráneo.

Como era de esperar, no podría evitar la muerte si recibía esto, así que Serge torció su cuello justo antes y lo evadió. Sangre fresca voló por el aire desde su mejilla que fue cortada superficialmente.

Kushana no disminuyo su ataque. Al mismo tiempo que retiraba su Lanza retorció todo su cuerpo y con la fuerza de todos sus músculos balanceo hacia abajo la Lanza que cargaba sobre su hombro. De rodillas, Serge levantó su brazo y concentrando su <Mana> hasta el límite, la intercepto. La siniestra masa de hierro aplasto la muñeca del rey como una guillotina.

*Megii*

El sonido de los huesos rompiéndose resonó y al mismo tiempo ocurrió un estruendo que opaco es sonido. La cubierta bajo los pies del Rey se hundió.

Toda la presión paso a través de todo el cuerpo de Serge y desde su espina dorsal hasta sus caderas corrió un profundo daño. Además, la Lanza lo empujaba, manteniéndolos en un bloqueo mutuo por un tiempo.

Agarrando con una mano el asa de la Lanza Mecánica, el Rey soltó un gran suspiro. Sangre fluyo desde su boca y el escarlata pegado a sus mejillas era doloroso de ver. Si enrollara su manga, su brazo que había recibido ese doloroso ataque seguramente estaría en un estado en el que querrías cubrirte los ojos.

Aun así, los labios de Kushana seguían obstinadamente apretados.

–… ¿Por qué no sacas tu fuerza? ¿Acaso quieres seguir siendo humano frente a tu hermana, maldito

<Dragoon> maligno?

–Ciertamente. No tengo heridas internas. Después de todo, también estas siendo suave.

–Te equivocas.

–Siendo así, ¿Por qué no intentas matarme instantáneamente? Puedo ver algunos sedimentos en tu hostilidad. Aunque sabes que tienes que matarme, tienes miedo de deshacerte de mí.

Repentinamente, una patada frontal mando a volar al Rey. Después de rodar por unos cuantos metros Serge se levantó y mientras bajaba sus brazos, mostro una sonrisa que parecía ver a través de todo.

–Es imposible, ¿Cierto, Kushana? Con algo a medias será completamente imposible. Si decidiste atravesar el mal, debes teñir de negro tu corazón. No debe haber un camino de escape. No debes pensar “Y si”. Si en tu corazón aún quedan sentimientos por mí—eso será tu debilidad.

–¡¡Ya!! ¡¡Guarda silencio!!

Con una fuerza que doblaría hasta una plancha de hierro, Kushana pateo el piso. Serge esquivo la Lanza Mecánica que bajaba mientras caía con todo su peso. La punta de la Lanza atravesó el piso como una hoja de papel, dejando grabado un corte en línea recta. Junto con las chispas dispersándose, el aliento de vapor se extendió a izquierda y derecha.

Frente a la figura completamente cubierta de heridas de su hermano, Salacha intento dar un paso adelante sin poder soportarlo más.

–¡Hermano!

–Hey… Salacha. No vengas. Tu prima actualmente está siendo salvaje.

–Así es, Salacha. Tú no hagas nada.

Kushana apunto la punta de la Lanza que retiro desde el piso hacia el pecho del Rey. Su mirada no estaba dirigiéndose hacia Salacha. Estaba mirando el rostro de Serge como si fuera a perforarlo.

–Si dices que hay dudas en mí, ¿Qué hay de ti Serge? ¿Por qué este barco extraño? ¿Por qué construiste algo como esto? ¡Esto según tus palabras, no es un <Y si es posible>!

–……

–¿Mecanismo de movimiento eterno? Debería darte vergüenza. Enséñale a tu amada hermana menor para que se construyó originalmente este barco. Los planos del mecanismo de movimiento eterno. ¡¡El contenido de ese abominable gran horno!!

Dando un giro completo, Serge cerro su boca y su expresión desapareció. Su falta de respuesta fue justo como Kushana anticipó y entonces, pareció como si perdiera completamente la esperanza. Su expresión que reía torciendo sus labios por la fuerza se parecía a la de una chica justo a punto de comenzar a llorar.

–… Lo sabía, somos iguales. No importa cuánto tiempo pase, no obtendremos la determinación. No podemos movernos en tiempos de emergencia. Por eso, siempre perdemos cosas importantes.

–Y entonces, mientras estas espaciando, la situación rápidamente cambia hacia un destino indeseado, ¿No es así? … No siempre todo va como deseas.

Diciendo, Aun así, Serge levanto su cabeza. Su mirada honesta perforo los ojos de su enemigo jurado.

–Aún no puedo bajarme del escenario. Tengo cosas que debo hacer después de todo. No puedo irme y dejar a Salacha. No puedo ignorar a Flandor.

Desde la Lanza con una estructura mecánica resonó el sonido de su sentencia. El vapor sopló sus dudas, desde los ojos de Kushana esta vez estaba siendo liberada una intención asesina sin nada de falsedad. Esas emociones puras atravesaron el pecho de Serge como si fuera amor.

–No, este es el final Serge. Aquí bajare el telón… ¡¡Con mis propias manos!!

Como el rugido de un león, la plancha de metal gimió salvajemente. El Rey con sus brazos aplastados era incapaz de hacer frente o esquivar ese ataque con todas sus fuerzas.

Posiblemente como un instinto ante una muerte segura, sus pies retrocedieron lentamente. Y justo después—

Un tenue perfume junto con un color sakura flotaron en el aire desde una sombre humana que se deslizo frente a sus ojos.

Justo después, el abundante color de la sangre cubrió todo su campo visual.

–¿Que…?

Kushana quien oscilo su Lanza era quien estaba más sorprendida. Su punta corto el viento, dispersando la sangre como vino. La respuesta en su mano—a duras penas fue superficial.

Un fluido rojo estaba brotando desde el hombro cortado de Salacha quien estaba de pie extendiendo sus brazos frente a su hermano. Torciendo con dolor su hermoso rostro, y al mismo tiempo que la fuerza dejaba sus rodillas, una fuerte ráfaga de viento soplo por la cubierta.

La chica de 13 años sacudida por el viento salió expulsada de la cubierta como una pluma. En frente de Kushana quien solo podía verla irse sorprendida, una sombra pateo el suelo como un rayo.

–¡¡Salacha!!

Serge voló por la barandilla con una agilidad que supero su límite y extendió su brazo derecho roto. En una extensión de milésimas de segundo, a duras penas agarro la muñeca de la chica y su peso hizo crujir su brazo.

Sin embargo, eso fue todo lo que pudo hacer. Su brazo roto grito aún más y las sensaciones desaparecieron desde la punta de sus dedos. Además, el brazo que sujetaba también estaba mal. El hombro derecho de Salacha colgaba hacia abajo derramando sangre y no podía incluso extenderlo en su dirección.

–¡H-Hermano… yo…!

Tal vez intentando transmitirle algo en su último momento, Salacha lo llamo desesperadamente dentro del viento que soplaba. Comparada con Kushana o sus propios ojos que la reflejaban como un espejo, los de ella albergaban un noble resplandor.

–Aunque estés maldito—aunque no tengas esperanza—¡¡Yo no me rendiré contigo!!

Justo después, un viento aún más fuerte los golpeo, llevando hacia el alto cielo la figura del ángel. Los dedos de Serge agarraron nada más que el vacío. Ese color sakura al que fue más cercano en el mundo se alejaba mientras era zarandeada por el viento.

–Es mentira…

El color desapareció del campo de visión de Serge. La desesperanza lo lleno desde su cabeza hasta la punta de sus dedos.

Desgarrando el aire como un dragón enloquecido, gritó hasta casi romper su garganta.

–Salacha… ¡¡Salacha——————————a!!