Assassins Pride (NL)

Volumen 4

Lección 04: La Batalla del Falso Rey

Parte 2

No obstante, la punta de su espada envuelta en <Mana> reboto en las escamas de diamante sin dejar siquiera un corte superficial.

Además, lo más sorprendente es que el Basilisco en ese instante capto la posición de su enemigo y sin siquiera mirarlo oscilo sus garras como garfios. Kufa torció su cuerpo acrobáticamente, pasando entre las garras con un margen de unos centímetros.

Al instante pateo el piso y tomando distancia, retorno a su punto de partida.

En el escaso ataque y defensa de ahora seguramente ambos lados discernieron la fuerza del otro. Kufa tomo posición con sus dos brazos como en un estilo de lucha cuerpo a cuerpo y agarro su Katana negra en un agarre inverso.

El Basilisco también midió la distancia cuidadosamente con un aire intimidante hasta el punto de no parecer que se estaba enfrentando a una pequeña presa.

–¡Espera un momento! ¡Eso no servirá en absoluto!

Mientras atrapaba en el borde de su oreja los rencores del director Derby, Kufa dejo vagar sus pensamientos.

La valoración de su dureza no está equivocada. ¡Es un cálculo visual, pero su poder defensivo debe estar entre los 850 y los 900…! Si pensáramos en como subyugarlo sólidamente, seguramente necesitaríamos traer una numerosa legión, construir un muro con la Clase <Espadachín> mientras perturbamos su campo visual con la clase <Samurái> y con un golpe conjunto de los Clase <Gladiador> desgastarlo constantemente.

Sin embargo—las batallas de Kufa y los demás del Gremio Jack Raven normalmente eran en solitario.

¿Funcionara si concentro mi <Mana> en mi arma…? Pero el riesgo de la defensa aumentaría, no es demasiado inteligente.

Más allá de instruirle con un “Observa” a su pupila, Kufa requería hacer una lucha adecuada que sirviera como muestra.

Justo después, el primero en moverse fue el Basilisco. Como una flecha que fue liberada desde su cuello, el extremo de su boca se acercó a una velocidad terrible, triturando el túnel. Kufa quien rodo justo antes, no pudo contraatacar, aunque encontró una apertura. El hecho de que los ataques normales no le atravesarían era algo confirmado.

El Basilisco continuo con un par de ataques más. Oscilando sus garras, perforando con su cola venenosa y mordiendo audazmente con sus brutales colmillos.

Kufa esquivo todos esos ataques por el margen de un papel. Desde un lado seguramente parecía una lucha defensiva unilateral. Por el rugido del viento no lo alcanzaba, pero algunas veces la aguda voz de Derby rebotaba en las paredes del túnel.

Kufa estaba esperando una oportunidad como un tigre agazapado. Si hasta ahora existía una brecha en la Agilidad sin duda no podía no usarla.

¡¡Vamos!!

Tal vez porque se dio cuenta de sus intenciones, el Basilisco en un instante redujo sus ataques. Sus ojos rojos se llenaron de sangre y justo después, con un estruendoso ímpetu, un violento destello de luz fue liberado.

En ese instante exacto, la mano de Kufa se movió a la velocidad del sonido, protegiendo con el dorso de su Katana sus propios ojos.

La mirada mortal reboto en la cuchilla que fue pulida como un espejo, atacando de vuelta los propios ojos del Basilisco en un ángulo perfecto. Soltando un grito, su enorme cuerpo se desplomo de espaldas.

Arqueaba su cabeza como si hubiera sido golpeado por un rayo y todo su cuerpo palpitaba. El mismo estaba contrarrestando desesperadamente su propio poder paralizante mortal con su propia Anima. Como si mostrara el terrible conflicto en el interior de su cuerpo, la piel de todo su cuerpo se estaba contrayendo y expandiendo una y otra vez sin descanso.

Esa era una apertura mortal frente a un poderoso enemigo. Kufa al instante enfundo su Katana negra y mientras hacía temblar el espacio, pateo el suelo. Un salvaje viento corrió por el lado del Basilisco y esta vez una marea de sangre broto hacia el aire.

–“ “¡L-Lo hizo!” ”

Lucil y Laila de la compañía Derby se abrazaron mutuamente y lanzaron voces de alabanza. Aunque seguramente no pudieron ver ni una pequeña fracción de la batalla. Incluso Melida y las demás quienes pertenecían a las casas de Duques Caballeros solo pudieron captar las imágenes residuales de la batalla de un guerrero de clase superior como Kufa.

Kufa estableció su objetivo entre el espacio de las escamas que se alineaban densamente y tras calcular el instante en que se comprimían y expandían, empujo la punta de su Katana. Perforando sin piedad la piel en su base, comenzó a desgarrarla mientras corría. Corto de regreso como si fluyera, una y otra vez—

Cada vez que presenciaba sus batallas lo había sentido, en una pelean entre poderosos enemigos una apertura, incluso si era solo por un instante, se conectará a una herida mortal y decidirá la victoria. El Basilisco ya estaba en <Jaque> eso era claro ante los ojos de las cuatro chicas de las casas de Duques.

Los segundos que el enemigo necesitaba para recuperarse de la parálisis seguramente serian tiempo suficiente para que Kufa redujera su HP.

Melida inconscientemente puso su mano en su cadera, frustrándose porque su Katana favorita no estaba allí. Cada vez que se daba cuenta del verdadero poder de su tutor, junto con su sentimiento de orgullo, ella misma se sentía acobardada. Aún estaba corriendo muy por detrás de su persona amada.

Quiero acércame a él rápidamente. Quiero apoyar su espalda. Quiero pararme a su lado y volverme un guerrero en el que pueda confiar. … ¿Después de 3 años, podre hacer eso?

No, no importa cuánto me tome, en algún momento sus expectativas—¡¡Las superare por mucho!!

El sonido de un corte gimió fuertemente y una de las escamas de diamante fue arrancada. Desde la garganta del Basilisco broto un rugido, escupiendo sangre como una fuente de agua. El enemigo que tenía marcas de cortes por todo su cuerpo estaba en su limite a los ojos de cualquiera. En unos cuantos segundos más seguramente recobraría su libertad, pero ya era demasiado tarde.

–<Desenvaine Extremo>—

Kufa guardo su Katana y expulso llamas azules como un fuego infernal. La Habilidad de Asalto de muerte segura seria liberada. Las 6 chicas creyeron claramente en la dirección de esta batalla.

Pero, en el momento en que puso su mano en la empuñadura—

–¡¡Coo~~~~~~~~~rten!!

Una voz estúpidamente fuerte irrumpió en el campo de batalla, deteniendo los movimientos de Kufa. Las llamas azules se dispersaron y al instante retrocedió de un salto.

Al mismo tiempo, el Basilisco que finalmente se había liberado de sus ataduras retorció todo su cuerpo. Mientras salpicaba sangre fresca, lanzo una mirada de odio con sus ojos inyectados en sangre hasta el límite.

Incluso mientras preparaba su Katana sin descuidarse, Kufa no pudo evitar preguntar.

–Derby-san, ¿Por qué me detuviste?

Quizás porque ya se había calmado ante la batalla unilateral, Derby se había asomado desde el escondite. Y mientras extendía su libreta de notas, estaba golpeando una página en blanco con la parte posterior de su lápiz.

–La inspiración no está fluyendo, ¿Sabes?

–¿Hah?

–¡Sera-sama no pelearía como tú! ¡Corriendo alrededor del suelo y usando las habilidades de su oponente en su contra, el no haría una batalla cobarde como esa!

–¿¡C-Cobarde!?

Melida soltó un grito en respuesta, pero el director Derby ni siquiera miro en su dirección. Incluso mientras sus nervios se quemaban por la presión del Basilisco, Kufa pregunto de vuelta cuidadosamente.

–¿Qué necesitas que haga?

–Cambia tu manera de luchar. Lo primero sería mucho combate aéreo, tu rol ahora es el de un <Shicksal> después de todo. No hagas algo aburrido~ como apuntar al espacio entre sus escamas. ¡Atraviesa sus defensas desde el frente! ¡Destruye sus escamas! ¡¡Eso es un <guerrero>, eso es Sera-sama de la Casa Shicksal!!

–… ¿No estaría bien si solo imaginas ese despliegue?

–¿Acaso eres tonto?

El director quien había olvidado en algún rincón de su mente la brecha entre posiciones sociales, le refuto a Kufa con un rostro escalofriante.

–¡La obra de esta vez será falsa! ¡Todos los invitados que vendrán a verla sabrán que esto no llega a una peregrinación real! Además, en nuestro caso, debemos incluir bastantes producciones, ¿Sabes?—¡Pero! ¡Por eso mismo! ¡¡Como guionista, no puedo estar de acuerdo!! ¡¡Ya que es falso, se requiere una calidad que supere a la real!!

–Ojou-samas, está bien. Gracias por preocuparse.

Antes de que su agitación atrajera la atención del Basilisco, Kufa respondió sin mover una ceja.

–Vamos a seguir el plan de Derby-san. Lord Shicksal también me ordeno que cooperara con ellos en el límite de lo posible.

–Fufun, lo entiendes, ¿No es así?

Quien aún no podía aceptar este flujo era Melida, quien era la verdadera Ama de Kufa. Mientras se lamentaba de su actual posición en la que no podía hablar, sus puños temblaban.

¿Por qué el director-san y Lord Shicksal le ordenan a su gusto? ¡¡A pesar de que sensei es <mi sensei>!!

Tal vez tocado por las violentas emociones de Melida, justo después, el Basilisco soltó un rugido desgarrador. Mientras soportaba desde el frente una presión que casi podía paralizar, Kufa pensó para sí mismo

Este tipo seguramente ya no usara su ojo maligno descuidadamente. El no poder acabar con él en la anterior oportunidad, para decirlo honestamente, es un dolor. Desde aquí será una batalla directa sin usar estratagemas.

Frente a un monstruo que poseía un <Estado> que superaba el rango humano, Kufa en este preciso momento, se encontraba en gran desventaja.

Si por ejemplo ese Basilisco se precipitara con sus colmillos, la respuesta estándar de cada Clase serían las siguientes. Si fuese la Clase <Espadachín> se defendería, si fuese de Clase <Gladiador> atacaría, y si fuese de la clase <Samurái> como Kufa esquivaría.

Sin embargo, por alguna razón a Derby parecía no gustarle la manera de luchar que privilegiaba la evasión. Dicho eso, pensando en las aptitudes de la Clase <Samurái>, el recibir tontamente de frente ese poder de carga bestial estaba fuera de cuestión.

Siendo así, solo había una opción—

Al mismo tiempo que Kufa endureció su resolución, con una velocidad exacta a la que predijo dentro de su cabeza, la cabeza del Basilisco lanzo un ataque. La presión que liberaban su enorme mandíbula y brutales colmillos no se comparaba a la de un cañón. Kufa contuvo con una fuerte voluntad a sus piernas que intentaron evadir por reflejo.

— —¡¡Haaa!!

Liberando un vigoroso grito que comúnmente no haría, oscilo su Katana negra con todas sus fuerzas. Un agudo sonido metálico resonó dentro del túnel y una excesiva cantidad de llamas azules quemaron el aire.

Todo su Poder de Ataque y Presión de Mana superaron a penas el poder de embestida del Basilisco. La gigantesca cabeza se volteó hacia atrás unos cuantos centímetros y al mismo tiempo el suelo bajo los pies de Kufa se excavo grandiosamente. El violento impacto se propago de forma circular, haciéndolo sentir un gran dolor tanto en los huesos, carne y músculos del chico.

–¡¡Se…!!

Conteniendo un grito visceral, Kufa continuo de pie e hizo danzar su Katana. Juzgo que, añadiéndole fuerza centrífuga e incluso inercia al gigantesco cuerpo del enemigo, una carga como la de antes no podía repetirla muchas veces. No podía esquivarlo.

Pero tampoco podía recibirlo. ¡Siendo así, solo atacaría sin descanso!.

La Katana negra dejaba atrás muchas marcas en medio del aire y los duros sonidos metálicos resonaban sin descanso. En un giro con lo anterior, Kufa planeo lanzar un ataque unilateral. Dicho eso, su posición también era igual que antes, estaba asestando tan pocos ataques efectivos que prácticamente se podía decir que no lo hacía en absoluto.

Incluso cuando era presionado por la velocidad de un enemigo que corría por sus alrededores y la presión del

<Mana> imbuido en su arma, no quedaba ni una marca en las escamas del Basilisco. Además, con un juicio instantáneo clavo sus garras en el piso, balanceándolas mientras excavaba. El suelo bajo sus pies subió y bajo enormemente, deteniendo los pies de su rápido enemigo.

Un hombre llamativo saco su cuerpo desde su escondite y grito mientras agitaba sus brazos.

–¡Salta! ¡¡Saa~~~~~lta!!

–¡¡…!!

Kufa saco un alambre desde su manga mientras torcía su rostro. Arrogándolo hacia el techo, pateo el suelo justo como el director deseaba y voló. Mientras tomaba una trayectoria a lo largo del largo cuerpo del Basilisco, convergió su <Mana> en la punta de su Katana negra y la empujo como una lanza.

*Gakii*

Mientras producía ese sonido apagado, una de las escamas se rompió en pedazos. Al instante, todo su <Mana> exploto desde la punta de su Katana. Junto con las partículas de fuego, pedazos de escamas y sangre fresca volaron por todos lados.

Mientras concentraba todo su <Mana> en la Katana que estaba clavada en su piel, Kufa voló por el aire. Llegando hasta la cola desde el torso del Basilisco, tallo una herida en línea recta.

Muchas escamas se dispersaron, pero al mismo tiempo, los músculos del brazo derecho de Kufa quien balanceo su espada con todas sus fuerzas estaban hecho girones.

Justo en ese instante como si lo hubiera calculado, el Basilisco balanceo su cola, y la cierra en el extremo golpeo fuertemente a Kufa en medio del aire.

Sin tiempo para esquivar como era obvio, la cuchilla golpeo su costado. Con una herida demasiado profunda para poder ser tallada en un ser humano, una gran cantidad de sangre se esparció.

Soltando el alambre, y luego de rebotar contra el piso, en una segunda oportunidad tomo una postura para caer. Sin prestarle atención a la sangre que caía desde su costado, Kufa coloco su mano derecha en la Katana que sujetaba con su mano izquierda.

Derby quien había estado mirando el ataque y defensa aburridamente, escribió unas notas en su libreta.

–Vaya, no puede hacerlo. Que débil —cortare la escena actual. En ese instante Melida exploto repentinamente. Ya estaba furiosa.

–¿¡A qué viene eso!? ¡¡Eso es obvio ya que no es el estilo de pelea de sensei!!

–¿Haa?  Ya que soy un aficionado en cuanto a las batallas, aunque digas cosas difíciles no las entenderé.

Detrás de Melida quien estaba estampado sus pies con frustración, Salacha estaba mordiendo sus labios fuertemente. Miro en dirección de su amiga, pero Mule estaba sumida completamente en su rol de observadora. Las primas Angel estaban disfrazadas de las sirvientas de Kufa y, en primer lugar, aunque tenían el espíritu para luchar, no tenían ningún arma.

Si alguien podía prestarle una mano solo podía ser ella misma. Salacha apretó fuertemente su Lanza e intento salir del escondite. Sin embargo, justo antes, Derby se dio la vuelta perspicazmente y levantó una de sus manos.

–¡Retrocede! ¡No voy a escribir algo como “Sera-sama fue salvado por su hermana menor”!

–¡¡Pero…!!

–¿¡Tú que puedes hacer!? ¡¡Seria un tonto si dejo que un mocoso altere mi escenario!!

Salacha se congelo y sus dedos agarraron con más fuerza su Lanza hasta el punto de volverse blancos. Justo después de eso—

–Hi… ¿¡Higiaaaaaaaaaaah!?

Repentinamente el grito de un hombre resonó, y todos los presentes voltearon en esa dirección.

En el lado opuesto a Kufa, con el Basilisco en medio, un hombre había caído sobre su trasero en medio del pasaje. Sobre su magnífica vestimenta incluso siendo un residente de los barrios bajos, estaba una túnica color té quemado con la que se ridiculizaba a si mismo llamándose <topo>. Su ordenado cabello ya estaba totalmente despeinado por las repetidas sorpresas e impactos.

–¿¡P-Por qué hay un extra aquí!? ¡¡Rápido desaparece del fotograma rápidamente!!

–¡No! Mejor dicho, ¿¡No es ese el hijo del alcalde!?

–¡Espera, eso es peligroso!

El Basilisco solo tuvo que girar su cuello para cambiar de objetivo, bañando con su espeluznante mirada al hombre normal que estaba allí sentado. Thymos no tuvo el tiempo libre para cerrar sus ojos.

–¡Higaa…!¡A-Aaa…… aaa…!

Al instante, el cuerpo de Thymos se endureció como una roca y sus labios temblaron pidiendo aire. Con sus ojos inyectados en sangre, y sus dedos temblorosos, todo su cuerpo que no podía hacer ningún movimiento saltaba espasmódicamente.

La boca sonriente del Basilisco expuso su malicia. Como si quisiera convertir la situación en un festival de sangre mientras seguía vivo, lo cubrió con su gran cuerpo con la intención de aplastarlo.

En ese momento, ignorando completamente sus heridas, una ráfaga negra se interpuso delante de Thymos.

Tomo posición en un ángulo ciego desde Melida y las demás, en consecuencia, ni una sola persona pudo comprobar claramente lo que estaba haciendo.