Assassins Pride (NL)

Volumen 4

Lección 06: El Tren Llamado Pecado

Parte 2

Parecía que, si seguía así sin que hicieran nada, el tren no llegaría a ninguna estación eternamente. Un escalofrió corrió por la espalda de Melida y al instante sacudió su cabeza de lado a otro con fuerza.

–… Lo olvidamos. El operador y el maquinista fueron reemplazados por el enemigo, ¿Verdad?

–Lo mejor es que nos olvidemos de eso por ahora. De cualquier manera, no podemos separarnos desde el vagón locomotora.

Asintiendo a las palabras de Mule, Melida saco su reloj de bolsillo desde el bolsillo de su uniforme de sirvienta. Era algo que había tomado prestado de Kufa tras recibir su entrenamiento de sirvienta.

Según lo que le había dicho, preparar en 5 minutos los cubiertos para 4 personas era lo que hacía a un sirviente de primera clase. Las cuatro chicas rememoraron como un recuerdo del viaje el haber estado haciendo prueba y error intentando responder la gran cantidad de peticiones irrazonables.

Cerrando la tapa, Melida levanto su cabeza.

–Las 15:45—Comencemos a movernos rápidamente.

Incluso con sus rostros tensos, las otras 3 asintieron firmemente. Primero Mule y Elise se dividieron a la izquierda y la derecha respectivamente. Entonces, Melida entrego su reloj de bolsillo a Salacha en el momento de su despedida.

–Tómalo. Sería terrible si te retrasas, aunque sea un poco.

La cadena de metal cayo en la mano de Salacha y Melida curvo sus labios intrépidamente.

–Regrésamelo después. Tengo que entregárselo a Sensei después de todo.

Salacha llamo por reflejo a la chica de cabello dorado quien había girado sus talones.

–¡Err, Melida-san!  … ¿Puedo preguntarte una cosa?

–¿Qué?

–Si Kufa-sensei tuviera un gran secreto que no pudiera decírselo a nadie, y te estuviera ocultando eso incluso a ti… ¿Aun así creerías en él?

–Lo haría.

Melida respondió al instante y antes de que Salacha preguntara la razón, mostro una sonrisa como una hermosa flor.

–En el momento en que todos dudaban de mi dentro de la academia en la batalla de Selección de la <Luna Lumiére>, sensei me dijo “Aunque todos dude, solo yo seré tu aliado, Ojou-sama”. “Así que también quiero que creas en mi”. Parece que también te diste cuenta, Salacha-san, pero Sensei parece estar guardando mucha información. Aun así, ya que no confía en mí ni un poco, solo puedo estar ansiosa. ¿Pero sabes? Hay una cosa que se. La razón por la que Sensei está cargando muchas cosas dolorosas, todo es porque está pensando en mí.

… Así que me pregunto, ¿Podría devolverle algo?

Derramando su voz como una pregunta final, como un soliloquio, esta vez Melida se dio la vuelta. Y tras reunirse con su prima de cabello plateado, se alejó mientras su falda con volantes se agitaba.

Su amiga de cabello color cuarzo negro coloco su mano refinadamente sobre el hombro de Salacha quien las veía irse con una mirada distante.

–Sabes, ahora esa chica y nosotras tenemos una extraña relación, ¿No crees? Es difícil decir si somos completamente aliadas, o completamente enemigas…

–… Ciertamente.

–Probablemente sea difícil mientras estudiemos, pero… en algún momento, sería bueno si llegara el día en que las cuatro podamos formar una Unidad y luchar juntas, ¿Verdad?

Salacha miro los ojos negros de su amiga y mostro una sonrisa desafiante.

–Entonces seriamos demasiado invencibles y ya no habría quien nos desafiara.

–Bien dicho.

Mirándose cara a cara, rieron disimuladamente y también se dieron la vuelta.

Mientras los dobladillos de sus pulcros vestidos de fiesta se agitaban, se dirigieron al campo de batalla donde los asaltantes esperaban—

***

Como se señaló, a las 16 horas exactas—

En el instante en que la puerta del salón de fiestas se abrió con un crujido, las miradas de todos los que estaban dentro se reunieron en su dirección.

Primero los pasajeros que se habían convertido en rehenes levantaron sus cabezas y a continuación, los enmascarados armados con sus Espadas Mecánicas giraron sus rostros con compostura. Finalmente, las dos personas que estaban sobre el escenario, Kufa quien estaba atado por cadenas y el líder de los asaltantes, levantaron sus miradas al mismo tiempo.

Bañadas por las miradas como reflectores de una decena de personas, el hada de cuarzo negro y la princesa de las flores de cerezo entraron en el salón de fiestas.

Llevaban unos pulcros vestidos y no se podía ver ningún arma. Mirando hacia abajo su propio reloj de pulsera, el líder enmascarado las llamo burlonamente.

–Que admirable, Salacha-sama. Pensé que estarías dudando hasta el último minuto—

–Por favor libera a todos los pasajeros.

Con su iniciativa interrumpida, el líder torció sus labios debajo de su máscara.

–Eso dependerá de ti.

Sacudiendo su barbilla, les señalo que subieran al escenario.

Los rehenes estaban reunidos en el centro del salón y a su izquierda y derecha había 5 y 6 enmascarados equipados con Espadas Mecánicas respectivamente.

Mientras las rodeaban a cierta distancia, Salacha y Mule se dirigieron al escenario. Las miradas de todos los presentes seguían sus pasos sin vacilación y el dobladillo de sus vestidos que se agitaba con majestuosidad.

El líder enmascarado naturalmente se dio cuenta que, dentro de las cuatro que escaparon del salón, no estaban las figuras de las dos sirvientas.

Pero justo como esperaban, expulso desde su conciencia la existencia de Melida y Elise como “algo sin valor”.

Había subestimado lo que podían hacer unas sirvientas en entrenamiento—de cualquier manera, aunque se ocultaran en algún lugar, al final nada cambiara después de todo.

Las miradas de todos los enmascarados que estaban dentro del salón siguieron a las dos Nobles dirigiéndose hacia el escenario.

Mientras todos le daban la espalda a la entrada del salón de fiestas, Salacha y Mule se enfrentaron con el líder enemigo que llevaba un equipo notablemente magnifico sobre el escenario.

Mientras que los rehenes que los vigilaban tragaron saliva, el líder saco una caja cerrada. Era la que le arrebato a Derby. El cerrojo ya estaba abierto y al abrir la tapa expuso los tres colores.

–¿Tres?

Sabían que debajo de su máscara los labios del hombre mostraban una ostentosa sonrisa burlona. Miro hacia abajo a Kufa a su lado, y él también lo estaba mirando de reojo aun encadenado. El líder se dirigió nuevamente hacia las Nobles de las casas de Duques y pronuncio con una voz opresiva que casi podía sacudirlas.

–Muy bien, Salacha-sama. ¡Prepare dos elecciones para ti!

Levanto 1 piedra de color verde de la caja, y la arrojo casualmente. El rastro verde dibujó una parábola y cayo dentro de las manos de Salacha.

–¡Una <Piedra Sagrada! ¡¡O la vida de 10 rehenes!! Seguramente sabes lo que esto significa. Para salvar a todos los rehenes tienes que sacrificar todas las <Piedras Sagradas>. Si incluso 1 <Piedra Sagrada> falta, Serge Shicksal no será reconocido como Rey… la piedra faltante tendrás que buscarla nuevamente. ¿¡Cuantas piedras dejaras considerando el tiempo límite hasta la ceremonia de coronación!? ¿¡¡A cuantos sacrificaras!!? Piénsalo bien y decide.

El líder saco una espada corta envainada desde su bolsillo y el arrojo de la misma manera. Salacha la atrapo con una de sus manos y comparo la hoja en su mano derecha con la <Esmeralda de la Eternidad> en su izquierda.

Al ver a los pasajeros intercambiar miradas de angustia, Kufa quien estaba atado sobre el escenario pensó, “Ya veo”. La razón por la que dejaron al grupo del rey reunir las <Piedras Sagradas> fue por esto.

Hablando honestamente, si incluso 1 de las <Piedras Sagradas> faltaba ya no tendrían tiempo de suplirla. Es decir que, si ignoraba a los rehenes con el fin de proteger la posición de Rey, la confianza hacia Serge Shicksal por parte de los ciudadanos seguramente tocaría fondo. Sin importar cual elija, el rey ya estaba en <jaque>…

en primer lugar, una parte del plan del enemigo que intentaba mancha el honor de los hermanos era empujar una elección como está a Salacha, su hermana menor de 13 años, y exhibir su figura en conflicto.

Como si respaldara la conjetura de Kufa, una cruel sonrisa estaba grabada en los labios del líder. Todos los rehenes incluso ahora seguían dirigiendo sus miradas que casi parecían comenzar a llorar hacia el escenario. Mientras todo su delicado cuerpo era bañado por una presión absurda, Salacha cerro sus ojos solo unos segundos y entonces los abrió.

–Tengo una petición. Si piensan mantener su promesa, por favor liberen a los rehenes en el momento que rompa la piedra.

–Por supuesto que protegeremos esa promesa. Por una simple piedra serán diez personas, esto no cambiara.

–Perfecto.

Cubriendo la parte final de sus palabras, <Mana> de color sakura fue liberado desde todo su cuerpo.

Ante el aliento que parecía dispersar el aire funesto del lugar, los flequillos de los pasajeros danzaron hacia arriba. Con una fortaleza que no avergonzaría el nombre de una de las casas de Duques y un brillo que reflejaba su voluntad sin ninguna vacilación, fuera de su líder, los hombres enmascarados pusieron fuerza en sus manos que agarraban sus armas.

–… Lo siento, hermano.

Esa disculpa que no llego a oídos de nadie sacudió el ligeramente el aire.

Salacha lentamente arrojo sobre su cabeza la <Esmeralda de la Eternidad> y agarrando la vaina con su mano izquierda, desenvaino la espada corta con su mano derecha. Justo en el momento que la luz verde cruzaba frente a sus ojos, oscilo la cuchilla horizontalmente.

El líder enmascarado levanto ligeramente su barbilla y señalo el centro del salón de fiestas.

–10 personas, está bien si las señalas. Simplemente no se les permite salir del salón.

Salacha señalo con su dedo índice a algunas personas aleatorias desde el grupo de pasajeros. Los primeros fueron 10 personas que estaban alrededor incluyendo niños pequeños y sus familias. Escaparon desde el cerco de enmascarados y se acercaron al borde de la pared como si hubieran sido sopladas por el viento.

El líder enmascarado nuevamente se dirigió a Salacha.

–Ya veo. Si es una, inmediatamente podrías suplirla. Sin embargo, si son más de dos la historia es distinta. La mitad de su viaje regresaría a la nada. ¿Qué harás con la siguiente, Salacha-sama?

–Dame el <Ónix del Abismo>.

Ante a ese juicio instantáneo los labios del líder se torcieron en forma de へ de una manera fácil de entender. Agarrando la piedra negra desde la caja, se la arrojo violentamente.

Salacha ni siquiera la recibió. En el momento justo cuando su brillo se dirigía hacia ella como un meteorito, oscilo la espada corta con una belleza y habilidad que casi podrían encantar a cualquiera. El filo color plateado paso a través de la piedra casi sin ninguna resistencia, y las partículas negro azabache se dispersaron por el aire.

Sin siquiera tener que ser exhortada por el líder, Salacha se dio la vuelta hacia el grupo de rehenes y eligió a diez al azar. Con esto, el número de personas capturadas había disminuido. Ella misma no era consiente, pero los rehenes restantes eran solo 10 persona incluyendo a Emmy y las demás, es decir las chicas que trabajaban en la mansión de Melida.

La actitud del líder enmascarado que hasta ahora había estado mostrando su superioridad, comenzó a tambalearse. Salacha no vacilaba ni un poco. En este punto donde había perdido más de la mitad de las <Piedras sagradas>, la coronación de su hermano Serge Shicksal se había vuelto casi desesperanzadora.

–… Ya veo, lo entiendo. ¡Su propia búsqueda de las <Piedras Sagradas> es falsa! ¡Serge Shicksal reunió las

<Piedras Sagradas> con sus propias manos mientras se ocultaba detrás del falso, y ya debería haber completado las pruebas del Rey! Ya que sabes eso, por eso puedes estar tan tranquila—

–Arrójame el <Rubí Indestructible>.

Finalmente, el líder se quedó sin palabras. ¿Quién estaba frente suyo? Él mismo dudaba de sus ojos.

¿Dónde estaba la chica débil con una mirada caída? El majestuoso <Dragoon> comenzó a caminar por si misma sin esperar su respuesta y deteniéndose delante de su enemigo que tenía una altura que la hacía tener que mirar hacia arriba, oscilo la Espada Corta.

La cuchilla fue balanceada hacia abajo.

Dividiendo en dos el joyero que estaba en las manos del líder. La joya de un rojo profundo que estaba envuelta en una tela también cayo mientras se rompía desde su cenit—chocando contra el piso y dispersándose en finos fragmentos.

Regresando la Espada Corta a su vaina, Salacha se dio la vuelta hacia el salón juntando las palmas de sus manos.

–Con esto, todos los pasajeros son libres. Ya que estaré hablando con estas personas, todos regresen a sus habitaciones y esperen a que lleguemos a la estación.

–¡¡Esperen ahí!! ¡Nadie puede salir de la habitación!

El líder instantáneamente sacudió su brazo y sus subordinados enmascarados levantaron sus armas intimidando a los pasajeros.

El líder enmascarado torció sus labios sin disimularlo y le arrebato la Espada Corta a Salacha de las manos.

–… ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué crees en tu hermano hasta este punto!? ¿Ese tipo te hablo sobre su ambición? ¿No dudaste de que probablemente te estaba mintiendo? ¿¡¡No te angustiaron tus propias elecciones!!?

–¿No es la misma razón por la que te estas dedicando tanto, Gibson Valley-san?

Además del líder que estaba frente a sus ojos, todos los que llevaban mascaras se quedaron sin aliento al unísono. Los pasajeros que habían sido liberados se estaban mirando entre sí. Un <apellido> es decir, la prueba de que era un Noble.

El líder permaneció en silencio solo unos segundos y entonces se desprendió de la máscara que llevaba puesta. Su cabello largo y su fino rostro intelectual diciéndolo de buena manera o neurótico si lo tomamos del lado malo, quedo expuesto.

Cruzando miradas con él y su rostro expuesto, Salacha frunció el ceño ligeramente.

–¿Por qué haces esto, tú, quien eres el mayordomo de la casa secundaria…? ¿Fue la orden de Kushana Nee- san?

–… No, Ojou-sama no está relacionada. Esta fue una decisión arbitraria de nosotros, la línea dura.

Gibson respondió con una actitud más caballeresca que cuando llevaba puesta la máscara. Escuchando su clara voz, Kufa quien estaba atado a su lado también se dio cuenta. Dentro del grupo que ataco el tren en el Distrito Educacional Cardinal, el líder de quienes habían irrumpido dentro del tren—la persona que había escapado con dificultad de Kufa, era él.

Sin duda lo había presentido levemente. Con una expresión que decía que le era difícil aceptarlo, Salacha sacudió la cabeza.

–¡Por favor ya detente, Gibson-san…! Sacrificando muchas vidas, aumentando así tus crímenes incluso ahora por el bien de la coronación del Rey, ¿¡¡Realmente es necesario llegar hasta este punto!!?

–Aun no sabes nada. Debería habértelo dicho. Ya no tenemos ninguna relación con Kushana-sama. … En concordancia a esta orden, dejé mi trabajo como mayordomo de los Shicksal y abandoné mi apellido. Después esta vida, solo ardera con el fin de detener la coronación de Serge Shicksal. No hay nada más importante que eso.

Cuando se dio cuenta, todos los enmascarados que estaba en el salón se desbordaban de una trágica determinación al igual que Gibson. Sin duda había un montón de rostros familiares para Salacha cuando se quitaron las máscaras. Repentinamente, los recuerdos de su infancia donde no tenía ninguna ansiedad revivieron y las lágrimas llenaron sus ojos de jade.

–¿Por qué todos… odian tanto a mi hermano…?

–Dejaremos caer hasta el hades el nombre de Serge Shicksal. Incluso si tengo que pagar con muchos sacrificios.

Reforzando la parte final de su oración, Gibson se dirigió hacia sus subordinados y balanceo su brazo.

–¡Maten a los rehenes! ¡Que no quede ni uno solo!

–¿¡Eh!? ¡E-Espera! ¡Eso no era parte del trato!

–Es tu culpa que terminara así, Salacha-sama. Hubiera sido mejor si fueses una muñeca de débil voluntad. Girando su rostro, Gibson comenzó a hablar rápidamente.

–¡Lo mejor hubiera sido si perdías la compostura! Deberías haber protegido la orden de tu hermano y elegir la piedra por sobre la vida de los pasajeros. ¡Si hacías eso, los sacrificios se habrían contenido en el mínimo! Pero priorizaste la seguridad del pueblo sin dudarlo. Has crecido magníficamente, estoy feliz. Pero lamentablemente—eso no encaja con nuestros actuales planes.

Los enmascarados levantaron sus Espadas Mecánicas y liberaron vapor violentamente. Los 30 rehenes gritaron.

–Esto se volverá la piedra angular para ellos. ¡Durante el trágico caso del ataque que costó la vida de más de 30 personas, el Rey Serge Shicksal quien originalmente debería estar allí se escudó en un doble de cuerpo y permaneció oculto! Entonces, ¿El pueblo lo reconocerá como Rey? ¿Un Rey sentado en un trono manchado de sangre? ¿Al Rey que levanta esa miserable <Espada Sagrada>? Oh dios, es una tragedia como para ponerla en una pintura.

–¡No dejare que lo hagas—!

–¡¡No te muevas!!

Gibson levantó su Espada Mecánica al instante. Su punta apunto a la punta de la nariz de Salacha. Ese devoto mayordomo estaba muy por encima de ella en cuanto a destreza como Usuario de <Mana>.

–Es inútil, incluso siendo un <Dragoon>, no puedes detenernos. ¡Tenemos en nuestras manos el poder de superar incluso a las casas de Duques Caballeros por medio de la <Ambrosia>! ¡¡Ya no hay nada que nos obstaculice!!

–Hehe—

Una voz que parecía reírse de la declaración del hombre resonó.