Assassins Pride (NL)

Volumen 4

Lección 06: El Tren Llamado Pecado

Parte 1

El salón de fiestas ahora estaba controlado por una atmosfera más melancólica que la de un funeral.

Las mesas y la comida fueron apiladas junto a la pared y en el centro del salón abierto cerca de 30 personas, entre hombres, mujeres, ancianos y niños estaban arrodillados. El personal del tren lo rodeaba como una jaula equipados con una rustica armadura de vuelo y solidas Espadas Mecánicas. Sin embargo, todos ocultaban su rostro con máscaras y habían arrancado de sus cuellos los emblemas de la asociación ferroviaria.

Ninguno de los rehenes lo sabía, pero la verdadera identidad de los asaltantes eran una facción de la familia secundaria de los Shicksal, quienes intentaban detener la ceremonia de coronación del Rey y asesinarlo.

Fallando en su asalto en el Distrito Educacional Cardinal, se mantuvieron inactivos durante el transcurso de la peregrinación y entonces dieron su último golpe ocupando por la fuerza el tren donde el Rey montaría.

Desde el lado opuesto a la entrada, sobre el escenario donde todos podían ver a un chico noble vistiendo un elegante traje ceremonial. Firmemente inmovilizado y con sus manos atadas a su espalda por cadenas, solo su boca firmemente apretada podía verse desde su sombrero de ala ancha.

Dentro de los rehenes estaban las 3 personas de la compañía Derby y también estaban las cuatro sirvientas que trabajaban en la mansión de Melida incluyendo a Emmy. La mirada silenciosa del Rey los estaba mirando. A su lado, estaba una chica de unos 10 años que parecía la más joven dentro de los pasajeros.

–Su Majestad… uee, ¡Su Majestadaaad…!

El llanto de la niña se fue volviendo más y más fuerte y un miembro del personal que estaba cerca dio un paso adelante. Levantando su Espada Mecánica de aspecto grotesco, la apuñalo en la alfombra.

Al mirar la cuchilla que fue enterrada justo delante de sus pies, un grito ahogado escapo desde la garganta de la chica.

–Guarden silencio. O no podremos escuchar las palabras de Su Majestad.

Emitiendo una voz ostentosa desde debajo de su máscara, los otros tripulantes por alguna razón comenzaron a reír como si simpatizaran con él. Cuando los pasajeros mostraron miradas sospechosas, una voz resonó desde arriba del escenario.

–Señores pasajeros, quiero que se tranquilicen. Ahora que el Rey cayo en nuestras manos, ya no existe peligro para ustedes. Es más, ahora podrán presenciar su caída desde un asiento especial.

El joven hombre disfrazado de conductor sin duda era el líder del grupo. También llevaba una máscara que ocultaba su verdadera identidad, y empujaba su atroz Espada Mecánica hacia el chico con traje ceremonial.

–¡Muy bien, aquí hay una cosa más para ustedes pasajeros! Tienen que saber esta cruel noticia. El Rey Serge Shicksal que está aquí… ¡No es el real!

Los rehenes que estaban arrodillados levantaron sus rostros en conjunto. Apuntando a ese preciso instante, el líder enmascarado levanto la punta de su espada.

El sombrero fue desgarrado en pedazos y voló hacia el techo del salón de baile. Y entonces, el hombre con aire de comerciante soltó un “¡Ah!”. El escuadrón de mujeres que habían estado alabándolo ininterrumpidamente en el baile perdieron sus palabras. Y Emmy, así como las demás que eran rostros conocidos, dejaron escapar un murmullo, “¡Dios mío!”, con una voz inaudible.

Un hermoso rostro, pero de un tipo diferente al de Serge Shicksal. Contrario a él, quien era como el viento de primavera, sus ojos sagaces se asemejaban al cielo invernal. Y más que cualquier otra cosa, la mirada de todos se clavó en su fascinante cabello negro azabache.

–Es diferente al de la foto…

La niña rehén filtro sus honestos sentimientos y el líder se dio la vuelta hacia el Rey satisfecho con esa reacción.

–Si dices una mentira asesinare a uno—Dilo. ¿Eres el verdadero Rey?

–… No.

Esa voz como el acero, que también era diferente a la de Serge, corto las esperanzas de los pasajeros.

–No soy más que un doble de cuerpo. El verdadero Rey… no está aquí.

–Lo escucharon, ¿¡Cierto!?

El líder extendió sus brazos como un actor y se giró hacia el salón. Para él, las miradas de súplica de los rehenes eran más agradables que cualquier reflector.

–En este momento, aun cuando han caído en tal predicamento, Serge Shicksal se escudó en un remplazo y escapó a esconderse. ¡Que cobarde! ¡Cuánta debilidad! Chica de allí que está derramando lágrimas, intenta pedir ayuda una vez más como prueba. Ese tipo seguramente aparecerá sin preocuparle el peligro, ¿No es así?

–A… aah…

La cabeza de los pasajeros nuevamente se hundió en la desesperanza y el líder sonrió pareciendo satisfecho. Dándose la vuelta, nuevamente apunto su arma hacia el Rey—hacia el doble de cuerpo, Kufa.

–Entonces la siguiente pregunta. ¿Dónde está ahora el verdadero Serge Shicksal?

–No lo sé. Posiblemente incluso todo esto estaba dentro de sus planes.

–… ¿Quién eres? ¿El confidente de ese tipo?

–Soy un simple caballero contratado. Sin nombre.

El líder mostró una sonrisa que casi podía dar escalofríos desde la boca de su máscara. Desde su espalda dos de sus subordinados que estaban sosteniendo Espadas Mecánicas dieron un paso adelante. Uno de ellos levanto su espada por sobre su cabeza.

–Habla honestamente… ¡¡Debería habértelo dicho!!

Ante el sonido del viento siendo desgarrado, los rehenes voltearon sus rostros sin poder resistirlo.

Sin embargo, justo después, junto con un duro sonido metálico, la punta de una espada rota voló hacia el techo.

–¿¡Nuwaa!?

Uno de los hombres enmascarados cayó de espaldas.

Cuando se dieron cuenta, el <Mana> de llamas azules estaba cubriendo todo el cuerpo de Kufa. En ese estado ya no podrían herirle con armas normales. Ante el aliento del <Mana> que soplaba sobre ellos, los pasajeros nuevamente levantaron sus cabezas y, por otro lado, los asaltantes perdieron el aliento ante la presión excesiva.

Con su compañero enviado a volar, el otro enmascarado apretó sus dientes con fuerza.

–M-Malnacido…

La Espada Mecánica en sus manos se deslizo y el violento vapor lamio el escenario. Sin embargo, antes de eso, el líder levanto suavemente una de sus manos.

–Déjalo, es un uso inútil de <Ambrosia>.

–¡Pero…!

–¿No es ese un considerable poder mental?

Tal vez porque tenía la suficiente compostura, ridiculizó su perfil y Kufa en cambio lo miro de reojo.

–También tengo una cosa que quiero preguntarte. ¿Cómo supieron nuestra ruta de viaje en el Distrito Educacional Cardinal y también ahora?

El líder hizo bajar la espada a su subordinado y respondió con una actitud llena de aires de caballerosidad.

–Ya nos habíamos anticipado. Así que camuflamos una rata en tu grupo. ¡Ustedes dos, ya pónganse de pie!

El líder llamo al grupo de rehenes. Y entonces, desde dentro del grupo dos chicas se levantaron con una actitud reluctante. Al verlas Derby abrió ampliamente sus ojos.

–¿¡Lucil!? ¡Laila! ¿¡U-Ustedes…!?

— “ “…” ”

Las gemelas de piel morena estaban dirigiendo su fría mirada al piso sin mirar al director. El líder enmascarado saltó ligeramente desde el escenario y con una actitud amigable, completamente diferente a la que tenía hasta ahora, se acercó caminando hacia las chicas.

–Ustedes son las traidoras que nos contactaron, ¿No es así? Muchas gracias, gracias a eso, el plan ha ido perfectamente. ¿Desean algo como recompensa? Pueden decírmelo

–“ “¡No nos malentiendas!” ”

En ese momento, las gemelas levantaron sus rostros de golpe y le respondieron con vehemencia.

–¡Solo lo hicimos por nuestras circunstancias! ¡No tenemos intención de cooperar con ustedes!

–Solo les dijimos donde montar el tren, solo eso. ¡No pienses que somos tus aliados!

Aunque tuvo que tragarse sus palabras, el líder se encogió de hombros como si no le importara demasiado.

–Bueno, seguramente tienen algún rencor personal contra Serge Shicksal. No es nada extraño.

—“ “…” ”

Las gemelas mordieron sus labios y Derby por su parte aun no podía aceptar sus verdaderas intenciones.

–E-Es mentira, ustedes… ¿¡Por qué hicieron una estupidez como esa!?

–Lo mejor es que no sepas nada, Madre.

–Así es. Lo mejor es que esperes a que los liberen obedientemente, ¿Okay?

–¡…!

Mirando con entretenimiento las grietas en la compañía, el líder sonrió debajo de su máscara. En ese momento, la puerta del salón se abrió y 3 hombres enmascarados regresaron con sus armas preparadas sin ningún descuido.

–Parece que todas las preparaciones están listas. Sin embargo, como esperaba, no pudieron encontrar a las dos chicas de las casas de Duques.

–No es nada irrazonable. Es la hermana menor de Serge Shicksal después de todo. Riendo por su nariz, el líder recibió una transición desde otra persona diferente.

Mientras ponía una rustica maquina en sus labios, miro a través de los rehenes que tenían expresiones similares a un cadáver.

–Siendo así, haremos que les sea imposible no salir desde ese lugar.

***

《Le transmitimos a Salacha Shicksal-sama y Mule la Mor-sama que están dentro de este tren. ¡Todas las instalaciones del tren y sus pasajeros están en nuestras manos! No piensen en resistirse inútilmente, es por su propio bien. A partir de ahora, iniciaremos un trato con el fin de liberar a los rehenes. ¡Primero, hasta las 16 horas! Por favor regresen al salón de fiestas antes de eso. Si no lo hacen, por cada 10 min de retraso el número de rehenes disminuirá en 1. Les aconsejo no traer armas. Si tienen la confianza en que ganaran no las limitare, pero comprendan que esa situación seguramente traerá grandes sacrificios incluso entre los rehenes, no solo para ustedes. Entonces, estaré esperando su sabia decisión—》

Esa voz resonó desde los altavoces dentro del tren y naturalmente, las cuatro chicas que estaban dentro del compartimiento de carga pudieron escucharla. Calculando el momento en que el sonido del transmisor se cortó, Mule se inclinó hacia adelante.

–No están contando a Melida-chan y Elise-chan dentro de nuestra fuerza. A causa del disfraz piensan que solo son sirvientas, y no se han dado cuenta que son Usuarias de <Mana>. Claramente, no deberían estar considerando que ambas puedan ejecutar un ataque sorpresa desde algún lado.

Como para no perder, Melida también se inclinó hacia adelante y empujando su rostro con la chica de cuarzo negro, sonrió intrépidamente.

–En otras palabras, Mule-san, no tienes pensado seguirlos obedientemente, ¿No es así?

–Naturalmente. Entonces no podríamos asegurar que los rehenes sean liberados sanos y salvos. ¡Además no permitiré que nos traten como tontas a pesar de que 4 hijas de Duques están reunidas!

–Siento lo mismo. Tenemos que demostrarles.

–Auu… todas son realmente de sangre caliente, ¿Eh?

Incluso Elise se unió a la facción de la resistencia y Salacha dejo caer sus delicados hombros.

Dicho eso, tampoco tenía intención de doblegarse ante el enemigo, así como así. Albergando en sus ojos la ardiente alma de los <guerreros> de la Casa Shicksal, la <Dragoon> de color sakura levanto su rostro y miro a sus 3 amigas alternativamente.

–Siendo así, básicamente yo y Mule-chan seremos el señuelo y Melida-san con Elise-san serán los ejecutantes

¿No es así?—Ideemos una estrategia concreta.

Derribando la barricada, abrió la puerta cuidadosamente y observó el pasillo. Tras comprobar que seguía sin haber ninguna presencia humana, Melida se giró hacia sus amigas dentro de la habitación.

–¿Recuerdan cuantos enemigos había?

Cada una de las 3 se sumergió en sus pensamientos y hablaron por turnos. Primero fue Mule.

–Ese hombre vestido de conductor era el líder, ¿No? Después los de servicio eran 3…

–Los cocineros de uniforme blanco eran 2-

–Después, los tripulantes eran 7. Me molesto que hubieran aumentado tan antinaturalmente así que los conté. Elise, y Salacha continuaron, Melida asintió con seriedad. En total serian unas 13 personas.

–Probablemente todos estén usando ese equipamiento llamado <Ambrosia> del que Sensei hablo, no hay error. Los guardias cayeron fácilmente. … Incluso si no son Usuarios de <Mana>, nosotras como estudiantes no tenemos oportunidad de victoria, ¿Eh?

–Una.

Salacha declaro claramente reuniendo las miradas de todas. Esta vez lo repitió con más detalle.

–Entre el enemigo, sin duda esta mesclado un Usuario de <Mana>. Si se combina con la <Ambrosia>, seguramente estará fuera de nuestras manos, pero… si nuestra estrategia avanza correctamente, yo me enfrentare a él.

Probablemente porque su conciencia ya estaba en modo de combate, en los ojos del joven <Dragoon> de la casa Shicksal se alojaba un fuerte espíritu combativo. Melida asintió en respuesta muchas veces, pero mientras colocaba su dedo en su mandíbula, dio voz a una aprensión diferente.

–Pero, incluso si dejamos de lado el <Estado> puro, el enemigo también tiene muchos elementos a favor,

¿Cierto? Sensei seguramente fue capturado y los rehenes también me preocupan. También las <Piedras Sagradas> que reunimos… todo debe estar en sus manos. Me pregunto si es algo extravagante querer protegerlo todo.

–También está la opción del trato, pero—

Salacha bajo su mirada por un momento, pero inmediatamente levanto su rostro como si hubiera visto una ilusión.

–No es que no podamos llegar a un acuerdo probablemente. Sobre eso, también intentare responder con flexibilidad. … Sin embargo, me preocupa que los rehenes queden envueltos en nuestro plan .

–No se puede hacer nada. No dejaremos que salgan dañados. Pero no podemos preparar una estrategia más compleja.

Mule replico incesantemente y tanto Melida como Salacha se tragaron sus ansiedades con un rostro amargo. En el salón de fiestas estaban las sirvientas que trabajan en la mansión, las cuatro chicas que equivalían a una familia para Melida. El miedo de que algún daño alcanzara a los rehenes se duplicaba.

Elise quien saco su rostro hacia el pasillo desde su lado, repentinamente levanto su voz como si hubiera notado algo.

–Hey, hacia donde se dirige este tren?

–¿Eh?

Salacha y Mule también se reunieron en la puerta y entre las cuatro miraron por la ventana del pasillo.

El tren estaba siguiendo un curso ascendente mientras dibujaba un círculo suavemente, pero en un cruce a mitad del camino se movió hacia el riel de al lado y esta vez se dirigió hacia abajo suavemente. Mientras pensaban en eso, nuevamente vio su oportunidad y volvió a subir. De alguna manera, daba la impresión como si continuara corriendo mientras evitaba chocar con otros trenes.